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“Ha
tocado al presidente colombiano Gustavo Petro la iniciativa de retomar el ideal bolivariano de la unión y
recientemente ha planteado la posibilidad de revivir, como confederación, a la Gran Colombia
(https://t.ly/idOYj ; https://t.ly/VQLHJ), junto con Ecuador, Panamá y
Venezuela. No es una locura ni
una idea descabellada. Sin duda renueva
el pensamiento unionista de Bolívar
y esboza una posición bolivarianista
geoestratégica que podría beneficiar
a los cuatro países, más aún en una época
de agresivo americanismo monroísta,
que obliga a defender las soberanías de
los países latinoamericanos. Es un
asunto que, evidentemente, también depende del tipo de gobiernos que existen en la región, ya que esa unión solo
sería posible con gobernantes democráticos y progresistas, y no con los que
vinculan su futuro a la perversa idea
de la “libertad económica”, que solo privilegia negocios y les incapacita
para advertir el neomonroísmo. La idea
planteada por el presidente Petro
tiene un importante antecedente histórico
en Ecuador. El caudillo liberal radical
Eloy Alfaro (1842-1912),
reconocido por su internacionalismo
liberal en varios países
latinoamericanos, por su apoyo a la
independencia de Cuba y al
reclamo de Venezuela sobre la Guayana Esequiva, y por ser quien encabezó
la Revolución Liberal del Ecuador en
1895, quiso revivir el sueño de Bolívar y ejecutó acciones para impulsar la Gran Colombia, aún antes de
que llegara a ocupar la presidencia del
país.
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RECONSTRUIR LA GRAN COLOMBIA:
¿UN IDEAL POSIBLE?
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Por Juan J. Paz-y-Miño Cepeda | 06/05/2025 | América Latina y Caribe
Fuente. Revista Rebelión martes 6 de
mayo del 2025.
Fuentes: Rebelión
El
proceso de las independencias de los países que hoy conforman la América
Latina fue un motivo de unidad por los ideales de libertad y soberanía.
Sobre esa base la constitución de los Estados independientes también postuló la
necesidad de unir los distintos países. En
Centroamérica se logró la temporal
unión y en Sudamérica destacó el proyecto del Libertador Simón Bolívar (1783-1830) por integrar la gran República de Colombia con los
territorios que hoy constituyen las repúblicas de Venezuela, Colombia (que incluía por entonces a Panamá) y Ecuador. La Gran Colombia, si
bien se fundó en 1819, tuvo existencia efectiva entre 1822 y 1831. Sin
embargo, esa unidad se convirtió en ideal latinoamericano y Bolívar en
el líder histórico indiscutible del
sentido que debía tener la unión e
integración de los países latinoamericanos.
Ha
tocado al presidente colombiano Gustavo Petro la iniciativa de retomar el ideal bolivariano de la
unión y recientemente ha planteado la posibilidad de revivir, como confederación,
a la Gran Colombia (https://t.ly/idOYj ; https://t.ly/VQLHJ), junto con Ecuador, Panamá y
Venezuela. No es una locura ni
una idea descabellada. Sin duda renueva
el pensamiento unionista de Bolívar
y esboza una posición bolivarianista
geoestratégica que podría beneficiar
a los cuatro países, más aún en una época
de agresivo americanismo monroísta,
que obliga a defender las soberanías de
los países latinoamericanos. Es un asunto que, evidentemente, también
depende del tipo de gobiernos que existen
en la región, ya que esa unión solo sería posible con gobernantes democráticos y
progresistas, y no con los que vinculan su futuro a la perversa idea de la “libertad económica”, que solo
privilegia negocios y les incapacita para advertir el neomonroísmo.
La
idea planteada por
el presidente Petro tiene un
importante antecedente histórico en Ecuador. El caudillo liberal radical Eloy
Alfaro (1842-1912), reconocido
por su internacionalismo liberal en
varios países latinoamericanos, por
su apoyo a la independencia de Cuba y al reclamo de Venezuela
sobre la Guayana Esequiva, y por ser quien encabezó la Revolución Liberal del Ecuador en 1895,
quiso revivir el sueño de Bolívar y ejecutó acciones para impulsar la Gran Colombia, aún antes de
que llegara a ocupar la presidencia del país.
En
efecto, tras participar en la rebelión contra Veintemilla, Alfaro,
como Jefe Supremo de Manabí y Esmeraldas,
dirigió en 1883 un mensaje a la Asamblea en Quito en el que propuso la pacífica reconstitución de la Gran Colombia. Simultáneamente, en Caracas, el presidente venezolano Guzmán
Blanco convocó a un Congreso Internacional que debía abordar delimitaciones fronterizas, alianzas
defensivas y mecanismos de arbitraje obligatorio. En ese contexto se intensificaron las conexiones entre liberales de Colombia y Ecuador,
particularmente a través del Coronel
José Luis Alfaro. De otra parte, Eloy
Alfaro, desde el exilio en Lima,
escribió en 1887 a Guzmán Blanco lamentando la indiferencia de los sectores retrógrados de su país frente al ideal de unidad,
y delegó a su hermano Marcos como Agente Diplomático con la misión de concertar una alianza para la
reconstitución grancolombiana bajo
un modelo federal.
