PERÚ Y EL “NIÑO COSTERO”.- EL ESTADO (HECHO PEDAZOS) Y LA AUSENCIA
DE CIUDADANÍA.- LIMA, TRUJILLO, PIURA, CHICLAYO, TUMBES, ANCASH. ICA,
AREQUIPA. EL PERÚ EN EMERGENCIA
NACIONAL. Recuperemos la Confianza como eje
central de Dialogo y Participación Ciudadana.- Frente la tragedia nacional, la destrucción de
pueblos enteros, la desesperación de millones por AGUA, la respuesta directa del pueblo es la organización, la UNIDAD, la Movilización de toda la Sociedad Civil, empoderando la PARTICIPACIÓN CIUDADANA, (El
Voluntariado) como eje central de Defensa y protección de toda la población
frente al desastre causado por la Naturaleza, NO, el desastre lo hemos causado nosotros los seres humanos
imponiendo en todos los tiempos y lugares, la INFORMALIDAD, hemos invadido todo, cuanto está a nuestro alcance,
le arrebatamos con violencia, (invasiones)parte del suelo natural y social de
la Madre Naturaleza. Frente al “trabajo”
ilegal, delincuencial, que han realizado los invasores y revendedores de
terrenos, traficantes de terrenos por lo general siempre se presentó la “complacencia” de la Autoridad Edil
(debilidad política-institucional, fiel
reflejo del carácter del Estado, inoperante,
centralista, asfixiante, elitizado, elefantiásico, subsidiario) que hoy la
estamos pagando muy caro, y nuestra “Ciudadanía” hoy es
fiel reflejo, resultado directo, fotografía real del “modelo” de Estado, que
hoy tenemos. Ni Derechos Constitucionales y menos responsabilidades sociales de
la población. Hoy nuestro lema debe ser UNIDAD
de toda la población, apoyo a los
pueblos más necesitados – donde prácticamente han sido barridos por la
furia del Niño Costero, pero siempre
unido a nuestra terrible informalidad, que invadimos – todo vale para pepe el
vivo -. Señores la respuesta del pueblo debe ser la PLANIFICACIÓN de la Reconstrucción de las Ciudades y Pueblos,
tomando como base central de este proceso social el ORDENAMIENTO TERRITORIAL, respetando a la Madre Naturaleza y exigiendo un Estado, - que fomente y reconozca derechos, para empoderar Ciudadanía - que regule y fortalezca la Institución y
Autoridad de la Municipalidad Local.
LA INFORMALIDAD, como práctica hegemónica en el escenario de la vida
nacional – sólo
para su reconocimiento en los últimos tiempos -
modalidad que tiene vigencia absoluta desde los años 60’ del siglo XX tiempo que se inician las grandes migraciones del campo a la ciudad,
pero la Ciudad no estaba preparada para
recibir a los millones que dejaban
el campo por diversas razones – pobreza absoluta, explotación y formas arcaicas
de dominación ancestral, reforma de la Educación, sequía continuada,
terremotos, ampliación y violencia de
las luchas campesinas, generó un proceso
masificado migracional, campo ciudad
desde finales de la década de los 50’ del siglo XX - y como siempre, años
después la Ciudad invadida, la
desocupación, la miseria, la violencia en la ciudad, conduce – como resultado natural – a varias formas de
sobrevivencia ilegítimas, ilegales, donde el traficante de terrenos tiene un
complaciente trato con la Autoridad (en general), que invadieron todo, en una Ciudad NO preparada para recibir
semejante y masiva migración, primero como consecuencia de los largos años de sequías de los años 50, después por los terremotos en el Sur (Arequipa), la crisis del agro, la revolución en la Educación, presentes
en la gran Ciudad y años después por el
gigantesco éxodo del campo a la ciudad, como respuesta al terrorismo y la expulsión de miles de miles. Resultado invadimos
el suelo natural social de la Madre
Naturaleza y hoy bebemos como veneno estos terribles resultados. El Estado, la autoridad Regional, Local,
Municipal – no desarrolló, ni la más elemental – Política de prevención y defensa de la VIDA de
los pueblos.
