LA IZQUIERDA Y LA DERECHA MUNDIAL. Un Enfoque dialéctico de los
últimos 70 años , a nivel mundial, sobre el proceso de forja, organización, construcción,
florecimiento, crisis – la llamada crisis
de las ideologías y crisis de la política de los 90 del siglo XX, la propia
crisis de los Grandes Paradigmas Históricos – nos conduce una reflexión profunda en
nuestro análisis e interpretación, entre la Izquierda a nivel global y la
derecha a nivel global, post-Segunda Guerra Mundial – 1945 – desde el proceso de Reconstrucción de Europa, los
fundamentos centrales e la Comisión y el
“famoso Plan Marshall” y los grandes Objetivos Políticos estratégicos que
se sustentan desde el lado de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas – la URSS –
y el papel central que deben en estos nuevos escenarios post-guerra, los
modelos y sistemas económicos así como la función principal que debe de cumplir
los procesos Democráticos y los Grandes Líderes
Políticos – verdaderos constructores y Arquitectos Políticos
del siglo XX. En ese escenario de reconstrucción del mundo, el papel
central de carácter político que debe representar al triunfante Revolución China – 1949 -, así como los posteriores Movimientos Políticos de Liberación
Nacional. En América Latina la presencia e influencia Política de la Histórica Revolución Cubana y sus históricos Líderes Fidel y “El Che”.
Como analizar e interpretar la Izquierda y la Derecha en los largos años de la Guerra Fría – 1945-1989 -,
rol central que cumplieron los Partidos Políticos, sus Doctrinas Políticas – verdaderos partidos políticos – Demócratas, Social-demócratas, Socialistas,
Comunistas, así como el Poder Sindical, en especial en los 30 años de oro del capitalismo – 1945-1975
y la Construcción del llamado Estado de
Bienestar Social, la doctrina del “nuevo
capitalismo” del economista Inglés John
Maynard Keynes. El “keynesianismo” le otorgó un nuevo aire, importante en Europa, Estados Unidos, Japón, básicamente
en los 30 años de oro del capitalismo y el propio Estado de bienestar y
también los Tiempos de la Democracia Liberal, Representativa, uno de los
más grandes aportes que Europa hace al mundo moderno, así como se forja
construir el Socialismo
en la URSS
–el liderazgo que cumple José Stalin
– y el propio proceso de “imposición” en los países vencidos de Europea Oriental, hasta consolidar el “Sistema
Socialista”.
La famosa década de los 70’ del siglo XX – se debe producir un
verdadero “Cambio de Época Histórica –
entre la influencia de la Revolución
Cultural, que viene desde el “maoísmo chino”, la Revolución Cubana en América latina y los movimientos de
Liberación Nacional en África, así
el final de los procesos del viejo
colonialismo europeo en Asia, África y América Central y el Caribe, y por
la otra vía. La crisis final del “viejo”
capitalismo industrial – con más de 300 años de existencia y el surgimiento
en su propia estructura en crisis – de un proceso de revoluciones – que cambian
y modernizan el sistema capitalista: la revolución de las Comunicaciones, la
Revolución Tecnológica y la Revolución en el Transporte, así como un
conjunto de Leyes y normas que generan
las condiciones económico-sociales para el proceso de imposición de un “nuevo”
modelo de unificación de la economía y el comercio mundial: la Globalización neoliberal, y la vigencia
y hegemonía del capital financiero-especulativo (la era de los bancos, bolsas, aseguradoras,
Wall-Street) y en este proceso que papel principal cumplen y desempeñan en
general la Izquierda Mundial así como la
Derecha Global, y al interior de este mismo proceso como y porque (in)surgen un
conjunto de movimiento sociales –colectivos sociales, nuevos, diferentes, que buscan y luchan por
mejores condiciones de vida (calidad de
vida) de sus respectivos “colectivos sociales”. Derechos Humanos,
Ambientalismo, Feminismo, contra-culturalismo, derechos civiles – contra
el racismo – Derechos por la Paz, derechos de la minorías gays y lesbianas,
derechos de los niños, derechos de los consumidores, etc. y qué función
representan en esos “colectivos sociales”
la “nueva” Izquierda liberal y su trabajo político dentro del propio
capitalismo, mientras la Derecha global –
pasaba sus mejores años de Gobiernos, sistemas, modelos con sus famosas “sentencias bíblicas” y la crisis final
del “viejo Estado”: El Estado no es la Solución, el estado es
el problema. 1980. Primera
Ministra del Reino Unido M. Thatcher
y Presidente de Estados Unidos Ronald
Reagan y en los 90’ cuando se
imponen a nivel global –para satisfacción
de la Derecha Mundial – las políticas del Consenso de Washington, aparecen los
trabajos son “El Fin de la Historia y el
último Hombre”, de Francis Fukuyama, que
le otorgan “cierto aire” de triunfo a la derecha para imponer – básicamente en
tiempos de crisis y violencia –.
