Los habitantes de Hong Kong se han echado de nuevo
a la calle, como cada año, para pedir democracia plena. Decenas de miles de personas -unas 50.000, según los medios de
comunicación locales- se han manifestado este lunes en la ex colonia británica
para reclamar la implantación del
sufragio universal en 2017, como prometido, y protestar contra el Gobierno, las desigualdades sociales y los altos
precios de la vivienda, con ocasión del 16º aniversario, el 1 de julio, de la devolución del territorio a
China por el Reino Unido. Acompañados de pancartas con eslóganes como “Democracia ya” y
“Abajo el Partido Comunista Chino”, han recorrido la ciudad, a pesar
de la lluvia, en una muestra del descontento
que existe en la región administrativa especial con Pekín y la creciente presencia de
ciudadanos de China continental. Algunos
manifestantes han enarbolado la bandera de Hong Kong de la época británica,
mientras otros han denunciado a “los
colonialistas chinos”.
Cuando Hong Kong volvió a China en 1997, se le
permitió mantener hasta 2047 su propio sistema político y libertades civiles de estilo occidental bajo la fórmula “un país, dos sistemas”.
Su ‘mini-constitución’ afirma que el
sufragio universal es “el objetivo último” y las autoridades centrales
prometieron que permitirían a la población elegir a su líder en 2017 y a todos los diputados en 2020. Pero muchos
habitantes de la ex colonia creen que Pekín
está intentando sabotear el proceso hacia lo que sería el primer lugar de China que goza de democracia completa. Qiao Xiaoyang, director del comité
legal del Parlamento chino, dijo en
marzo que todos los candidatos en las elecciones de 2017 deben “amar Hong Kong” y que los candidatos prodemocráticos de
la oposición que están enfrentados con Pekín
no son aceptables. Los hongkoneses nunca han podido
votar libremente a su líder. Ni bajo el régimen chino ni durante la
época colonial, cuando era nombrado por Londres.
Actualmente, pueden elegir a algunos de
sus diputados, mientras otros son designados por empresarios y otros colectivos. Desde que Pekín recuperó el control
del territorio, el máximo dirigente –DENOMINADO
JEFE EJECUTIVO- ha sido elegido por
un comité de miembros de la élite social próximos al Gobierno de Pekín. Pero el activismo político
entre los jóvenes de la región semiautónoma y el rechazo al Gobierno están en
alza. Las encuestas muestran que se identifican más como ciudadanos de Hong Kong que como ciudadanos de China, una tendencia que alarma a Pekín, deseoso de que la
ciudad muestre mayor “patriotismo”. Una encuesta
publicada el viernes pasado por la Universidad
de Hong Kong concluye que solo el 33% de los hongkoneses están orgullosos de tener nacionalidad
china, el nivel más bajo desde 1998.
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Cuando los pueblos ocupan las calles y plazas - el Ágora griega vuelve después de 25 siglos - Hong Kong La Ciudadanía y su juventud en especial, luchan y reclaman libertad, democracia moderna, ciudadanía activa - error político de Pekín no forjar desde abajo la Identidad del Ciudadano Chino - pero los errores se pagan muy caro. Hong Kong, su población está en miles en las calles reclamando Autonomía, Libertad, Democracia. Cuando los pueblos se deciden a luchar ni las más asesinas dictaduras podrán derrotar su Voluntad de Independencia Libertad y Democracia.
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CRECE LA PROTESTA EN HONG KONG.
Es el mayor desafío para China después de
Tiananmen.
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Decenas de miles se manifestaron por cuarta noche
consecutiva, reclamando el sufragio universal en las elecciones de 2017. China
calificó de ilegales las protestas y respaldó al gobierno de Hong Kong en su
intento de sofocarlas.
Andrew Johnson y Louise Watt *
Desde
Hong Kong Página /12 martes 30 de septiembre del 2014.