EL PUEBLO SE UNE Y MOVILIZA, LA CONFIANZA Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA COMO GARANTÍA DE
PLANIFICACIÓN Y RECONSTRUCCIÓN.- Primera
solución AGUA.- El fin de un “politiquero” que durante mucho
tiempo gozó de la Confianza del Pueblo de Lima, hoy está demostrando, que no
solo es “mudo” como comentan los medios y políticos de la Capital, si no que
hoy también “desapareció, se escondió, frente a la Tragedia Nacional – la emergencia de Lima ante el desastre causado
por el Niño Costero y la permanente
irresponsabilidad de nuestras propias poblaciones, unos por ser víctimas de los
traficantes de terrenos, los conocidos invasores, que han destruido en estos 50
años de la gran Migración campo-ciudad, grandes sectores naturales que
pertenecen a la Naturaleza y los mismos que se garantizaron con Autoridades Ediles que más les importó,
interesó el voto electoral, la consigna y el tráfico electoral, (Hoy martes
“reapareció” justificando sus “brillantes ingenieros” e insultando al
Presidente en un Twitter sobre la caída de los Puentes, pero como es normal en
su forma de actuar, nunca asume
responsabilidades que su política de “eterna” INFORMALIDAD, al final traería consecuencias dramáticas para la
propia población. Resultado de este
pandemónium generalizado nacional, es importante señalar la ausencia – o falta
– de LIDERAZGO NACIONAL, gran
trabajo de impulsar desde las propias bases sociales de los pueblos la PARTICIPACIÓN
CIUDADANA, tomando como base de la reconstrucción el ORDENAMIENTO TERRITORIAL. Pablo
Raúl miércoles 22 de marzo del 2017.
NUESTRA OPINIÓN.- COLOMBIA NUESTRA SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO DE
MOCOA.-Colombia
vive hoy días dramáticos, todo el Pueblo de Mocoa -. Región del Putumayo – al
sur del Ecuador, población en extrema pobreza, víctima hoy de la más fría y
brutal desigualdad económico-social-laboral, ha sido totalmente barrida del
escenario regional-nacional. Una avalancha – alud – entrada y juntos – más de
tres ríos han barrido del mapa a la Región de Mocoa- ;Más de 200 muertos, el
doble de heridos, desaparecidos y un País igual que nosotros golpeado por las
lluvias del “Niño Costero” y la ausencia de medidas de PREVENCIÓN - seguimos
jugando, continuamos quitando terreno natural y social a nuestra Madre
Naturaleza. Por la indiferencia, la terrible INFORMALIDAD y la falta y ausencia
total de RESPONSABILIDAD DEL ESTADO – Gobiernos locales, regionales y nacional
– vemos los resultados. Que esta
terrible experiencia nos lleve a reflexionar profundamente y MIRAR el futuro
con CONFIANZA, empoderando EL DIÁLOGO y la PARTICIPACIÓN CIUDADANA, aplicando
en la reconstrucción la PLANIFICACIÓN SOCIAL y respetando a la MADRE TIERRA
trabajemos de la mano con el ORDENAMIENTO TERRITORIAL. Nuestra profunda y
respetuosa SOLIDARIDAD con el Pueblo de
Mocoa, Región del Putumayo. Pablo
Raúl lunes 3 de abril del 2017.
Uno
de los valles de Cusco, en Perú, en el área de Machu Picchu, en donde la
deforestación en sus montañas es visible. El retorno a los cultivos
tradicionales es una de las respuestas para mitigar el impacto del cambio
climático en la agricultura, indican los expertos. Crédito: Fabiana
Frayssinet/IPS.
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ECOLOGÍA SOCIAL: LOS
DESASTRES CLIMÁTICOS ABREN UN DEBATE SOCIO-AMBIENTAL EN AMÉRICA LATINA.
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Fabiana Frayssinet.
IPS. Lunes 5 de junio del 2017.