Alfaro, en lucha contra el régimen de Caamaño, estableció que el Partido Liberal ecuatoriano veía en Guzmán Blanco al único hombre capaz de realizar la unión.
Marcos Alfaro destacó que la
amenaza de desmembramiento territorial de Perú
por parte de Bolivia y Chile justificaba la formación de una Gran Colombia, que además podría
absorber eventualmente a Costa Rica
tras la apertura del canal de Panamá, y extenderse
incluso hasta las fronteras con México.
Pese
al entusiasmo, la
propuesta fracasó. Ni Guzmán Blanco logró mantenerse en el poder, ni el liberalismo ecuatoriano alcanzó su
consolidación. Los factores que lo impidieron fueron múltiples:
la fragmentación social, los intereses imperialistas en ascenso, y
los conflictos internos en cada nación.
No obstante, Alfaro persistió: en Lima sostuvo conversaciones con Nicolás
de Piérola sobre una Confederación
de Estados Sudamericanos, y también trató
el tema con el General Joaquín Crespo en
Venezuela.
Señores
Presidentes de América latina y el Caribe, son tiempos muy importantes y
trascendentales en el presente de América Latina, Nuestra América, la Patria
Grande, fortalecer la CELAC y la propia UNASUR. El Imperio está desesperado y
hoy recurre no solo al "viejo y anticuado monrroísmo" a diario en su
desesperación ya no son suficientes sus Aranceles, la Deportación de miles
de Ciudadanos y sus familias, su interés por Canadá y Groenlandia. Ahora
su problema central es como "rompe las relaciones comerciales, económicas,
sociales y políticas que muchos países latinoamericanos están comprendidos en
la NUEVA RUTA de la SEDA" la gran geopolítica global de la República
Popular China.
*****
Durante su primera presidencia, Alfaro
mantuvo vivo el ideal. En 1897 recibió al emisario nicaragüense Fernando
Sánchez, quien llevó el proyecto grancolombiano a Colombia, Venezuela
y México, donde fue presentado al
presidente Porfirio Díaz, aunque
con escaso entusiasmo de su parte. En
su mensaje al Congreso de 1898, Alfaro reconocía que la reconstitución de la antigua Colombia de Bolívar no era viable, pero sí lo era una Confederación
de Ecuador, Colombia y Venezuela para formar una entidad internacional única en relaciones
exteriores. Planteaba una “Dieta
de Plenipotenciarios” para zanjar pacíficamente
disputas limítrofes. En 1899 y 1900
insistió ante el Congreso sobre las gestiones
desarrolladas, aunque reconocía que la Guerra de los Tres Años en Colombia hacía imposible la concreción del proyecto. No obstante, la constancia de
Alfaro motivó que la Junta
Patriótica Colombiana lo proclamara
en 1901 como “Supremo Director de la Gran Confederación de la Antigua Colombia”.
Durante su segundo mandato, Alfaro fue felicitado por el presidente colombiano Rafael Reyes con ocasión
de la culminación del ferrocarril
Guayaquil-Quito (1908), quien vinculó
esta obra con el futuro reencuentro
de Quito, Bogotá y Caracas. Alfaro
respondió renovando el llamado a la Dieta Grancolombiana. En 1910 reiteró
la propuesta. En 1911, con motivo del centenario de la independencia de Venezuela, se convocó una Conferencia Internacional de las cinco repúblicas libertadas por Bolívar, incluyendo Perú y Bolivia. El Ecuador designó a José
Peralta como representante. Sin embargo, las negociaciones fracasaron por la intransigencia de Perú ante los reclamos territoriales ecuatorianos.
El
deterioro del segundo gobierno de Alfaro impidió continuar con estos esfuerzos. Tras ser derrocado en 1911,
y luego de un intento fallido de regresar
al poder, Alfaro y sus compañeros fueron asesinados en 1912 por una turba
en Quito, en un acto bárbaro.
Con su muerte se apagaron también los
ideales grancolombianos.
Ese
pasado histórico que
he resumido (confer. https://t.ly/4uePx) contribuye
a dar fundamentos históricos a la propuesta
grancolombianista del presidente Petro.
En el pasado no pudo concretarse,
pero en el presente por lo menos hay que
comenzar a movilizar esfuerzos para
encaminar la reconstitución de la Gran Colombia. Un desafío histórico lleno de amenazas y
bloqueos. Pero con la posibilidad abierta en la que el sueño de
Simón Bolívar sigue vigente.
Blog
del autor: Historia y Presente.
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