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Quizás deberíamos comenzar por la nueva deuda, desde mayo de 2010 hasta
ahora. Las reglas fijadas por la Troica son una violación de los derechos económicos y sociales de los
ciudadanos griegos, ilustrada por una reducción de salarios, de pensiones,
por la violación de los derechos fundamentales del pueblo griego. Por ejemplo, el primer Memorándum no fue
examinado en su totalidad por el parlamento griego, ni realmente debatido:
el procedimiento no fue democrático. La Troica dijo «Deben aceptar. Si no aceptan las
reglas no recibirán la ayuda.» Lo que
demuestra el menosprecio total del principio democrático de un país soberano.
Por consiguiente, para mí, esta nueva deuda que en 2013 representará la mayor parte de la deuda pública exterior griega es
ilegítima y debe ser anulada.
Debemos analizar también la deuda desde 1990 hasta 2010, deuda ligada a
la preparación de los Juegos Olímpicos, y también la deuda
originada por el acceso de Grecia a la
zona euro. Una gran parte del dinero provenía de bancos alemanes, franceses
y otros bancos privados de los principales países de la UE. Es evidente que gran parte de este dinero
entró a Grecia bajo la forma de deuda privada o pública. Los bancos
privados de Alemania, Francia, Bélgica,
Países Bajos y Luxemburgo concedieron esos préstamos, puesto que así
obtenían un gran beneficio. Además
sabían que si ocurría algún problema, estarían cubiertos por el Banco Central
Europeo. Por lo tanto, podemos discutir e interrogarnos sobre la
legitimidad de este tipo de préstamo. En
efecto, los bancos fueron reflotados por el BCE al 1 % de interés… El BCE
concedió préstamos (en diciembre de 2011 y febrero de 2012) por un monto de 1
billón de euros ( 1 000 000 000 000 €) con un interés del 1 % a tres años para
ayudar a los bancos europeos. Los grandes bancos de Alemania, Francia, Bélgica, Luxemburgo,
Países Bajos, Austria y también los bancos griegos, españoles e italianos
aprovecharon ese dinero.
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ERIC TOUSSAINT: “Grecia
podría abrir el camino a Europa para dejar atrás la larga noche neoliberal”.
*****
Miércoles
25 de abril del 2012.
Despina
Papageorgiou (CRASH)
.«Todas
las deudas acumuladas debidas al Memorándum son ilegítimas» «Apoyaremos todos
vuestros esfuerzos»
En 2007, en Quito, un grupo de expertos se quedaron
sin habla al entrar en sus habitaciones del hotel: cajas enteras de documentos
del ministerio de Economía, correspondientes al periodo anterior a la
presidencia de Rafael Correa habían simplemente desaparecido. Estos expertos
eran miembros de la Comisión de Auditoría Integral de la Deuda de Ecuador
(CAIC) creado por el presidente Correa. El Comité estaba formado por doce
expertos de Ecuador y seis provenientes del extranjero. El politólogo e
historiador belga Eric Toussaint era uno de ellos. Hoy, en la entrevista
ofrecida a la revista Crash, nos describe cómo el mito de David contra Goliat
se materializó una vez más en Ecuador, a pesar de las esperadas dificultades.
Después de 14 meses de trabajo intensivo, la Comisión de Auditoría Integral de
la Deuda de Ecuador produjo sus primeros resultados, declarando que una gran
parte de la deuda era ilegítima. Sobre esta base, el gobierno ecuatoriano
suspendió el pago de los títulos de la deuda que vencían en 2012 y en 2030.
Además consiguió que los acreedores revendieran esos títulos a un 35 % de su
valor original. A Washington le dio un ataque…
Una década antes, Ecuador era descrito como
«república bananera». Ahora, según el diario británico The Guardian, podría ser
el «lugar más radical y más entusiasta donde vivir». Hay más ventajas sociales,
los pobres reciben subsidios y la sanidad es totalmente gratuita. Los gastos
públicos también aumentaron. El porcentaje de personas que viven por debajo del
umbral de la pobreza disminuyó del 37,6 % en 2006 al 28,6 % en 2011.
