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PREGUNTA AL DIRECTOR.- Le
parece que se nos ha ido la mano con la austeridad?
R. Me
parece que la austeridad en Europa ha sido la forma de forzar a las economías
del sur a llevar a cabo ajustes reales de sus estados de bienestar y sus marcos
regulatorios. Los países del sur, y
probablemente Francia también,
necesitan reducir el gasto social y desregular sus economías.
P. Pues
fíjese que aquí algunos economistas consideran que nos hemos plegado demasiado
a la disciplina germana… R.
Mire, salvando las distancias los chinos somos bastante parecidos a los
alemanes: ambos pueblos valoramos el trabajo duro, los logros personales y el
ahorro. Y, como le decía, la austeridad es el mecanismo para lograr cambios en
los países del sur. Posiblemente lo que sí podría hacer la Canciller Merkel es animar a los jóvenes de la Europa del Sur a que
fueran a trabajar a Alemania, un país que necesita desesperadamente fuerza
laboral.
P. ¿Qué
le diría a aquellos que ironizan con que caminamos hacia un modelo laboral a la China tras tantas reformas? ¿Y a los que
critican la pérdida de empleos en Occidente por la deslocalización en China?
R. La
globalización implica que cada país busque su ventaja competitiva. Simplemente
ocurre que la de China son sus
trabajadores, relativamente baratos y bien formados. Los empleos que se han
trasladado a China son esos que
encajan en esa ventaja competitiva. Los alemanes no se quejan mucho de esa
pérdida de empleos en China puesto que sus empresas controlan tecnologías clave
que los empleados chinos aún no saben manejar. Dicho esto,
entiendo que a muchos países les resulte duro ajustarse a esta oleada de
globalización. Esa es la fuente de agonía del sur de Europa.
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Países del Sur de Europa - posiblemente Francia - también, necesitan reducir el gasto social y
desregular sus economías. Dicho esto,
entiendo que a muchos países les resulte duro ajustarse a esta oleada de
globalización. Esa es la fuente de agonía del sur de Europa. Grecia, Italia, España, Chipre, Turquía, entre otros.
***
"La globalización es la fuente de agonía del sur de
Europa".
(Yao Yang, Decano
de la Escuela Nacional de Desarrollo de China).
*****
Publicado en
INTERNACIONAL.
Viernes 24 de
octubre del 2014.
Por
Ana Fuentes |.
Según Yao Yang, decano de la Escuela Nacional de Desarrollo de China, “el crecimiento en occidente al final va a necesitar avances tecnológicos. Muchos países están intentando reconstruir su sector manufacturero pero sólo será posible si se asienta sobre cambios tecnológicos, no basta con intentar competir con los emergentes”.
Según Yao Yang, decano de la Escuela Nacional de Desarrollo de China, “el crecimiento en occidente al final va a necesitar avances tecnológicos. Muchos países están intentando reconstruir su sector manufacturero pero sólo será posible si se asienta sobre cambios tecnológicos, no basta con intentar competir con los emergentes”.
Pregunta. No sé si
ha tenido ocasión de leer uno de los últimos ejemplares de The Economist en el
que su presidente, Xi Jinping, aparece como un líder casi todopoderoso, lo que
en Occidente provoca sentimientos encontrados. ¿Puede realmente Xi reformar el
sistema financiero, acabar con la desigualdad, con el lastre ineficiente de los
monopolios estatales...?
Respuesta.
El proceso de reformas en China está avanzando, de hecho, muy rápido. Por mencionar
ese artículo del que me habla, comenta varias reformas cruciales que necesita
China. Y yo añadiría la reforma financiera, ahora que estamos viendo cómo se
afloja el control de los tipos de interés. China está persiguiendo activamente
un Tratado de Inversión Bilateral con Estados Unidos. Ellos tienen su marco, su
plantilla, y no dejan a Pekín mucho margen de maniobra. Si finalmente se adopta
la versión estadounidense, China deberá acometer reformas de gran calado que se
extiendan a prácticamente todos los aspectos de la economía, incluido el
monopolio de las empresas estatales. China está decidida a concluir esas
conversaciones sobre el TIB en 2016, cuando termina el mandato de Obama, así
que al menos la mayoría de las reformas empezarán entonces.