Decenas de miles de
manifestantes pro democracia permanecieron en las calles de Hong Kong por
cuarta noche consecutiva, desafiando los llamados para que se dispersaran,
mientras seguía creciendo el mayor reto a la autoridad de Beijing en 25 años.
La enorme muestra de desa-fío es en respuesta a la decisión de China de
permitir que sólo los candidatos investigados se presenten a las elecciones en
2017 después de haber prometido previamente “sufragio universal”.
Los activistas pro
democracia dicen que tal decisión asegurará que sólo los que apoyan el gobierno
de Beijing se puedan presentar. Anoche, las protestas se habían esparcido fuera
del distrito financiero central de la isla de Hong Kong, uno de los centros
comerciales más grandes del mundo, y en otras áreas clave. Algunos bancos
suspendieron la cotización, las tiendas cerraron temprano y algunas escuelas
permanecerán cerradas hoy.
La policía dijo que
usaron 87 bombas de gas lacrimógeno en la noche del domingo, en lo que dijeron
era una respuesta necesaria pero restringida a los esfuerzos de los
manifestantes por atravesar los cordones y barricadas. Informaron que 41
personas resultaron heridas, entre ellas 12 agentes de policía. También se
utilizó gas pimienta y los manifestantes fueron golpeados con cachiporras.
Ayer por la noche, sin
embargo, la policía antidisturbios se retiró cuando pareció que el uso de gases
lacrimógenos había fracasado. Las multitudes crecieron cuando la gente salió
del trabajo y se unió a los estudiantes de aspecto cansado acampados en las
rutas principales cerca de la sede del gobierno de la ciudad y en varias otras
partes de Hong Kong. “Los estudiantes están protegiendo el derecho al voto, por
el futuro de Hong Kong. No estamos asustados, simplemente luchamos por ello”,
dijo Carol Chan, un empleado de 55 años, quien se tomó dos días libres para
unirse a las protestas después de haberse enojado por el uso de gases
lacrimógenos por parte de la policía.
China llamó ilegales a
las protestas y respaldó los esfuerzos del gobierno de Hong Kong para
sofocarlas, diciendo que están minando la imagen de la ciudad como refugio
financiero seguro. Beijing adoptó una línea dura contra las amenazas percibidas
al monopolio del Partido Comunista en el poder. Este es el desafío más grande
desde los episodios en la Plaza de Tiananmen en 1989, que terminaron en una
masacre. Un resultado similar esta vez sería un desastre para la reputación de
Hong Kong y Beijing. Pero si los manifestantes tienen éxito, se envalentonarían
los activistas de la democracia en el continente.
El presidente ejecutivo
de Hong Kong, Leung Chun-ying, se vio obligado a negar los rumores de ayer de
que el ejército chino podría intervenir. “Espero que el público mantenga la
calma. Que no se deje engañar por los rumores”, dijo. China también advirtió a
otros países que no interfirieran, después de que el Ministerio de Asuntos
Exteriores del Reino Unido dijo que estaba “preocupado” por la violencia en su
antigua colonia.
En lugar de luz de velas
anoche, los manifestantes organizaron protestas de “luz móvil”, sosteniendo sus
teléfonos celulares con sus pantallas brillantes. El líder de la protesta,
Benny Tai, uno de los fundadores de la campaña central Occupy, también llamó a
Leung para que dimitiera. Dirigiéndose a las multitudes anoche, también condenó
el uso de la fuerza el domingo. “La gente usa paz y esperanza, mientras que el
gobierno utilizó gases lacrimógenos y gas pimienta”, dijo.
El domingo a la noche
los manifestantes llevaban capas de lluvia, mascarillas quirúrgicas y
antiparras y utilizaron sombrillas para protegerse del gas lacrimógeno y el gas
pimienta. Mientras que muchos de los residentes apoyan los llamados a una mayor
democracia –apodada la “revolución de los paraguas”– las multitudes están lejos de pedir una
revolución y no todo el mundo apoya las protestas.
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* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para
Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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Las
protestas se habían esparcido fuera del distrito financiero central de la isla
de Hong Kong.
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