Eric Toussaint es profesor en la Universidad de
Lieja (Bélgica), fundador y presidente del Comité para la Anulación de la Deuda
del Tercer Mundo (CADTM, www.cadtm.org) y autor de numerosos libros. Trabajó en
forma voluntaria para la Comisión de Auditoría Integral de la Deuda de Ecuador.
Tiene los conocimientos y experiencia para asegurar que existe una alternativa,
siempre que haya voluntad política.
Eric Toussaint es categórico cuando afirma a Crash
que la deuda causada por el Memorándum no es sólo ilegítima sino también
odiosa. También expresó públicamente, a través de nuestra revista, su sostén
personal y el de su organización con respecto a cualquier esfuerzo que haga
Grecia para conseguir una comisión de auditoría de la deuda. «Es más fácil para
vosotros analizar vuestra deuda que lo que fue el análisis de la deuda
ecuatoriana» nos dijo, «Por lo tanto, ¡hacedlo!»
¿El nuevo gobierno griego, salido de las elecciones
del 17 de junio, escuchará el llamamiento del profesor? Un gobierno anterior
hizo oídos sordos a otra advertencia. «¡Habíamos prevenido a Georges Papandreu
a su debido tiempo! Antes de que Grecia se sometiera al FMI, el ex primer
ministro había pedido consejo a Rafael Correa —debido a su propia experiencia—
sobre la forma de tratar el problema de la deuda», contó el ministro de
Relaciones Exteriores, Ricardo Patiño, en un discurso en Quito en febrero de
2012 (citado por Leonidas Vatikiotis). «El primer ministro griego hablaba
mucho», continuó Patiño, «y Correa le dijo “Prestad atención, hay algo que no
debéis hacer y algo que absolutamente debéis hacer con el fin de no pagar la
deuda: no debéis acudir al FMI. Y debéis crear un comité de auditoría de la
deuda.” Luego, Papandreu hizo exactamente lo contrario.»
Mi conversación con Eric Toussaint comenzó por la
cuestión de las elecciones griegas. Hice la observación de que la propuesta de
la constitución de una comisión de auditoría de la deuda griega había aparecido
de nuevo durante el periodo electoral. Dado el hecho sintomático de que la
propuesta había sido rechazada por los dos partidos que presidieron Grecia
durante décadas, le pregunté:
¿Por qué piensa usted que ellos no quieren analizar
la deuda y por qué sabotean todos los esfuerzos para su anulación?
Está claro que ni el PASOK ni Nueva Democracia
están interesados en apoyar una auditoría, ya que su responsabilidad en la
deuda de este país saldría a la luz. Son enormemente responsables de la deuda
que se generó durante los años 1990 y 2000, así como de la nueva deuda
producida por el memorádum. Para mí, ésta es una deuda ilegítima.
Es conveniente mencionar que la deuda odiosa es una
deuda que:
a) ha sido contraída sin el consentimiento de la
nación,
b) que el dinero así habido no sirvió a los
intereses de la nación
c) que el prestamista conocía los hechos enunciados
anteriormente.
El concepto de deuda odiosa se le atribuye al
profesor de derecho, Alexander Sack1.
¿Cómo
explica usted que la deuda es ilegítima?
Quizás deberíamos comenzar por la nueva deuda,
desde mayo de 2010 hasta ahora. Las reglas fijadas por la Troica son una
violación de los derechos económicos y sociales de los ciudadanos griegos,
ilustrada por una reducción de salarios, de pensiones, por la violación de los
derechos fundamentales del pueblo griego. Por ejemplo, el primer Memorándum no
fue examinado en su totalidad por el parlamento griego, ni realmente debatido:
el procedimiento no fue democrático. La Troica dijo «Deben aceptar. Si no
aceptan las reglas no recibirán la ayuda.» Lo que demuestra el menosprecio
total del principio democrático de un país soberano. Por consiguiente, para mí,
esta nueva deuda que en 2013 representará la mayor parte de la deuda pública
exterior griega es ilegítima y debe ser anulada.
