&&&&&
"Los economistas por
lo general sospechan profundamente de los controles de las salidas de capital,
debido al temor de que esas políticas necesariamente sean equiparables a una
expropiación parcial. Pero la cuestión tiene que ver con el diseño de las
políticas, y con el hecho de que las reglas del juego sean claras y conocidas
de antemano. Por ejemplo, una política preanunciada para gravar las salidas de
capital de corto plazo (pero no las salidas de más larga duración) y para
imponer controles más amplios en caso de una crisis, podrían en definitiva
mejorar la estabilidad macroeconómica y, en ese sentido, hacer que la inversión
extranjera resulte más atractiva. Parte del trabajo del FMI es evaluar si los controles de
las salidas de capital son necesarios, cómo se puede mejorar su diseño y qué
papel podrían jugar dentro del país.
"La
opinión generalizada evoluciona constantemente para tener en cuenta los avances
en la teoría económica, que claramente ha demostrado la prudencia de imponer
controles de capital en ciertas circunstancias. Lo que era tabú a fines de los años 1990 (cuando el FMI defendía la
liberalización total de las cuentas de capital) difiere de lo que era tabú en
2012 (cuando el FMI
defendía los controles de ingresos de capital durante las alzas) y en 2022 (cuando defendía los controles
preventivos de ingresos de capital).
/////
EL FMI AÚN ESTÁ MUY REZAGADO
EN TÉRMINOS DE CONTROLES DE CAPITAL
*****
Joseph E. Stiglitz y Jonathan D. Ostry.
Joseph E. Stiglitz (Premio Nobel de Economía).
Project Syndicate jueves 26 de mayo
del 2022.
El marco de políticas revisado del Fondo
Monetario Internacional (https://bit.ly/38AwApB)
para gestionar los flujos financieros transfronterizos, aprobado por su
directorio ejecutivo el mes pasado, amplía las circunstancias bajo las cuales
los países pueden restringir los
ingresos de capital. Desafortunadamente, también les ata excesivamente las
manos a los países y no contempla la infinidad de contextos del mundo real en
los que el consejo proferido por el FMI es, o no es,
apropiado. De modo que, si bien los flujos de capital volátil ya plantean un
desafío continuo para muchas economías emergentes y en desarrollo, el marco del
FMI reducirá
las opciones de los países para alcanzar sus objetivos sociales y, en
definitiva, puede hacer que la economía global sea menos estable.
El
marco previo del FMI, aprobado en 2012 y
conocido como la Visión Institucional
(VI), sostenía que los controles sobre las salidas de capital eran
legítimos sólo cuando un país estaba en medio de una crisis, y que los
controles sobre los ingresos de capital deberían implementarse únicamente como
un último recurso cuando el país experimentaba un incremento de moneda
extranjera (https://bit.ly/3a8MR5B).
La VI fue un acuerdo político que
reflejaba profundas divisiones entre los estados miembros del FMI (entre ellos, algunos de los
mayores accionistas) que estaban a favor
de movimientos de capital plenamente liberalizados, y aquellos (incluidas
muchas economías emergentes y en desarrollo) que querían la bendición del FMI para adoptar políticas destinadas a mitigar la
volatilidad.
Algunos
países se opusieron a la VI no porque no coincidieran con ella, sino porque
la consideraban extralimitada. Les preocupaba que el FMI se excediera de la competencia
definida por su constitución (los Artículos
del Acuerdo) (https://bit.ly/3sIlCVI),
que les otorga a los países una flexibilidad considerable en materia de
políticas de control del capital, y que un futuro directorio del FMI pudiera de repente cambiar de curso e intentar
restringir lo que los países podían hacer.
Cuando
se redactaron los Artículos de Acuerdo
del FMI, la mayoría de los países –entre ellos las economías avanzadas de
hoy– utilizaban extensivamente los controles de capital. Los Artículos entonces
no le daban al FMI
la autoridad para presionar por una liberalización del mercado de capital.
Asimismo, el último intento por extender (https://bit.ly/3FVxUiT) los Artículos
–en el Encuentro Anual de 1997 del FMI en Hong
Kong– se produjo en el peor momento, justo cuando estaba estallando la
crisis financiera asiática, precipitada por gigantescas salidas de capital.
En
cualquier caso, los países pequeños sin monedas subvaluadas ni generan
externalidades negativas ni adoptan políticas en beneficio propio a costa de
los demás. En consecuencia, cuando implementan controles de capital, por lo
general es en circunstancias que poco tienen que ver con la competencia del FMI.