P.
¿Y qué me dice de la desigualdad? Porque tienen a más de 150 súper millonarios
según Forbes, pero a 300 millones de campesinos todavía no les llega agua
potable…
R.
La desigualdad está cayendo en China desde 2008, y esto no solo lo muestran los
datos oficiales, sino también los de estudios independientes, como la encuesta
de la Universidad de Pekín que revela que el coeficiente Gini se redujo de 0,52
en 2010 a 0,50 en 2012. Esta tendencia va a continuar en tanto que la economía
se está equilibrando.
P.
Precisamente hablando de equilibrio, hace unos días Morgan Stanley apuntaba que
Pekín tiene que apostar por crecer como hasta ahora o empezar a hacerlo con
calidad, es decir, renunciar a ese 7% anual. ¿Tan catastrófico sería quedarse
por debajo de esa cifra?
R.
El crecimiento se ralentizará, pero no en la medida en que mucha gente espera.
No creo que China vaya a crecer de momento a menos del 7% a menos que el
gobierno quiera reducir sustancialmente la expansión del crédito. E incluso si
crece por debajo de esa cifra, no creo que eso supusiera ninguna catástrofe. La
gente está ajustando sus expectativas y no tenemos un gran problema de
desempleo.
P.
Hablemos de política monetaria. Su banquero central, Zhou Xiaochuan, ha sido
uno de los reformistas, por así decirlo, aunque últimamente se oyen rumores de
que le queda poco tiempo en el cargo… Si efectivamente el Partido Comunista le
invita a marcharse, ¿qué consecuencias podría tener esto en el sistema
financiero?
R.
El mandato de Zhou Xiaochuan se extiende hasta 2016. Fue elegido vicepresidente
de la Conferencia Consultiva Nacional hace dos años simplemente para que
pudiera seguir, porque ya había cumplido los 65. En todo caso, aunque le
sustituyan, no creo que la política monetaria china vaya a cambiar de dirección
de forma sustancial porque principalmente la controla el Consejo de Estado.
P.
Hace un año, el banco central chino le cerró el grifo del crédito a los bancos
del país. Este verano sin embargo les ha inyectado 500.000 millones de yuanes
(unos 63.000 millones de euros) a las cinco entidades más grandes. ¿Tanta
liquidez necesita ahora la economía?
R.
Creo que el banco central chino tiene que adoptar una política monetaria más
laxa porque la economía tiene una gran necesidad de liquidez. La inflación es
baja y los precios de los activos son estables, cuando no caen. Mucha gente
habla de la M2 que siempre crece, pero la M2 es un stock y mucho de él no se
transfiere a la economía real. Usar la M2 como referente para la política
monetaria china es erróneo.
P.
¿Qué le parecen los incentivos a la compra de primera vivienda como medida para
contener la burbuja inmobiliaria? ¿No se trata de una acción descafeinada,
teniendo en cuenta que millones de campesinos que han emigrado a las ciudades
siguen sin tener un hukou [permiso de residencia] y no pueden ni ir al médico?
R.
Los precios del sector inmobiliario se están estabilizando. Sin embargo, la
gente suele comprar caro y vender barato. Es decir, que compran casas cuando
los precios van a aumentar y venden cuando están a punto de bajar. Así que
ahora están esperando a que caigan más. Por eso hoy por hoy no hay actividad en
la compra de viviendas. Las medidas del gobierno para controlar los precios han
fracasado en su mayoría, durante la última década, porque muchas de ellas iban
en contra de la lógica económica básica. Para los gobiernos locales es bueno
que los precios sean altos puesto que eso les proporciona mayores ingresos. En
cuanto al hukou, solía ser un requisito para comprarse un piso en las grandes
ciudades pero desde este año muchas ciudades han dejado atrás esta norma para
incentivar la compra.