Debemos analizar también la deuda desde 1990 hasta
2010, deuda ligada a la preparación de los Juegos Olímpicos, y también la deuda
originada por el acceso de Grecia a la zona euro. Una gran parte del dinero
provenía de bancos alemanes, franceses y otros bancos privados de los
principales países de la UE. Es evidente que gran parte de este dinero entró a
Grecia bajo la forma de deuda privada o pública. Los bancos privados de
Alemania, Francia, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo concedieron esos
préstamos, puesto que así obtenían un gran beneficio. Además sabían que si
ocurría algún problema, estarían cubiertos por el Banco Central Europeo. Por lo
tanto, podemos discutir e interrogarnos sobre la legitimidad de este tipo de
préstamo.
En efecto, los bancos fueron reflotados por el BCE
al 1 % de interés…
El BCE concedió préstamos (en diciembre de 2011 y
febrero de 2012) por un monto de 1 billón de euros ( 1 000 000 000 000 €) con
un interés del 1 % a tres años para ayudar a los bancos europeos. Los grandes
bancos de Alemania, Francia, Bélgica, Luxemburgo,
Países Bajos, Austria y también los bancos griegos, españoles e italianos
aprovecharon ese dinero.
Y ahora los países toman préstamos a esos mismos bancos con tipos de
interés más elevados…
Reciben el dinero al 1 % y luego, con ese mismo
dinero, conceden préstamos a los países periféricos con tipos de interés del 5,
6 o 7, hasta 9 %. En derecho comercial, cuando se financian esos préstamos por
intermedio de créditos acordados al 1 %, se está contraviniendo el derecho
comercial. Esos prestamistas se enriquecen en forma abusiva.
Por
consiguiente, ¿la deuda es sólo una herramienta utilizada por la elite
financiera y política para tratar con arrogancia a la población, controlarla e
imponerle ciertas políticas?
Es evidente que la Troica utiliza la deuda griega
como un instrumento, como una herramienta, para imponer una política que viola
los derechos elementales del pueblo griego. Se instrumentaliza a Grecia para
chantajear a otros países como Portugal, Irlanda, Italia o España e imponerles
el mismo tipo de política. Grecia no es una excepción. Grecia es un laboratorio
donde se aplica la nueva terapia de choque.
Lo que lleva a la siguiente pregunta: En uno de sus recientes artículos, usted
escribió: «Europa está sufriendo una terapia de choque como la que sufrió
América Latina en los años ochenta y noventa del siglo pasado. ¿Piensa usted que también Europa ha entrado
en una «larga noche neoliberal»?
Por
supuesto. El paralelismo salta a la vista. En los años ochenta y noventa, el
FMI, así como el Banco Mundial y el Club de París,
impusieron una terapia a los pueblos de América Latina, así como a otros
pueblos del Tercer Mundo, en Asia —por ejemplo en Indonesia, Filipinas y Corea
del Sur— después de la crisis asiática de 1997. Por lo tanto, no fue sólo
América Latina, si no todas las regiones del Tercer Mundo. Podríamos hacer una
comparación con la terapia de choque aplicada a Rusia, Polonia, Hungría y
Alemania del Este durante su periodo de reunificación en los años noventa.
Entonces, ¿cuáles son esas políticas? La privatización, como es el caso de
Grecia en este momento, el aumento del IVA, los impuestos indirectos sobre la
mayoría de la población, los despidos en la función pública, una reducción de
salarios, etc.
La
clásica receta del FMI…
Exactamente. Lo que están haciendo en Grecia ya lo
implantaron hace 20 o 30 años en los países latinoamericanos, asiáticos,
africanos y del ex bloque soviético.
Y los
resultados son evidentes…
Eso fracasó porque no creó ni crecimiento ni
empleo. Pero la verdadera motivación no es el crecimiento de la economía, la
motivación real para el FMI y los otros elementos de la Troica —el BCE y la
Comisión Europea—es no proveer crecimiento. Saben perfectamente que Grecia, con
este tipo de política, no recuperará jamás su economía. Y lo saben muy bien. No
son estúpidos. Son inteligentes. Y por ello se sirven de la crisis de forma
estratégica para reducir salarios y el nivel de vida de la población, porque
quieren un país y un mundo donde sólo aumente el beneficio de las grandes
empresas. Esa es la verdadera motivación. Quieren ayudar y reforzar las grandes
sociedades financieras como Goldman Sachs, Deutsche Bank, JP Morgan y todos los
grandes bancos privados de Europa y Estados Unidos.
