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-- Cabildo abierto apoyó las iniciativas del
Partido Nacional como la ley jubilatoria. ¿Considera que representa un
retroceso de derechos?
- Desde el punto de vista del
reparto social, sí, es un retroceso. Los salarios
no se equiparán a los que eran en 2019, y durante los 15 años de gobierno del
Frente Amplio los salarios se ajustaban a la inflación y un poquito más, sobre
todo los más bajos. Las jubilaciones se ajustan
por la evolución del índice medio. Entonces si los salarios suben, las
jubilaciones también. Había un pretexto: vino la
pandemia. Pero a partir del 2022, las exportaciones
fueron brillantes y no hubo caso. En el largo plazo, la reforma jubilatoria es
grave. Nosotros pensamos que hay que cambiarla. El presidente usó una frase
interesante: dijo que con los últimos líos que tuvieron para aprobarla, le echaron agua a la leche. Nosotros pensamos
que hay que ponerle mucha leche, pero de vaca jersey. Hay que conseguir más
tributación, más recursos.
- El año que viene hay elecciones presidenciales en
Uruguay. El presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, dijo que hay que
recuperar el alma del Frente. ¿Coincide? ¿Por qué apoya al precandidato Yamandú
Orsi?
- Sencillamente porque a Yamandú lo conozco hace 25
años por lo menos, era casi un pibe.
Porque Canelones es como un resumen del Uruguay en chiquito: tiene todos los problemas y las
posibilidades, tiene ganadería, mucha quinta, huerta, vid, tiene industria,
tiene balnearios, barrios marginales, ciudades. En fin, él fue durante diez
años secretario general de la intendencia y
durante diez años intendente de Canelones. ha generado capacidad para hacer
gobierno. Veremos qué candidato elige el Frente. A quien elija lo vamos a
acompañar. Depende de nosotros mismos recuperar el entusiasmo. Pero lo
imposible cuesta un poco más, hay que seguir luchando.
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JOSÉ "PEPE" MUJICA:
"LA GENTE SE ENAMORA DE LOS CANTOS DE SIRENA".
Entrevista al expresidente de
Uruguay
*****
El histórico referente del Frente Amplio reflexiona
sobre el avance de la extrema derecha, prometedora de soluciones mágicas. Para Mujica, la solución real a largo plazo es la integración latinoamericana.
Por
Mercedes López San Miguel.
Fuente.
Página /12 lunes 15 de mayo del 2023.
José "Pepe"
Mujica es un personaje de la historia
contemporánea que se describe como luchador
social y político. A él lo consultan correligionarios,
periodistas e intelectuales que lo visitan en su casa en Montevideo, y también es un asiduo
visitante de Buenos Aires. El expresidente uruguayo llegó a la capital
argentina acompañado por Lucía Topolansky,
ex vicepresidenta. Recibe a Página/12 en la casa de la excónsul
Lilian Alfaro, en el barrio de
Colegiales, luego de haber
conversado con Álvaro García Linera.
El histórico referente del Frente Amplio siempre tiene a mano alguna palabra
campechana, que brota de su vida en la chacra y
de mucho antes de ser guerrillero tupamaro,
cuando a los 14 años vendía flores para ayudar a
su mamá.
Mujica habla de la crisis del
Estado-nación, de los cantos de sirena que escucha un votante desesperado y del
antídoto que encontró para nuestros pueblos: la integración. "Argentina, Chile, Bolivia y Perú se tienen que juntar y
establecer una política común para defender el litio",
sostiene. El veterano político de izquierda, ávido lector, está estudiando hace meses la historia de China y las ideas
de Confucio, consciente de la importancia geopolítica que tiene el gigante asiático.
-En este año electoral en Argentina, ¿a qué
atribuye que después de la mala experiencia de Mauricio Macri, tenga
posibilidad de ganar el macrismo más extremo o la ultraderecha de Javier Milei?
-No soy sociólogo, soy apenas un luchador social
y político, pienso que el pueblo argentino ha sufrido mucho y vive una crisis
de esperanza muy fuerte, y hay gente que sueña con
soluciones mágicas. Porque así ha sido
la conducta humana en la historia. Recordemos
lo que pasó en Alemania en la década del 30,
cuando Hitler embaucó a una parte
importante de un pueblo que estaba desesperado, porque las condiciones que se
impusieron con el tratado de paz de Versalles eran insoportables. Y ha
pasado con otros pueblos. La gente se
enamora de los cantos de sirena. Yo sé que en la vida lo imposible cuesta
un poco más. Sé que Argentina va a salir
adelante porque el premio y la desgracia es la abundancia de recursos
naturales. Y va a salir por eso, una vez más. Pero ¿qué pasó con la Francia revolucionaria?
Con viejos partidos históricos que casi desaparecieron y apareció (Emmanuel) Macron, y al poco tiempo estaban los chalecos amarillos. Mañana cambiará,
porque hay una crisis civilizatoria en la base, el Estado-nación está en crisis y éste es un cambio de época brutal que
nos está sacudiendo. Le pedimos cuentas, pero este Estado cada vez tiene
menos poder porque han aparecido poderes internacionales que son cada vez más
importantes.
- Y que quieren un Estado más chico.
- Le quitaron poder a ese Estado y ahora con la civilización
digital, más. Cualquier monstruo como Facebook,
etc, etc, las empresas
multinacionales, tienen más poder
que el Estado. Los grandes circuitos financieros, la banca internacional y los
grupos comerciales le quitan poder. Nosotros
le pedimos cuentas a nuestro Estado,
al que le hemos pasado el serrucho. Algunos creen que ésta es la última etapa
de la historia. Yo no. Esto va
a tener cambios institucionales. Por ahora, la democracia parlamentaria que
conocemos es la mejor porquería que pudimos inventar, coincido con (Winston) Churchill.
Pero está llena de fallas que no son las
instituciones: somos los humanos los que fallamos. Los humanos no
somos dioses, tenemos que lidiar con
nuestros defectos. Esto va a cambiar. La sociedad del futuro tiene una crisis de representación. El mundo de
la enseñanza, de la industria, del derecho, pienso que los gobiernos en el
futuro van a estar compuestos por muchos
gobiernos y los gobiernos centrales van a ser moderadores, decidiendo lo que no hay que hacer. Igual, ese panorama
aún está muy verde.
- ¿Cómo se logra una integración regional si
cada país está lidiando con tormentas internas? Lula da Silva, a la semana de asumir,
sufrió un intento de Golpe; en Chile, la ultraderecha quedó a cargo del proceso
constituyente...
- No veo la integración para
mañana. Estoy pensando en 25, 30 años. Tenemos que aprender a soportarnos, de
izquierda o de derecha. Tenemos que aprender a cooperar para poder competir con
el mundo. Si nos entramos a plantear en términos de derecha o izquierda, nos
vamos a juntar en el año del golero. Tenemos que juntar intereses y defenderlos. Las cumbres son aspaventó. Hay que construir otras cosas
lentamente.
- ¿Está de acuerdo con que se impulse una moneda
común?
- Sí, a largo plazo. Antes
tenemos que empezar a comerciar con las monedas perchentas que tenemos y que
los bancos centrales hagan el arbitraje. Y si no
podemos hacerlo con las monedas, hacer
trueque de valor. No depender de monedas que son de otro lado. Tenemos
que uniformizar las exigencias de aduana que tenemos para los alimentos, tener los mismos parámetros en toda América para facilitarlo. Debemos construir actividades
complementarias: nosotros no vamos a tener
industria automotriz, podemos hacer pastillas de freno. Pero para eso
tenemos que tener seguridad de que
nos la compran. Y dar la seguridad que
le compramos, y no comprar autos a Corea. Debemos juntar nuestras universidades, no puede ser que un ingeniero
argentino no pueda ir a trabajar a Uruguay o a Brasil. ¡Estamos locos! Nos captan la inteligencia Europa o EEUU. Tenemos
que empalmar nuestras energías
eléctricas en todos los circuitos de frontera,
empalmar nuestros servicios de salud para ciertos tipos de enfermedades, bancos
de órganos; tenemos que tener un mecanismo propio. La integración es una política de largo plazo.
Con nombre, símbolo y una fecha, para que todas las escuelas de nuestra América
latina enseñen que por encima de los países componemos una comunidad con
intereses comunes del Río Bravo a Tierra del Fuego. Tenemos
el día de la secretaria y no tenemos un día en el que celebremos la
colectividad latinoamericana. En la enseñanza tiene que estar el portugués y en Brasil,
el castellano. Entendernos entre nosotros. No es
mágico, hay que construirlo. Si vamos a una conferencia internacional,
primero tenemos que hablar entre nosotros y llevar una posición conjunta. Si un
latinoamericano se promueve para algo lo tenemos que respaldar entre
todos. No ser carneros, ¡que nos pisamos la manguera!
