JUVENTUD: “LOS NUEVOS ESCLAVOS ASALARIADOS DEL SIGLO XXI”, Esta
realidad globalizada, no comprende solo a un grupo de jóvenes explotados en su
trabajo, no es solo
un país, donde se práctica estas nuevas formas “modernas” y permitidas de
explotación inhumana de la fuerza de trabajo, y con motivo del Mundial de Fútbol 2022- señalar ahora, que Qatar es el “único” país donde se práctica estas
formas visibles, vigentes y reales de explotación de la Juventud, NO señores, hoy estas formas viles,
salvajes e inhumanas, representa la “columna
vertebral” de la voracidad del capitalismo salvaje financiero especulativo
mundializado, el modelo hoy funcionan como práctica de miles y miles de
empresas y mega empresas - en especial, todas aquellas que migraron de Occidente desde 1990, hacia el Oriente
Medio - LA DESLOCALIZACIÓN EMPRESARIAL -lo que significó la profundización del “Cambio de Época” que la globalización neoliberal había impuesto en el
mundo con el sistema del libre comercio, las revoluciones internas que -
Tecnológica, Comunicación Electrónica y Transportes - consolidaron el hegemonía del capital financiero y la crisis “final”
del “viejo” capitalismo industrial.
El Capitalismo salvaje, el capitalismo financiero-especulativo, ahora se posesionaba en forma
dominante en todo el mundo, cuando miles
de empresas de Occidente de trasladan hacia China, India, Taiwán, Singapur,
Tailandia, así como al Norte de
México - instalando las MAQUILAS
- en todo Centro Américo y el Caribe, para lo cual necesitan MANO DE OBRA BARATA Y JOVEN. Su modalidad
impuesta se fundamenta en la aplicación en toda su dimensión de la FLEXIBILIZACIÓN LABORAL, una de las políticas del Consenso de Washington,
que significa en la práctica social -. Cero Derechos Sociales de
los “nuevos” trabajadores -. Jóvenes - más del 80% Mujeres - entre
los 18 y 24 años, ingresan al trabajo en los Nuevos Centros de Producción,
llevados por la Globalización Neoliberal - Lo Principal, lo central, es la CALIDAD
DE LOS SALARIOS - de sobrevivencia, sin 8 horas, sin descanso
dominical, (jornadas superiores a las 12 horas continuadas) sin Derecho a
Negociación Colectiva, sin Sindicatos, No hay Huelgas , pero los más inhumano, sin DERECHOS de SALUD Y MENOS DE JUBILACIÓN.
Hoy esta salvaje y violenta realidad ha crecido en forma significativa, comprende a más de 1,200 millones de
Jóvenes en el Mundo, ya no solo en los países señalados, sino en todo el PLANETA, a raíz de la
profundización y voracidad incontrolable del Capital, que en forma “unánime” a nivel global intensifica y “bestializa” la FLEXIBILIZACIÓN SOCIAL, una realidad
vil, violenta, salvaje, inhumana contra
los Derechos Humanos de la JUVENTUD, los llamados “Nuevos esclavos asalariados del siglo XXI”.
Ese es el capitalismo salvaje, el capitalismo del desastre. Hoy el capital
corporativo global.
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QATAR.-
El Jeque Tamin ben Hamad al Thani, tiene 33 años, está casado con dos mujeres y
tiene 6 hijos. El nuevo Emir es más rido que la Reina Isabel II. Posee una
fortuna de 2,500 millones de dólares, tiene una formación militar en
Inglaterra, es un apasionado de los deportes, y es dueño, del Equipo de Fútbol.
el PSG francés. Nada y se asfixia en dinero, pero explota a miles de jóvenes.
***
EL
MUNDIAL DEL TRABAJO ESCLAVO.
La
fundación argentina para la Democracia Internacional le presentó un informe al
Papa sobre Qatar 2022
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Su presidente, Guillermo Whpei, pidió que se replantee la sede del torneo.
La FIFA mira para otro lado. Son demasiadas las denuncias sobre trabajadores
muertos, estafados y reducidos a la servidumbre.
Gustavo Veiga.
Página /12 domingo 5 de noviembre del
2017.
Ganesh
tenía 16 años
cuando murió de un paro cardíaco en Qatar.
Su cuerpo terminó incinerado en un ritual funerario en Nepal, desde donde había partido seis semanas antes. Toda su familia
lo lloró en el campo, donde solía trabajar. Pero a él lo empujaron a hacerlo a
3.270 kilómetros de distancia. Requerían su mano de obra barata por las obras
del Mundial que se jugará en 2022.
Como este joven, las víctimas se cuentan de a miles. Son también de otros
países con extrema pobreza como India,
Bangladesh y Sri Lanka. El pequeño emirato es la contracara. Tiene el PBI
más alto del planeta. Pero su jefe de Estado, el monarca Tamim bin Hamad al Thani, avanza en la lujosa
infraestructura para el torneo a costa del trabajo esclavo. Solo las denuncias
internacionales consiguieron darle visibilidad a esa tragedia. Se multiplicaron
desde que Estados Unidos fue damnificado por una votación sospechada de la FIFA para designar la sede de la Copa.
