martes, 2 de septiembre de 2014

MAESTRO DE MAESTROS. DR. EN SOCIOLOGÍA, ZIGMUNT BAUMAN: ¿”ES POSIBLE LA CIUDADANÍA GLOBAL”?. “La Educación y la Cultura son tratadas como mercancías”.

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En los medios Académicos hoy es válido considerar que la Ciudadanía es una construcción social y cultural, nunca terminada y siempre renovada. Explicar ello nos lleva hacia una compleja y múltiple realidad y preguntarnos directamente: ¿Existe o no la Ciudadanía?, ¿Somos o no Ciudadanos?. ¿Por qué y cómo somos Ciudadanos?. ¿Es el Perú, una República sin Ciudadanos?. Para tratar de explicar esta complejidad social, cultural y política, consideremos que existen varios “caminos”, alternativas socio-políticas en relación directa con las tesis centrales que definen la ciudadanía, así como sistematizan los procesos de construcción histórica, social, cultural, política e institucional. Sin embargo es necesario considerar, una realidad política no muy visible y aún menos existente, como propuesta de análisis político, en los coloquios académicos, referente en su tesis principal,  que la Ciudadanía en un país es el fiel reflejo, es el espejo de la “calidad” institucional de lo que en realidad representa el Estado. Pero también, mirar con relación, presencia e influencia del mercado, si tiene que ver mucho – demasiado, es parte constitutiva – de la relación con el usuario, el cliente, el consumidor, pero no directamente con el proceso de ciudadanización. Además, “vista desde otras perspectivas, tanto materiales como simbólicas, la fortaleza de la estatalidad aparece en nuestro país tan potente y omnipresente que parece desafiar la tesis de la ausencia. En términos conceptuales, si no se tiene en cuenta la acción estatal es imposible explicar la existencia de generaciones de ciudadanos, que no pueden unir la reproducción de su vida con la idea del trabajo, con la consecuente reducción a clientela que esto supone”. La polémica queda abierta….?. Si miramos, la coyuntura histórico-política actual, nos encontramos, con varias Tesis o Postulados centrales que explican el origen, forja y construcción de la Ciudadanía, como Derecho Humano y como Derecho Constitucional.


En primer lugar, la Tesis, más conocida, reconocida y practicada, tiene su origen en la “herencia liberal” que hoy es base central y fundamental de la Ciudadanía Moderna: reconocimiento y vigencia de los derechos civiles, derechos políticos y derechos sociales – Ciudadanía que es considerada por las Naciones Unidas, los organismos multilaterales – Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional o Banco Interamericano de Desarrollo, el PNUP y los gobiernos en general comprendidos en el amplio y complejo escenario de la Democracia liberal representativa (La Democracia Electoral, Delegativa y Censitaria) – así, como también está presente en nuestra  Constitución; sin embargo más allá de estos derechos ciudadanos, existen en la práctica del escenario sistémico del sistema mundo, el reconocimiento de derechos culturales, étnicos, cívicos, comunicativos, ambientales, sexuales, religiosos, institucionales, y ahora derechos de Información y derechos Republicanos, conjunto de contextos sociales donde llega, arriba o aterrizan los derechos Constitucionales, con bastante debilidad institucional, pésima orientación y dudoso reconocimiento, por su propia complejidad en el proceso de construcción, como también por el carácter múltiple, turbulento y polarizado de la sociedad actual.