Hay cosas que son trascendentes, como el litio. Creo que Argentina, Chile, Bolivia y Perú se tienen que juntar y establecer una política común para defender el mineral y no dejarse currar. Tener una política común. No importa si el gobierno es de izquierda o de derecha, le tiene que dar valor. No cometer errores históricos. Hay que juntarnos para defendernos, no para competir. Juntar la investigación, las universidades, se necesita voluntad política para eso. Ya tenemos el Banco de Desarrollo de América Latina en Montevideo y está funcionando.
- ¿Entonces apuesta a fortalecer el MERCOSUR y la
UNASUR?
- Por supuesto, y hay que
desarrollar los circuitos de economía complementaria. Que los países más chicos intervenimos en cosas pequeñas que sirven
para nutrir las cadenas industriales de cosas más complejas de países más
grandes. Pero a su vez compramos. Nosotros podemos fabricar algunas cosas para
Argentina y Brasil, pero tenemos que comprarles después, que nos unan los
intereses. Hay que ganar y ganar.
- Cuando le pregunté por Milei, pensé en que, en
Uruguay, el partido de ultraderecha Cabildo abierto, forma parte del gobierno
de Luis Lacalle Pou. Es decir, ya hay una versión local que se puso
en marcha.
- No es como Milei, se puede
parecer más al bolsonarismo. Es un partido conservador nacionalista.
-- Cabildo abierto apoyó las iniciativas del
Partido Nacional como la ley jubilatoria. ¿Considera que representa un
retroceso de derechos?
- Desde el punto de vista del reparto social, sí, es un retroceso. Los salarios no se equiparán a los que eran en 2019, y durante los 15 años de gobierno del Frente Amplio los salarios se ajustaban a la inflación y un poquito más, sobre todo los más bajos. Las jubilaciones se ajustan por la evolución del índice medio. Entonces si los salarios suben, las jubilaciones también. Había un pretexto: vino la pandemia. Pero a partir del 2022, las exportaciones fueron brillantes y no hubo caso. En el largo plazo, la reforma jubilatoria es grave. Nosotros pensamos que hay que cambiarla. El presidente usó una frase interesante: dijo que con los últimos líos que tuvieron para aprobarla, le echaron agua a la leche. Nosotros pensamos que hay que ponerle mucha leche, pero de vaca jersey. Hay que conseguir más tributación, más recursos.
- El año que viene hay elecciones presidenciales en
Uruguay. El presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, dijo que hay que
recuperar el alma del Frente. ¿Coincide? ¿Por qué apoya al precandidato Yamandú
Orsi?
- Sencillamente porque a Yamandú lo conozco hace 25
años por lo menos, era casi un pibe. Porque Canelones
es como un resumen del Uruguay en chiquito: tiene todos los problemas y las
posibilidades, tiene ganadería, mucha quinta, huerta, vid, tiene industria, tiene balnearios, barrios
marginales, ciudades. En fin, él fue
durante diez años secretario general de la intendencia
y durante diez años intendente de Canelones. ha generado capacidad para hacer gobierno. Veremos qué candidato elige el Frente. A quien elija lo vamos a
acompañar. Depende de nosotros
mismos recuperar el entusiasmo. Pero lo imposible cuesta un poco más, hay que
seguir luchando.
- El 27 de junio se cumplen 50 años del golpe de
Estado en Uruguay. ¿Cuál es su reflexión a partir de su propia historia?
- Son 50 años donde una
sociedad trata de construir su destino y padece los problemas de una larga
dependencia. Nosotros somos descendientes de dos países feudales,
que logramos la independencia
política, pero pagamos con el precio de la dependencia económica y cultural. Y estamos luchando por ser nosotros mismos. Hemos padecido la historia. Somos países muy
jóvenes. Hace unos meses que estoy estudiando la historia de China, son 5000 años de historia
no escrita y 5000 años de historia escrita. Y
tenemos que lidiar con ese mundo que se nos viene encima.
- ¿Cree que falta avanzar más en Memoria, Verdad y
Justicia?
-Sí, se ha avanzado
poco. Hay un
pacto de silencio de los militares y de la sociedad civil también. Tenemos que
crear las condiciones materiales, espirituales e
ideológicas para sostener el nunca más.
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