viernes, 5 de septiembre de 2014

WASHINGTON IMPONE UNA DEMOCRACIA FALLIDA.

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LA DEMOCRACIA QUE ESTADOS UNIDOS NOS “VENDE”, ES UNA DEMOCRACIA FALLIDA. NOS IMPONE POR MEDIO DE INFINIDAD DE CANALES, MEDIOS Y FORMAS, como – Embajadas, Agregados - militares y culturales -,  Asesores, Ayudas, Convenios, Tratados, Modelos, Cumbres, Programas, – es una democracia que no funciona, no resiste un solo día su funcionamiento en forma legal, constitucional – democracia sorda con las mayorías y ciega con los derechos de los pueblos. Democracia elitizada, mediática, con actores y protagonistas en su mayoría corruptos, mentirosos, farsantes, mafiosos, narcos, etc. Es la Democracia de las intervenciones militares, de la economía militar y la economía criminal – los paraísos fiscales -, Democracia de los misiles, de los millones de  dólares de espionaje, chantaje, corrupción, conflictos creados u originados por medio de agentes a sueldo, mercenarios comprados y cientos de prácticas que funcionan en todo el mundo. (La CIA –Central de Inteligencia Americana- nos puede dar una mayor explicación, de la “sabiduría” y el ejemplo de democracia yanqui). Democracia que funciona impuesta, vertical y autoritaria, democracia inviable, democracia que sólo sirve a los intereses de las élites político-financieras del capital corporativo global, insaciable con la codicia fácil y barata. En realidad es un modelo de democracia liberal, que ha perdido la representatividad social, política, cultural y geográfico-territorial. Una democracia sin Confianza social e institucional, democracia sin credibilidad – se oscurece, elitiza, es mediática y novelesca, por servir a intereses de las corporaciones transnacionales, niega y desconoce el proceso de la Rendición de Cuentas, el Accoutability Social y en la coyuntura actual no tiene legitimidad institucional desde la Opinión Pública. Genera ausencia de Liderazgo y formación de Líderes Comunitarios. Convive con caudillos, dictadores, golpistas y hoy oscuros comerciantes de la política.


Es el modelo de la "democracia" norteamericana, versión oficial de la CIA, la misma que desestabilizó al gobierno de  la Unidad Popular en Chile, del Dr. Salvador Allende; hoy a través de la violencia callejera quiere destruir  la Democracia de la República Bolivariana de Venezuela, sumado a todo una fabulosa campaña mediática de la "prensa internacional", la SIP - los patrones corporativos de la "libertad de expresión". Esa es parte de la democracia fallida yanqui.
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Este tipo de democracia – lean el texto – se basa y fundamenta en forma absoluta en las encuestas  - resultados que expresan la total desconfianza, falta de credibilidad del ciudadano y sobre todo que un modelo de Estado de carácter fallidoEstado inviable, un desastre en lo político, absolutamente ineficiente en lo social, concentrado en las grandes ciudades, eje de dominio de los poderes facticos del gran capital corporativo transnacional, políticamente responde a intereses de clases dominantes, un Modelo de Estado, que muy cerca ronda el “narco-estado”-. Un modelo de Estado dominado por una economía tradicional, primario exportador, depredador del medio ambiente, mantiene elevados índices de informalidad, desempleo y sub-empleo, secuestrado por la corrupción y fuerte presencia de la economía criminal – corrupción, contrabando, evasión de impuestos, lavado de activos, narcotráfico, prostitución, paraísos fiscales – y en la coyuntura actual entre crecimiento macro-económico y crisis global estructural – (in)surge con fuerza la minería ilegal, criminal, el narco-terrorismo y la inseguridad ciudadana –mafias de delincuentes, sicarios, extorsionadores, bandas de criminales, hoy mundializadas. Son las economías que mantienen y sustentan hoy, una fuerte desigualdad económico-social, escenario complejo, turbulento y polarizado de las clases y la lucha de clases. 

El propio modelo de democracia en sí es inviable, por su carácter fallido, corrupto, violento, militarista, espionaje, chantaje, corrupción,  y en los últimos tiempos, mantiene una alianza o una dependencia del Poder de los Medios de Comunicación, que en tiempos de “Democracia Liberal, Representativa ejerce a diario una “verdadera dictadura”, llegando a imponer su Agenda de Gobierno, precisamente en gobiernos donde las “partidos políticos” son muy débiles y en crisis permanente de representación, así como asumen en el diario devenir de la política nacional el “papel de intermediación entre el Estado y la sociedad” que en los últimos tiempos ha sido muy fuerte y dominante. (Un sector muy importante de la Política ha sido totalmente copada –mejor expropiada – por los llamados “opinólogos” y los periodistas “especialistas – la mayoría dictan sentencias finales -, hoy realizan una falsa y aterradora “rendición de cuentas” sobre los “asaltantes de la política”, igual farsa, chantaje y engaño, la realizan en torno a la cantidad de políticos mediocres, farsantes y corruptos). En este escenario complejo y turbulento la “democracia fallida”, puede convivir por un buen tiempo, mientras siga “alimentando” la corrupción, espionaje y sobre todo la “basura política"). Miren en nuestra “política” peruana, cuánto de basura política existe, y a diario los descubren: “mata perros”, “come pollos”, “plancha camisas”, “lava pies”, “come oro”, “roba cables”, “narcotraficantes”, “narco-prostíbulos”, administradores de prostíbulos",  y muchos  "padres de la patria", que vergüenza y continua todos los días la misma música y los mismos músicos y los mismos "maestros de ceremonias".) El engaño, la farsa y la mentira en el más alto nivel de imposición mediática.
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La democracia de los misiles, democracia de la industria militar, del espionaje mundial,  democracia de la CIA, democracia de la OTAN, es la democracia fallida, inviable, corrupta, la democracia que el imperio impone como modelo en todo el mundo.
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WASHINGTON IMPONE UNA DEMOCRACIA FALLIDA.
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Estados Unidos.