Alguien como Joseph
Stiglitz, que no es un economista de izquierda pero laureado con el premio Nobel en 2001, escribía en su
libro «El Malestar en la Globalización»
que si se analiza superficialmente las políticas del FMI, éstas podrían parecer
absurdas y destinadas al fracaso, pero si consideráis que el FMI sostiene y
defiende los intereses del capital financiero, os daréis cuenta de que sus
políticas son realmente coherentes e inteligentes.
Y tratan de persuadir a Grecia de que es la única
forma de actuar, pero, como usted lo sabe muy bien, tenemos ejemplos de países
que anularon parte de su deuda ilegítima. Un ejemplo es por cierto Ecuador
donde usted participó en la Comisión de Auditoría de la Deuda. ¿Podría
relatarnos brevemente qué evolución tuvo ese proceso, y cómo se obtuvieron esos
resultados?
En primer lugar debemos decir que fue un éxito
total y sin represalias. Y esto es lo que hizo el pueblo ecuatoriano: eligió un
nuevo presidente en noviembre de 2006, quien, por decreto presidencial, creó
una Comisión de Auditoría de la Deuda en julio de 2007 para analizar la deuda
en el periodo 1976 - 2006. El presidente eligió 18 expertos, 12 de Ecuador y 6
provenientes del extranjero. Fui una de esas seis personas. También pidió a 4
órganos del Estado formar parte de esa Comisión: la Comisión Anticorrupción, el
Tribunal de Cuentas (la Contraloría), el Ministerio de Justicia y el Ministerio
de Finanzas.
Por lo
tanto, el gobierno apoyó totalmente ese proceso.
Trabajamos durante 14 meses, y al final de ese
periodo, en septiembre de 2008, presentamos nuestras conclusiones y nuestras
recomendaciones al gobierno durante una reunión con el presidente y sus
ministros. Después de dos meses de deliberación, el gobierno decidió suspender
el pago de la deuda bajo la forma de títulos (los que vencían en 2012 y 2030).
Es asombroso, sólo fueron necesarios 16 meses, 14
para el trabajo de auditoría y dos más para que el gobierno actuara…
Fueron necesarios 14 meses para analizar y dos
meses para discutir en el seno del gobierno sobre lo que se debía hacer.
Mantuvimos varias reuniones con el gobierno en el transcurso de esos 14 meses y
después, pero fue el gobierno el que tomó la decisión final de suspender el
pago de los títulos. Después de ocho meses de no pago, consiguieron forzar a
los tenedores de esos títulos a aceptar una reducción del 65 % de su valor. El
Estado, Ecuador, compró obligaciones a precio reducido. Por una obligación con
un valor de 1.000 dólares, el Estado ecuatoriano pagó 350 dólares.
Pero
supongo que ustedes [los miembros de la Comisión] habrán tenido que enfrentarse
a dificultades. Quiero decir, ustedes se
alzaron contra los acreedores internacionales, los bancos, el sistema. En
un artículo se informó que cajas con documentos del Ministerio de Economía
habían desaparecido de sus habitaciones.
Evidentemente, cuando estábamos trabajando, las
personas, que habían estado en el poder antes de la elección del nuevo
presidente y que habían sido sobornadas o que habían firmado contratos ilegales
que contribuían al endeudamiento del país, no quisieron darnos toda la
documentación que necesitábamos para nuestro trabajo. Bajo algunos aspectos fue
difícil, pero finalmente tuvimos toda la documentación necesaria.
En el
caso de Grecia pienso que, en cierto sentido, será más fácil
porque hay más información disponible. Por ejemplo no existe ningún secreto
sobre las condiciones impuestas por la Troica. Podemos analizar directamente lo
que la Troica hizo con Grecia en estos dos últimos años. Por consiguiente, no
necesitamos realmente acceder a secretos de Estado.
La deuda de Ecuador pasó de 1.200 millones de
dólares en 1970 a 142.500 millones de dólares en 2006. Era más pequeña que la deuda griega. Por lo tanto pregunté a Eric Toussaint:
Dado que Grecia está en la zona euro y que su deuda es
superior a la de Ecuador, ¿piensa usted que sería más difícil para Grecia
borrar la parte ilegal de su deuda?
