“Se llama cambio climático a la modificación del
clima con
respecto al historial climático a una escala global o regional. Tales cambios se producen a muy diversas escalas de
tiempo y sobre todos los parámetros meteorológicos: temperatura, presión atmosférica, precipitaciones, nubosidad, etc. En teoría,
son debidos tanto a causas naturales (Crowley y
North, 1988) como antropogénicas (Oreskes, 2004).
El término suele usarse de manera poco apropiada, para hacer referencia tan
solo a los cambios climáticos que suceden en el presente, utilizándolo como
sinónimo de calentamiento global. La Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático usa el
término «cambio climático» solo para
referirse al cambio por causas humanas:
Por "cambio climático" se entiende un cambio de clima atribuido
directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la
atmósfera mundial y que se suma a la variabilidad natural del clima observada
durante períodos comparables. Artículo 1, párrafo 2
Recibe el nombre de «variabilidad
natural del clima», pues se produce constantemente por causas naturales. En
algunos casos, para referirse al cambio de origen humano se usa también la
expresión «cambio climático antropogénico».
“El clima es un promedio, a una escala de tiempo dada, del tiempo atmosférico. Los distintos tipos climáticos y su localización en la superficie terrestre obedecen a ciertos factores, siendo los principales, la latitud geográfica, la altitud, la distancia al mar, la orientación del relieve terrestre con respecto a la insolación (vertientes de solana y umbría) y a la dirección de los vientos (vertientes de Sotavento y barlovento) y por último, las corrientes marinas. Estos factores y sus variaciones en el tiempo producen cambios en los principales elementos constituyentes del clima que también son cinco: temperatura atmosférica, presión atmosférica, vientos, humedad y precipitaciones. Pero existen fluctuaciones considerables en estos elementos a lo largo del tiempo, tanto mayores cuanto mayor sea el período de tiempo considerado. Estas fluctuaciones ocurren tanto en el tiempo como en el espacio. Las fluctuaciones en el tiempo son muy fáciles de comprobar: puede presentarse un año con un verano frío (por ejemplo, el sector del turismo llegó a tener fuertes pérdidas hace unos años en las playas españolas debido a las bajas temperaturas registradas y al consiguiente descenso del número de visitantes, y el invierno del 2009 al 2010 ha sido mucho más frío de lo normal, no solo en España, sino en toda Europa). También las fluctuaciones espaciales son aún más frecuentes y comprobables: los efectos de lluvias muy intensas en la zona intertropical del hemisferio sur en América (inundaciones en el Perú y en el sur del Brasil) se presentaron de manera paralela a lluvias muy escasas en la zona intertropical del Norte de América del Sur (especialmente en Venezuela y otras áreas vecinas). Un cambio en la emisión de radiaciones solares, en la composición de la atmósfera, en la disposición de los continentes, en las corrientes marinas o en la órbita de la Tierra puede modificar la distribución de energía y el equilibrio térmico, alterando así profundamente el clima cuando se trata de procesos de larga duración”. (Enciclopedia Wikipedia).
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ECOLOGÍA SOCIAL: LA MARCHA POR EL CLIMA
NO SE DETIENE.
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Amy Goodman y Denis Moynihan.
Democracy sábado 13 de septiembre del 2014.
“Existen leyes injustas”, escribió Henry David
Thoreau en su ensayo de 1849 titulado “Del deber de la desobediencia civil”.
Thoreau, un pacifista y naturalista, se preguntaba en su obra: “¿Nos
contentaremos con obedecerlas, trataremos de enmendarlas y las obedecemos hasta
que lo hayamos conseguido o las transgrediremos desde un comienzo?”. Su
respuesta fue simple: “Transgredan la ley”.
Eso es precisamente lo que hicieron Ken Ward Jr. y
Jay O’Hara 164 años más tarde, el 15 de mayo de 2013. Navegaron en un pequeño
barco pesquero llamado “Henry David T.” hasta un lugar de la costa de
Massachusetts, cerca de la planta Brayton Point, una enorme central eléctrica
de carbón construida en 1963 que es la mayor fuente de emisiones de carbono de
la región. Anclaron allí y bloquearon el acceso al muelle, impidiendo que un
buque descargara 40.000 toneladas de carbón. Colgaron carteles en el bo
te con
la leyenda “El carbón es absurdo” y “350”, en referencia al grupo internacional
de acción por el clima 350.org. Su nombre alude al nivel de concentración de
dióxido de carbono en la atmósfera, 350 partes por millón (ppm), que los
científicos consideran es el máximo aceptable para evitar que el cambio
climático provocado por el hombre se convierta en catastrófico. Ward y O’Hara
lograron impedir la descarga de carbón. Desde el bote llamaron a la policía
local y más tarde fueron arrestados por la Guardia Costera de Estados Unidos.
