LA INSEGURIDAD EN AMÉRICA LATINA DESDE LA GEOPOLÍTICA DE LA
SEGURIDAD.- América Latina, no es solo el continente de más
profunda y extensa Desigualdad Económico-social-laboral-educativa-política,
como también el continente de Ciudades de mayor riesgo y seguridad: ciudades
inseguras, violentas, hoy ha sido considerada el continente de mayor inseguridad
y peligro – asesinato- de Dirigentes Populares y Sindicales, como avanza
el peligro y la violencia – secuestro, asesinato – de dirigentes y
personalidades defensoras de los Derechos Humanos. Cómo asumir una plena
responsabilidad social y compromiso político en un escenario continental, mirando
al futuro, tiene la obligación de construir un proceso Político general que
garantice una Patria, Nuestra Madre Patria, el derecho al futuro en un
continente donde la mayoría de su población es Juventud. América Latina es el continente de población más joven del
mundo, sin embargo, es una obligación nuestra como la Democracia,
la Política y la Gobernabilidad en el continente hoy está atravesando una
crisis estructural muy profunda, producto de la incapacidad de los Gobernantes
– la mayoría responsables directos – de asumir compromisos con la
anti-política. La narco-política avanzó muy fuerte y puso en peligro la estabilidad
Política de varios países, porque capturó instituciones, destruyó a fuertes
sectores de “la clase política”, envenenó dirigencias y
organizaciones políticas, poniendo en grave riesgo la Estabilidad Política
y generando procesos anti-políticos de descomposición de la Democracia –
una democracia
fallida – o democracias procedimentales,
como democracias empresariales y democracias de mercado, hoy todas en
crisis, en el epicentro de un modelo
de Estados inviables hasta el extremo de narco estados.
Inseguridad ciudadana,
violencia y narco-política, secuestro y muerte de dirigentes sindicales y
populares – grave situación de inseguridad para Periodistas
– como también defensores de los Derechos Humanos y de la Madre Naturaleza, pero
esta inseguridad crece y se extiende en relación a la Ciudadanía en
general, la misma que se contamina, se une, están juntas – muchas veces – con la
Desigualdad económico-social-laboral que es cada vez más violenta,
radical, salvaje e inhumana. Países como México y Brasil donde están
presentes estos graves y profundos problemas estructurales, a raíz de que son los países más
desiguales (Uno a nivel mundial Brasil y México en el segundo lugar
a nivel de América latina). Una mirada profunda y
extensa a esta realidad nos lleva a manifestar, que lo principal. Lo central de esta brutal, fría y violenta
realidad es producto directo primero de la imposición violenta y después
del fracaso de las Políticas neoliberales del Consenso de Washington – desde
1990 - y en los últimos años, - 2015- 2017 -ante la crisis de los Gobiernos de Izquierda democrática, nuevamente
la derecha político-empresarial (neoliberal) vuelve, impone – las mismas
recetas de los 90’ y hoy el fracaso es estrepitoso en Argentina y Brasil,
sólo como ejemplo. Para nosotros, el origen de la crisis actual, la violencia, la inseguridad, la desigualdad profunda
extensa, la fuerte presencia de la narco-política ( la minería ilegal,
criminal) están destruyendo la Democracia, están tomando por asalto las Instituciones
más importantes de la Modernidad Republicana y el estado, hoy se
encuentra envuelto en varios países como Estado inviable y en otros está
la “huella” del narco-estado. Hoy nuestras tareas, responsabilidades y
compromisos en Nuestra América, la Patria Grande, son inmensas para
dejar una Patria estable, gobernable y donde la Paz sea sinónimo de VIDA,
para la Nuevas Generaciones, que tienen Derecho al Futuro, en un continente que
si es Posible una Nueva Democracia de Ciudadanos,
Cívica, Participativa y Republicana y de profundo respeto a nuestra Madre
Tierra.
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Desigualdad, Inseguridad y violencia son verdaderos bloqueos estructurales para iniciar un verdadero, pacífico y sostenible Desarrollo Económico-social en Nuestra América, la Patria Grande.