Pablo Raúl Fernández Llerena, Sociólogo, Politólogo, Comunicólogo, Maestro Universitario, Líder Universitario Generación 67, Presidente de la Promoción de la Facultad de Educación “Glorioso Comandante Ernesto “Che” Guevara”. Fraguó, forjó y construyó su Ciudadanía Política Socialista Cívica y Democrática, desde las bases magisteriales en 1968-1969, Puno y Cañete, en la construcción del SUTEP, en las Aulas Universitarias en la Cátedra de Movimiento Obrero y Sindicalismo Clasista, en las organizaciones sindicales como Asesor, Escuelas Sindicales como Docente, en la forja y creación del SUDUNSA – como primer Secretario General – en 1982-1984- Congresos Sindicales Regionales y Nacionales. Congresos Nacionales de Sociología. Decano del Colegio de Sociólogos de Arequipa y miembro de Colegio de Sociólogos del Perú. Y fundamentalmente con más de 40 años de vida universitaria y política en una comunidad de Intelectuales, Académicos, Estudiantes y Profesionales.
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En segundo lugar, hablamos de una Ciudadanía Política que viene de la construcción social y política de pertenencia a una comunidad política, e ir más allá, hacia la  militancia en una organización política. Hoy en tiempos globales de la crisis permanente, como crisis estructural de la política, desde las ideologías y la política y la propia crisis “final” de los partidos políticos, escenario sumamente complejo ganado y copado por lo general por la anti-política y sus “máximas” manifestaciones de la corrupción, la mentira, la farsa, el engaño y la traición a los ideales principales que la Ciudadanía, otorgó y confió con su voto. Escenario muy complejo, múltiple y turbulento –donde el negocio, la coima, la mafia y dinero sucio por lo general, ha logrado dominar y secuestrar a la política y al político, escenario donde al Ciudadano lo han transformado en vecino, socio, cliente y consumidor, tratar de lograr, luchar y forjar objetivos políticos, en sí representa un proceso de difícil construcción social y cultural, con profundo contenido y visión política, de máxima y superior realización, organización y movilización. La pertenencia a una comunidad política, la militancia en un Partido Político, como expresión de Democracia Directa, Participativa, Cívica, Ciudadana y la propia Ciudadanía Política.

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NOTA.- Existen otras Tesis Centrales, sobre alternativas, caminos y procesos de  construcción de Ciudadanía, como el de la Ciudadanía Étnico-Cultural o Ciudadanía Diferenciada; el proceso complejo de reconocimiento sobre los derechos de Ciudadanía, en relación hoy al amplio y emergente mundo de los Ciudadanos Emprendedores, portadores potenciales de extraordinarias potencialidades, . Jóvenes talentos en la música, el arte, el deporte, la cocina, la artesanía, el negocio, el comercio, la producción; el reconocimiento de derechos Ciudadanos en  el mundo de la globalización – más allá de una simple mirada de la Ciudadanía Moderna - Derechos Ciudadanos: Ambientales, Cívicos, Sexuales, Comunicativos, Religiosos, Información, o Institucionales; Ciudadanos, cuyos derechos son forjados y construidos en el mundo de la Educación,  aprendizaje, ejercicio, desarrollo y reconocimiento de derechos sociales y políticos; Ciudadanía, fraguada, forjada día a día, pueblo en pueblo,  en el “sub-mundo” de la migración campo-ciudad –entre pobreza, extrema pobreza y una ciudad, - paradero final -  por lo general convertida en la “sepultura de sus ilusiones”. La Ciudadanía Laboral-Sindical, fraguada en años de lucha sindical, entre pliegos de reclamos, despidos, beneficios, jornadas de trabajo, vacaciones, paros y huelgas, como “escuelas de socialismo” .
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Dr. Zigmunt Bauman, "Ciudadano del Mundo", Sociólogo y Maestro de Maestros del siglo XX e inicios del siglo XXI.
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MAESTRO DE MAESTROS. DR. EN SOCIOLOGÍA, ZIGMUNT BAUMAN: ¿”ES POSIBLE LA CIUDADANÍA GLOBAL”?.
“La Educación y la Cultura son tratadas como mercancías”.
Conversación con uno de los pensadores más importantes del siglo XXI.
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El sociólogo polaco asegura que las fisuras causadas por las crisis económicas han permitido que los partidos neonazis tomen fuerza.
Por: Steven Navarrete Cardona
Junto con Alain Touraine, Zygmunt Bauman ganó el Premio Príncipe de Asturias 2010. / Reuters

Testigo de primera mano de las transformaciones que experimentó la sociedad europea y cerca de cumplir 90 años, Zygmunt Bauman aún no deja descansar su brazo y su cerebro y continúa escribiendo y reflexionando sobre la realidad socio-política mundial.

