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Según
la página de Wikileaks, el capítulo más controversial viene a ser el que trata
el tema de propiedad intelectual, inclusive “los
miembros del congreso norteamericano únicamente pueden ver porciones
selectas de documentos relacionados al tratado bajo condiciones altamente
restrictivas y bajo supervisión estricta. Se ha revelado anteriormente que solo tres individuos de cada nación TPP
tienen acceso al texto completo del acuerdo, mientras que a 600 asesores de comercio'
–cabildeadores, protegiendo los intereses de corporaciones estadounidenses tales como Chevron, Halliburton, Monsanto
y Walmart–, se les concede acceso privilegiado a secciones cruciales del
texto del tratado”. Según la misma página, el Presidente Obama indica que su intención era de firmar y ratificar
el TPP antes del final del 2013. Aunque el texto es casi imposible de encontrar
de manera completa, ciertas partes e intercambios diplomáticos entre países
negociantes han sido difundidas de manera clandestina. Esto por lo general ha permitido tener una orientación bastante
comprensiva del objetivo de los tratados en análisis. En este sentido,
remarcamos el mecanismo sobre disputas entre inversores y Estados, el cual es recurrente en los tratados entre
países en vías de desarrollo y países desarrollados. Sin embargo, ahora ya
están ampliamente difundidos varios casos en países desarrollados, como por
ejemplo tenemos el caso del Estado
Alemán, el cual ha sido demandado por una empresa nuclear que cuestiona las
razones por las cuáles Alemania ha
decidido descontinuar la fusión atómica para la producción de energía en su
país, y existen otros cuantos ejemplos de demandas similares documentadas por George Monbiot del
periódico The Guardian. Dichos ejemplos son un claro patrón de la
deconstrucción del Estado en sí.
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La Asociación Transpacífico (TTP). Actualmente se negocia entre 11
países del entorno costero del Océano Pacífico [Australia, Brunei,
Canadá, Chile, Japón, Malaysia, México, New Zealand, Perú, Singapore, and
Vietnam) (TTP) y el (TTIP) ambos de manera confidencial.
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DE LA GOBERNANZA ESTATAL A LA GOBERNANZA CORPORATIVA: TPP y TTIP.
*****
Maya Rivera Mazorco y Sergio
Arispe Barrientos.
Rebelión miércoles 12 de marzo
del 2014-
La posibilidad de apertura de los mercados de los
países desarrollados a los países en vías de desarrollo fue el gran slogan de
los tratados de libre comercio durante buena parte de los 90, etapa en la cual
crecimos. Décadas después, la credibilidad se perdió, nunca se llegó a
diversificar la industria en los países en vías de desarrollo y, por ende, la
factibilidad económica jamás se hizo realidad; finalmente, las diferencias
productivas entre países desarrollados y no desarrollados nunca se igualaron.
El único resultado fue el ensanchamiento de la brecha social entre ricos y pobres,
la cual no ha sido aminorada o resuelta por los Tratados de Libre Comercio
(TLC). Sin embargo, y a pesar de la infinidad de negativos que en la balanza
pesan más que los aspectos positivos, existe hoy en día un gran impulso
abanderado por la diplomacia servil a los intereses corporativos por llevar
adelante dos tratados comerciales de una envergadura jamás vista.
La Asociación Transpacífica (TPP) - acrónimos en
inglés - y La Asociación de Inversión y Comercio (TTIP) – acrónimos en inglés -,
son tratados que liderizan las agendas diplomáticas de varios países. El
segundo se negocia entre la Unión Europea y EEUU, y el primero actualmente se
negocia entre 11 países del entorno costero del océano Pacífico [Australia,
Brunei, Canadá, Chile, Japón, Malaysia, México, New Zealand, Perú, Singapore,
and Vietnam) ambos
de manera confidencial. La pregunta es ¿por qué se negocian de manera privada?,
y ¿por qué existe una creciente ola de manifestaciones en varios países en
contra de estos tratados comerciales? En el afán de responder a estas preguntas
quizá lo más sorprendente, más allá de los diferentes puntos a tocar, es cómo
los intereses soberanos de los países desaparecen y se sobreponen a ellos los
intereses de las grandes corporaciones.
En sí, el TPP abarca una población que oscila entre
los 800 millones de personas, casi un tercio del comercio mundial y el 40% de
la economía global En el caso que dicho acuerdo se suscriba por los países
involucrados, representaría el tratado comercial más grande de la historia
después de la Organización Mundial del Comercio (OMC). El TPP conjuntamente con
el TTIP abarcarán más del 60% de PIB mundial; actualmente ambos tratados
excluyen a China.