P.
El euro ha caído un 7% respecto al dólar desde julio... ¿Estamos ante una
guerra de divisas soterrada? R. No estoy seguro de poder contestarle a esa
pregunta. P. Los bancos europeos tienen la sensación de que es imposible entrar
en China...
R.
Yo creo que la realidad sobre el terreno es otra. Mire el HSBC. Es cuestión de
voluntad, me parece.
P.
Alguna entidad española se pasó casi 10 años tratando de cerrar acuerdos que al
final no han prosperado, dejándose en el camino millones de euros…
R.
El BBVA vendió sus acciones en CITIC para completar los requerimientos de
capital de Basilea III, que penaliza a los bancos con más del 10% de otras
entidades. Y según leo se dice que están tratando de abrir una oficina
independiente en China porque ésta se abrirá al mercado para operaciones
exclusivamente de extranjeros.
P.
¿No le parece que deberían existir normas internacionales de contabilidad y
para el negocio bancario?
R.
Sí, pero probablemente los estándares debieran ser distintos en función del
tamaño de los bancos y empresas. Hay muchos pequeños que no pueden ser
comparados con otros más allá de sus fronteras.
P.
En Occidente se habla mucho de la corrupción en China. ¿Cómo ven ustedes los
paraísos fiscales de Occidente?
R.
Los paraísos fiscales son una forma de competir por la inversión, pero creo que
solo les funciona a las economías pequeñas. Para las grandes es una estrategia
que no pueden permitirse porque los ingresos fiscales son importantes.
P.
¿Cómo es la presencia de empresas chinas en paraísos fiscales?
R. Pues
muchas tienen su sede en las Islas Vírgenes o en Hong Kong, aunque operen en
China.
P. Occidente
está desesperadamente tratando de crecer… ¿Usando la estrategia correcta, en su
opinión?
R.
Esa es una gran pregunta. El crecimiento en Occidente al final va a necesitar
avances tecnológicos. Muchos países están intentando reconstruir su sector
manufacturero, pero solamente será posible si se asienta sobre logros
tecnológicos, no basta solamente con intentar competir con los emergentes.
Alemania puede ser un buen modelo del que aprender. Las empresas germanas
controlan tecnologías clave y se han especializado en componentes industriales
de alto valor añadido.
P.¿Le
parece que se nos ha ido la mano con la austeridad?
R. Me
parece que la austeridad en Europa ha sido la forma de forzar a las economías
del sur a llevar a cabo ajustes reales de sus estados de bienestar y sus marcos
regulatorios. Los países del sur, y probablemente Francia también, necesitan
reducir el gasto social y desregular sus economías.
P. Pues
fíjese que aquí algunos economistas consideran que nos hemos plegado demasiado
a la disciplina germana…
R.
Mire, salvando las distancias los chinos somos bastante parecidos a los
alemanes: ambos pueblos valoramos el trabajo duro, los logros personales y el
ahorro. Y, como le decía, la austeridad es el mecanismo para lograr cambios en
los países del sur. Posiblemente lo que sí podría hacer la Canciller Merkel es
animar a los jóvenes de la Europa del Sur a que fueran a trabajar a Alemania,
un país que necesita desesperadamente fuerza laboral.
P.¿Qué
le diría a aquellos que ironizan con que caminamos hacia un modelo laboral a la China tras tantas reformas? ¿Y a los que critican la pérdida de empleos en
Occidente por la deslocalización en China?
R. La
globalización implica que cada país busque su ventaja competitiva. Simplemente
ocurre que la de China son sus trabajadores, relativamente baratos y bien
formados. Los empleos que se han trasladado a China son esos que encajan en esa
ventaja competitiva. Los alemanes no se quejan mucho de esa pérdida de empleos
en China puesto que sus empresas controlan tecnologías clave que los empleados
chinos aún no saben manejar. Dicho esto, entiendo que a muchos países les resulte duro
ajustarse a esta oleada de globalización. Esa es la fuente de agonía del sur de
Europa.
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