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“La Organización de Naciones Unidas debería jugar un rol fundamental para resolver estas guerras y
tensiones mundiales, pero, lamentablemente,
no ha tenido la fuerza necesaria para hacerlo y está cada vez más debilitada. No
ha podido desactivar los conflictos en curso y el alto peligro
que estos representan para la
seguridad mundial. Es más, Israel
ha desafiado abiertamente a la ONU violando reiteradamente los mínimos
diplomáticos y las leyes de guerra incluso atacando instalaciones y
personal de las mismas Naciones
Unidas quienes han resultado heridos
o muertos por las fuerzas
armadas de Israel.
“Para
empeorar la misma
situación de debilidad de la ONU la
prensa ha señalado que el 2 de junio
próximo será elegida como presidenta de
la Asamblea General de la ONU la ex
ministra de Asuntos Exteriores de Alemania,
Annalena Baerbock, quien sustituirá
al presidente actual, el camerunés Philémon
Yang. Analenna Baerbock,
de 44 años, del Partido Verde alemán,
nieta de Waldemar Baerbock, un nazi ferviente defensor del nacionalsocialismo como reporto la revista alemana Bild, señaló el 2023 ante el Consejo de Europa, en
Estrasburgo, que “Estamos librando una guerra contra Rusia,
no entre nosotros”. Palabras, en todo caso, concordantes con la actitud
de Alemania de participar
indirectamente en la guerra que libran Ucrania y Rusia, enviando armamento, municiones, y tanques a
la parte ucrania.
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EL MUNDO, LAS AMENAZAS Y LA ONU.
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Por Pablo Ruiz | 27/05/2025 | Otro mundo es posible
Fuente. Revista Rebelión martes 27 de mayo del 2025.
Fuentes: Rebelión
Recientemente
el vicepresidente estadounidense, J. D. Vance, señaló en Maryland ante los
graduados de la Academia Naval de Estados Unidos, que la época del dominio
absoluto del mundo había llegado a su fin.
“Tras la Guerra Fría, Estados Unidos
disfrutó de un dominio casi indiscutible de los bienes comunes: el espacio aéreo, el mar, el espacio y el
ciberespacio. Pero la era del dominio incontestable de Estados Unidos ha terminado. Hoy nos enfrentamos a graves amenazas
en China, Rusia y otras naciones
decididas a vencernos en todos y cada uno de los dominios”, dijo Vance; agregando, que “tenemos que ser, todos nosotros, no
sólo más inteligentes», pero ahora «tenemos
que asegurarnos de que [cuando] enviamos a nuestras tropas a la guerra, lo
hacemos con las herramientas adecuadas»,
según reporta Yahoo News. Lo anterior,
avecina que continuará aumentando el gasto
militar estadounidense.
En
Europa también la clase dirigente en los últimos tiempos
ha continuado alimentando la retórica
belicista bajo el argumento de que existen, según la inteligencia de Dinamarca y Alemania, “amenazas” de que Rusia los atacará en los próximos años y que la población debe estar preparada
para el “peor escenario posible”
incluido un ataque nuclear.
Cualquier
analista serio rechazaría esta afirmación ya que Rusia no tiene la capacidad de sostener una guerra convencional exitosa con un país europeo amén también porque el Tratado de la OTAN obliga, de acuerdo
al artículo 5, a que se desate una guerra de respuesta de los 42 países de la alianza atlántica contra Rusia.
En
cifras reales,
mientras Rusia alcanzó un estimado de 149.000
millones de dólares de gasto militar en 2024, de acuerdo a los datos de SIPRI, Europa, excluida Rusia, gastó casi cuatro veces más llegando a la cifra de
544.000 millones de dólares. Y si
sumamos los 997.309 y los 29.346
millones de dólares que gastó Estados
Unidos y Canadá, el 2024,
estamos hablando de más de 10 veces el
gasto militar de Europa, EEUU y Canadá
con respecto a Rusia.
La
opción nuclear
también no es recomendable ya que esto
representaría una muerte conjunta “asegurada”
entre los países de la OTAN y Rusia
y las consecuencias para el mundo serían
inimaginables. La misma Federación
Rusia, en todo caso, sí ha dicho que en caso
de un peligro “existencial” a su
seguridad podría usar sus armas estratégicas, armas nucleares, contra cualquier Estado que ponga en
peligro su propia existencia. Sin embargo, esto también lo podrían hacer todas las potencias nucleares en caso de un peligro existencial definitivo.
El único precedente al respecto es que
sólo Estados Unidos ha sido capaz de
utilizar bombas nucleares en la historia
de la humanidad contra las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en 1945.