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LA
INSEGURIDAD EN AMÉRICA LATINA DESDE LA GEOPOLÍTICA DE LA SEGURIDAD.
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Miguel Ángel
Barrios.
Norberto
Emmerich.
ALAI .
América Latina en Movimiento.
Jueves 8 de
junio del 2017.
ALAI AMLATINA, 08/06/2017.-
El pasado 4 de junio el diario New York Times publicó
una nota titulada “Por qué se mata en
América Latina”. Según los periodistas Alejandra Sánchez Insunza y José
Luis Pardo Vieiras, América Latina ocupa el primer lugar mundial en los tres tipos de homicidios catalogados
por Naciones
Unidas: delictivo, interpersonal y sociopolítico. El Banco
Interamericano de Desarrollo – BID señala que el 50% de los crímenes en las
ciudades latinoamericanas se cometen en apenas el 1.6% de sus calles.
La mayor parte de los asesinatos se
concentra en 7 de los 20 países de la región: Brasil, Venezuela, Colombia, Honduras, Guatemala y México, en gran
medida por narcotráfico.
Aunque el tráfico de drogas es un
potenciador de problemas y no la causa de ellos, se trata de un negocio ilegal
donde el asesinato es la forma habitual de toma de decisiones y resolución de
problemas. Sin embargo países como Nicaragua,
Panamá y Costa Rica, que están en la ruta de la droga hacia Estados Unidos,
tienen las tasas más bajas de Centroamérica. Lo mismo sucede en Perú y Bolivia, dos de los tres
productores mundiales de cocaína. Brasil, el país más violento del mundo, tiene un
mercado de drogas poco vinculado con Estados Unidos y centrado en el consumo
interior.
Estos siete países tienen problemas
comunes pero también especificidades propias. En México la guerra contra el narcotráfico se convirtió en el
segundo conflicto más letal del mundo, sólo superado por Siria. En Guatemala, El Salvador y Honduras la guerra de pandillas
la convirtió en la región mundial con la mayor tasa de homicidios. En Colombia las muertes asociadas al
conflicto con la guerrilla descendieron más de un tercio en una década,
mientras otras formas de la violencia dejaron más de 12 mil muertos en 2016. Venezuela vive una crisis política y social
sin precedentes, con 21.752 homicidios en 2016. En Brasil crece la disputa por
el control territorial, ya sea en la ciudad o en el campo. En total 144.000
personas mueren asesinadas anualmente en América Latina.
Cada
año la ONG mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad
Pública y Justicia Penal publica el “Listado de las 50 ciudades más violentas
del mundo", casi completamente ocupado por ciudades
latinoamericanas (43 en 2016).
En
América Latina 400 personas terminan en la morgue cada día, cuatro
cada quince minutos. Con apenas el 8%
de la población mundial América Latina es el
continente más desigual y violento del planeta.
América latina también es el continente más INSEGURO para los Dirigentes Populares y Dirigentes Sindicales. El escenario también es cada día más inseguro y violento para los Defensores de los Derechos Humanos.
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Desde la Geopolítica de la seguridad, un nuevo paradigma de seguridad, esta
descripción cuantitativa de la violencia en América Latina merece algunas
consideraciones y aclaraciones:
1.
Tomar como formatos sinónimos las tasas de homicidios cada 100 mil habitantes
y la tasa genérica de inseguridad es una simplificación que impacta
negativamente sobre la percepción de inseguridad en la ciudadanía y que demanda
a los decisores políticas de seguridad centrada en homicidios en vez de
estrategias de aseguramiento de la vida cotidiana. La ciudadanía se preocupa
por los arrebatos, el asalto a viviendas con violencia, el robo de autos y
eventualmente el secuestro de personas, dependiendo de las características de
cada país. La tasa de homicidios, tomada como indicador clave de inseguridad,
no expresa la complejidad de la problemática real.
2.
El narcotráfico explica descriptivamente los homicidios y bastante menos la
inseguridad general, aunque los gobiernos vuelquen sus
preferencias hacia la consigna de “guerra contra las drogas” como catalizadora
del conjunto de las políticas de seguridad. Pero los homicidios por
narcotráfico implican un grado creciente y generalizado de ilegalidad por parte
del Estado, no todo se reduce a la simplicidad de las peleas entre bandas o las
disputas de mercado.
