NUEVA ORGANIZACIÓN
TRICONTINENTAL. CLAVES GEOECONÓMICAS PARA ENTENDER QUE PASA EN ORIENTE MEDIO Y
EURASIA.- China, Rusia refuerzan y consolidan Organización para
apoyar la “Nueva Ruta de la Seda”. Desafió a Occidente y la crisis dela
globalización neoliberal.- .-Señores la crisis – y “muerte”
de la globalización neoliberal – nos está revelando, que hoy existe- ya
conformada y en pleno funcionamiento – una Organización de países a nivel
Regional-Tri-Continental, más poderosa que la OCDE – 34 países capitalistas más desarrollados –; de mayor dimensión económica y comercial
que la Unión Europea, U.E., el G-7 (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania
Italia, Francia y Japón –; en territorio
- el doble de lo existente actual – en
Población, supera largamente a las “coaliciones de Occidente) Políticamente, hoy es de poderosa
influencia y asume en la práctica la “salvación” a la globalización – pero NO neoliberal de las mega corporaciones
mundiales -, ahora es el ESTADO el
que asume toda la responsabilidad (Dicen
globalización inclusiva al servicio de los Pueblos y que disminuya
significativamente la Desigualdad). Militarmente
aún Occidente es más poderoso, pero en crisis con la OTAN. Como se llama esta nueva Organización Regional-Continental.
Señores (as) es la ORGANIZACIÓN DE COOPERACIÓN DE SHANGHAI. (OCS) Fundada en abril de 1996 y “consolidada, “refundada” en el año 2001. Vamos a ver quiénes son y que buscan, persiguen o cuáles son
sus objetivos estratégicos geopolíticos actuales?.
HACE SÓLO UNOS DÍAS
ACONTECIÓ UN CAMBIO GEOPOLÍTICO TECTÓNICO en Astana, Kazajstán, y sin embargo la fuerte ondulación sísmica apenas ha sido
registrada por los círculos atlantistas. En la cumbre anual de la Organización de Cooperación de Shanghai
(OCS), fundada en 2001, India y
Pakistán fueron admitidos como miembros de pleno derecho, junto con Rusia, China y cuatro naciones de Asia Central (Kazajstán, Uzbekistán, Kirguistán
y Tayikistán). Así que ahora la OCS
no sólo es la organización política más
grande –por área y población– en el mundo; también une a cuatro potencias
nucleares. El G-7 es irrelevante, la
última cumbre en Taormina lo dejó claro. La verdadera acción , aparte del G-20, estará en los movimientos de la OCS. Permanentemente ridiculizada en
Occidente desde hace una década y media como una mera tertulia, la OCS, poco a poco, sigue avanzando. Como lo señalara el presidente de China, Xi
Jinping, de manera elegante; “ La OCS es un nuevo tipo de relaciones
internacionales que ofrece ganar a todos sus integrantes a través de la
cooperación". La marca registrada por la OCS es bastante sutil. Su énfasis inicial – en el mundo post- 11 de
Septiembre- fue a luchar contra lo que
los chinos califican como “LOS TRES MALES”; el
terrorismo, el separatismo y el extremismo. PEKÍN Y MOSCÚ, al
principio estaban pensando en los talibanes de Afganistán (y sus conexiones con
Asia Central, especialmente a través del Movimiento Islámico de Uzbekistán (IMU).) pero, ahora la OCS preocupada por el deterioro de
la seguridad en Afganistán llama a sus miembros a apoyar un proceso de “paz y reconciliación”.
A partir de este
momento la OCS se involucrará directamente en la búsqueda de una solución a la
“cuestión afgana” con la India y
Pakistán a bordo – que trascenderá a los fallidos “remedios” del Pentágono;
más tropas. Por cierto la OTAN,
desgraciadamente perdió la guerra en Afganistán. Los talibanes controlan al
menos el 60% del país. Y ahora se añade un supremo insulto predecible, el Estado Khorasan Islámica (ISK) (rama del
Daesh en Afganistán) acaba de conquistar Tora Bora, el territorio que el Pentágono bombardeo cuando
perseguía a Osama bin Laden y a Ayman
al- Zawahiri. No nos equivoquemos, habrá acción de la OCS en Afganistán. Y esta acción va a consistir en
llevar a los talibanes a la mesa de negociación. CHINA se ha hecho cargo de la presidencia de turno de la OCS y está
dispuesta a mostrar resultados prácticos en la próxima cumbre en junio de 2018.
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La nueva Ruta de la Seda
recibe el aplauso de 27 países, siembra sospechas en muchos y es boicoteada por
la India .- Nueva
Delhi no participó en la reunión cumbre de Beijing porque se opone al proyecto
que establece un corredor de 57 millardos entre China y Pakistán, que pasa por
Cachemira. El presidente Xi Jinping ha obtenido la firma del acuerdo por
parte de 27 países para financiar el ambicioso plan de infraestructuras chino.
Él garantiza que lo que se busca es “compartir”, y que no se
quiere interferir en los modelos sociales de los países interesados. Un
nuevo impulso hacia la globalización.