Por lo mismo, seguir alimentando la retórica de la guerra y seguir los mismos pasos de siempre, una y otra vez, es completamente irracional y es urgente que todos los líderes mundiales retomen el sentido de la responsabilidad política que tienen sus cargos y que no es otra que lograr convivir y preservar la paz, tanto dentro de sus propios países como fuera de ellos, por lo cual deben lograr resolver sus diferencias internas como con otros países mediante el diálogo y la diplomacia.
Es
cierto que Estados Unidos y la Unión Europea hoy no pueden “disfrutar”,
como señala Vance, de todas las regalías y ventajas que tenían
antes para imponer su voluntad a las
naciones más pequeñas. Hoy, efectivamente,
tienen competencia en muchos frentes. Entre ellos, en el ámbito comercial y militar.
Es
cierto, y en hora buena,
que ya no gozan del dominio unipolar para seguir imponiendo por la fuerza sus deseos y su
voluntad a destajo. Por eso mismo, es
urgente que haya nuevas reglas del juego en el mundo actual donde los nuevos actores como Brasil, China, Rusia, India, Sudáfrica, los BRICS, y tantos más, abogan por un mundo multipolar donde todas las naciones importen, donde haya justicia e igualdad en las relaciones internacionales y se
termine definitivamente con la política
del garrote y del más fuerte.
En
ese nuevo mundo que
emerge se necesita un tratado de seguridad común que tenga por fin regular las relaciones internacionales para poner fin a las guerras y alentar una agenda de desarme.
Si las naciones del mundo, especialmente las
más poderosas, se
ponen de acuerdo y se crean las condiciones para el respeto común de todas las naciones
de la tierra podremos convivir en paz y será posible la desmilitarización del planeta y poner fin al derroche del gasto militar.
La ONU en este nuevo escenario.
Son muchos
los conflictos en curso y otros que en cualquier momento pueden estallar. Entre ellos, Ucrania-Rusia, Yemen, Sudán, la guerra contra Palestina, contra el Líbano, la amenaza latente de Israel
contra Irán, la tensión con Corea
del Norte, por Taiwán, los enfrentamientos
aislados en el mar de China
meridional. Los tiempos que vive la
humanidad son muy peligrosos.
La Organización de Naciones Unidas debería jugar un rol fundamental
para resolver estas guerras y tensiones mundiales, pero, lamentablemente, no ha tenido la fuerza necesaria para hacerlo y está
cada vez más debilitada. No ha podido desactivar
los conflictos en curso y el alto
peligro que estos representan para
la seguridad mundial. Es más, Israel
ha desafiado abiertamente a la ONU violando reiteradamente los mínimos
diplomáticos y las leyes de guerra incluso atacando instalaciones y
personal de las mismas Naciones
Unidas quienes han resultado heridos
o muertos por las fuerzas
armadas de Israel.
Para
empeorar la misma
situación de debilidad de la ONU la
prensa ha señalado que el 2 de junio
próximo será elegida como presidenta de
la Asamblea General de la ONU la ex
ministra de Asuntos Exteriores de Alemania,
Annalena Baerbock, quien sustituirá
al presidente actual, el camerunés Philémon
Yang.
Analenna
Baerbock, de 44 años,
del Partido Verde alemán, nieta de Waldemar Baerbock, un nazi ferviente defensor del nacionalsocialismo como reporto la revista alemana Bild, señaló el 2023 ante el Consejo de Europa, en
Estrasburgo, que “Estamos librando una guerra contra Rusia,
no entre nosotros”. Palabras, en todo caso, concordantes con la actitud
de Alemania de participar
indirectamente en la guerra que libran Ucrania y Rusia, enviando armamento, municiones, y tanques a
la parte ucrania.
Por
lo mismo, resulta
controversial y negativo que Baerbock
asuma un cargo de tan alta
responsabilidad en la ONU como presidenta de la Asamblea General de la ONU lo que indica que la organización internacional no
tiene estándares mínimos y no le importa que se elija a una persona que tenga en su hoja de vida la participación directa o indirecta en cualquier guerra.
En
un mundo en donde todas y todos estamos en peligro
la Organización de Naciones Unidas
debería cumplir un papel destacado y es
importante que sus líderes y voceros
sean intachables, para cumplir su misión
de trabajar por el respeto de los derechos humanos y para asegurar el derecho de todas
y todos a vivir en paz.
Pablo Ruiz es integrante del Observatorio
por el Cierre de la Escuela de las Américas
en Chile y editor de la Revista El Derecho de Vivir en Paz www.derechoalapaz.org
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