domingo, 5 de octubre de 2014

“NUEVO FRENTE DE GUERRA GLOBAL": SIRIA, UCRANIA Y HONG KONG. El Imperio abre un frente de desestabilización a China.

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La región administrativa especial de Hong Kong es una de las ciudades que ha recibido un impacto significativo del coloniaje cultural capitalista occidental. Es un punto histórico vulnerable de entrada a China continental, en que desde hace más de tres siglos el Imperio Británico, la potencia marítima de la época, comenzó la penetración al territorio chino intentando su división y conquista, como hizo en India. Cuando los ingleses llegaron a China hacia fines del siglo XVII, no pudieron establecer lazos comerciales ya que sus mercaderías eran de inferior calidad que las chinas, tampoco pudieron venderles armas ya que en el país no había divisiones mayores ni guerras. De modo que comenzaron con el negocio del narcotráfico, en que fue pionero el estadounidense radicado en Inglaterra Elihu Yale (fundador de la universidad de Yale) y alto funcionario en la India de la poderosa transnacional privada de las Indias Orientales (British East India Company). Como los emperadores les prohibían ingresar al territorio, los ingleses vendían en los puertos a la mafia china el opio que cultivaban en India , y ésta lo traficaba al continente. El narcotráfico así sostenido durante más de un siglo y medio, llevó a un deterioro y caos social de tal magnitud, que China estuvo a punto de ser colonizada. Los desenlaces cuando el gobierno intentó frenar el comercio de droga fueron las dos guerras anglo-chinas del opio (1839 y 1860). Cuando en 1842, Pekín fue derrotado en la primera guerra del opio, Gran Bretaña ocupó el puerto de Hong Kong y en 1865 creó el banco HSBC (The Hong Kong and Shanghai Banking Corporation) para administrar las enormes ganancias del narcotráfico. En 1997, Hong Kong fue devuelto a China con el compromiso de respetar el estilo de vida capitalista de durante 50 años.

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El presidente de Rusia, Vladimir Putín, lideró en la ciudad de Astracán la Cumbre del Caspio, en que participaron los presidentes de los otros cuatro países con litoral en el Mar Caspio, Azerbaiyán, Kazajistán, Turkmenistán e Irán, anunciando que realizarán maniobras conjuntas en 2016 con simulacros de guerra en gran escala, y reivindicaron que solo la Fuerzas Armadas de esos países ribereños tienen derecho a tener presencia en el Caspio.

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“NUEVO FRENTE DE GUERRA GLOBAL": SIRIA, UCRANIA Y HONG KONG.
El Imperio abre un frente de desestabilización a China.
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Gustavo Herren (especial para ARGENPRESS.info).

Viernes 3 de octubre del 2014.

Manteniendo la invariancia de sus intereses geopolíticos históricos, Estados Unidos va propagando polos de inestabilidad y conflicto hacia el Este de Eurasia, valiéndose de estratagemas que van desde las revueltas sociales, como las revoluciones de colores que se inician con reclamos populares genuinos y rápidamente son imbricadas por fuerzas afines al Imperio, hasta los golpes de Estado utilizando rebeldes, mercenarios, paramilitares y terroristas funcionales, como el Daesh (Estado Islámico).

El núcleo de resistencia que puede amenazar al liderazgo global supremo de Estados Unidos, además de China, Rusia y en Oriente Medio Irán, está en Asia Central con el grado de acercamiento que pueda tener Moscú con Kazajistán, Kirgistán, Tajikistán y Uzbekistán.

Por eso Afganistán (con su frontera norte) es estratégico para Washington, y junto con Pakistán e India constituyen un tapón entre China e Irán en Oriente Medio. Desde 2011, Estados Unidos intenta forzar su influencia sobre Asia Central conectando con el libre comercio y una infraestructura de rutas energéticas, a los cinco países que están entre el Caspio y Mongolia, Kazajistán, Kirgistán, Tajikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, con Pakistán y la India (como contrapeso a China). Todo a través de Afganistán, proyecto que el Departamento de Estado llama la Nueva Ruta de la Seda.

Desde hace tiempo, Estados Unidos ve peligrar su geopolítica de evitar la integración de Eurasia, ya que China está avanzando concretamente en la construcción de una relevante red comercial siguiendo el camino de la antigua ruta de la seda. Además, está cristalizando sobre esa ruta, un entendimiento económico en que participan Rusia, China y Mongolia, con la construcción de un ferrocarril que atravesaría países claves de Asia Central.

En esa línea hace días, el presidente de Rusia lideró en la ciudad de Astracán la Cumbre del Caspio, en que participaron los presidentes de los otros cuatro países con litoral en el Mar Caspio, Azerbaiyán, Kazajistán, Turkmenistán e Irán, anunciando que realizarán maniobras conjuntas en 2016 con simulacros de guerra en gran escala, y reivindicaron que solo la Fuerzas Armadas de esos países ribereños tienen derecho a tener presencia en el Caspio. Putin señaló, que habrá un aumento en la cooperación que no solo mejorará el desarrollo económico y la competitividad en los mercados, sino que busca la estabilidad regional y la lucha contra el extremismo y el terrorismo.

