FALLECE FRANÇOIS HOUTART, TEÓLOGO Y
SOCIÓLOGO BELGA.UNA
VIDA DEDICADA A LA LUCHA POR LA LIBERACIÓN DE LOS PUEBLOS.-SOCIÓLOGO,
TROTAMUNDOS INCANSABLE, RECORRE EL MUNDO EN LA BUSQUEDA DE LA JUSTICIA SOCIAL.-
Debemos encontrar un nuevo paradigma de
vida frente al paradigma de muerte. El paradigma del BIEN COMÚN DE LA HUMANIDAD” -FRANÇOIS HOUTART Al amanecer del 6 de junio de 2017 acaba de fallecer en Quito Francois Houtart, el teólogo y sociólogo de la liberación de los
pueblos. Nació en Bruselas en 1925. Fue
ordenado sacerdote en 1949. Licenciado
y Doctor en Sociología por la Universidad de Lovaina. Tempranamente surgió
como una de las voces para la renovación de la Iglesia. Para la preparación del
Concilio Vaticano II, el Presidente de
la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM), Dom Hélder Câmera, le
encomienda sistematizar la propuesta de la Iglesia de nuestro Continente para
presentarla en la apertura del Concilio. Su voz ha acompañado las luchas de los pueblos desde la década de
los 50 del siglo pasado. Ninguna lucha le era extraña. En una misma semana
podía estar en Vietnam, en reuniones
con el Partido Gobierno, y luego en
Siria, para buscar acuerdos de paz. Luego
en América Latina podía pasar por las mesas de negociación de las FARC, hablar con el
PT sobre la crisis en Brasil. Una conferencia en Argentina, un curso en la Escuela de Formación de los Sin Tierra, una reunión en La Habana. Trotamundos incansable, en búsqueda de la palabra, de las semillas de
los de abajo, desde el Sur, portador de la palabra de esperanza desde la
ciencia, la reflexión, la teología.
Nuestro
país tuvo el privilegio de ser elegido como el hogar de residencia de François
en estos últimos años. La Fundación Pueblo Indio, fundada por Monseñor Leónidas Proaño, fue su nueva
casa. Profesor del Instituto de Altos
Estudios (IAEN), docente de la Maestría de Sociología Política de la
Universidad Central. Cuando estaba en el país, todos los miércoles se
reunía con el Grupo de Pensamiento
Alternativo, para informar sus periplos por el mundo, analizar la situación
del Ecuador y de América Latina,
programar las nuevas solidaridades y debatir sobre las alternativas. Uno de los
últimos actos de su vida comprometida fue la participación en el Taller de Pukahuaiko, la sede de la
tumba de Proaño, para acordar el nuevo Mandato de la Vida, junto a los pueblos
y comunidades indígenas, las comunidades cristianas de base, las organizaciones
sociales. La víspera de su muerte, organizó el Acto de solidaridad con el pueblo
Tamil de Sri Lanka, para pedir que el Gobierno ecuatoriano, como Presidente de turno del Grupo de los 77,
plantee una Investigación Internacional sobre el genocidio del siglo XXI. Fundó
con Samir Amín el Centro Tricontinental
(CETRI), la Revista “Alternatives Sud” y el Foro Mundial de Alternativas,
como tribunas de pensamiento sobre las luchas y las alternativas en el Tercer Mundo. En el 2009, como asesor
del Presidente de la ONU, Miguel
D’Scoto, inició el trabajo sobre un nuevo paradigma civilizatorio, el Bien Común de la
Humanidad, que es su legado
teórico-político más importante, en el que trabajó hasta el final de su vida.
Escritor incansable. Publicó alrededor de 70 libros, un promedio de
uno anual, además de artículos,
ponencias. Casi imposible saber cómo lo hacía. Los títulos muestran el
recorrido de su pensamiento: El cambio social en América Latina (1964), Iglesia y Revolución. Religión e Ideología
en Sri Lanka. Religión y desarrollo en Asia (1976), Sociología de la religión
(1992) El otro Davos (1999), Haití y
la mundialización del cultura (2000), Deslegitimar el capitalismo. Reconstruir
la esperanza (2005) La ética de la incertidumbre en las ciencias sociales
(2006) África codiciada. El desafío
pendiente (2007) De los bienes comunes al bien común de la humanidad (2012)
El bien común de la humanidad (2013) El camino a la utopía y el bien común de
la humanidad (2014) El camino a la utopía desde un mundo de incertidumbre
(2015). Acompañó el proceso de los Gobiernos
“progresistas”, entre el apoyo vigilante y la crítica serena. Una
característica de su pensamiento fue la crítica con la presentación de
alternativas. En los últimos dos años la pregunta era sobre el
“cierre de ciclo” en América Latina, la crisis y decadencia del capitalismo,
y la necesidad de abrir nuevas alternativas. Acabó de escribir el segundo tomo de sus Memorias, que será
publicado póstumamente. Allí podremos ver el camino recorrido, sus dudas y
esperanzas, su mensaje sobre la comunidad universal, libre y justa, que soñó. Hoy rendimos
homenaje a su memoria y recogemos su legado. Fuente Napoleón Saltos Galarza. La Línea de fuego. Pablo Raúl miércoles
7 de junio del 2017.
