Vladímir
Putin se ha mostrado como un firme opositor del mundo unipolar,
que ha insistido en muchas ocasiones en que este modelo de orden mundial es
inadmisible y peligroso, y no tiene nada que ver con la democracia. En este
sentido, cabe recordar otra vez el histórico discurso de Putin pronunciado el
10 de febrero 2007 en la Conferencia de Seguridad de Múnich (Alemania).
"¿Pero
qué es un mundo unipolar? Por mucho que se intente adornar ese término, en la
práctica ello tiene sólo una significación: la existencia de un solo centro del
poder, de un solo centro de fuerza y un solo centro de toma de decisiones. Es
un mundo en el que hay un solo dueño, un solo soberano. Al fin y al cabo, ello
resulta pernicioso no sólo para aquellos que se encuentran dentro de los marcos
de tal sistema, sino también para el propio soberano, pues ese sistema lo
destruye desde dentro. Además, tal estado de cosas no tiene nada que ver con la
democracia. Porque la
democracia, como es sabido, es el poder de la mayoría, en el
que se consideran los intereses y las opiniones de la minoría", dijo
entonces el mandatario ruso.
"En
mi opinión, el modelo unipolar no sólo es inadmisible para el mundo
contemporáneo, sino que es imposible. Y no solamente porque a
un líder único en el mundo contemporáneo – precisamente en el contemporáneo –
no le van a alcanzar los recursos militar-políticos ni económicos. Sino porque
– y ello es aún más importante – se trata de un modelo que no puede funcionar
por carecer de la base moral propia de nuestra civilización", agregó.
BRICS, el
mejor ejemplo de la construcción de multipolaridad.
Como paso clave en esa
transformación del mundo unipolar nació el grupo BRICS, organismo consultivo permanente formado por Rusia, China, la India, Brasil y Sudáfrica. Son las economías emergentes más importantes
del mundo. En vísperas de la cumbre de los BRICS en Durban, Sudáfrica, en marzo de 2013 Putin dijo que hay
intención de otorgar a los países BRICS "un papel clave en un mundo multipolar".
"El
BRICS es un elemento clave del creciente mundo multipolar. El
grupo de cinco países reafirmó en varias ocasiones su compromiso de respetar
los principios fundamentales del derecho internacional y de fortalecer el papel
central de las Naciones Unidas. Tenemos un enfoque común a los problemas
internacionales más acuciantes, como la crisis en Siria, el problema de
Irán y el arreglo de la situación en Oriente Medio", enfatizó entonces Putin.
Desde el nacimiento del
BRICS hasta hoy el organismo ha comprobado que es una
gran fuerza económica y política que ha convertido su crecimiento
económico en la influencia política que, a su vez, ha conducido a la pérdida de
la posición de liderazgo de la élite económica occidental.
Giro asiático: Rusia y China se acercan
En noviembre
pasado Vladímir Putin, señaló que la cooperación entre
Moscú y Pekín es importante para mantener la paz en el marco del derecho internacional
afianzándolo. "La colaboración de
Rusia y China es extremadamente importante para mantener la paz en el
marco del derecho internacional haciéndolo más estable", afirmó el
presidente ruso.
"Rusia y
China están promocionando activamente la idea de formar una nueva
arquitectura de seguridad y desarrollo estable en Asia-Pacífico. Debe
fundamentarse en los principios de la igualdad, el respeto del derecho
internacional, la indivisibilidad de la seguridad y el rechazo a usar la fuerza
o a amenazar con ella. A día de hoy esta tarea cada vez es más urgente"
dijo, en una de las entrevistas.
Hoy en día
la dinámica asociación entre Rusia y China, que ya ha alcanzado un nivel
estratégico, no abarca solamente los ámbitos de defensa o energía, como los
grandes proyectos de petróleo o gas, sino también las
inversiones, las finanzas y la alta tecnología.
Rusia y Latinoamérica, ahora más cerca que nunca.
Una de las políticas indispensables del gobierno de
Vladímir Putin es el acercamiento de Rusia con América Latina. En
estos 15 años y sobre todo últimamente, todo el mundo testimonia una nueva
era de relaciones entre Rusia y ese potente continente.
"Estamos interesados en una América
Latina unida, fuerte, económicamente sostenible y políticamente
independiente, que se convierta en una parte importante del mundo policéntrico
y emergente", afirmó Putin en vísperas de su gira en
julio pasado por varios países latinoamericanos.
Según el presidente
ruso, en la región latinoamericana
"son fuertes las tradiciones del respeto a la
libertad, el respeto a otros pueblos y otras culturas y, normalmente, son casi
nulas las contradicciones entre los Estados; tampoco hay ganas de seguir el
juego de 'divide y vencerás'. Al revés, están dispuestos a trabajar
conjuntamente para defender su casa latinoamericana común".