3.
Se suele afirmar que la causa de la violencia es la desigualdad
“cara a cara”. Para demostrarlo, Argentina y Uruguay son países con menor desigualdad y menos
violencia. Estados
Unidos, el país más desigual del primer mundo, tiene 4 ciudades entre las más peligrosas (Saint Louis, Baltimore, New Orleans y
Detroit). Sin embargo Venezuela es
el país menos desigual de la región y el
más violento, con 7 ciudades
dentro de las 50 más peligrosas del
mundo, siendo Caracas la primera del ránking global. Menos pobreza y menos desigualdad no implican menos violencia. Hay
problemas de institucionalidad y de estatalidad que están presentes y deben ser
considerados.
4.
En América Latina la violencia es un proceso construido históricamente: desde
las guerras civiles posteriores a las independencias
nacionales, pasando por el asesinato de Eliezer
Gaitán hasta la Operación
Marquetalia, en Colombia; como derivación de la política exterior americana
de los años 80s en Centroamérica o
de la guerra contra las drogas de Nixon,
en México. En el Cono Sur
(Argentina, Uruguay y Brasil) las dictaduras militares forjaron
instituciones policiales y militares corruptas, ilegales y criminales que
subsisten. Con o sin Estados Unidos
el sistema internacional opera en el trasfondo de la violencia latinoamericana.
5.
En los 7 países mencionados el Estado es el principal actor generador de
inseguridad y violencia. México, Colombia, Guatemala, El Salvador y
Honduras le han declarado la “guerra” al narcotráfico, mediante el Plan
Colombia y la Iniciativa Mérida. En Brasil
el rol criminal de las fuerzas de seguridad es generador de la mayor tasa
de asesinatos policiales (gatillo fácil), superando las muertes por
narcotráfico. Decir que América Latina es la región más violenta del mundo
sin mencionar el ingrediente estatal es un dimensionamiento apenas estadístico
del problema.
6.
Los indicadores de violencia carecen de utilidad política
si son mencionados globalmente y no localmente. México tiene una tasa nacional de homicidios = peligrosidad de
16, mientras que Guachochi (sierra
de Chihuahua) tiene una tasa de 116.7 (año 2015) y en la colonia (barrio) de Coyoacán,
en la ciudad de México, es de 3.7. La mirada local permite apreciar la
“peligrosidad” cercana y cambiante, con indicadores precisos y políticas que
pueden apelar al empoderamiento ciudadano. Incluidas dentro de criterios
orientadores generales, las políticas de seguridad deben ser predominantemente
locales, incluso con un gobierno local de la seguridad.
7.
La territorialidad es el principal componente de los análisis de seguridad,
dentro de los cuales los insumos cuantitativos son un instrumento
imprescindible para la comprensión de la realidad, pero no la definen
automáticamente. En términos de seguridad
la realidad debe ser significada mediante la incorporación de la dimensión territorial, o sea geopolítica. Los homicidios, vistos
dentro de un panorama completo de seguridad que incluya todas las
problemáticas, son parte de una territorialidad que circula permanentemente ida
y vuelta entre Estado y sociedad, o
sea entre las instituciones de seguridad y las organizaciones criminales. No
hay delito sin Estado pero si hay Estado no hay delito. Recuperar
la estatalidad mediante la ocupación del territorio aumenta la
seguridad y mejora los indicadores, en una región donde sólo el 1.6% del territorio urbano está
perdido. Es poco territorio, pero es mucha territorialidad.
La
violencia en América Latina no es un relato simple y acumulativo
sino la expresión de una región de desarrollo intermedio, fronteriza con Estados Unidos, donde se encuentran dos potencias
emergentes (Brasil y México), llena de desigualdades y pujas por la
distribución de la renta.
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Miguel Angel Barrios,
Profesor en Historia y Magister en Sociología. Doctor en Educación. Doctor en
Ciencia Política.
Norberto Emmerich, Doctor
en Ciencia Política y Licenciado en Relaciones Internacionales.
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