En Eurasia, las regiones susceptibles a desestabilización interna y externa comprenden a Ucrania, Azerbaiyán y Uzbekistán. En China, las regiones autónomas de Tibet al sur y Xinjiang (Sinkiang) al norte. En estas regiones un factor común para la inestabilidad es una combinación de islamismo y diversidad étnica.

La región administrativa especial de Hong Kong es una de las ciudades que ha recibido un impacto significativo del coloniaje cultural capitalista occidental. Es un punto histórico vulnerable de entrada a China continental, en que desde hace más de tres siglos el Imperio Británico, la potencia marítima de la época, comenzó la penetración al territorio chino intentando su división y conquista, como hizo en India. Cuando los ingleses llegaron a China hacia fines del siglo XVII, no pudieron establecer lazos comerciales ya que sus mercaderías eran de inferior calidad que las chinas, tampoco pudieron venderles armas ya que en el país no había divisiones mayores ni guerras. De modo que comenzaron con el negocio del narcotráfico, en que fue pionero el estadounidense radicado en Inglaterra Elihu Yale (fundador de la universidad de Yale) y alto funcionario en la India de la poderosa transnacional privada de las Indias Orientales (British East India Company). Como los emperadores les prohibían ingresar al territorio, los ingleses vendían en los puertos a la mafia china el opio que cultivaban en India, y ésta lo traficaba al continente. El narcotráfico así sostenido durante más de un siglo y medio, llevó a un deterioro y caos social de tal magnitud, que China estuvo a punto de ser colonizada. Los desenlaces cuando el gobierno intentó frenar el comercio de droga fueron las dos guerras anglo-chinas del opio (1839 y 1860). Cuando en 1842, Pekín fue derrotado en la primera guerra del opio, Gran Bretaña ocupó el puerto de Hong Kong y en 1865 creó el banco HSBC (The Hong Kong and Shanghai Banking Corporation) para administrar las enormes ganancias del narcotráfico. En 1997, Hong Kong fue devuelto a China con el compromiso de respetar el estilo de vida capitalista de durante 50 años.

Hace unos dos meses, Beijing había acusado a Gran Bretaña de interferir en sus asuntos internos, cuando dos de los principales activistas por la ‘democracia’ en Hong Kong, Martin Lee y Anson Chan se reunieron con el viceprimer ministro británico Nick Clegg, para exigir mayores libertades a Beijing. Este año, Lee y Chan se habían encontrado en Washington con el vicepresidente Joseph Biden, y tomaron parte en una charla sobre la democracia en Hong Kong, organizada por la organización no gubernamental NED (National Endowment for Democracy) que en 1997 les había otorgado el ‘premio a la democracia’.


Eurasia, países integrantes de la Cumbre del Mar Caspio. Más allá China es centro hoy de la llamada "Revolución de los Paraguas", en la región de Hong Kong. Movimiento Social Occupy Central fue declarado ilegal por el gobierno de Pekín. Una nueva zona - Eurasia - abre el imperio como zona de guerra. Ucrania es el centro hoy, de pleno conflicto de guerra, centro de separatismo y nacionalismos radicales. Zibechi opina que por esta "vía se comienza a construir el nuevo orden mundial" en un mundo Multipolar.
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Pero Gran Bretaña no está sola. La actual protesta masiva hasta ahora casi pacífica, en su mayoría compuesta de jóvenes y estudiantes que piden ‘democracia y libertad para elegir a sus autoridades’ sin que sean designadas por Beijing, y por su similitud con las revoluciones de colores ha sido etiquetada por algunos como ‘revolución de los paraguas‘, fue declara ilegal por las autoridades chinas. Entre los que motorizan la protesta y desobediencia civil está el movimiento internacional Occupy Central, que es apoyado por el Departamento de Estado de Estados Unidos, y financiado por las organizaciones no gubernamentales (ONG) estadounidenses NED y su pariente NDI (National Democratic Institute) que operan desde hace años para atacar a China desde adentro. La NDI realiza operaciones psicológicas y de guerra política de organizaciones. En Hong Kong, han creado programas de formación de jóvenes líderes políticos, reuniones con partidos políticos y líderes de gobierno, universitarios y sociales para discutir temas como la posibilidad de reformas políticas, el sistema electoral, modelos para el sufragio universal, la Ley Básica como marco de gobernabilidad para una genuina democracia.