Putin aseguró que actualmente la cooperación
con los Estados de América Latina es una de las direcciones claves y
muy prometedoras de la política exterior de Rusia.
"El
multilateralismo en los asuntos mundiales, el respeto al derecho internacional,
el fortalecimiento del papel central de la ONU y el desarrollo sostenible son
los principios que nos unen", enfatizó el presidente.
"Es crucialmente importante para
nosotros que en las relaciones entre Rusia y América del Sur se mantenga una
continuidad que refleje los intereses fundamentales y nacionales,
independientemente de la formación política que lidere en uno u otro país de la
región en este momento", afirmó.
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LOS GRANDES DESARROLLOS SUGIEREN FUERTEMENTE EL FIN DEL ORDEN
UNIPOLAR.
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Fuente.
Soberanía Digital. Viernes 16 de junio del 2017.
Con la victoria de Moon Jae-In en Corea
del Sur el período de tensión en la Península de Corea es posible que finalice.
Con la llegada el poder el nuevo presidente, Corea del Sur podría esperar una
acentuada declinación de las hostilidades con Corea del Norte como también una
reanudación del diálogo con China.
La esperada y muy anticipada victoria
fue confirmada en Corea del Sur el 9 de mayo pasado con el candidato Moon
imponiéndose en la carrera presidencial a sus rivales Hong Joon -pyo del
Partido Libertad de Corea y Ahn Cheol-soo del Partido Popular. Luego de la
renuncia y consecuente detención de la ex presidenta Park Geun –hye luego de un
gigantesco escándalo de corrupción, la opinión pública dejó de apoyar a su
partido y favoreció al principal representante de la oposición, un abogado de
centro-izquierda especializado en problemas humanitarios.
Moon pasó varios años en el partido de
oposición abogando por una mejor cooperación en la región y un diálogo con
Pyongyang como también con China lo cual representa un gran contraste con el
pro americanismo de Guen-hye. Siguiendo la línea de Duterte en las Filipinas,
Moon intenta reanudar el diálogo con todas las partes con el objeto de no
limitar sus opciones en el plano internacional. Tal enfoque representa la
esencia de un orden mundial multipolar, es decir, cooperación y diálogo con
todas las partes con el propósito de conseguir un resultado donde todos ganan.
Observando la situación en la región,
la victoria de un político que pareciera tener todas las intenciones para
negociar acuerdos en vez de apoyar una escalada militar, pareciera brindar un
futuro esperanzador para China y sus vecinos.
El nivel de cooperación y comercio
entre Corea del Sur y China es fundamental para la economía de ambos países de
manera que el regreso a la mesa de negociaciones sobre el emplazamiento del
sistema THAAD constituye un indicio que las comunidades empresariales de China
y Corea del Sur valoran profundamente.
La Estrategia de Duterte.
Una vez más Estados Unidos se enfrenta
a un escenario similar al filipino. Históricamente Corea del Sur y las
Filipinas fueron siempre dos fundamentales aliados de Estados Unidos, más
preocupados de los intereses de Washington que de sus propias agendas
políticas.
Durante las últimas décadas, los dos
países han sido gobernados por políticos cuidadosos de no alterar las
sensibilidades de aquellos que diseñan la política norteamericana. Corea del
Sur y las Filipinas se encuentran en el corazón de la política que Barack Obama
denominó el Pivote Asiático, dicho de manera más explícita, una política que
apunta hacia la contención de China y su expansión hegemónica regional en Asia.
Siguiendo el enfoque y las amenazas del
gobierno de Trump contra Corea del Norte en las últimas semanas, la guerra
pareció muy posible en la península. Pero con la victoria de Moon probablemente
ha sido permanentemente excluida como una posibilidad. Durante algunas
entrevistas semanas antes de la elección, Moon declaró que una guerra entre
Corea del Norte y Estados Unidos sería una carga imposible de sostener por
parte de Corea del Sur. Moon es sumamente realista acerca de la disuasión
convencional que posee Corea del Norte aún más que la disuasión del desarrollo
nuclear.
Aunque Trump ha dicho que está
dispuesto a reunirse con Kim Jong –un, la mayoría de sus decisiones parecieran
depender de los halcones que lo rodean. Observando los primeros cien días del
gobierno de Trump, estos demuestran un notable divorcio respecto de sus
promesas electorales debido a la influencia de los generales que él nombró y
que han producido las diferentes escaladas en las regiones candentes del mundo.
En resumidas cuentas, las intenciones y declaraciones de Trump, que hasta
cierto punto constituyen la posición de Estados Unidos en la región, parecieran
estar dirigidas por generales y por el círculo interior de su familia.