Para Bauman, uno de los pensadores más importantes de la actualidad por su teorización de la realidad contemporánea bajo el concepto de “modernidad líquida” —que reflexiona, entre otros aspectos, sobre la debilidad de los nexos sociales y emocionales, la incertidumbre sobre el futuro y los cambios que ha traído la globalización al poder del Estado-nación—, señala cómo la cultura, la salud y la educación han sido reducidas a simples mercancías.

Con la crisis económica que atraviesa Europa, ¿es posible la existencia de una “ciudadanía global”?

Es posible, pero no en un futuro cercano. La “ciudadanía” es un concepto que nació y se desarrolló en el curso de la construcción del moderno Estado-nación, promoviendo y estrechando la práctica de la soberanía territorial. Las instituciones políticas diseñadas y establecidas en este proceso fueron creadas para servir al proyecto de la independencia; sin embargo, la globalización ha creado realmente la interdependencia mundial, una realidad en la que las instituciones políticas heredadas y conservadas del Estado-nación no son funcionales.

Entonces, ¿qué sería necesario para conseguir la ciudadanía global?
Para elevar la integración humana desde el nivel de las divisiones nacionales y pasar a una humanidad unificada, dichas instituciones necesitan ser reemplazadas por una red de instituciones alternativas, sobrepasando las limitaciones impuestas por las barreras de los estados territoriales y reduciendo radicalmente su soberanía. La unificación de la humanidad, llamando a la práctica política y pensando en reconocer la globalización ya existente de la interdependencia humana, no podría hacerse a través de la globalización, sino aboliendo la ciudadanía local, separando de esta manera los derechos humanos de la adscripción territorial.

Es un escenario complejo, ningún Estado estaría dispuesto a ceder su soberanía...

Como Benjamin Barber resumió recientemente esta situación: “Por naturaleza demasiado inclinado a la rivalidad y a la exclusión mutua, ellos (los estados-nación) parecen quintaesencialmente indispuestos a la cooperación e incapaces de establecer los bienes comunes a nivel global”. Pero añade: “Hoy en día, aunque es claro que los estados ya no pueden proteger a sus ciudadanos y deben considerar ceder una parte de su declarada soberanía, no hay ninguna alternativa clara, y por lo tanto se niegan a hacerlo”. Personalmente, yo llamo esa situación interregnum, que significa: las viejas formas de hacer las cosas no funcionan por más tiempo, pero las nuevas formas no han sido aún inventadas y puestas en su lugar.

¿Por qué la cultura, el arte y la educación son los sectores que más han sido golpeados en la reducción del gasto público, por parte de los gobiernos de la UE, para salir de la crisis?

La cultura es el mayor capital de la humanidad, el arte, la vanguardia de peregrinación histórica humana explorando nuevas y desconocidas tierras y formas de vida, y la educación que pone a disposición de toda la humanidad sus descubrimientos, han sido, sin embargo, reducidos al estatus de productos en el mercado, comercializados como otras mercancías y, contrario a su naturaleza, medidos por el rasero de los beneficios instantáneos. Invertir en la cultura, las artes y la educación, por muy grandes que sus beneficios puedan ser a futuro, se considera, por tanto, poco aconsejable y un desperdicio a corto plazo. Tal miopía resulta en sacrificar la calidad de vida de las generaciones futuras a los caprichos efímeros y comodidades del presente.

¿Entonces qué sugiere?

La renegociación de nuestra actual forma de relacionarnos con el mundo se hace cada vez más necesaria y urgente en vista de que el planeta, nuestra casa común, se encuentra al borde de la insostenibilidad, gracias al agotamiento progresivo de los recursos del planeta y la creciente impotencia de los instrumentos heredados de la acción colectiva para hacer frente a los problemas que surgen de nuestra cada vez más íntima interdependencia física, social y espiritual.