El TTIP, no deja de ser intrigante, involucra a la
Unión Europea (UE) y EEUU. Considerando que ya existen tarifas arancelarias
bajas entre los dos, no parece ser esta la razón para el tratado. El TTIP
apunta a limar las “asperezas” regulatorias que contiene la UE que son
consideradas como “irritantes al comercio” por los diplomáticos de TTIP. Una
vez más vemos cómo puestos de negociación clave, específicamente el jefe de
negociación en asuntos agrícolas de EEUU y previo colaborador de cabildeo de Monsanto,
Islam Siddique, lidera las negociaciones con la UE en cuanto a medidas
fito-sanitarias, las cuales se regulan a través de sistemas totalmente
incompatibles en ambas partes. De hecho, existe una larga trayectoria de
encuentros diplomáticos encontrados en cuanto a la temática. Por ejemplo, en
los EEUU, según el Centro de Prevención y Control de Enfermedades, 48 millones
de personas se enferman por alimentos contaminados (1 de cada 6 personas en
EEUU) y 3000 personas mueren al año. Mientras tanto en la UE, según la
Autoridad Europea de Sanidad Alimenticia y el Centro de Prevención y Control de
Enfermedades, el 2011 sólo se reportaron 70,000 personas enfermas por alimentos
contaminados y 93 murieron a causa de las mismas. Otra gran diferencia recae en
el hecho de que la UE practica de manera general el Principio Precautorio que
se encuentra en su carta magna; además, cuenta con procesos de seguimiento
desde las granjas hasta el cubierto o durante toda la cadena de producción
hasta el consumidor, a diferencia de la práctica de EEUU que consiste en
revisar sólo el producto final.
Esto, a su vez, se refleja en cómo la UE, a
diferencia de EEUU, maneja a los alimentos genéticamente modificados
prohibiendo su comercialización, regulando de manera enérgica ciertos embalajes
alimenticios que han sido observados por contener disruptores endocrinos y la
prohibición de productos agrícolas que contengan ciertos pesticidas que actúan
de manera acumulativa en nuestros cuerpos generando una amplia gama de
problemas de salud. Todos estos elementos son sólo parte de una diáspora de
medidas regulatorias que diferencian de manera considerable al marco
regulatorio de EEUU del de la UE. Otro tema esencial es que la legislación de
EEUU requiere que sea el gobierno quien compruebe qué químicos o aditivos
contenidos en los alimentos son dañinos, mientras tanto la U.E. hace lo contrario, obligando a las empresas
a comprobar su inocuidad.
La Asociación de Inversión y Comercio (TTIP) –
En el verano del 2013, se iniciaron las conversaciones entre la Unión Europea y
Estados Unidos sobre la Asociación Transatlántica de comercio e inversión
(TTIP).
***
Las implicancias de un tratado.
Un tratado internacional, de acuerdo al derecho
internacional, es un contrato entre países de cumplimiento obligatorio, el
cual, una vez aprobado, se posiciona justo por debajo de la constitución de
cada Estado; en otras palabras, modifica las leyes nacionales de ámbito
específico, convirtiéndose en un medio para encaminar políticas internas y
ajustar leyes nacionales aplicables al ámbito de los tratados. Acorde a este
principio es usual que tratados de amplio espectro como el TPP sean difundidos
y evaluados por amplios sectores sociales en cada país antes de la puesta en
vigencia de los mismos. En este sentido, es sumamente preocupante que hasta
ahora el congreso de EEUU no ha sido parte activa de las negociaciones del tratado
de comercio TPP. No es malo puntualizar que según la constitución política
americana, el congreso de EEUU debe legislar y definir tratados. Este hecho se
da por razones obvias. Aunque no siempre es tema aplicable o real, el congreso
en teoría tiende a contemplar un mayor número de intereses, además de
representar los intereses de una amplia gama de constituyentes pertenecientes a
la región electoral. Aunque existe una creciente disminución a nivel
internacional del rol del poder legislativo, la importancia de instrumentos
jurídicos que afectan un gran número de intereses sociales, ambientales y
económicos debe, por principio, no depender de un poder político vertical y
homogéneo como lo es el poder ejecutivo. Aun así, y desde la presidencia de
Richard Nixon, existe un mecanismo denominado Fast Track (Vía rápida)
que faculta al poder ejecutivo a prescindir del congreso en el ámbito de
tratados internacionales. Debido a este contexto es importante puntualizar que
actualmente 173 miembros del congreso de EEUU, incluyendo 150 demócratas, se
han opuesto a que Obama ratifique el tratado por el método Fast Track.
El tratado en sí.