ALAI. América latina en Movimiento.

Manuel E. Yepe.

Miércoles 3  de setiembre del 2014.

Según la más reciente encuesta realizada de conjunto por el Wall Street Journal (WSJ) y la National Broadcasting Corporation (NBC), dos de las entidades más señaladas de los llamados medios establecidos o mainstream media, la ciudadanía estadounidense ha perdido confianza en los políticos, las instituciones públicas, y el sistema político en general. La encuesta revela que la aprobación del Presidente Obama, este mes, llegó a un mínimo histórico del 40%, aunque sólo un 19% de los encuestados opinó positivamente de los políticos republicanos.

La encuesta revela fenómenos alarmantes, especialmente para quienes patrocinaron la pesquisa. Deja ver, por ejemplo, que casi dos de cada tres encuestados (62%) están insatisfechos con "papel de los Estados Unidos en el mundo”; que casi dos tercios de los encuestados (64%) expresa insatisfacción con el "estado de la economía estadounidense"; que tres de cada cuatro estadounidenses (76%) desconfía de la afirmación de que "la vida para la generación de nuestros hijos será mejor de lo que ha sido para nosotros"; que más de la mitad (54%) de los encuestados cree que "el ensanchamiento de la brecha en los ingresos entre los ricos y todos los demás socava la idea de que todos los estadounidenses tienen oportunidad de lograr un mejor nivel de vida".

Pero, sin dudas, la más cruda manifestación de rechazo popular contra el ordenamiento existente en la nación es que el 79% de los encuestados se mostró insatisfecho con el "sistema político". El destacado periodista y escritor marxista estadounidense Zoltan Zigedy, al analizar estos datos, destaca que ello muestra la desconexión entre los sentimientos y deseos de las masas, de una parte, y las acciones y opiniones de los políticos y sus lacayos de los medios de comunicación, de la otra. “El sistema político no respeta ni refleja la voluntad popular y eso equivale a decir que el país no funciona democráticamente, lo que indica que en Estados Unidos tenemos lo que a los medios les ha dado por calificar de "Estado fallido".

Es una amarga ironía que el liderazgo antidemocrático de Estados Unidos se yerga arrogante en garante de la democracia en el resto del mundo y asuma el privilegio de indicar a los demás cómo deben vivir y actuar, sostiene ZZ.

Quizás nada expone tanto esta hipocresía como la trágica destrucción de Irak. Durante dos décadas, con un incontrolado impulso por dominar todas las reservas de petróleo en el Medio Oriente e intolerantes ante cualquier régimen que manifieste siquiera un asomo de rebeldía, las sucesivas administraciones de Estados Unidos han invadido, bombardeado, ocupado, aterrorizado económicamente y reavivado las animosidades étnicas y religiosas, … y todo ello en nombre del fomento de la “democracia”. Como resultado, un estado que era estable y viable ha pasado a ser lo que ahora se califica de una democracia “fallida”.

La palabra "democracia" tuvo alguna vez una significación importante para los estadounidenses. Había una relación –no muy fuerte, pero la había- de ella con la voluntad y los intereses colectivos de la mayoría del pueblo, las masas. Nadie con raciocinio pensaba que la democracia era perfecta, completa o absoluta, pero muchos se forjaban esperanzas, a partir de promesas electorales, de lograr un gobierno democrático e instituciones democráticas.

“La democracia heredada de los revolucionarios de las colonias sirvió a los intereses de la burguesía, pero dejó agrietada la puerta para algunas reformas democráticas acordes a los intereses de las masas (aunque la puerta se ha cerrado de golpe cada vez que ha surgido el peligro de un cambio verdaderamente democrático)”, advierte ZZ .

Pero hoy, en los Estados Unidos, la palabra "democracia" se utiliza para falsear, engañar y oprimir; sirve para enmascarar a un régimen oligárquico que emplea fuerzas tipo Gestapo para la vigilancia de la ciudadanía.

La “democracia" pretende legitimar un sistema bipartidista que produce resultados de partido único. La "democracia" se compra y se vende como cualquier otra mercancía. Y "democracia" es el protector de riqueza y de poder.

Zoltan Zigedy propone que, en Estados Unidos, la palabra “democracia”, al igual que la palabra "terrorista", sean retiradas del uso cotidiano hasta que gente sensata, con un compromiso de principios con el sentir popular, puedan contrarrestar su difamación.

Tal vez la palabra “democracia" deba salvaguardarse en un estante hasta que surja un movimiento verdaderamente merecedor de ese calificativo.

A juzgar por la reciente encuesta de WSL/NBC, es eso lo que la ciudadanía espera.


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