Finales de la década del siglo XX, el total de sus
Políticas, justamente cuando más se “radicaliza”
el falso discurso de la crisis de las ideologías y la crisis de la Política
y la crisis final de los Grandes Paradigmas Históricos, Sin embargo, surge en
toda su magnitud de violencia la codicia sin límites de los Monopolios y las grandes mega
corporaciones, y desde su propia estructura, (in)surge un proceso sistémico
el llamado “Deslocalización
Empresarial” – primero cientos y después miles de empresas de
Occidente (Estados Unidos y Europa) se posesionan, ingresan con poderosos
capitales hacia Medio Oriente (China, India, Tailandia, Singapur, Taiwán,
Hong Kong, así como al norte de México y el Caribe) donde la Izquierda mundial,
después de la Caída v del Muro de Berlín
– noviembre de 1989 – pierde “piso, influencia” y la derecha, canta
victorias de haber al fin derrotado a su “enemigo más peligroso y poderoso” el Socialismo. Sin embargo, el siglo XX se cierra, con grandes
acontecimientos Políticos en especial en América latina: la derrota Política de las Dictaduras Militares
– el No proceso de consolidación de la
Democracia – la crisis de la ´década perdida – el surgimiento del Movimiento de Liberación Nacional en México
– el Movimiento Zapatista y por primer a vez se cuestiona el Poder Político,
desde la perspectiva Cultural y las explosión social y política del
poderoso Movimiento Anti-globalización, que se consolida con su primer
encuentro mundial llevado a cabo en la Ciudad
de Seattle en 1999, (Estados
Unidos) que prepara las condiciones para
el Nuevo milenio y el surgimiento del Foro Social de Porto Alegre, donde la Izquierda
Mundial, organiza y planifica nuevas alternativas y propuestas parav el
capitalismo y la globalización neoliberal en el siglo XXI.
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LA IZQUIERDA GLOBAL CONTRA LA DERECHA GLOBAL: de 1945 a la fecha.
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Immanuel
Wallerstein.
La
Jornada domingo 4 de junio del 2017.
El
periodo entre 1945 y 1970 fue uno de extrema alta concentración de capitales a
escala mundial y también de hegemonía geopolítica de Estados Unidos. En la
geocultura el liberalismo centrista llegó a su cumbre como ideología
gobernante. Nunca antes el capitalismo pareció funcionar tan bien. Esto no
habría de durar.
El alto nivel de
acumulación de capital, que en particular favoreció a las instituciones y al
pueblo de Estados Unidos, alcanzó los límites en su capacidad para garantizar
el necesario cuasi-monopolio de las empresas productivas. La ausencia de un
cuasi-monopolio significó que por todas partes la acumulación de capital
comenzara a estancarse y los capitalistas comenzaron a buscar modos
alternativos de sostener sus ingresos. Los principales modos fueron la
relocalización de sus empresas productivas en zonas de costo menor y el
involucramiento en la transferencia especulativa de capital existente, eso que
le llamamos la financiarización.
En 1945, solamente el
desafío del poder militar de la Unión Soviética pudo enfrentar el
cuasi-monopolio geopolítico de Estados Unidos. Para garantizar su
cuasi-monopolio, Estados Unidos tuvo que acceder a un arreglo tácito pero efectivo
con la Unión Soviética, apodado
Yalta. Este arreglo implicó una división del poder mundial, dos tercios para Estados Unidos y un tercio para la Unión Soviética. Acordaron mutuamente no transgredir estos límites y no interferir con las operaciones económicas del otro en su propia esfera. También entraron en una
guerra fría, cuya función no era derrocar al otro (por lo menos en el futuro previsible), sino mantener la incuestionada lealtad de sus respectivos satélites. Este cuasi-monopolio también llegó a su fin debido al creciente desafío a su legitimidad por parte de quienes se perdieron debido al statu quo.
Además, este periodo fue
también uno en que los movimientos anti-sistémicos tradicionales conocidos como
la Vieja Izquierda –comunistas, social-demócratas y movimientos de liberación
nacional– llegaron al poder estatal en varias regiones del sistema-mundo, algo
que había parecido altamente improbable apenas en 1945. Un tercio del mundo
estaba gobernado por los partidos comunistas. Un tercio estaba gobernado por
partidos social-demócratas (o su equivalente) en la zona pan-europea
(Norteamérica, Europa occidental y Australasia). En esta zona, el poder
alternaba entre los partidos social-demócratas que profesaban el Estado de
bienestar y los partidos conservadores que también aceptaban el Estado de
bienestar, aunque con un alcance reducido.
Y en la última zona, el
llamado Tercer Mundo, los movimientos de liberación nacional llegaron al poder
al obtener su independencia en la mayor parte de Asia, África y el Caribe,
promoviendo así regímenes populares en la ya independiente América Latina.
Dada la fortaleza de los
poderes dominantes y en especial Estados Unidos, puede parecer anómalo que los
movimientos anti-sistémicos llegaran al poder en este periodo. De hecho, fue lo
opuesto. Al buscar resistir el impacto revolucionario de los movimientos
anti-coloniales y anti-imperialistas, Estados Unidos favoreció concesiones con
la esperanza y la expectativa de traer al poder fuerzas
moderadasen estos países que estuvieran dispuestas a operar dentro de las normas aceptadas de comportamiento interestatal. Esta expectativa resultó ser correcta.