Ahora en cuanto al tratado TPP, abarca 29 capítulos
de los cuales sólo 5 tratan sobre comercio. Los 24 capítulos restantes inhabilitan
mecanismos gubernamentales que regulan estándares alimenticios, ambientales,
financieros, energéticos y un largo etc., permitiendo y “resguardando” el marco
jurídico por el cual grandes conglomerados empresariales pueden actuar,
“invertir” y seguir adelante con su business as usual.
Según la página de Wikileaks, el capítulo más
controversial viene a ser el que trata el tema de propiedad intelectual,
inclusive “los miembros del congreso norteamericano únicamente pueden ver
porciones selectas de documentos relacionados al tratado bajo condiciones
altamente restrictivas y bajo supervisión estricta. Se ha revelado
anteriormente que solo tres individuos de cada nación TPP tienen acceso al
texto completo del acuerdo, mientras que a 600 asesores de comercio'
–cabildeadores, protegiendo los intereses de corporaciones estadounidenses
tales como Chevron, Halliburton, Monsanto y Walmart–, se les concede acceso
privilegiado a secciones cruciales del texto del tratado”. Según la misma
página, el Presidente Obama indica que su intención era de firmar y ratificar
el TPP antes del final del 2013.
Aunque el texto es casi imposible de encontrar de
manera completa, ciertas partes e intercambios diplomáticos entre países
negociantes han sido difundidas de manera clandestina. Esto por lo general ha
permitido tener una orientación bastante comprensiva del objetivo de los
tratados en análisis. En este sentido, remarcamos el mecanismo sobre disputas
entre inversores y estados, el cual es recurrente en los tratados entre países
en vías de desarrollo y países desarrollados. Sin embargo, ahora ya están
ampliamente difundidos varios casos en países desarrollados, como por ejemplo
tenemos el caso del Estado Alemán, el cual ha sido demandado por una empresa
nuclear que cuestiona las razones por las cuáles Alemania ha decidido
descontinuar la fusión atómica para la producción de energía en su país, y
existen otros cuantos ejemplos de demandas similares documentadas por George
Monbiot del periódico The Guardian. Dichos ejemplos son un claro patrón
de la deconstrucción del Estado en sí.
Estamos pasando de una etapa de gobernanza estatal
a una supra-estructura corporativa que utiliza el amparo de lo estatal para
seguir cooptando impuestos, acaparando subsidios y legitimando actuaciones
internacionales de orden diplomáticas. Sin lugar a dudas, esta etapa seguirá
promoviendo el colapso de este modelo de sociedad regido por estados nación y
el surgimiento de un modelo más cínico y capaz de defender sus intereses por medios
para estatales. En sí, lo que ahora vemos es un sinfín de actuaciones
diplomáticas dentro del espectro de negociaciones internacionales
protagonizadas por empleados de corporaciones privadas y no así representantes
gubernamentales, otorgando ad hoc el status de Estado a la corporación.
De la mano de lo anteriormente mencionado, la
propuesta de Estados Unidos en el TPP permitiría que empresas extranjeras
impugnen leyes o reglamentos de orden nacional en un tribunal privado. Sin
duda, las actuaciones de estos tribunales ampararán sus resoluciones en los TLC
ratificados. Estas cláusulas con anterioridad sólo existían en tratados de la
Organización Mundial del Comercio (OMC) pero únicamente para tratar temas entre
Estados, y no así entre corporaciones tal como acontece ahora. Aunque existen
pautas similares en el Tratado de libre Comercio de Norte América (NAFTA,
acrónimos en inglés) y otros tratados similares con países en vías de
desarrollo, las negociaciones del TPP aparentemente exceden los límites de
tratados similares.
Ya son más de dos décadas de promesas que no se han
cumplido y que han derivado en el aumento de las desigualdades sociales y
económicas, así como el deterioro del medio ambiente. Todos estos problemas se
han profundizado junto al surgimiento de un nuevo modelo económico dominado por
corporaciones Las balanzas comerciales negativas demuestran que es más fácil
acceder a información privilegiada siendo parte de una multinacional como
Haliburton o Monsanto que como representante de un país. Lo más preocupante es
la sistemática degradación de la representatividad estatal pues se convierte en
una fachada diplomática a través de la cual actúan las corporaciones que hoy
manejan los mayores monopolios de la historia de la humanidad para sus propios
beneficios, atentando de esta manera contra los intereses de los conciudadanos
del mundo. ¿Acaso impulsar la competitividad entre países para ver quién puede
brindar las peores condiciones laborales y por ende los menores sueldos es un
avance en materia económica? ¿Quizá así lo creen algunos? Seguimos pensando que es un adelanto de lo
venidero, un futuro cercano gobernado ya no por naciones sino por
corporaciones.
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Para más
información, búscanos en: thunhupha.blogspot.com
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