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BEIJING AVANZA CON SU ESTRATÉGICA PROPUESTA DE RUTA DE LA SEDA.
Un Proyecto chino de envergadura internacional.
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Emilio
Marín.
ALAI.-
lunes 26 de junio del 2017.
Hace
cuatro años el presidente chino lanzó la propuesta de la Franja y Ruta de la
Seda. Supone obras, inversiones y más comercio con el resto de Asia, Europa,
África y el resto del mundo. Ahora viene precisando y avanzando con ese plan.
En 2013
Xi Jinping lanzó sucesivamente las propuestas de crear la Franja de la Seda y
la Red marítima de la Seda en el siglo XXI, que daría más conexión terrestre y
marítima a su país con 60 países de al menos tres continentes. Aclaró que era
una iniciativa abierta a otras naciones del mundo ubicadas en otros
continentes, verbigracia América Latina.
La idea
del gobierno chino fue recuperar, y ponerla a tono con el siglo actual, los
corredores de comercio por vía terrestre y por mar que había varios siglos
atrás con el extranjero, de los que uno de los más conocidos era la llamada
ruta de la seda.
Esas vías
sirvieron para que en 1295 Marco Polo trajera el tallarín a Europa, según la
leyenda, pero seguramente la seda, el papel y la pólvora que inventaron los
chinos hace siglos también habrán estado en el trasiego.
Como los
asiáticos se enorgullecen de sus varios siglos de civilización, recuperaron
aquel comercio del pasado para proyectarlo al siglo XXI. Lo viejo reaparece en
lo nuevo, o lo nuevo recupera parte de lo viejo que no pasa de moda. Y el
proyecto estratégico más importante de China para lo que resta del siglo, salvo
que después froten la lámpara y se haga la luz sobre otro superior, es el que
lleva el nombre de la seda.
Eso ha
motivado reuniones internacionales de importancia, como el Foro realizado en
Beijing el 14 y 15 de mayo pasado, con participación de gobiernos de 29 países
más el anfitrión, y representantes de más de un centenar de países y entidades
internacionales interesadas en conocer e involucrarse.
Además de
los discursos, hay acciones concretas que avalan esa marcha, algunas modestas y
otras de creciente impacto en el país y donde se realizan las obras
correspondientes.
Una,
simbólica, fue el 23 de abril pasado. El tren “Viento de Oriente”, que había
partido desde Xian, llegó a Budapest, Hungría, luego de 20 días de trayecto,
atravesando Kazajistán, Rusia y Bielorrusia, un trayecto de 9.300 kilómetros.
Llevaba sus 41 vagones llenos de ropa, juguetes y otros productos chinos. El viaje
imitaba una ruta que había florecido hace más de 2.000 años.
Otro dato
concreto, que puede ser una pista sobre los cambios positivos que puede
implicar el proyecto para los participantes: trabajadores chinos y de Maldivas,
están trabajando hace un año en la construcción de una nueva pista del
Aeropuerto Internacional Velana, en Maldivas. “La nueva pista, de 3,4
kilómetros, permitirá el aterrizaje de grandes aviones de pasajeros como el
Airbus A380”, le declaró a la agencia Xinhua uno de esos trabajadores del
“Grupo de Construcción Urbana de Beijing”, encargada de construir esa pista, un
campo de aterrizaje y la terminal de carga. No es el único proyecto pues la
misma empresa está empeñada en otros diez países dentro de la iniciativa de la
Franja y la Ruta.
A su vez
China está formando a trabajadores etíopes para que puedan manejar el primer
ferrocarril eléctrico transfronterizo de África, que unirá Addis Abeba en
Etiopía con Djibouti, y que comenzó a operar en octubre pasado. Ese tren
redujo el tiempo de viaje entre los dos países de siete días a sólo diez horas.
China. La ruta de la seda. 5 Proyectos de infraestructura con la inversión más millonaria de la Historia. De Oriente hacia Occidente. Desafío al mundo con el "nuevo proyecto global" en relación a la globalización y el llamado "Socialismo de mercado" y la "globalización inclusiva y al servicio de los pueblos".
***
Proyecto impresionante.
Aquellas
informaciones son apenas puntas del iceberg que empieza a emerger del plan muy
ambicioso al punto que engloba a 60 países, con 4.500 millones de habitantes
del planeta y que en conjunto engloban más del 30 por ciento del producto bruto
mundial. Fue enunciado por primera vez en septiembre de 2013, por el
presidente chino, cuando visitó Astaná, en Kazajistán.
La idea
es abrir más y mejores rutas por donde no sólo circularán mercaderías y
productos, sino también información, turistas, cultura, etc, con tres vías
terrestres y una ruta marítima. A tal fin se prevé la construcción o ampliación
de líneas férreas, caminos, puertos, aeropuertos, gasoductos, oleoductos, etc.
Por
ejemplo, en materia de trenes, un recorrido será el ya referido por Asia y Europa
que llegará a Polonia y de allí a Alemania, con derivaciones al sur, incluso
España. Y otra que bajará a Irán, por Turquía y de allí también a Europa.
