CRISIS DEL CAPITALISMO NEOLIBERAL.- El
capitalismo, en su versión neoliberal, se impone en el mundo a partir de 1980
con los gobiernos de Margaret Thatcher en el Reino Unido (1979-1990) y Ronald
Reagan en los Estados Unidos (1981-1988).
1. Prevalencia de grandes conglomerados que operan en
mercados monopólicos y oligopólicos en actividades económicas clave.
2. Legitimización del lucro por encima de
otros motivos –como la solidaridad y el altruismo– como mecanismo fundamental
para coordinar actividades humanas e incentivar la creación y (re)distribución
de la riqueza.
3. Reducción importante del rol del Estado
como productor, regulador y redistribuidor en la economía.
4. Concentración del poder económico e
influencia política en pequeñas pero poderosas élites económicas; fuerte
predominio del capital en la economía y en las decisiones de la política
pública.
5. Alta frecuencia de crisis financieras,
muy costosas para la sociedad.
6. Debilitamiento de la influencia de los
sindicatos y disminución de la participación del trabajo en el ingreso
nacional.
7. Control de los medios de comunicación
masivos y de otros mecanismos de producción y divulgación de información y
conocimientos a favor de intereses privados y conglomerados empresariales.
8. Democracia de baja intensidad con
reducida participación ciudadana y fuertemente influenciada por grupos de alta
riqueza.
A la luz de la experiencia peruana desde 1990, a esta
lista habría que agregar, por lo menos:
La muerte "anunciada" del capitalismo neoliberal, "asesinado" por sus propios productos envenenados internos que se mundializaron en las 3 décadas de su hegemonía.
***
1. Desasalariamiento de la fuerza laboral y proliferación del
auto-empleo, la microempresa y el trabajo familiar no remunerado. En el
2015, 48% de los trabajadores y trabajadoras ocupadas en el país estaban en el
auto-empleo y en el trabajo familiar no remunerado.
2. Creciente
tendencia hacia la estructuración de una
economía y sociedad dual, con un segmento pequeño, altamente eficiente, con
altos niveles de capital por trabajador, uso intensivo de tecnologías modernas
y alta integración a la economía mundial; y otro amplio, mayoritariamente de
sobrevivencia, con bajos niveles de capital por trabajador, uso de tecnologías
obsoletas y que está básicamente circunscrito a las fronteras nacionales. En el
Perú, una trabajadora del sector formal produce 5,4 veces más que un trabajador
informal.
3. Captura
directa del Estado por parte de grupos de poder económico, en la forma
de tecnocracias. Quizás los llamados “ángeles de Charly” sean la expresión más
actual de esto. Pero no es el único caso.
4. Tendencia
hacia la concentración de los medios
de comunicación, no necesariamente en términos de la propiedad, pero sí
respecto de la homogenización del discurso y las ideas en materia económica: no
hay otro paradigma más que el neoliberal para manejar la economía. Los
principales medios tratan de centrar los grandes debates nacionales en torno a
menudas disputas caceras y de grupo. Para ellos, ni la Constitución de 1993, ni
el modelo económico neoliberal, están o pueden ser puestos en cuestión.
5. Desprecio
explícito respecto de formas de organización y comportamiento social que
contravengan el paradigma del consumismo e individualismo extremo, con su
componente adicional de racismo, machismo y “exitismo”. Basta con salir a
la calle o prender la televisión para darse cuenta de ello.
Desde 1980, el
ascenso del neoliberalismo vino acompañado por una serie de fenómenos, como la
mayor desigualdad en la distribución del ingreso y la riqueza; la preponderancia
del sector financiero sobre el sector productivo de la economía (manufactura,
agricultura, etc.), fenómeno conocido como “financierismo”; y la mayor
frecuencia e intensidad de las crisis financieras. Seguiremos tratando el tema.
ALAI. Roberto Machado. Viernes 23 de junio del 2017.
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LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL
EN LA ERA TRUMP.
*****
Roberto
Machado.
ALAI
lunes 5 de junio del 2017.
El
neoliberalismo, tal como lo hemos conocido, se instala en el mundo en los años
1980 de la mano de los gobiernos de Margaret Thatcher en el Reino Unido y de
Ronald Reagan en los Estados Unidos. Hasta el año 2016, tuvo dos rasgos
esenciales. En primer lugar, la hiperconcentración del ingreso y la riqueza. En
segundo lugar, el “financierismo”, estos es, la predominancia del sector
financiero por sobre la economía real. Un tercer elemento, menos significativo
que los anteriores, es el de la proliferación de tratados de libre comercio
(TLC), que cada vez tienen menos de comercio, y más de temas como los de la
protección de inversiones y la propiedad intelectual.
