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“La universidad contraataca. En los últimos, además del congelamiento de fondos y contratos, la
administración Trump amenazó con retirar
exenciones fiscales y, la semana pasada, anunció que dejará de
extender visados a estudiantes
internacionales, forzando a quienes ya están matriculados a cambiar de universidad o exponerse a la deportación.
Las solicitudes en proceso quedarán
paralizadas mientras se analiza un plan para exigir a quienes aspiren a
estudiar en el país una verificación de los contenidos publicados en sus
redes sociales, según reportó el portal Político. Esta medida responde a la negativa de Harvard de entregar información
sobre sus alumnos internacionales, en
un intento del gobierno por identificar a quienes hayan participado en protestas propalestinas u otras
actividades sancionadas por la administración. Trump fue enfático: “Todavía estamos esperando las listas de
estudiantes extranjeros de Harvard
para determinar cuántos lunáticos radicalizados, todos ellos alborotadores, no
deberían volver a entrar al país”, escribió
en otro mensaje en su red social.
“La secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, fue quien revocó la autorización de Harvard para inscribir a
estudiantes extranjeros, poniendo en riesgo el futuro de miles de jóvenes y los
ingresos que representan para la universidad.
“Harvard es muy lenta en la presentación de estos
documentos, ¡y probablemente con razón! Lo mejor que han hecho es elegir a la
jueza perfecta para ellos. Pero no teman: ¡al final el Gobierno GANARÁ!”, concluyó. Por su parte, Harvard
optó por responder en los tribunales. El mes pasado presentó una demanda para restaurar los fondos
federales, y la semana pasada
solicitó a una corte federal que restablezca su derecho a inscribir estudiantes internacionales, argumentando
que las medidas del gobierno son inconstitucionales y atentan
contra la autonomía del sistema educativo.
“La universidad sostiene que el conflicto es una cuestión de derechos
amparados por la Primera Enmienda, y acusa
a la administración de intentar controlar su personal, su plan de
estudios y sus criterios de admisión. La
jueza federal para el distrito de Massachussets, Allison D. Burroughs,
ordenó la semana pasada, de forma temporal,
permitir la matriculación de estudiantes internacionales, y se espera una audiencia este jueves para
determinar si la medida se mantiene. Harvard tiene cerca de 6.800
estudiantes internacionales, lo que equivale al 27 por ciento de su matrícula total. El presidente de la
institución, Alan M. Garber, calificó la medida como un golpe
devastador. “Sin sus estudiantes internacionales, Harvard no es Harvard”, escribió la universidad en sus redes sociales.
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La torre Eliot House en el campus de la universidad de Harvard. Imagen: EFE.
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OFENSIVA
CONTRA LA EDUCACIÓN. ESTADOS UNIDOS: Trump ordenó cancelar todos los contratos
federales con Harvard.
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La
Casa Blanca ordenó cancelar contratos federales con la universidad por 100
millones de dólares, en un intento de imponerle supervisión estatal. La medida
forma parte de una avanzada más amplia contra el financiamiento, la autonomía
académica y la presencia internacional en la educación superior. Harvard
denunció una persecución ideológica y acudió a la justicia.
Por
Donald Trump y Harvard Universidad.
AFP: Mundo.
Fuente. Página /12 miércoles 28 de mayo del 2025.
La
administración del presidente estadounidense, Donald Trump, se dispuso a cancelar todos los contratos restantes
del Gobierno Federal con la Universidad de Harvard, por un valor
estimado de 100 millones de dólares,
según una carta enviada este martes a las
agencias del gobierno.
Un
alto funcionario del gobierno afirmó que Estados Unidos prevé romper sus
lazos contractuales con Harvard,
en el más reciente intento del presidente Trump
de forzar a la universidad a aceptar una supervisión sin precedentes por
parte del Estado.
Josh
Gruenbaum, Comisionado del Servicio Federal de Adquisiciones, ordena en
la carta que las agencias federales revisen sus acuerdos con la institución, cancelen aquellos que no sean críticos, y, si es necesario, transfieran
los servicios a otros proveedores.
"La Administración de
Servicios Generales (GSA) está asistiendo a todas las agencias federales en la
revisión para la rescisión o transición de sus contratos con Harvard
y sus afiliadas", señala un borrador de la carta, publicado este martes por The
New York Times. El documento, fechado el 27 de mayo, fue
entregado por la mañana del martes a distintas agencias, según informó un
funcionario en condición de anonimato.
“Esta revisión se alinea con la directiva de la administración de que
todos los servicios federales contratados respalden firmemente las prioridades
estratégicas de las agencias”, añade el texto. Las agencias deberán responder
antes del 6 de junio con un
listado de los contratos a cancelar.
Según fuentes oficiales, alrededor de nueve
agencias se verán afectadas. Ejemplos
citados en bases de datos federales incluyen un contrato de 49.858
dólares de los Institutos Nacionales de Salud para
estudiar los efectos del consumo de café, y otro de 25.800
dólares del Departamento de Seguridad Nacional para
capacitación ejecutiva. Algunos contratos ya recibieron órdenes de
paralización.
La medida, que implicaría la
finalización de contratos por alrededor de 100 millones de dólares,
supondría un punto de inflexión en la relación entre el gobierno federal y Harvard, la universidad más antigua del país y una potencia global en investigación
académica.
Una "pulseada"
contra la educación
El presidente Trump aseguró este
lunes que su gobierno “al final,
ganará” la batalla contra Harvard.
La carta forma parte de una campaña más amplia para reforzar el control sobre
una de las universidades más prestigiosas del país, atacando su salud
financiera.
“Estoy
considerando quitarle 3.000 millones de dólares en subvenciones a una Harvard muy antisemita y dárselos a ESCUELAS DE OFICIOS en todo nuestro país”,
escribió el mandatario en su propia red social, Truth Social.
En las últimas semanas, el gobierno ya congeló
cerca de 3.200 millones de dólares en subvenciones y contratos con Harvard. También intentó eliminar
su capacidad para recibir estudiantes internacionales, medida que fue bloqueada
temporalmente por un tribunal. Desde el mes pasado, Harvard se vio impedido registrar nuevos estudiantes internacionales, y varios programas de
investigación enfrentan suspensión por falta de fondos.
Trump presentó estas acciones como una defensa de los derechos civiles, acusando a
Harvard de aplicar criterios raciales en sus procesos de
admisión, de promover ideologías
“woke”, valores liberales que considera contrarios al "interés nacional", y de tolerar conductas
antisemitas en el campus.
En el marco de su lucha contra Harvard, el Gobierno amenazó con revisar
hasta 9.000 millones de
dólares en financiamiento, congeló
efectivamente 2.200 millones en subvenciones y 60
millones en contratos, e incluso ordenó la deportación de una investigadora de la Facultad de Medicina.
En la carta firmada por Gruenbaum, se denuncia que Harvard
sigue aplicando criterios
discriminatorios contra estudiantes blancos en sus políticas de admisión
y se hace eco de “recientes eventos antisemitas” en el campus que, según el
gobierno, "sugieren que la institución tiene una preocupante falta de
consideración por la seguridad y el bienestar de los estudiantes judíos".
La universidad contraataca
En los últimos meses, además del
congelamiento de fondos y contratos, la administración Trump amenazó con retirar exenciones fiscales y, la
semana pasada, anunció que dejará de extender visados a estudiantes internacionales, forzando a
quienes ya están matriculados a cambiar de universidad
o exponerse a la deportación. Las
solicitudes en proceso quedarán paralizadas mientras se analiza un plan para
exigir a quienes aspiren a estudiar en el país una verificación de los
contenidos publicados en sus redes sociales, según reportó el portal Político.
Esta medida responde a la negativa de Harvard de entregar información
sobre sus alumnos internacionales, en
un intento del gobierno por identificar a quienes hayan participado en protestas propalestinas u otras
actividades sancionadas por la administración. Trump fue enfático:
“Todavía estamos
esperando las listas de estudiantes extranjeros de Harvard para determinar cuántos lunáticos radicalizados, todos
ellos alborotadores, no deberían volver a entrar al país”, escribió
en otro mensaje en su red social.
La secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, fue quien
revocó la autorización de Harvard
para inscribir a estudiantes extranjeros, poniendo en riesgo el futuro de
miles de jóvenes y los ingresos que representan para la universidad.
“Harvard es muy lenta en la presentación de estos documentos, ¡y
probablemente con razón! Lo mejor que han hecho es elegir a la jueza perfecta
para ellos. Pero no teman: ¡al
final el Gobierno GANARÁ!”, concluyó.
Por su parte, Harvard optó por responder
en los tribunales. El mes pasado presentó
una demanda para restaurar los fondos federales, y la semana
pasada solicitó a una corte federal que restablezca
su derecho a inscribir estudiantes
internacionales, argumentando que las medidas del gobierno son inconstitucionales y
atentan
contra la autonomía del sistema educativo.
La universidad sostiene que el conflicto
es una cuestión de derechos amparados por la Primera Enmienda, y acusa a la administración de intentar controlar
su personal, su plan de estudios y sus criterios de admisión.
La jueza federal para el
distrito de Massachussets, Allison D. Burroughs, ordenó la semana
pasada, de forma temporal, permitir
la matriculación de estudiantes internacionales, y se espera una audiencia este jueves para determinar si la medida se
mantiene.
Harvard tiene cerca de 6.800 estudiantes internacionales, lo que equivale al 27 por ciento de su matrícula total. El presidente de la
institución, Alan M. Garber, calificó la medida como un golpe
devastador. “Sin sus estudiantes internacionales, Harvard no es Harvard”,
escribió la universidad en sus redes sociales.
“Condenamos esta acción ilegal e injustificada”, expresó Garber en un comunicado. “Pone en
peligro el futuro de miles de estudiantes y académicos de Harvard y lanza una señal de alarma para quienes vienen a Estados Unidos a perseguir sus sueños”.
La carta publicada el martes por
el gobierno sostiene que Harvard ha
mostrado “una falta de compromiso con la no discriminación y con los
valores nacionales”. Como prueba, señala que la Harvard Law Review otorgó recientemente una beca a un estudiante de derecho acusado de agredir
a un alumno judío durante una protesta propalestina en 2023. El estudiante no fue procesado
penalmente, pero aceptó realizar trabajo
comunitario, aunque no admitió culpabilidad.
Además, la carta afirma que Harvard no ha cumplido con el fallo
de la Corte Suprema de 2023 que
prohíbe el uso del criterio racial como factor decisivo en las
admisiones. Aunque no se ofrecen datos concretos, el texto cita como ejemplo la creación de un curso de nivelación en
matemáticas que, según el gobierno, es
consecuencia del uso de factores no meritocráticos en el ingreso de
estudiantes.
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