Creo que es más fácil de analizar la deuda griega
que aquella de Ecuador, porque esta última era más complicada y concernía a
muchísimos más contratos que en el caso griego. En el caso ecuatoriano tuvimos
que analizar uno por uno los contratos del país con el Banco Mundial, el FMI,
el Banco Interamericano de Desarrollo, con los países miembros del Club de
París, y también la deuda (títulos) con los mercados.
En el caso de Grecia, la mayor parte de la deuda
estará pronto bajo forma de títulos comprados por la Troica o préstamos
concedidos por la misma. Por lo tanto, pienso que es más fácil. La deuda
ecuatoriana podía ser relativamente menor, pero había más de 100 contratos. En
consecuencia, el análisis fue difícil.
Recuerdo la declaración del gobierno de Correa a
través del ministro de Finanzas Ricardo Patiño —y el gobierno respetó esa
declaración—: «Nosotros no aceptaremos lo que otros gobiernos han aceptado.
Esto es válido para nuestra política económica dictada por el FMI. Consideramos
que es inaceptable». ¿Los griegos osarán
hacer lo mismo? pregunté a Eric Toussaint:
El pueblo teme que si se anula la deuda ilegítima,
podría haber represalias en los mercados
y que se llegaría a no poder comer. En el caso de Ecuador, no hubo represalias.
¿Hay posibilidades de que haya
represalias en el caso griego?
Debemos ser claros. Dije que no hubo represalias
pero debemos recordar que, desde aquel momento, Ecuador no acude más a los
mercados para financiar sus políticas. No hubo represalias pero es evidente que
si alguien suspende el pago de la deuda a los bancos privados, habrá que
esperar algunos años antes de que los bancos acepten financiarlo de nuevo.
Grecia, en las condiciones actuales, debería
encontrar métodos alternativos de financiación de sus políticas y de su
desarrollo. Debería combinar una suspensión de pago de la deuda con una
auditoría de la misma y una reforma de su política fiscal. El país debería
elaborar una política fiscal que respetara la regla de la igualdad. Debo
mencionar, por ejemplo, que en Grecia, la Iglesia, así como el sector del
transporte marítimo, están ampliamente exentos del pago de impuestos. Todas las
instituciones y sectores del país deberían contribuir a la fiscalidad.
Se tiene que establecer un presupuesto fundamentado
no sólo en el dinero proveniente del extranjero sino también del interior del
país. Y, por supuesto, no quiero decir que
se imponga más IVA a los pobres. Digo simplemente que los sectores que no
contribuyen al presupuesto deberían hacerlo.
Durante ese tiempo, ¿el pueblo griego estaría en condiciones de
sobrevivir?
La respuesta me deja sin habla:
¡Si dejáis de pagar, tendréis dinero! Si no
utilizáis el dinero para pagar a los bancos, podríais utilizarlo para pagar
salarios, aumentar las pensiones, pagar a los funcionarios, crear empleos,
estimular la economía. Es exactamente lo que hizo Argentina cuando dejó de
pagar su deuda en 2001. Desde entonces, no volvieron a pedir financiación a los
bancos extranjeros privados ni a los mercados. Y Argentina va muy bien. Lo que
hicieron Ecuador y Argentina fue poner impuestos mucho mayores a las grandes
empresas. E insisto: esto no significa que Grecia debería pedir a la mayoría de
la gente, a los pobres, a que paguen más impuestos. Son las grandes sociedades
privadas las que deberían contribuir.
Es revelador que, a pesar de que Ecuador es un país
exportador de petróleo, había recibido siempre pequeños ingresos de sus
exportaciones, ya que las compañías petroleras multinacionales se reservaban la
mayor parte de los beneficios. Eso cambió, cuando en julio de 2010 por medio de
una ley adoptado por el gobierno de Correa, la parte del Estado en las
exportaciones de petróleo aumentó del 13 % al 87 % sobre los ingresos
petroleros brutos. Siete de dieciséis compañías petroleras huyeron del país y
fueron reemplazadas por empresas del Estado. Las otras se quedaron. El aumento
en la recaudación petrolera del Estado fue de 870 millones de dólares en 2010.