En 2015 el banco Credit Suisse reveló que el 1% más rico de la población mundial concentraba igual riqueza que el 99% restante(1). Una situación inaceptable por donde se le mire. Un informe más reciente de Oxfam también muestra cifras de terror al respecto(2). Entre ellas destacan que 1) en 2015, sólo 62 individuos poseían igual riqueza que la mitad de la población mundial (unos 3.600 millones de personas); en 2010, eran 322 personas; 2) la riqueza de estas 62 personas aumentó en un 45% desde 2010 (US$542 mil millones), hasta alcanzar US$1,76 billones (millones de millones) en 2015; 3) la riqueza del 50% más pobre del mundo se contrajo en 38% en igual periodo (más de US$1 billón); 4) en lo que va del siglo XXI, el 50% más pobre del mundo sólo ha recibido el 1% del incremento de la riqueza mundial, mientras que la mitad de esa nueva riqueza ha ido a parar a manos del 1% más rico. Estas cifras evidencian la escandalosa y creciente desigualdad en el planeta al promediar la segunda década del siglo XXI y a 35 años del ascenso del neoliberalismo en el mundo.
Respecto del financierismo, de las doce grandes burbujas y crisis financieras de las que se tiene información desde el siglo XVII, siete han sucedido desde la instalación del capitalismo neoliberal en los años 1980. Las excepciones son la burbuja de los tulipanes holandeses en 1636, la burbuja del Mar del Sur en 1720, la burbuja de Mississippi en 1720, y la crisis bursátil de 1927-1929 en los Estados Unidos que provocó la Gran Depresión de los años 1930. La crisis de la deuda latinoamericana que estalló en 1982, se gestó por el auge de crédito bancario externo facilitado por los petrodólares de los años 1970. Las otras siete crisis financieras, desde la burbuja bursátil y de bienes raíces en Japón de 1985-1989, que precedió al estancamiento y la deflación en la economía japonesa durante los años 1990 y que continúa con idas y venidas, hasta la crisis financiera internacional que estalló en 2008 y que condujo a la Gran Recesión de 2009, sucedieron bajo el ala del neoliberalismo.
En 2015 el banco Credit Suisse reveló que el 1% más rico de la población mundial concentraba igual riqueza que el 99% restante(1). Una situación inaceptable por donde se le mire. Un informe más reciente de Oxfam también muestra cifras de terror al respecto(2). Entre ellas destacan que 1) en 2015, sólo 62 individuos poseían igual riqueza que la mitad de la población mundial (unos 3.600 millones de personas); en 2010, eran 322 personas; 2) la riqueza de estas 62 personas aumentó en un 45% desde 2010 (US$542 mil millones), hasta alcanzar US$1,76 billones (millones de millones) en 2015; 3) la riqueza del 50% más pobre del mundo se contrajo en 38% en igual periodo (más de US$1 billón); 4) en lo que va del siglo XXI, el 50% más pobre del mundo sólo ha recibido el 1% del incremento de la riqueza mundial, mientras que la mitad de esa nueva riqueza ha ido a parar a manos del 1% más rico. Estas cifras evidencian la escandalosa y creciente desigualdad en el planeta al promediar la segunda década del siglo XXI y a 35 años del ascenso del neoliberalismo en el mundo.
Respecto del financierismo, de las doce grandes burbujas y crisis financieras de las que se tiene información desde el siglo XVII, siete han sucedido desde la instalación del capitalismo neoliberal en los años 1980. Las excepciones son la burbuja de los tulipanes holandeses en 1636, la burbuja del Mar del Sur en 1720, la burbuja de Mississippi en 1720, y la crisis bursátil de 1927-1929 en los Estados Unidos que provocó la Gran Depresión de los años 1930. La crisis de la deuda latinoamericana que estalló en 1982, se gestó por el auge de crédito bancario externo facilitado por los petrodólares de los años 1970. Las otras siete crisis financieras, desde la burbuja bursátil y de bienes raíces en Japón de 1985-1989, que precedió al estancamiento y la deflación en la economía japonesa durante los años 1990 y que continúa con idas y venidas, hasta la crisis financiera internacional que estalló en 2008 y que condujo a la Gran Recesión de 2009, sucedieron bajo el ala del neoliberalismo.
La mayor
incidencia de crisis financieras propiciadas por el neoliberalismo en el mundo
es el resultado directo de la desregulación financiera, del libre movimiento
internacional de capitales y del predominio del sector financiero en la
economía, lo que genera grandes ganancias privadas especulativas cuando las
cosas van bien, que súbitamente se transforman en pérdidas gigantescas que
acaban socializándose cuando las cosas van mal.