El punto de quiebre fue la
revolución-mundo de 1968, cuyo dramático aunque breve punto álgido entre
1966-1970 tuvo dos resultados importantes. Uno fue el final de la muy larga
dominación del liberalismo centrista (1848-1968) como la única ideología
legítima en la geocultura. Por el contrario, tanto la izquierda radical
izquierdista como la ideología derechista conservadora recuperaron su autonomía
y el liberalismo centrista fue reducido a ser solamente una de las tres
ideologías en competencia.
La segunda consecuencia
fue el desafío a escala mundial para los movimientos de la Vieja Izquierda por
todas partes, asegurando que la Vieja Izquierda no era anti-sistémica en lo
absoluto. Su llegada al poder no había cambiado nada de ninguna importancia,
decían los impugnadores. Estos movimientos fueron vistos ahora como parte del
sistema que había que rechazar para que por fin tomaran su lugar los verdaderos
movimientos anti-sistémicos.
¿Qué pasó entonces? Al
principio, la derecha de nuevo afirmativa pareció ganar la partida. Tanto el
presidente estadunidense, Reagan, como la primera ministra de Reino Unido,
Thatcher, proclamaron el fin del
desarrollismodominante y el advenimiento de la producción orientada a la venta en el mercado mundial. Proclamaron TINA, there is no alternative. Que
no hay alternativa. Dada la decadencia del ingreso estatal en casi todo el mundo, la mayor parte de los gobiernos buscaron préstamos, que no podían recibir a menos que aceptaran los nuevos términos de TINA. Se les requirió reducir drásticamente el tamaño de los gobiernos y eliminar el proteccionismo, al tiempo de finiquitar los gastos del Estado de bienestar y aceptar la supremacía del mercado. Esto fue llamado el Consenso de Washington, y casi todos los gobiernos acataron este importante viraje de foco. Los gobiernos que no cumplieron fueron derrocados del cargo, lo que culminó en el colapso espectacular de la Unión Soviética. Después de algún tiempo en el cargo, los Estados que sí acataron descubrieron que la prometida alza en el ingreso real de gobiernos y trabajadores no ocurrió. Por el contrario, estos Estados sufrieron las políticas de austeridad impuestas sobre ellos. Hubo una reacción a TINA, marcada por el levantamiento zapatista en 1994, las exitosas manifestaciones de 1999 contra el intento en Seattle de promulgar garantías obligatorias para los llamados derechos de propiedad intelectual, y la fundación en 2001 del Foro Social Mundial en Porto Alegre, en oposición del Foro Económico Mundial, pilar de larga duración de TINA.
Conforme la Izquierda
Global recuperó fuerza, las fuerzas conservadoras necesitaron reagruparse.
Dieron un viraje del énfasis exclusivo en la economía de mercado, y lanzaron su
rostro socio-cultural alternativo. De inicio invirtieron mucha energía en
asuntos como luchar contra el aborto o promover la conducta exclusivamente
heterosexual. Utilizaron tales temas para jalar a sus simpatizantes hacia la
política activa. Y entonces ellos recurrieron a la anti-inmigración xenofóbica,
abrazando el proteccionismo al que los conservadores económicos se habían
opuesto específicamente.
Sin embargo, los
simpatizantes de los derechos sociales expandidos para todos y el
multiculturalismocopió la nueva táctica política de la derecha y exitosamente legitimaron a lo largo de la última década avances significativos en aspectos socio-culturales. Los derechos de las mujeres, los primeros derechos gay y luego el matrimonio gay, los derechos de los pueblos
indígenas, todos fueron ampliamente aceptados.
Así que ¿dónde estamos?
Los conservadores económicos ganaron primero y luego perdieron fortaleza. Los
conservadores socio-culturales que les siguieron ganaron primero y luego
perdieron fuerza. Y no obstante la Izquierda Global parece desconcertada. Esto
ocurre porque todavía no está dispuesta a aceptar que la lucha entre Izquierda
Global y Derecha Global es una lucha de clase y que eso debería hacerse
explícito.
En la crisis estructural
en curso en todo el sistema-mundo moderno, que comenzó en los 70 y que
probablemente durará otros 20-40 años, el punto no es reformar el capitalismo,
sino el sistema que sea su sucesor. Si la Izquierda Global va a ganar esa batalla,
de manera sólida debe aliar las fuerzas contra la austeridad con las fuerzas
multiculturales. Sólo reconociendo que ambos grupos representan el mismo fondo
de 80 por ciento de la población mundial será probable que puedan ganar.
Necesitan luchar contra el uno por ciento de hasta arriba y buscar atraer al
otro 19 por ciento de su lado. Esto es exactamente lo que uno quiere decir cuando habla de
lucha de clases.
Traducción:
Ramón Vera Herrera
©
Immanuel Wallerstein
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