Además, los impuestos inmediatos, principalmente
los que afectan a las empresas aumentaron del 35 % en 2006 a más del 40 % en
2011. También existe una confrontación con las elites nacionales. Y eso me
lleva a la siguiente pregunta:
Pensamos
que se deben investigar las cuentas bancarias de las personas que se ocupaban
de la deuda. Ustedes también lo han hecho en Ecuador.
Si queremos poner en evidencia casos de corrupción,
está claro que la justicia debe emprender acciones legales y que el ministerio
de Finanzas debe preguntar a algunas personas sobre cuestiones concretas: sobre
su riqueza, cómo se enriquecieron, por qué medios recibieron ese dinero y sobre
la fortuna que acumularon. Una comisión de auditoría necesitaría la ayuda de
los encargados del control de impuestos así como del ministerio de Justicia.
Usted
habló de sobornos. Por lo tanto, está seguro de que los hubo.
En
ciertos casos. Sí. En Grecia, puede ser que no sea el
mayor problema, pero está claro que había contratos financiados por préstamos,
contratos para comprar material de Siemens, etc. Ya ha demostrado el ministerio
de Justicia de Grecia que, en el caso Siemens, hubo una cantidad enorme de
sobornos pagados a políticos con la intención de conseguir que se aprobara el
contrato para Siemens. No es ningún secreto, al contrario, es bien conocido.
También en Ecuador habéis descubierto sobornos
pagados por empresas multinacionales y bancos. ¿Podría darnos algunos ejemplos,
como el caso Siemens?
Las personas en el seno del gobierno durante los
años 1990 y 2000 recibieron dinero para firmar contratos con los bancos y para
aceptar condiciones favorables para los banqueros.
¿Usted quiere decir que los sobornos fueron
pagados para que los funcionarios aceptaran condiciones favorables para las
empresas y no para los ciudadanos del país?
Exactamente.
¿Se acuerda de algún caso?
Citigroup, y también JP Morgan estaba involucrado.
Además existía la participación de abogados de Nueva York, especialistas en el
consejo a bancos y gobiernos, y que también recibieron su parte como
intermediarios en ese ciclo de corrupción.
Es evidente que Correa provocó—al menos en alguna
medida— la «Revolución ciudadana» que había declarado desde su llegada al
poder. El presidente de Ecuador es «un gol en contra» para Occidente: a pesar
de haber sido educado en las universidades europeas y estadounidenses —algunas
de ellas fortalezas de la escuela de Chicago—, cuando llegó al poder practicó
exactamente lo opuesto de lo que le habían enseñado. Actualmente, sin embargo,
tiene la crítica, incluso de la izquierda, con la acusación de que no fue hasta
el final.
Y le pregunté a Eric Toussaint:
¿Habéis tenido algún contacto reciente con el presidente Correa con respecto a
la abolición de la deuda ilegítima?
En el
caso de Ecuador, el éxito fue del 100 %. Encontré al presidente
Correa en enero de 2011, dos años después de que finalizaran los trabajos de la
Comisión de Auditoría. Me dijo que había sido un éxito total ya que no había
habido represalias contra Ecuador. Pensaba en lo sucesivo suspender otras
partes del pago de la deuda externa. Veremos qué hará.
Hay críticas que dicen que Ecuador no ha recorrido
todo el camino posible…
Podrían haber hecho más y lo saben. Ahora están
pensando en otras partes de la deuda que podrían cuestionar.
De todas maneras, durante este tiempo,
Ecuador está aceptando préstamos de China con un tipo de interés elevado.
Hay algunos acuerdos entre Ecuador y China para la
exploración y explotación del petróleo. El gobierno ecuatoriano toma prestado
dinero de sociedades chinas.
Eric Toussaint nos dice que no es un representante de la presidencia
de Ecuador y que simplemente apoya el cambio político positivo y critica los
aspectos negativos.
China ha sido el prestamista número uno de
Ecuador después de la cesación de pagos de 2008. El Estado
aprobó un préstamo de 2.000 millones de dólares en 2011 del banco chino China
Development Bank. Las condiciones del préstamo, sin embargo, no parece que
hayan producido una reducción en los gastos sociales: Ecuador es el país de
América del Sur que tiene el mayor porcentaje de gastos sociales en relación a
su PIB de toda América Latina y Caribe.