Con
relación a los TLC, en 1994 entró en vigencia el Tratado de Libre Comercio de
América del Norte suscrito entre Estados Unidos, Canadá y México. Luego el
primer país trató de expandir este acuerdo a todos los países de Centroamérica,
Sudamérica y el Caribe, mediante la construcción del Área de Libre Comercio de
las Américas (ALCA). Sin embargo, esta iniciativa entró en crisis en la Cumbre
de Mar del Plata de 2005. Ante las dificultades que enfrentaba el ALCA, durante
la década de 2000 Estados Unidos inició la negociación de diversos TLC con
países o grupos de países de la región. Por ejemplo, en TLC con Centroamérica y
República Dominicana fue suscrito en 2004. Al otro lado del Atlántico, la Unión
Europea siguió profundizando su integración comercial y económica, y
suscribiendo TLC con terceros países. En Asia, el Japón consolidó su
integración comercial con los países del sudeste asiático, mientras que China
surgió como nuevo actor desde la década pasada, también intentando suscribir
convenios comerciales con otros países. No en vano en el Perú neoliberal
entraron en vigencia los TLC con Estados Unidos en 2009, China en 2010, Japón
en 2012 y la Unión Europea en 2013.
La
pregunta es qué va a cambiar, si acaso, con la llegada de Donald Trump al gobierno
de los Estados Unidos. Lo que apreciamos es que la hiperconcentración del
ingreso y la riqueza, así como el financierismo, no sólo continuarán, sino que
se profundizarán. Sobre lo primero, el gobierno de Estados Unidos ya anunció la
reducción de la tasa del impuesto a la renta corporativa de 35% a 15%, así como
la reducción del número de tasas del impuesto a la renta personal de siete a
tres, bajando la tasa máxima de 39,6% a 30%. Bajar los impuestos a los ricos es
el expediente conocido de los neoliberales de los países desarrollados. Y sus
resultados son harto conocidos: grandes pérdidas de recaudación, mayor
regresividad (o menor progresividad) del sistema tributario, e impacto
marginal sobre la inversión privada. Con estas medidas, la mayor concentración
del ingreso y la riqueza está garantizada.
Sobre el
financierismo, Trump está removiendo la ley Dodd-Frank promulgada por Obama en
2010 para evitar que crisis financieras como la que estalló en 2008 vuelva a
suceder. Además de incrementar los requerimientos de capital a los bancos, esta
ley establece una clara separación entre banca comercial (que capta depósitos y
coloca préstamos) y banca de inversión (que recibe fondos para inversiones
esencialmente especulativas). Ahora nuevamente se permitirá la fusión de banca
comercial con banca de inversión, y se relajarán las medidas regulatorias en el
sistema financiero, creando así las condiciones para una nueva crisis
financiera como la que estalló en 2008. De modo que el sector financiero
seguirá predominando por sobre la economía real, colocando a la economía
global en una situación de vulnerabilidad frente a burbujas y crisis
financieras.
Donde sí habrá cambios es en la oleada de TLC, en tanto Trump ya ha liquidado el Tratado Transpacífico (TPP), y está decidido a poner fin o “renegociar” el TLC con Canadá y México. Adicionalmente, el Brexit ha puesto en crisis a la Unión Europea, donde en varios países ya ha habido manifestaciones a favor del retiro de la unión.
Donde sí habrá cambios es en la oleada de TLC, en tanto Trump ya ha liquidado el Tratado Transpacífico (TPP), y está decidido a poner fin o “renegociar” el TLC con Canadá y México. Adicionalmente, el Brexit ha puesto en crisis a la Unión Europea, donde en varios países ya ha habido manifestaciones a favor del retiro de la unión.
De modo
que lo más probable es que en adelante veamos un capitalismo neoliberal más
concentrador del ingreso y la riqueza (Estados Unidos representa cerca del 25%
de la economía mundial), con mayor financierismo y exposición a crisis
financieras, pero con menor tendencia hacia la suscripción de TLC. En ciertos casos,
incluso con su reversión. Pero cualitativamente, tendremos más de la misma
globalización neoliberal que ya conocemos.
*****
Notas
(1) Credit Suisse (2015). Global wealth report 2015. Octubre. Disponible en:
(1) Credit Suisse (2015). Global wealth report 2015. Octubre. Disponible en:
(2) Oxfam (2016). Una economía al
servicio del 1%. Acabar con los privilegios y la concentración de poder para
frenar la desigualdad extrema. Informe de Oxfam 210. 18 de enero. Disponible
en: https://www.oxfam.org/sites/www.oxfam.org/files/file_attachments/bp210-e...
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