GOYO
SÍ, SUSANO NO?. Muy sencillo, la izquierda en Lima no
existe, así de claro, contundente y democrático. Lo que existe son
respetables Maestros Universitarios,
Empresarios Nacionales e Intelectuales Democráticos. Así desde la tribuna no se
construye la Izquierda y menos el "Frente Amplio". En cambio la
izquierda en provincias - está renaciendo desde las cenizas del golpe dado por
las políticas neoliberales, la dictadura, la burocracia política
"izquierda" y los caudillos locales y caciques regionales. La
Sociedad Civil, el Poder Local Popular, Los Movimientos Sociales - conflictos
sociales en defensa de sus territorios - el Nuevo Liderazgo Comunitario, como
expresión directa de la Nueva Ciudadanía Intercultural, aun no han logrado
sistematizar un Programa Político que unifique la lucha de los movimientos
regionales, locales y frentes de defensa. La base de su resistencia es hoy su
Identidad Cultural, la Confianza Social de sus pueblos y comunidades históricas
y principalmente sus Líderes hoy
expresan un Nuevo Capital Político Democrático.
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Dos caminos distintos, con liderazgos absolutamente diferentes. Ambos fueron víctimas directas de la avalancha represiva de la extrema derecha peruana a partir de los medios de comunicación, pero al final los resultados son absolutamente contradictorios.
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¿POR QUÉ GOYO SÍ Y SUSANA NO?.
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Otra Mirada martes 7 de octubre del 2014.
Una buena entrada que nos puede dar luces para el
debate que ya empezó sobre los resultados electorales de las elecciones
locales y regionales, es preguntarnos ¿por qué Goyo sí en Cajamarca y Susana no
en Lima?
Salvando las distancias, quizás insalvables, entre
Cajamarca y Lima, nos atrevemos a señalar el contraste político entre ambos
liderazgos para entender cómo uno se acerca al 50% en su reelección y el otro
fracasa estrepitosamente quedándose en el 10% al intentar la misma. El punto
está en cómo, en cada caso, se ha enfrentado y resuelto el conflicto principal
que les ha tocado manejar.
Gregorio Santos ha enfrentado a la minera Yanacocha
y su intento de explotar el yacimiento minero de Conga, sin cuidar el medio
ambiente ni resarcir adecuadamente a la región por la extracción del mineral.
Ha afirmado su liderazgo exitosamente, evitando que se lleve adelante esta
explotación en los términos que estaba planteada. Obtiene así un triunfo para
él, su movimiento y su gobierno regional, aunque sea temporal, probando como
eficaz la iniciativa política planteada. El primer elemento de este éxito ha
sido la conexión con su base social. Él mismo, un profesor ligado al movimiento
rondero, sensible a las demandas de sus bases que le han reclamado firmeza
frente a la prepotencia empresarial. Es a partir de esta articulación
rondero-magisterial que logra un frente más amplio con sectores urbanos, en
principio resistentes a sus planteamientos, para llegar a expresar hoy a casi
la mitad del electorado cajamarquino.
Pero quizás tan importante como lo anterior, ha
desplegado una audacia poco frecuente en los últimos años en los movimientos
sociales y políticos en el Perú. Por una parte, no ha tenido temor de la
represión, lo que lo ha llevado hasta la prisión donde se encuentra el día de
hoy. Por otra, casi desde un primer momento ha buscado convertirse en un líder
nacional, considerando incluso la idea de una candidatura presidencial, lo que
más allá de la realidad de su planteamiento, le dio una estatura y una capacidad
de desafío al poder central, que no ha tenido otro líder regional desde los
tiempos de Daniel Estrada.
Susana Villarán salió elegida aprovechando una
coyuntura electoral súbitamente favorable: el retiro de Alex Kouri de la
contienda por las autoridades electorales. Ello le permitió polarizar con
Lourdes Flores y ganar muy apretadamente el sillón municipal de Lima. Sin
embargo, a diferencia de Alfonso Barrantes, perdió precioso tiempo para buscar
una alianza de gobierno en el municipio y se desgastó con declaraciones
inoportunas que envalentonaron a sus adversarios. Ello, a la par de una bárbara
ofensiva mediática de la derecha cavernaria desde el primer minuto de su
gestión, especialmente por el sector ligado a la anterior gestión municipal. El
primer asalto, sin embargo, de esta derecha cavernaria, el intento de
revocatoria a la alcaldesa y sus regidores, fracasó en lo fundamental por la
amplia alianza democrática que desplegó Villarán, salvándose de ser revocada
por algunos puntos.
Teniendo como punto más alto de sus reflejos
políticos este triunfo de la revocatoria, Villarán falló antes y después en una
relación fundamental bases-liderazgo. Por una parte, se pasó todo el período
buscando a sus bases y nunca terminó de encontrarlas. La Lima popular de los
ochentas ya no existe y la Lima pobre de hoy se reconocen en sus rivales. Pero,
por otra, siempre tuvo temor de proyectar su liderazgo a nivel nacional.