A fines de octubre, una de esas denuncias llegó a manos del Papa Francisco. En el Vaticano recibió
al empresario rosarino Guillermo Whpei, presidente de la Fundación para la Democracia Internacional. Le entregó un informe
titulado “Detrás de la Pasión”,
sobre la explotación laboral y la corrupción en el país del Golfo Pérsico.
“Me
gustaría enviarle dinero a mi familia pero no me alcanza ni para volver a
Nepal”, cuenta un
compatriota de Ganesh. Describe su
odisea en un video de los muchos que hay en Internet. Sobrevivió a la Kafala. Se trata de un sistema jurídico
que concedía todo el poder a los empresarios que levantan los majestuosos
estadios del Mundial qatarí. El
gobierno del emirato declara hoy que por una ley de 2015 suprimió aquel sistema
esclavista. Y que desde diciembre de 2016 está vigente un régimen diferente de
contratos de trabajo.
La
Kafala les permitía
a los desarrolladores de obras tomar migrantes por cinco años o más, pero bajo
una condición: los asalariados debían pedirles permiso para cambiar de empleo o
salir del país. Quedaban así sujetos a la voluntad del patrón que, en muchos
casos, incluso les retenían el pasaporte. Además son miles las denuncias por
falta de pago. El propio emirato brindó datos oficiales que cita la fundación
en su texto de 28 páginas. Por ejemplo,
que aumentó los 29 inspectores laborales que había en el año 2000 a 397 en
2016. Son descargos que minimizan organizaciones como Amnistía Internacional. En su informe anual de 2016/2017 denunció
que los trabajadores extranjeros –la gran mayoría de la población del país–
seguían sufriendo “explotación y
abusos”.
Una
delegación de la OIT
comprobó en el terreno que los inmigrantes vivían hacinados en las precarias
viviendas que les asignaban. Invadidos por moscas, cucarachas y las peores
condiciones higiénicas en baños y cocinas. Sin sindicatos que los defendieran.
Esquilmados aun antes de viajar a Qatar por las mafias migratorias. Los
trabajadores empezaron a invadir sus propias embajadas con un claro objetivo:
regresar a su país de origen.
La
FIFA siempre miró
para otro lado ante estas prácticas esclavistas que ahora también denuncia la
fundación que dirige Whpei. El Papa
recibió su informe durante el último congreso de Scholas Occurrentes en el
Vaticano. Los datos que contiene no solo involucran al estado que organizará el
Mundial 2022. También responsabiliza a empresas constructoras como Eversendai y
Midmac-Six Construct que se encargaron de las obras en el estadio Khalifa de Doha, la capital qatarí.
Se trata del primero en
el mundo al aire libre, pero con refrigeración en el campo de juego y las tribunas.
Se sabe que en el emirato las temperaturas pueden alcanzar los 50 grados en
junio y julio. Pero el Mundial se jugará entre noviembre y diciembre por
primera vez en la historia, cuando el clima es más benévolo.
El objetivo que se fijó
la fundación para la Democracia Internacional sobre la Copa del 2002 es “que se replanteé la sede. Ya hay 2.000 muertos en la construcción de
estadios y hoteles”, señaló Whpei. Aunque atendible, el argumento
tiene casi nulas chances de prosperar, habida cuenta del poderío económico del
emirato y su monarquía. La sede se le concedió en diciembre de 2010. Ni
siquiera el escándalo de la FIFA que
nació en las investigaciones del FBI
sobre las designaciones de Rusia y Qatar hizo trastabillar el proyecto del
primer Mundial en una nación árabe. Además, la federación de fútbol es muy
posible que le otorgue a EE.UU - acompañado por México y Canadá - la sede del Mundial 2026. De ese modo
desactivaría las presiones sobre su decisión de concedérselo al principal
exportador mundial de gas licuado del planeta.
“Cuando la FIFA
adjudicó a Qatar la Copa Mundial 2022
sabía o debería haber sabido, que la mayoría de las obras de construcción en
ese país emplean a trabajadores migrantes y que estos están sometidos a una
explotación laboral grave y sistémica”, denunció la fundación ante el Papa. La
diferencia con otros antecedentes de trabajo infantil o esclavo vinculados a
una Copa del Mundo es que el imputado ahora es un estado.
En el pasado también hubo
multinacionales fabricantes de indumentaria deportiva que repitieron esas
prácticas negreras. El caso más notorio por su sociedad de patrocinio con la FIFA es el de Adidas. Cuando aquella
organizó el Mundial 2006 en Alemania,
la compañía de las tres tiras tenía una mala reputación en sus relaciones
laborales. Había trasladado una parte de su producción a las maquilas de El
Salvador e Indonesia para abaratar costos.
Una trabajadora del país
centroamericano, Estela Ramírez,
reveló en aquella época que en Hermosa, una subcontratista de Adidas, les exigían dormir debajo de
las máquinas textiles, en barracas cuyos techos se recalentaban, con pocos
ventiladores y sin poder ir al baño las veces que lo necesitaran.
La
FIFA, las
multinacionales y los gobiernos se asocian en las ganancias que producen los mundiales.
Con preeminencia de las dos primeras. Pero reparten las pérdidas entre los más
débiles que hacen posible el espectáculo más rentable del planeta. Muchas veces, hasta
pagándolo con el precio de su propia vida. Como el nepalés Ganesh.
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