¿Cómo se
financiará semejante proyecto que circunda parte del mundo? Tiene prevista una
doble fuente de financiación: por un lado el Fondo Económico de Inversión de la
Ruta de la Seda, donde Beijing comprometió ya 50.000 millones de dólares; y por
el otro, el Banco Asiático de Inversión e Infraestructura, que aportará misma
suma. Esta entidad se creó hace un año y tiene 57 países miembros, con China,
India y Rusia como sus mayores accionistas.
La
información oficial del gobierno no fue desmentida por los otros participantes
aseguró que “desde 2013, China ha invertido más de 50.000 millones de dólares
en países de la Franja y la Ruta. Un total de 56 zonas de cooperación económica
y comercial ya fueron construidas por empresas chinas allí, lo que ha generado
cerca de 1.100 millones de dólares en ingresos fiscales y creado 180.000
empleos locales”. Añadió: “el comercio entre China y los países a lo largo de
la Franja y la Ruta totalizó 913.000 millones de dólares en 2016”. Esta cifra
se va a incrementar a medida que avancen las obras previstas y esa
infraestructura pueda utilizarse a pleno.
Por eso
el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, dijo que “la Franja y la
Ruta se ha convertido en el bien público más importante que China ha brindado
al mundo. Fue propuesta por primera vez por China, pero ahora es para que la
disfruten todos los países”.
Los
chinos no están en esto como una obra filantrópica, pero recalcan que su
filosofía es el de “ganar-ganar” o sea ganen las dos partes. En el Foro
internacional del mes pasado, el presidente Xi insistió en que el programa
reduciría la pobreza en los países receptores de esas inversiones. También
prometió que China lanzará 100 proyectos contra la pobreza y dijo que la
propuesta es de “una globalización económica abierta, inclusiva, equilibrada y
beneficiosa para todos”.
Es
evidente que además de beneficios económicos y comerciales para el medio
centenar de países que ya han firmado convenios, está de por medio un objetivo
político chino. ¿Cuál es? Procurar crecer económicamente y en alianzas
políticas frente a la administración Trump, que tuvo inicialmente varias
expresiones políticas contrarias a China. Beijing aprovecha el mal paso que dio
Estados Unidos al salirse del Tratado Transpacífico por el mal entendido
proteccionismo de “América Primero”. Buena parte de los países desairados,
menos Japón, son parte ahora del armado chino de la Franja y la Ruta de la
seda.
Acción y reacción.
China venía
accionando con su iniciativa desde 2013. EE UU le oponía el TPP en tiempos de
Barack Obama y su oponente avanzó con la ruta de la Seda en 2015. Trump
triunfante se salió de aquel tratado, como igualmente hizo con los convenios
sobre el Cambio Climático. Beijing contragolpeó con el Foro Internacional por
la ruta de la Seda. Trump sólo mandó a un asesor suyo de Seguridad Nacional
dedicado al Asia, como para ver de qué se trata. Su hostilidad hacia el
socialismo asiático se mantiene, como se trasunta en varios artículos
periodísticos donde se criticó la reunión internacional presidida por Xi. The
New York Times, el 15 de mayo, reproducido en Buenos Aires por “La Nación”,
ninguneó a Xi con este título: “Rodeado de líderes no occidentales, se mostró
como una alternativa a Trump”. Allí se leía: “Rodeado de líderes autoritarios
de Rusia y Asia Central en una cumbre en Pekín, Xi les prometió a los bancos de
desarrollo chinos más de 100.000 millones de dólares que servirían como punta
de lanza de un ingente gasto en infraestructura a través de toda Asia, Europa y
África. Lo más notable era la ausencia casi total de líderes de democracias
occidentales en el encuentro”.
El
magnate neoyorquino, como antes Obama, pega en los flancos chinos no tanto con
periódicos sino creando problemas políticos y sin descartar los incidentes
bélicos. Por caso generando inestabilidad y roces entre China y países
ribereños de mares adyacentes. Eso, más el poderío naval y militar de la
superpotencia decadente, siguen siendo sus cartas. Por eso los norteamericanos
acentúan los conflictos por esas aguas, con Japón, Corea, Filipinas, incluso
Vietnam.
Y por eso
mismo también se entiende que lo primero que hizo el gobierno chino fue
precisar esta semana criterios respecto a la ruta marítima, con un extenso
documento y lineamientos pacifistas, conciliadoras, buscando consenso para
preservar el mar, compartir la investigación científica, etc.
El
documento gubernamental informa: “China ha firmado documentos
intergubernamentales de índole marítima en forma de acuerdos de cooperación,
memorandos de cooperación y declaraciones conjuntas con Tailandia, Malasia,
Camboya, India, Pakistán, Maldivas, Sudáfrica, etc., y ha llevado a cabo la
conexión estratégica con muchos de los países a lo largo de la Ruta,
estableciendo así una amplia asociación cooperativa referente al mar”.
Queda claro cuál es la parte que atiza los conflictos marítimos y
cuál procura llegar a buen puerto, en son de paz.
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