Los líderes de Occupy Central, las ONG y Washington, repiten a coro las mismas demandas. El vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, anunciaba que Estados Unidos está observando de cerca la situación en Hong Kong y apoya las libertades individuales y la libertad de expresión, e insta al gobierno de Hong Kong a mantener la prudencia’. Luego, en una reunión en Washington con el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, el Secretario de Estado John Kerry, reiteró ‘…Estados Unidos apoya el Sufragio Universal en Hong Kong de acuerdo con la Ley Básica y creemos en una sociedad abierta con el mayor grado posible de autonomía y gobernada por las reglas de la ley, que es esencial para la estabilidad y prosperidad de Hong Kong‘.

El canciller Wang Yi le respondió ‘…El gobierno de China ha fijado clara y firmemente su posición. Los asuntos de Hong Kong son asuntos internos de China. Todos los países deben respetar la soberanía de China. Esto es también un principio básico que gobierna las relaciones internacionales. Ningún país, ninguna sociedad, nadie permitirá aquellos actos ilegales que violen el orden público. Esta es la situación en los Estados Unidos, y es la misma situación en Hong Kong (se refería a la protesta de Occupy en Wall Street en 2011 y al levantamiento racial en Ferguson en Agosto, en los que China se abstuvo de interferir y criticar). Creemos que el gobierno de la Región Administrativa Especial de Hong Kong tiene la capacidad para manejar la actual situación de acuerdo a la ley. Estoy listo para mantener con el Secretario Kerry un debate a fondo sobre aquellos temas de interés mutuo regional e internacional y también nuestra cooperación bilateral’. En Beijing la vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores Hua Chunying dijo ‘…China pide a los países pertinentes que sean prudentes en las palabras y los hechos, se abstengan de interferir de cualquier modo en los asuntos internos de Hong Kong, y no apoyen actividades ilegales como las de ‘Occupy Central’ ni envíen cualquier señal equivocada’.

El objetivo que está detrás de la revuelta, es no solo evitar que China ponga sus candidatos en la administración de Hong Kong, sino que éstos sean títeres de Washington y Londres. Los movimientos de protestas con Occupy Central a la cabeza, han reclamado la dimisión de Leung Chun-ying actual Jefe Ejecutivo de la península e islas, y han amenazado que si no se atienden sus exigencias continuarán con la desobediencia civil hasta desestabilizar Hong Kong y la propia China.

Las elites de poder económico capitalista de Estados Unidos, no están dispuestas a abandonar en lo más mínimo la unicidad de su autoproclamado destino manifiesto para el liderazgo planetario, reivindicado por el poder político del gobierno. Una peligrosa tendencia hacia una dictadura mundial, basada en la superioridad de su poder militar. Ante las repercusiones negativas que tuvo su hipócrita doble discurso en la reciente Asamblea General de Naciones Unidas, el premio Nóbel de la Paz, Obama, retocó en algo su retórica en su comunicación semanal al país '...Son los pueblos del mundo los que nos buscan para liderar, y damos la bienvenida a esa responsabilidad. Como mostramos esta semana al mundo estamos preparados para hacer lo que sea necesario para asegurar este legado a las generaciones venideras'.

Washington ha advertido que su accionar impune como primera potencia militar global, está siendo amenazado. Cuando en 2013 en su hoja de ruta hacia Irán, estuvo a punto de bombardear Siria para derrocar al presidente al Assad, con la acusación de las armas químicas, la intervención diplomática de Moscú frustró el ataque. La respuesta a la iniciativa rusa, fue abrirle un frente de conflicto con la desestabilización de Ucrania, y la revuelta manipulada del Maidán, madurada previamente con la revolución naranja. Sin embargo, la estrategia de generar inestabilidad tendiendo a la fragmentación de Rusia fue desafiada, cuando ésta produjo el efecto inverso incorporando Crimea a su territorio. La oportunidad para su nueva respuesta, redoblando la apuesta en Siria (y de paso en el camino hacia el Gran Oriente Medio) se la dieron sus enemigos funcionales los yihadistas, como el Daesh (Estado Islámico).

Pero es más, en estas condiciones Washington ha intensificado su ofensiva a nivel global hacia una unípolaridad forzada en una multipolaridad debilitada. En América Latina, sus pueblos después de haber sufrido el duro castigo neoliberal, constituyen una vanguardia en el mundo en su lucha contra el imperialismo y el neocolonialismo occidental. El ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América) configura el núcleo duro de la resistencia que amenaza la influencia hegemónica de Estados Unidos, así sus operaciones de desestabilización apuntan con mayor intensidad contra Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Cuba, y en menor grado contra otros países de la región. Con protocolos actualizados, aunque similares a los que utilizó el Imperio Británico en sus conquistas y colonizaciones territoriales, hoy la mano invisible de su hijo putativo el imperialismo estadounidense, aplica simultáneamente las guerras políticas de organizaciones, ideológicas, de inteligencia, de masas, psicológica y económica, lo hace en Venezuela para quebrar la integración latinoamericana y recuperar su patio trasero, pero también en Siria para tomar Irán, en Ucrania el pivote para dividir a Rusia, y ahora en Hong Kong para debilitar a China, desde adentro…


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