Hablemos de uno de los efectos del mundo en red. Nuevas formas de control social han sido promovidas durante las últimas décadas, entre ellas cámaras de vigilancia en cada esquina, algo que usted describe en su libro ‘Vigilancia líquida’. ¿La libertad está en riesgo de perderse con esta vigilancia constante?

Día a día aumenta enormemente el contenido de los bancos de datos que son una reminiscencia de los campos minados, erizados de explosivos ocultos de los que sabemos que tienen que explotar, aunque no se puede decir cuándo y dónde. Estos son usados a diario por las compañías comerciales para reforzar su influencia sobre las opciones y el comportamiento de los consumidores. Ellos (los bancos de datos) facilitan enormemente la coacción desde arriba y pueden servir a las agencias políticas con inclinaciones autoritarias e intenciones dictatoriales.

¿Qué es lo más preocupante de la vigilancia contemporánea?

El aspecto más preocupante de la vigilancia contemporánea y la recolección de datos es que se lleva a cabo con nuestra aprobación masiva, entusiasta, despreocupada y alegre. No nos preocupamos por la catástrofe hasta que golpea... Y así que el proceso no es tan manejable y potencialmente controlable, ya que se limitaría, como en el pasado, a tratar el espionaje especializado y a las agencias de vigilancia.

¿Cree que en medio de la crisis económica algunos de los partidos declarados neonazis pueden llegar al poder en un escenario de desconcierto como este?

Necesitamos retornar a la raíz de su primera pregunta. Estos dos problemas están íntimamente conectados. La discrepancia entre los instrumentos políticos disponibles y los poderes reales que deciden las posibilidades y perspectivas de nuestras vidas y las de nuestros niños —discrepancia causada y diariamente exacerbada por la globalización sin control y la ajustada interdependencia— provocará que un número creciente de personas busque alternativas al sistema político visiblemente indolente e ineficaz para coordinar las políticas con las preferencias populares y los deseos, fallando espectacularmente en la posibilidad de generar empleo. Los jóvenes son los más afectados, engrosando la mayor franja del número de desempleados, lo cual se suma al impedimento para que participen en los asuntos públicos y del Estado, en la reforma de los mismos.

¿Entonces que está sucediendo con los sistemas democráticos?

La confianza en la capacidad de la democracia está marchitándose, lo que resulta en una situación excepcionalmente fértil para que crezcan las semillas de resentimiento y florezcan sentimientos totalitarios. La complejidad de las causas de la miseria, siendo además desorientadoras e incapaces de mostrarse en principio, el sentido humillante, crece la demanda de “líderes fuertes” capaces de proporcionar fórmulas simples, que ofrecen y prometen soluciones simples, haciendo una oferta tentadora de aliviar a sus seguidores en cambio de su obediencia inflexible, de la carga de la responsabilidad de sus vidas demasiado pesadas para ellos y que carecen de los recursos necesarios para sobrellevarlas.

¿Qué deberían hacer los ciudadanos?

Por desgracia, no hay atajos para una solución radical. En el corto plazo, sólo son posibles paliativos temporales y transitorios. Prevenir catástrofes similares requeriría llamados a repensar y reformar nuestra filosofía de vida y nuestro modo de convivir, de hecho, una especie de revolución cultural, y como ya se ha indicado, el cambio cultural toma tiempo y evade imperativos y gestión. Las raíces de las periódicas crisis económicas, así como la imposibilidad de controlarlos y evitarlas, se encuentran profundamente arraigadas en nuestro modo de ser: la concepción de un crecimiento económico sin fin como remedio universal a todos los males sociales, el hábito de buscar la felicidad a través de comprar (de saquear el mundo en lugar de contribuir al mismo), favorece la competencia sobre la solidaridad, la individualidad sobre el intercambio, y el imparable aumento de la tolerancia a la desigualdad social, que ha llegado a niveles tan altos que hace tiempo era inconcebible que esto ocurriera.


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