LIMA,
31 may 2017 (IPS) - El aumento de los desastres climáticos
en América Latina, que según organismos internacionales representan 70 por
ciento de sus emergencias, impulsa un debate socioambiental en la región que
busca profundizar sobre las causas y respuestas ante estos eventos extremos.
La advertencia de la Organización de Naciones Unidas para
la Alimentación y la Agricultura (FAO) y
otras instituciones multilaterales, es que la variabilidad climática
incrementará la frecuencia y magnitud de los eventos extremos.
Según el Índice de Riesgo Climático Global,
durante el periodo 1996-2015 cuatro de los 10 países más afectados en el mundo
son de América Latina y el Caribe: Honduras (primero de todos), Haití (tercero), Nicaragua (cuarto) y
Guatemala (noveno).
Perú
sufrió entre marzo y abril inundaciones y deslizamientos, debido al fenómeno de
“El Niño costero”, generado por el
calentamiento de las aguas del litoral, con un saldo de más de 100 muertos, un
millón de personas afectadas, 7.000 productores rurales damnificados (80 por
ciento pequeños agricultores) e incalculables daños de infraestructura.
Las
lluvias también dañaron más de 60.000 hectáreas e inutilizaron 18.000.
“Los cambios en patrones
en precipitaciones y de temperatura continuarán. No necesariamente habrá
efectos de desastres naturales evidentes, pero si cambio en el crecimiento de
los cultivos, en el comportamiento de alguna plaga o enfermedades que podrían
llegar a surgir o cambios en la productividad”, señaló Fernando Castro Verastegui, coordinador de Políticas de Desarrollo
Rural y Seguridad Alimentaria de FAO
en Perú.
“Tenemos que desarrollar
bastante investigación para el desarrollo de nuevas variedades de cultivos que
se adapten, tenemos que desarrollar prácticas que generen resiliencia en el
productor, y adaptación a este cambio climático”, apuntó.
Entre 2003 y 2013, la FAO
estima que 22 por ciento de las pérdidas y daños
causados por desastres de mediana y alta intensidad en países del Sur en
desarrollo afectaron al sector agrícola.
Esta
situación cobra especial importancia en esta región, que es una gran productora
mundial de alimentos. Ese sector, del que depende prácticamente un tercio de la
población latinoamericana activa, sufrió13 por ciento de los daños causados por
desastres.
La FAO y la Oficina de Naciones Unidas para la
Reducción del Riesgo de Desastres ayudan
a la región a desarrollar una Estrategia Regional de Gestión del Riesgo de
Desastres en el sector agrícola y la seguridad alimentaria y nutricional, a
solicitud de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños CELAC.
“Es un proceso
irreversible, pero tenemos oportunidades de desarrollar nuevas tecnologías.
Básicamente a partir de semillas que permitan una mejor adaptación y buenas
prácticas agrícolas que nos permitan hacer un mejor manejo del cultivo y
podamos hacer frente a este cambio climático”, explicó Castro Verastegui.
“El cambio climático no
solamente es negativo, también genera oportunidades”, afirmó.
Como
ejemplo, dijo que en zonas alto-andinas de Perú no eran aptas para cultivar
algunas hortalizas y tubérculos y las alteraciones climáticas generan
oportunidades de hacerlo.
Castro Verastegui
también apuesta al rescate de las tradiciones de la agricultura familiar y a su
fortalecimiento para enfrentar estos problemas.
Mapa
del Índice de Riesgo Climático Global, durante el periodo 1996-2015, donde
cuatro de los 10 países más afectados pertenecen a América Latina y el Caribe,
señalados en color granate, con Honduras encabezando el ranking. Crédito:
German Watch
Augusto
Castro Carpio, director del Instituto de Ciencias de la Naturaleza, Territorio
y Energías Renovables de la Pontificia Universidad Católica del Perú,
consideró que en su país y en otros de la región el Estado no está en capacidad
de enfrentar estos eventos climáticos.
“Creo que tenemos que
pensarlo con mucho cuidado en toda América Latina, porque fenómenos de este
tipo se van a repetir por todas partes y los Estados tienen que prepararse”,
dijo a IPS.