Vigilancia de Fondo Monetario
Internacional.
Consideremos el objetivo social de garantizar una vivienda asequible para la clase media, que muchas economías avanzadas y de mercados emergentes han implementado mediante la restricción de compras extranjeras de bienes raíces en el país. Esas restricciones no entran dentro de la responsabilidad del FMI, especialmente si no deprecian significativamente el tipo de cambio o generan consecuencias financieras transfronterizos de relevancia. De todos modos, el FMI recientemente instó a Australia (https://bit.ly/3wkaMHR) a reconsiderar un impuesto menor a los ingresos de capital a Tasmania para el mercado inmobiliario (con una población de 541 mil habitantes), aunque la medida posiblemente no fuera significativa desde un punto de vista macroeconómico. Y ése es apenas un ejemplo evidente entre muchos otros. Ese consejo, y posturas relacionadas que involucran a países tan diversos como Canadá y Singapur, socavan la credibilidad de la vigilancia (monitoreo) del FMI.
El
marco revisado del FMI correctamente permite que se tomen medidas
preventivas contra los ingresos de capital en algunas circunstancias. El Fondo ha llegado a la conclusión
de que no es sensato esperar a que los desequilibrios financieros alcancen un
punto de inflexión antes de ocuparse de ellos. Este razonamiento, esencialmente
para una regulación macroprudencial preventiva, se aplica tanto a los
desequilibrios generados por el capital especulativo proveniente del exterior
como a aquellos generados por un exceso de endeudamiento de fuentes domésticas.
Ahora
bien, ¿Qué sucede con la parte de la salida de capital en la ecuación? Ahora
que la Reserva Federal de Estados Unidos
está aumentando las tasas de interés, esta pregunta se ha vuelto muy relevante
para muchos mercados emergentes. Sin embargo, el nuevo marco del FMI
curiosamente elude el problema.
Los economistas por
lo general sospechan profundamente de los controles de las salidas de capital,
debido al temor de que esas políticas necesariamente sean equiparables a una
expropiación parcial. Pero la cuestión tiene que ver con el diseño de las
políticas, y con el hecho de que las reglas del juego sean claras y conocidas
de antemano. Por ejemplo, una política preanunciada para gravar las salidas de
capital de corto plazo (pero no las salidas de más larga duración) y para
imponer controles más amplios en caso de una crisis, podrían en definitiva
mejorar la estabilidad macroeconómica y, en ese sentido, hacer que la inversión
extranjera resulte más atractiva. Parte del trabajo del FMI es evaluar si los controles de
las salidas de capital son necesarios, cómo se puede mejorar su diseño y qué
papel podrían jugar dentro del país.
La opinión generalizada evoluciona constantemente para tener en cuenta los avances en la teoría económica, que claramente ha demostrado la prudencia de imponer controles de capital en ciertas circunstancias. Lo que era tabú a fines de los años 1990 (cuando el FMI defendía la liberalización total de las cuentas de capital) difiere de lo que era tabú en 2012 (cuando el FMI defendía los controles de ingresos de capital durante las alzas) y en 2022 (cuando defendía los controles preventivos de ingresos de capital).
La alegría y traición de Macri con el Fondo Monetario Internacional FMI le vale hasta hoy más de 46 mil millones de dólares de préstamo, que hoy disparan la Inflación en Argentina.
***
Parece
claro, incluso para el FMI (https://bit.ly/3yINvAN), que los controles de
las salidas de capital podrían haber sido deseables como parte de su préstamo a
la Argentina en el gobierno del ex
presidente Mauricio Macri. Sin esos
controles, el FMI
simplemente les permitía a los inversores internacionales sacar su dinero del
país, dejando a la Argentina con una carga de deuda de 44 mil millones de dólares, sin demasiados frutos. En
circunstancias como las que enfrentó la Argentina, el FMI debería considerar no sólo permitir
controles de las salidas de capital sino, en verdad, insistir en que
existan.
Los Artículos de Acuerdo del FMI
correctamente les dan una amplia flexibilidad a los gobiernos de los estados
miembro para implementar controles de capital, siempre que esas políticas no
perjudiquen a otros países en beneficio propio. Los países ricos han explotado esta flexibilidad al máximo. El FMI haría bien en respetar el espíritu de sus fundadores.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario