miércoles, 22 de octubre de 2014

LA GLOBALIZACIÓN DEL SICARIATO. (O globalización de la economía criminal?).

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Buena llegada sobre el término sicariato. Pero es como si del cuerpo humano solo tomas la mano derecha ( con la cual realizamos todo, absolutamente todo, hasta agarramos armas) - y te olvidas de todos los demás componentes del cuerpo, la estructura es la economía ilegal, criminal, una de las áreas más "dinámicas y activas" que soporta la globalización neoliberal - la  del capital corporativo global de las mega-transnacionales - (Otra es la economía de la guerra, sino échele una mirada al sistema-mundo y analice su riesgo en la coyuntura actual, como sociedad global (comenzando con el Ocaso imparable de Occidente). El en contexto global de la economía criminal, ilegal hoy se mueve más del (10%)? de la economía global (paraísos fiscales, corrupción, evasión de impuestos, lavado de activos, mafias, prostitución de menores, narcotráfico, migración ilegal transcontinental (Grito universal del Papa Francisco como la globalización de la indiferencia), y hoy la minería criminal ilegal, sumando a todo ello las bandas de criminales armados hoy mundializado, las mismas que han generado la absoluta inseguridad ciudadana – miedo, pánico, terror, muerte – en el espacio público – Aquí reclutados por bandas de criminales – aún intocables – por eso expreso hablan de sicarios,  asesinos a sueldo, pero nadie se da el tiempo de hablar la raíz, la estructura donde está ubicado, el productivo del mal criminal, el crimen, entre menores y jóvenes abandonados totalmente por el Estado – sin educación, sin asistencia en salud, extrema pobreza, sin servicios públicos, sectores, barrios o vecindades “productoras” exclusivas de lumpen, es decir, en “cristiano”, esta la desigualdad económico-social (ciega, sorda y desnuda) como hoy lo presentan los “genios de los medios de comunicación y los “opinólogos” de los medios Tv y Radio.

Incluso vamos más allá, en la propia estructura del Estado – un estado burocrático, centralista, corrupto en sus instituciones, elefantiásico – y un modo  de producción “ancestral” extractivo exportador de materias primas, absolutamente devastador de nuestra madre naturaleza, producto de esta realidad tenemos una Democracia profundamente cuestionada, sin credibilidad social, ausencia absoluta de confianza – en su estructura dialéctica – (confianza personal, social e Institucional) y sin legitimidad institucional desde la opinión pública: Conclusión,  tenemos y es la parte del problema –no la solución – que nuestra Democracia – sin Ciudadanía Política – carece de participación de los pueblos, graves dolencias de civismo, solidaridad y comunicación intercultural, ni tenemos líderes y nuestra Política – como estructura social – está enferma, en sala de cuidados intensivos. De allí el riesgo de la sociedad global y la presencia cada vez más intensa de la anomia social.
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"Padrinos" de las mafias hoy mundializadas - italiana,. rusa, japonesa,. china, de Centro América y con fuerza en países de América Latina, en crecimiento macro-económico -  sin desarrollo económico social, sólo favorable a una élite financiero-política -nuevas oligarquías dominantes - ha originado el surgimiento que nuestro continente el de la población más joven del mundo, pero con tres males destructivos: el de mayor y extensa desigualdad económico-social;  el de mayor "peso" en todas las ramas de la economía criminal y el de las ciudades más violentas e inseguras del mundo. En los últimos tiempos nos han sumado un nuevo Título: El continente que centraliza hoy el Nuevo Consenso de los Commodities - raíz y base de las nuevas formas de acumulación mundial del capitalismo - el capitalismo de la desposesión - saqueo, pillaje y explotación- de los recursos naturales, la biodiversidad y los conocimientos ancestrales. Observen y miren en su estructura, ahí encontraran la economía criminal - a su lado las mafias, sicarios, ladrones, y también –increíble, más allá con el rostro cubierto - las "bandas" organizadas de destructores de la Política.(Pillos, farsantes, podridos).

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LA GLOBALIZACIÓN DEL SICARIATO.

(O globalización de la economía criminal?).

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Lima Nueva Crónica miércoles 22 de octubre del 2014.

Roberto Mejía Alarcón.

La ciudadanía se encuentra, con justa razón, sumamente preocupada por el avance del sicariato o asesinato por encargo. Un abrumador 92 por ciento de la población capitalina expresa tal estado de ánimo. Escasamente un 6 por ciento, como si el problema no fuera con ellos, manifiesta que no es un problema grave. Y aun más, un 2 por ciento se esconde, se coloca una mordaza en la boca, guarda silencio y no precisa su opinión. Con todo, el escrutinio ha permitido exteriorizar un mensaje claro y corresponde, por tanto, al gobierno central adoptar las medidas correctivas del caso. Más aun cuando a estas alturas, regiones como La Libertad, en primer lugar, Lima, luego y Callao a continuación, están siendo sacudidas por una ola de violencia nunca antes vista.A la fecha la cifra de asesinatos se aproxima a los 290, más que el año pasado.

Tal preocupación se ahonda al comprobarse que los protagonistas de tales crímenes son adolescentes y jóvenes entre los 14 y 25 años de edad, en su mayoría sin ocupación conocida y viviendo al margen de la ley. Este hecho habla por si solo. Significa que ,a diferencia de lo que están realizando las autoridades pertinentes en países cercanos, en nuestro medio se viene practicando desde años atrás, una política desafortunada que privilegia la represión en lugar de la prevención. La inmediatez para una sociedad que clama por seguridad pública. La aplicación de una legislación penal obsoleta y una administración de justicia que, ciega y muda, no dice nada al respecto. Esto, en medio del silencio de un Poder Legislativo, cuyos integrantes están más preocupados en participar de escándalos para obtener, de esa absurda manera, espacios de publicidad gratuita en la prensa sensacionalista. Quizás ignoran o no son sensibles para comprender que el sicario adolescente es una víctima de los males de la sociedad y, al mismo tiempo, un victimario. Pobreza, desigualdad y delincuencia, son los factores que lo llevan a vivir dentro de una cultura de muerte violenta.

Por otro lado, llama la atención que en medio de este cuadro de terror, haya quienes tomen a la chanza la afirmación que el sicariato forma parte de un proceso de globalización. No se trata de ponerse del lado de quien así lo expresó. Pero lo cierto es que este mal social, como otros que se han mundializado, tiene por lo menos diez años de crecimiento en América Latina. Colombia trata de poner coto a este problema desde mucho atrás, mientras México, Guatemala, Argentina, Brasil, Ecuador, Nicaragua, Honduras y El Salvador sufren la desesperación de controlar la sucesión de crímenes, cuya autoría se adjudica con más frecuencia a las organizaciones que se dedican al tráfico ilegal de drogas, al igual que a la corrupción política y al paramilitarismo. La Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales- Flacso-, con sede en Ecuador, subraya que este es un proceso que está creciendo en la oscuridad "porque se niega su existencia o porque se le recubre bajo el manto de la definición de homicidio agravado". No se toma en cuenta que su impacto afecta a las instituciones tutelares del sistema penal como la policía y la justicia, a las instituciones de la sociedad civil, como los medios de comunicación e instituciones académicas, y a la vida cotidiana de la colectividad, donde se dan casos de una cultura de resolución de conflictos al margen del Estado.

Lo ocurrido en la puerta del comedor barranquino, donde un sujeto fue asesinado de ocho balazos a plena luz del día, hace creer a cierta prensa que el sicariato es algo nuevo. Y no es así. El término tiene vieja data a nivel mundial, en especial en el campo de la investigación penal y criminológica. Guilllermo Cabanellas, en su diccionario enciclopédico de derecho usual, editado a fines del siglo pasado, precisa que sicario es "el que comete homicidio por precio, lo cual hace que que el hecho se convierta en un asesinato; es decir, por orden o promesa ajena". Hay que agregar que la Real Academia de la Lengua define al sicario como "asesino o matón a sueldo" o simplemente "pistolero".

No se crea tampoco entre quienes tienen espíritu bromista que este proceso de globalización apareció en América Latina. El origen histórico tiene sus raíces en la antigua Palestina y la población judía. El origen latino viene de "sicae" (daga) palabra que agregada al hombre con daga, tiene como resultado el concepto "sicarii", que quiere decir "hombre-daga", considerado en esos tiempos lejanos un asesino asalariado, contratado, que perpetraba su delito apuñalando con esa arma blanca que llevaba debajo de sus ropas. En el Derecho Romano se le tipifica en el año 81 antes de nuestra era, mediante la lex cornelia de sicariis et veneficis ( ley cornelia sobre apuñaladores y envenenadores).

Los siglos han pasado y el concepto ha evolucionado en la manera de matar.  Si antes las técnicas eran rudimentarias, con escasa planificación, cuchillas, dagas, hoy en día el sicario cuenta con más recursos, además de dinero, armas de fuego, transporte, toda una maquinaria para lograr su cometido. La Convención de las Naciones Unidas contra la delincuencia organizada trasnacional, llamada también Convención de Palermo, en su artículo segundo, inciso a) refiere que "Por grupo delictivo organizado se entenderá un grupo estructurado de tres o más personas que exista durante un cierto tiempo y actúe concertadamente con el propósito de cometer uno o más delitos graves o delitos tipificados con arreglo a la presente Convención con miras a obtener, directa o indirectamente, un beneficio económico u otro beneficio de orden material. Dicha jornada se realizó en diciembre del año 2000 en Palermo, Italia, con la participación de 148 países, todos preocupados por el sicariato en particular.

Las intervenciones que se dieron en tal Convención demostraron que el sicariato iba generalizándose en el mundo y que las grandes redes criminales estaban financiando campañas políticas en Italia, Colombia, México, entre otros países. Algo parecido a lo ocurrido en las recientes elecciones regionales y municipales habidas en el país, con muerte de candidatos, activistas y familiares, además de amenazas contra líderes de la oposición y periodistas que se habían atrevido a revelar gestiones estatales manchadas por la corrupción y que buscaban una reelección.El caso del expresidente regional de Ancash, César Alvarez, supuestamente involucrado en tal delito, es un ejemplo de lo que está ocurriendo con el sicariato, lavado de dinero, corrupción de políticos, etc.

Como antecedente, no debo dejar en el olvido que el nuevo concepto de criminalidad sicaria tuvo sus inicios en Italia, de la mano del término "mafia". Corría el año 1658 en Sicilia y en el siglo XIX la mafia italiana modernizó el modo de operar, recurriendo a las armas de fuego en lugar de los puñales. Posteriormente se centra en una familia, con una estructura jerarquizada presidida por el capo o jefe de familia que tenía todo el poder, el sotto capo, el segundo que hacia las veces de vocero del grupo criminal y controlaba las operaciones mafiosas, el consiglieri, con función de consejero, el contable a cargo de las finanzas y los sgarristas, encargados de consumar materialmente el delito. Estas organizaciones pasaron luego a los Estados Unidos de Norte América, con el agregado que infiltraron el poder político, el poder judicial y la policía.

Tal fenómeno se ha repetido con características propias  con los "yakusas" en Japón y las "triadas" en China. En Japón se recuerda el caso de los guerreros "kabuki-mono", conocidos como el lado oscuro de los samurai y que eran matones al servicio del señor feudal. En determinado momento formaron un ejército privado de casi medio millón de mercenarios, que luego se convirtieron en ladrones que saqueaban pueblos enteros. Estoy hablando del año 1700, cuando estos delincuentes dieron origen a la mafia denominada "yakusa", la misma que alcanzó en 1980 a tener influencia en la economía del país de los cerezos. Utilizaban negocios de apariencia legal para lavar el dinero malhabido. También con cierto parecido a lo que ha ocurrido en nuestro país y otros del mundo.La globalización del sicariato, en consecuencia, con toda su peligrosidad sigue latente. No es tiempo, por eso, de jugar a la política con chanzas irresponsables. Se la hace un grave daño a la colectividad peruana.

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