“El Estado peruano ha
perdido un punto y medio del PIB con esto. Esto nos vuelve a sumir en la
pobreza esto genera problemas. Esperemos que el gobierno lo utilice para hacer
una reconstrucción del país, pero tomando en cuenta las normas para cuestiones
ambientales”, advirtió como una de las situaciones que se repiten en la región.
Como
consecuencia del calentamiento global, crece el interés de las ciencias
sociales en el impacto del fenómeno desde hace una década.
Gabriela Merlinsky, del
Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Universidad de Buenos Aires,
lo atribuyó “al interés legítimo que
tenemos las ciencias sociales en esos temas” y a que los cambios ambientales
globales “son producto de la intervención humana”.
También
al llamado del sector científico de que las ciencias sociales intervengan.
“La relación
sociedad-naturaleza es la que está definiendo este proceso de aceleración en la
tasa de extracción de los recursos naturales y de formas de uso de los recursos
y del suelo, que implican mayores riesgos ambientales”, dijo a IPS.
Su
análisis, partiendo de las experiencias en el
Cono Sur, “tiene que ver con
identificar contextos de mayor vulnerabilidad frente a los efectos del cambio
climático”.
“El aspecto peligroso de
esto es que se vuelva un discurso globalizante por el cual echemos la culpa de
todos los males al cambio climático y no tomemos en cuenta aquellos elementos
estructurales de nuestra sociedad que hacen por ejemplo, que nos inundemos
más”, puntualizó.
Citó
el caso de Argentina, donde hay una recurrencia de inundaciones en diferentes
ciudades costeras y sobretodo en la región de la Pampa.
“Lo que ha habido es una
intensificación del monocultivo, en particular la producción sojera que absorbe
mucho menos agua que otro cultivo. El agua queda retenida en el suelo y hay un
elevamiento de los niveles de las cuencas hidrológicas lo que son las napas
freáticas. Eso aumenta la exposición a las inundaciones”, explicó.
Por
eso para la investigadora, que integra un Grupo
de Trabajo sobre Ecología Política del Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO),
lo que está detrás de esos problemas “es
la vieja cuestión del capitalismo y del avance despiadado sobre los recursos
naturales” y los “serios problemas de regulación” de parte del Estado.
“La crisis, más que una
crisis ambiental, es una crisis ecopolítica. Es una crisis de regulación, es
una crisis de horizonte, y es una crisis en relación a modos de hacer políticas
que no toman en cuenta las demandas sociales”, concluyó Merlinsky.
La colombiana Catalina
Toro
analizó que algo similar ocurre con los fenómenos climáticos de su país, que en
abril causaron en Mocoa, en el amazónico
departamento de Putumayo, devastadores aludes sobre viviendas, con el saldo
de más de 300 muertos, además de miles de desplazados.
Fue una de las mayores
catástrofes sufridas en Colombia en tiempos recientes.
Mientras los medios culpan
a El Niño de estas lluvias extremas, “lo que decimos nosotros es que no es un desastre natural”, aseguró
a IPS esta académica de la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y
Sociales de la Universidad Nacional de Colombia.
“Son
lugares completamente deforestados, lugares donde los desplazados de los
desplazados, son obligados a asentarse en unas condiciones bastantes frágiles
al lado de los ríos”, subrayó Toro, quien también participa como una de las
coordinadoras en el grupo de CLACSO.
A su juicio,
“estos problemas tienen que ver con la
deforestación, la ampliación de la frontera agrícola, la construcción de
carreteras, la exploración petrolera y minera, que va moviendo los ecosistemas
y afectando de manera muy fuerte toda esa zona que es un bosque húmedo tropical
que de por sí ya está bastante intervenido por la colonización”.
Para Toro ese “modelo de
desarrollo depredador extractivo” corre el grave peligro de
ampliarse, ahora que concluyó el conflicto armado entre el gobierno y las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y es posible penetrar y explotar territorios de
gran valor ecológico, antes vedados por la guerra.
Editado por
Estrella Gutiérrez.
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