Con diferente suerte los alcaldes de Lima exitosos han sido también líderes
nacionales: Bedoya, Barrantes, Andrade, Castañeda. Villarán, en cambio, ha
demostrado una falta de voluntad para convertirse en líder nacional. Esta falta
de firmeza para plantarse en la escena política ha sido una de las razones por
las que los medios y otros líderes la han maltratado reiteradamente,
consiguiendo el objetivo de desprestigio que buscaban. Esta falta de liderazgo
ha hecho que sus éxitos los hagan aparecer como fracasos, como es el caso del
número de obras ejecutadas (más en cuatro años que Castañeda en ocho) y que su
capacidad como dirigente político no haya podido probarse como eficaz, a pesar
del triunfo electoral del 2010 y el triunfo de nuevo al derrotar la revocatoria
el 2012.
¿Qué lección podemos sacar hacia el futuro en un
campo minado como es la política peruana actual? Que sin expresar el núcleo de
alguna base popular específica y atreverse a convertir eso en una lucha con
proyección nacional será imposible derrotar a la derecha bruta y achorada, que
hoy se expresa no solo como defensa del modelo económico primario exportador,
sino también como tolerancia abierta con la economía delictiva y el asalto a
las arcas públicas.
El modelo de liderazgo de distinguidos dirigentes
democráticos, es el mismo que utiliza la vieja derecha – la oficina y el
mensaje retrasmitido – no mantienen una comunicación directa con la Ciudadanía
y menos asumen directamente un liderazgo participativo. Su crisis es evidente, pero no encuentran
camino y menos alternativa de salida democrática.
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DOS IZQUIERDAS, UN CAMINO.
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Carlos
Meléndez, Persiana Americana.
Perú
21. Martes 7 de octubre del 2014.
Las elecciones del domingo
revelan los destinos distintos de dos versiones de la izquierda. Santos y
Villarán encarnan hechos históricos que revelan las características de sus
proyectos de ‘izquierda’. Mientras el primero logró una reelección popular
(¿cuándo una gestión de izquierda se reelige con tanto apoyo en el país?), la
segunda devino en una pérdida total de gracia.
El proyecto cajamarquino
tiene la solidez de un movimiento social. Las rondas campesinas y el magisterio
dan el soporte ‘desde abajo’ a un líder que supo traducir la dignidad de sus
paisanos en una versión de lucha contra el ‘modelo’. Mientras su oposición (y
sus emisarios mediáticos) articulaba un embate torpe y egocéntrico en su
contra, Santos –sin quejas villaranescas– cambiaba victimización por
representación. Pero ello no significa que la mitad de cajamarquinos sea de
izquierda. Quizás lo más sensato es decir que son ‘antilimeños’ que apoyan a
sus élites de izquierda que representan su orgullo regional.
El ¿proyecto? limeño fue
perdiendo viada. Villarán respondió a sus rivales con desesperación y sin
brújula. Su discurso alternativo fue perdiendo filo y, para hablar en términos
marxistas, se quedó en la superestructura. El ‘pasacalle’ como instrumento de
la lucha social (¡!). La consultoría como guía ideológica. Su involución puede
reflejarse en sus cuadros: de Marisa Glave a Augusto Rey.
El futuro de la izquierda
peruana radica en capitalizar los recursos disponibles en el norte: convertir a
Cajamarca en el Porto Alegre peruano, sumando la reflexión técnica a la fuerza
del movimiento social (moderando su radicalismo). La izquierda provinciana y de
base ha dado una lección a la izquierda limeña, clasemediera e intelectual. Pero, quiera o no,
la necesita.
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Carlos
tu análisis sobre las elecciones regionales y municipales es correcto.
Sin embargo, es necesario precisar que la "izquierda" limeña - es
simplemente de rotulo y de papel - si es que pronto no se saca de encima su
tendencia burocrática, aburguesada,
hoy está en sala de cuidados intensivos. Dirigentes cómodamente instalados en
Oficinas, Universidades, Empresas, democráticos y valioso capital intelectual.
Pero así no se construye una movimiento político – Partido político – en un
escenario sumamente complejo, desigual, violento, turbulento, polarizado, con
fuerte presencia de la anti-política, el crimen organizado, sicarios y una
derecha ultra-conservadora. Cajamarca,
es un hecho político, es el Nuevo Porto Alegre, donde debe trabajarse
principalmente un Programa Político Nacional, tendiente a la unificación de la
Ciudadanía desde el Poder Local Popular, hoy muy fuerte, pero, aún disperso en
el país. La defensa de sus territorios construyó un Liderazgo – a pesar de
estar preso, víctima de venganza de quienes traicionaron una Política Nacional –
de cara directa con los problemas, necesidades y derechos de las poblaciones –
participación directa y construcción de Ciudadanía - El diálogo horizontal,
respetuoso e igualitario es muy importante como herramienta democrática para construir políticas
de consenso local-nacional y un Programa de Gobierno como alternativa Política
Nacional.
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