¿Cuáles serían las condiciones para que
Grecia pudiera seguir el ejemplo ecuatoriano?
Hay dos escenarios. Si un
gobierno conservador continúa con la política de la Troica después de las
elecciones, es imposible pensar que ese tipo de gobierno pueda dar su apoyo a
una auditoría honesta. Ese sería el primer escenario. El otro sería la elección
de un gobierno progresista de izquierda. Si se tratara de un gobierno
progresista, democrático y soberano, debería anular el acuerdo con la Troica y
emprender una auditoría de la deuda. Por lo tanto, sí, ese escenario sería muy
positivo. Un gobierno de esas características sabría revelar qué es lo que
realmente pasó con la deuda griega.
En el primer escenario, si tenéis todavía un
gobierno que respeta los acuerdos con la Troica, lo que debéis hacer es
emprender una auditoría ciudadana, totalmente independiente del gobierno.
Me gustaría expresar públicamente que, en los dos
casos, si el pueblo quiere lanzar una verdadera auditoría ciudadana de la
deuda, apoyaremos esa opción. En el segundo escenario, si un gobierno
progresista suspendiese el acuerdo impuesto por la Troica y quisiera auditar la
deuda, apoyaríamos esa iniciativa con entusiasmo.
Supongamos
que Grecia anula la parte de su deuda que es ilegítima. ¿Esto llevaría al
desencadenamiento de una «revolución» europea contra la deuda?
Si
Grecia hiciera eso, habría mucha gente en Portugal y en España, y
esperemos que también en Irlanda y en Italia, que apoyaría esa decisión. Y
también se encontraría respaldo en países como Francia, Alemania, Bélgica y Reino Unido. Estamos activos en esos países y
tenemos una campaña de solidaridad con Grecia. Nuestra campaña recibe un sostén
importante. No es realista declarar que la gente de esos países ya ha entendido
lo que realmente está pasando. Pero hay una parte importante de la opinión
pública que comprende que las condiciones impuestas a la población griega son
totalmente inaceptables, mientras que numerosas personas en otros países
europeos esperan ver al pueblo griego emerger como un ejemplo de un país que
recobra su soberanía y por lo tanto es una fuente de inspiración para una
fuerza alternativa en Europa.
Repasando otra Europa, democrática,
concluimos nuestra conversación con Eric Toussaint. Sus últimas palabras
persistieron largamente en mi espíritu: Grecia podría abrir el camino para
dejar atrás la «larga noche neoliberal» europea.
«Le
haré un ofrecimiento que no podrá rechazar» era la memorable frase de Marlon
Brando en la bien conocida película El Padrino. De la
misma manera, Grecia parece estar sometida a un chantaje al respetar el
memorándum de la Troica. Pero la clave para comprender la posición de la elite
internacional contra el país se encuentra en las palabras que dice el juez
respecto a la mafia en la misma película: «la manzana podrida puede arruinar
toda la cesta»…
…Según la imagen de la «manzana podrida» (que Noam
Chomsky a menudo ha utilizado), la razón por la que Estados Unidos castigó a
Cuba no es porque Fidel Castro constituía una verdadera amenaza para el país.
Su verdadero miedo era que la «manzana podrida» —el líder cubano— pudiera
inspirar a otros gobernantes y crear un efecto dominó que pudriese a la cesta
entera. En efecto, como la «marea roja» que ganó en América Latina y llevó a
algunos dirigentes a romper con el «consenso de Washington». Y Washington
sufrió su peor pesadilla.
En el caso de Grecia, si el «conejillo de Indias
ocupa el laboratorio» —como dice Costas Douzinas—, si Grecia logra vaciar de
contenido la política de la Troica y demuestra que las democracias no son
callejones sin salida ni conducen a soluciones únicas, Europa puede marchar
hacia la democracia. En ese caso, por supuesto, las «manzanas» no estarán
podridas, sino simplemente maduras…
*****
Traducción:
Griselda Pinero
Publicación mensual «Crash» de junio de 2012.
*****
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