Afortunadamente para el mundo, las
tentativas en Siria y Afganistán no han significado gran cosa, como el
bombardeo de la base aérea de Shayrat o el espectáculo que dieron en Afganistán
con la MOAB (sigla en inglés: Bomba Aérea al Vacío de Potencia Aumentada).
El THAAD para dividir.
El despliegue del sistema misilístico
THAAD (sigla en inglés: Sistema de Defensa de Área de Gran Altitud) continua
como parte de una actitud belicosa hacia Corea del Norte. La fuerte y sólida
retórica de Pyongyang está justificada y no sorprende dado el contexto y las
amenazas que enfrenta el país luego de las provocaciones de Estados Unidos. El
despliegue del THAAD ha tenido consecuencias tales como el aumento de las
tensiones entre Corea del Sur y China. La victoria de Moon va en sentido
contrario a la meta de los diseñadores de política norteamericana en Washington
con el objeto de aislar a China. En este contexto, el acelerado emplazamiento
del THAAD antes de la elección surcoreana obligaría al posible ganador –Moon—a
enfrentarse con un hecho consumado. Este primer caso deja en claro cuál será la
actitud de Washington hacia el nuevo presidente de Corea del Sur.
El THAAD también ha sido emplazado con
el propósito de exacerbar el elemento más frustrante entre Seúl y Beiyín: Corea
del Norte. La medida fue tomada con toda la intención por parte de Washington
con el propósito de presionar a Seúl. El THAAD reúne todas las características
de un Caballo de Troya. Instalado para reasegurar a un aliado (Seúl) contra una
amenaza --falsa-- (Pyongyang) se convierte en un arma contra China instalando
un sistema a solo unos pocos cientos de kilómetros de sus fronteras, sistema
que potencialmente podría afectar las fuerzas estratégicas nucleares de China.
Los militares norteamericanos aceleraron el emplazamiento del THAAD sabiendo
que esto pondría al futuro presidente en una situación difícil y que el retiro
del THAAD no sería fácil debido a la enorme presión de parte de Estados Unidos.
Quizás este sería el primer desafío
para Moon, utilizar el desmantelamiento del THAAD como un medio de intercambio
con Beiyín para regresar a una relación de cooperación. Si Beiyín da crédito a
las buenas intenciones de Moon en cuanto a eliminar el sistema THAAD y pudiera
iniciar una disminución de las sanciones impuestas sobre Seúl en represalia por
el emplazamiento de tal sistema por parte de Estados Unidos.
El Mundo Multipolar al rescate.
En este escenario uno no debe cometer
el error de creer que la victoria de Moon signifique que un importante aliado
de Estados Unidos interrumpa su apoyo a Washington. Como siempre en una época
de transición desde un mundo unipolar hacia uno multipolar, la presión que
Washington decida aplicar a Corea del Sur afectaría el carácter de la alianza
Estados Unidos-República de Corea. Estados Unidos tendría que abandonar su
postura guerrerista tan apreciada por Mattis, McMaster y el Almirante Harris,
comandante de la flota norteamericana del Pacífico. En cuanto a esto, Tillerson
–como realista que es—podría ser el hombre adecuado en el lugar adecuado para
negociar con Moon. Tal vez sería posible resolver el problema totalmente
negociando con Corea del Norte, aunque eso parezca poco probable dada la
presión que el estado profundo ejercería sobre el gobierno para seguir
utilizando a Corea del Norte para fomentar la inestabilidad en la región.
A esto se debe que gran parte del
futuro de la región seguirá estando subordinado a potenciales negociaciones
entre Beiyín, Pyongyang y Seúl en la Península de Corea, especialmente luego de
la victoria de Moon. Si estas tres naciones tienen éxito y encuentran un
terreno común en el cual labrar un sendero propicio para la reconciliación, la
región se beneficiaría enormemente. Por supuesto que dentro de este contexto,
quien perdería influencia sería Estados Unidos. Si Washington desea mantener su
relevancia, deberá abandonar su plan de contención de China a través de la
Península de Corea, explotando los problemas de Corea del Norte. En cambio si
decide sabotear cualquier acuerdo de paz en la península, solo conseguiría que
Seúl y Pyongyang se unan aún más, para gran satisfacción de Beiyín.
Estos últimos años han presenciado
crecientes enfrentamientos entre la configuración del viejo orden mundial,
basada en el caos y la destrucción dirigida por Washington y el nuevo orden
multipolar que se enfoca en oportunidades para que todos ganen, diálogo y
cooperación sincera. Si Washington decide no aceptar las nuevas reglas del
juego, donde ya no podrá imponer la ley, terminará infligiéndose más daño a si
mismo que cualquier otro país extranjero pudiera causarle. En los hechos concretos, aceleraría la
formación del mundo multipolar y metería en la cama al mundo unipolar para
siempre.
Fuente: Soberanía Digital.
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