O’Hara, un velero cuáquero de Cabo Cod, explicó:
“Nos acusaron de cuatro delitos: de alterar el orden, de conspirar para alterar
el orden, de manejo negligente de un buque a motor y de no haber impedido la
colisión de un bote”. Por todo ello afrontaban una posible pena de varios años
de prisión. Invocaron la “defensa por necesidad” al reconocer que incumplieron
la ley, argumentando que lo hicieron para evitar un mal peor, es decir, la
quema de carbón que aumenta el calentamiento global. El lunes 8 de septiembre,
finalmente comparecieron ante el tribunal. El Fiscal de Distrito del Condado de
Bristol, Sam Sutter, les ofreció un acuerdo: retirar los cargos penales en su
contra a cambio de que se declararan culpables de un delito civil y fueran
condenados al pago de una multa. Pero el fiscal Sutter fue incluso más lejos,
bastante más lejos: cruzó la plaza que está frente al tribunal y pronunció un
breve discurso que sorprendió a los dos acusados y a las alrededor de cien
personas que estaban allí apoyándolos:
“La decisión que adoptamos Robert Kidd, el
vicefiscal de Distrito a cargo del caso, y yo, fue una decisión que sin duda tuvo
en cuenta el costo para los contribuyentes de Somerset, pero fue adoptada
pensando en sus hijos, en los niños del Condado de Bristol y en los demás
niños. El cambio climático es una de las peores crisis que nuestro planeta ha
enfrentado en toda su historia. En mi humilde opinión, los líderes políticos no
han hecho lo suficiente al respecto. Me llena de esperanza que hayamos logrado
forjar un acuerdo que complace a ambas partes y que parece satisfacer a la
policía y a las personas que están aquí para apoyar a los acusados. Además, me
complace enormemente que hayamos alcanzado un acuerdo que simboliza el
compromiso de la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Bristol de
asumir un papel de liderazgo con respecto a este tema”.
La increíble muestra de liderazgo político del
fiscal de distrito Sam Sutter sin duda llega en un buen momento. Esta semana,
la Organización Meteorológica Mundial ( OMM ) publicó su último boletín sobre
los gases de efecto invernadero, en el que da a conocer estadísticas preocupantes
acerca de la aceleración del cambio climático. “La cantidad de gases de efecto
invernadero en la atmósfera alcanzó un nuevo récord en 2013”, informó la
Organización Meteorológica Mundial. La concentración actual de dióxido de
carbono es de 396 partes por millón. La OMM también advirtió que “El índice
actual de acidificación de los océanos parece no tener precedentes, al menos en
los últimos 300 millones de años”. El otro acusado de la acción frente a la
planta Brayton Point, Ken Ward, ex director ejecutivo de Greenpeace Estados
Unidos, señaló la urgencia con la que considera el cambio climático: “Este
verano aprendimos que la capa de hielo de la Antártida occidental se está
derrumbando de forma inevitable, lo que significa tres metros por encima del nivel
del mar. Eso, para mí es realmente todo lo que necesitaba saber. Es decir, es
un acontecimiento simbólico. De ahora en más, todo empeorará. Deberíamos estar
adoptando medidas de emergencia en todas partes y la primera medida de
emergencia es dejar de utilizar carbón”.
Henry David Thoreau es sobre todo conocido por su
libro “Walden”, en el que describe el año que vivió en una cabaña que construyó
en Walden Pond, cerca de Concord, Massachusetts. Thoreau se opuso a la invasión
de Estados Unidos en México en 1847 y era un firme opositor de la esclavitud.
Para protestar contra estas políticas violentas, decidió que no pagaría los
impuestos. Cuando lo enviaron a prisión por ello, recibió una visita de su
amigo, el poeta Ralph Waldo Emerson. Según cuenta la historia, Emerson le
preguntó: “Henry, ¿qué estás haciendo aquí dentro?”, a lo que Thoreau
respondió: “Waldo, ¿qué estás haciendo tú allí afuera?”. El ensayo de Thoreau
sobre la desobediencia civil fue una de las primeras expresiones modernas de la
táctica no violenta de la no cooperación. Sus palabras y sus acciones
inspiraron a millones de personas, entre ellas a Gandhi y a Martin Luther King
Jr.
El domingo 21 de septiembre se realizará en la
ciudad de Nueva York la Marcha de los Pueblos por el Clima. Los organizadores
prevén que será la mayor marcha por el clima en la historia. Su eslogan es:
“Para cambiarlo todo, necesitamos de todos”. Sam Sutter dijo que participará,
al igual que los dos activistas a los que condenó. Les pregunté al fiscal de
distrito y a los acusados si marcharán juntos. Sonrieron. El fiscal Sutter
respondió: “¿Por qué no? Me pueden llamar. Les daré mi número de celular”. Jay O’Hara
coincidió: “Es una buena idea”.
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Amy Goodman es la
conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite
diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de
450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema:
Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado
por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Traducción
al español del texto en inglés: Mercedes Camps. Edición:
María Eva Blotta y Democracy Now! en español.
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