/////
FRANCOIS HOUTART ES EL ALMA DE LA TIERRA.
Ha tocado partir a un hombre excepcional.
*****
Rebelión jueves 8 de junio del 2017.
El talante
de François Houtart es el de quienes dejan tanto que su contribución
no permite ser valorada de una vez. Habrá momentos y espacios de sobra para
atesorar lo que nos deja en ejemplo y en sabiduría. Hoy, con el pesar de saber
que ya no le tenemos entre nosotros, nos limitamos a compartir este
sentimiento.
Criado en la fe cristiana que le llevó al
sacerdocio, su formación sociológica le permitió llegar a la más profunda e
integral comprensión del hecho social, a percatarse sin prejuicio de la
importancia del descubrimiento marxista y de la necesidad del pensamiento
revolucionario, para lograr un mundo de justicia y equidad. Su reflexión y su
hacer práctico fueron de una coherencia impecable, y su dedicación y energía le
acompañaron sin fallas hasta los instantes finales de su vida física.
No había llegado a los cuarenta años cuando se
incorporó –ya con los primeros ecos de una introducción audaz de la sociología
en el hermético mundo del pensamiento religioso– a los trabajos del Concilio
Vaticano II. Incluso se le reconoce informalmente una importante participación
en la redacción de algunos de los documentos conciliares más importantes en el
plano social. Los pontífices de la Iglesia Católica posconciliar le han
conocido y respetado, compartan o no sus reflexiones. Canónigo de la arquidiócesis
de Malinas y catedrático destacado durante muchos años de la Universidad
Católica de Lovaina, creó el Centro de Investigaciones Socio-religiosas de
Bruselas y la revista Social Compass, de sociología de la religión,
pioneros en su tipo. Pero nunca tuvo aspiraciones en la jerarquía eclesiástica
ni en las instituciones académicas. Su mayor honor, a lo largo de su prolongada
y fructífera existencia fue poner su reflexión y su quehacer al servicio de las
causas que sabía y sentía en consonancia con los principios: fue el más
incansable defensor de una cultura de vida para la humanidad.
Convirtió al mundo llamado tercero, periférico,
subdesarrollado, pobre y dependiente en centro de su motivación e
intervenciones sociológicas. Son notables las investigaciones que realizó en la
India, Sri Lanka, Vietnam, varios países de África y la América Latina. Sus
trabajos le han valido reconocimiento y admiración en todos los países en que
los ha desarrollado. Jugó un papel sumamente activo en el impulso de los
movimientos sociales a través del Fórum Social Mundial y el Fórum Mundial de
Alternativas junto al pensador marxista egipcio Samir Amín. Fundó el Centro
Tricontinental (CETRI) en la Universidad de Lovaina la Nueva, junto a su
colaboradora la socióloga GenevieveLemercinier, publicó desde 1994 la revistaAlternatives
Sud, que dirigió hasta el 2004, para facilitar estas acciones, orientadas
siempre a la construcción de un mundo mejor.
Las relaciones de François Houtart con la sociedad
cubana, con su comunidad científica e intelectual, con sus instituciones y con
figuras políticas y religiosas han sido sistemáticas y de abierta colaboración
a lo largo de nuestro escabroso ensayo de construir soberanía y socialismo en
la frontera del imperio.
Cuando en el año 2004 la iniciativa de un conjunto
de cubanos que, en una u otra medida, habíamos participado ya con él en varias
tareas, cobró forma, Carlos Tablada, con el consenso del equipo, le propuso la
presidencia de Ruth Casa Editorial, pues apreciábamos los objetivos del proyecto
inspirados en ideas, aspiraciones y utopías que eran también las suyas. Houtart
la aceptó gustoso, y la ha ejercido en todos estos años con una dedicación que
impresiona por su siempre cargada agenda, y con la modestia que le era
característica. De hecho, le esperábamos en La Habana el 9 de junio para una
semana de trabajo.
Tenemos que despedirnos hoy, con dolor de quien ha
presidido este proyecto y que nos deja con su aliento el reto de ser
consecuente con la lucha por el Bien Común de la Humanidad en su comprensión
más auténtica, cuya multifacética conceptualización ayudó tanto a comprender.
François no va a descansar, tal como se expresa en el título de su biografía,
François es El alma en la tierra, su Energía se está transformando y seguirá
haciendo el bien por los pueblos, las personas que el Capital explota, margina,
mata.
Le decimos ahora: ¡No hay adiós para ti, François,
porque tu obra y tu pensamiento son también para nosotros un compromiso vivo!
Sus compañeras y compañeros de RUTH CASA EDITORIAL.
*****
FRANÇOIS HOUTART, EXTRAORDINARIO SER
HUMANO.
*****
Gustavo Pérez Ramírez.
Rebelión sábado 10 de junio del 2017.
Inmenso el dolor por la muerte de este gran ser
humano que fue François Houtart, la madrugada del 6 de junio. Fue sorpresivo,
pues si bien ya había cumplido 92 años, su gran energía, fortaleza física y
moral e infatigable laboriosidad, que lo caracterizaron, auguraban que
superaría los cien años, recorriendo el mundo al servicio de las grandes causas
humanitarias, como lo venía haciendo.
La Fundación Pueblo Indio, donde residía, ha
informado que la víspera “cenó como de costumbre y se fue a dormir... claro que
en su habitación siguió trabajando... no sabemos hasta qué hora... porque hasta
las once de la noche aún recibimos sus emails. Al amanecer, se ha levantado
para ir a la ducha y las fuerzas le faltaron... Se sentó en su sillón relax y
con su mano en el corazón se durmió plácidamente, sin ruido, muy calladito. Y
con infarto masivo... a las siete y media de la mañana... se despertó en Dios.”
Deja un gran vacío, que alivia la fe en el Ser Supremo, al que François consagró su vida en el ministerio sacerdotal. Resuenan en mi mente sus propias palabras sobre el sentido cristiano de la muerte, pronunciadas en la misa de difuntos que presidió hace poco en la Fundación Pueblo Indio por la muerte de uno de sus sobrinos.
Deja un gran vacío, que alivia la fe en el Ser Supremo, al que François consagró su vida en el ministerio sacerdotal. Resuenan en mi mente sus propias palabras sobre el sentido cristiano de la muerte, pronunciadas en la misa de difuntos que presidió hace poco en la Fundación Pueblo Indio por la muerte de uno de sus sobrinos.
Más que un amigo, fue para mí un hermano y
consejero. Tuve el privilegio de conocerlo en octubre de 1954, cuando, con otro
entrañable amigo, Camilo Torres Restrepo, nos inscribimos en la Universidad
Católica de Lovaina, donde François preparaba su doctorado en Ciencias
Políticas y Sociales. Él guió nuestros primeros pasos por la vida académica,
amén de relacionarnos con el contexto social y los principales movimientos
sociales: sindicalismo cristiano, Juventud Obrera Católica, el Boerenbond o
movimiento campesino. Lo hizo hasta que viajó a Chicago a especializarse en
Sociología, pero nos fuimos reencontrando a través de los años hasta su llegada
al Ecuador.
Terminado mi doctorado, de regreso en Colombia,
François me vinculó a su trabajo en América Latina, cuando se iniciaba como uno
de los expertos del Concilio Vaticano II, 1962-1965. Había recibido del obispo
progresista brasileño, Dom Hélder Câmara, presidente de la Conferencia
Episcopal Latinoamericana, CELAM, el encargo de hacer una amplia investigación
sociológica sobre la situación de la iglesia en América Latina, en su calidad
de secretario general de la Federación Internacional de Institutos de
investigaciones socio-religiosas, FERES. François me vinculó, nombrándome
Secretario para América Latina. Se generaron 43 publicaciones, cuya síntesis
preparó para distribución a los Padres Conciliares.
Nuestros contactos siguieron intermitentes a partir
de 1972, aunque con encuentros frecuentes hasta nuestro reencuentro en Quito en
2003, cuando conformamos un grupo de Pensamiento Alternativo, con reuniones
quincenales, siempre que François estaba de regreso de sus frecuentes viajes
por el mundo.
Su
legado.
El fiel ejercicio del sacerdocio a luz de la
Teología de la Liberación y su empeño en la Justicia Social y el Bien Común,
constituyen el núcleo del legado profético de François Houtart.
Su legado es plurifacético. Destaco unos pocos
tópicos, dándole prioridad a sus investigaciones sobre un nuevo paradigma
civilizatorio sobre el Bien Común de la Humanidad, que elaboró a petición del
Presidente de la Asamblea de las Naciones Unidas, 2009; su pensamiento sobre la
Agricultura Campesina; y en general sobre las luchas por la Justicia Social.
Además, dejó más de 70 libros y numerosos artículos en periódicos y revistas.
Habría que añadir muchas más reflexiones sobre su
coherencia de vida, su proverbial amabilidad, disponibilidad y generosidad, no
sólo para ayudar al necesitado, sino con su tiempo, atendiendo consultas de
todo el mundo.
Asimismo, su modestia, su paciencia, su firme y constante defensa de los derechos humanos, y toda la sabiduría que aportó por donde fue pasando para la emancipación y desarrollo de los pueblos con una crítica objetiva siempre aportando alternativas, firme en su opción por los pobres, particularmente por los indígenas y campesinos.
Asimismo, su modestia, su paciencia, su firme y constante defensa de los derechos humanos, y toda la sabiduría que aportó por donde fue pasando para la emancipación y desarrollo de los pueblos con una crítica objetiva siempre aportando alternativas, firme en su opción por los pobres, particularmente por los indígenas y campesinos.
Con tres
fundaciones internacionales, la del Centro
Tricontinental, en 1976 en Lovaina,
la del Foro Social Mundial de Porto
Alegre 2001 y la de revista Alternatives
du Sud.
François ha dejado una riquísima fuente de
reflexión alternativa a escala mundial.
Su libro Sociología de la Religión, que escribió para el curso de Sociología que dictó en Lovaina, es otro de sus legados principales. Fue tan exitoso, que pudo darlo aún en Cuba, invitado por el Comité de la Revolución.
Parte de su legado queda en el Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), en Quito, donde fue investigador y profesor, particularmente con la Cátedra “Francois Houtart”, y en la Universidad Central, donde fue docente de la Maestría de Sociología Política.
Su libro Sociología de la Religión, que escribió para el curso de Sociología que dictó en Lovaina, es otro de sus legados principales. Fue tan exitoso, que pudo darlo aún en Cuba, invitado por el Comité de la Revolución.
Parte de su legado queda en el Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), en Quito, donde fue investigador y profesor, particularmente con la Cátedra “Francois Houtart”, y en la Universidad Central, donde fue docente de la Maestría de Sociología Política.
Acababa de regresar de su último viaje, a
Venezuela, cuyas reflexiones sobre la situación del país dejó consignadas en su
artículo "La Venezuela de hoy y
mañana", que El Telégrafo le publicó el 28 de mayo pasado. Entiendo que viajó por invitación de la
comunidad luterana en Venezuela, para un encuentro ecuménico con motivo de las
conmemoraciones este año, del Quinto
Centenario de la Reforma Protestante con Martin Lutero.
Y hasta la víspera de su muerte, estuvo sirviendo al prójimo. Había organizado un conversatorio para denunciar el genocidio de los Tamiles en Sri Lanka, como lo venía haciendo desde tiempo atrás, esta vez, para pedir que el gobierno ecuatoriano, como presidente de turno del Grupo de los 77, plantée una investigación internacional sobre el genocidio del siglo XXI.
La memoria de tan ilustre sacerdote sociólogo y politólogo será venerada por miles de sus seguidores en todos los continentes. Me siento muy honrado de haberlo conocido, colaborado con él y haberlo tenido como guía y maestro.
Y hasta la víspera de su muerte, estuvo sirviendo al prójimo. Había organizado un conversatorio para denunciar el genocidio de los Tamiles en Sri Lanka, como lo venía haciendo desde tiempo atrás, esta vez, para pedir que el gobierno ecuatoriano, como presidente de turno del Grupo de los 77, plantée una investigación internacional sobre el genocidio del siglo XXI.
La memoria de tan ilustre sacerdote sociólogo y politólogo será venerada por miles de sus seguidores en todos los continentes. Me siento muy honrado de haberlo conocido, colaborado con él y haberlo tenido como guía y maestro.
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