La situación real y objetiva
interna y externa de México, si
es de mucha preocupación en la presente coyuntura, no solamente por el ataque político
directo y permanente del Presidente Trump
de los Estados Unidos, con respecto primero al Tratado de Libre Comercio TLCAM
(Estados Unidos, Canadá y México), segundo
la persecución contra los Mexicanos -ilegales o no - que trabajan en
Estados Unidos - las remesas es la segunda fuente de ingresos para la economía
mexicana - seguido de la Deportación. Internamente
también es muy inestable la situación económica, social, política,
relacionado primero con la crisis y la inflación, segundo los problemas de la
violación diaria de los Derechos Humanos
(Periodistas, Dirigentes Sociales, Sindicales,
Estudiantes Universitarios) son asesinados, secuestrados por los carteles de la droga, de la economía criminal, La situación
del fracaso y violencia interna de la imposición de una Ley Laboral en contra de los principios y derechos sociales de los
trabajadores, e igualmente la imposición
de la Reforma de la Educación - de clara orientación neoliberal, grafican
en negro y blanco la situación interna, sumado a ello el fracaso y
envenenamiento de la Democracia y las Instituciones de la República,
hasta convertirla en la DEMOCRACIA FALLIDA, -. De claro control, manipulación de
los conglomerados de los Medios, así como un ESTADO INVIABLE, atacado y capturado por la narco-política. LA CORRUPCIÓN es otro de los grandes
males estructurales que destruye la sociedad mexicana, sus instituciones y que también
acabó líquido, a más del 90% de la “clase política” actual. Hay más problemas que los
iremos desarrollando en publicaciones futuras.
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MÉXICO: TRUMP, TERREMOTOS,
HURACANES Y ELECCIONES.
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Crismar Lujano.
ALAI martes 28 de noviembre del 2017.
Viene cerrando el 2017 y México vaga
por la misma senda de intranquilidad que a comienzos de año. Desde aquella
estocada del primero de enero, cuando con el ‘gasolinazo’ entraron en vigor los
nuevos precios de los combustibles y se alzó una ola de aumentos en el costo de
productos y servicios, se
supo que los meses por venir no serían cosa fácil.
En el contexto externo, la variada y
larga lista de dificultades la encabezó la inminente llegada de Donald Trump a
la Casa Blanca. Desde ahí, el magnate republicano ha pretendido cumplir, sin
mucho éxito, todas sus amenazas nacionalistas, convertidas en promesas
electorales. Entre esas, dos que involucran directamente a México:
– La construcción de un muro
fronterizo.
– La ruptura del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN) cuya -polémica- renegociación está
actualmente en vías a una sexta ronda de trabajo, después que las cinco últimas
se tradujeran en conversaciones sin avances significativos.
Las expectativas sobre las políticas
del nuevo gobierno estadounidense, incluidos los movimientos de la Reserva
Federal, han hecho mella en la ya resentida economía mexicana, agudizando las
fluctuaciones monetarias, cambiarias y comerciales sin perspectivas alentadoras
para el 2018. Además, como otros países de América Latina, México se vio
afectado por el extenso período de desplome de los precios del petróleo, que
redujo los ingresos del país y fue utilizado como justificación para terminar
de completar el proceso de desmantelamiento de la paraestatal petrolera PEMEX y
la privatización del sector energético impulsado desde 2014 por el presidente
Enrique Peña Nieto.
A los desafíos del otro lado de la
frontera, se sumaron los propios desequilibrios del modelo de desarrollo
mexicano, entre los que destacan: un crecimiento empobrecedor y excluyente,
alta dependencia importadora combinada con un esquema primario exportador,
relaciones comerciales concentradas en oligopolios, baja productividad y una
economía cada vez más financiarizada gracias a una política oficial que
direcciona inmensas masas de dinero ociosas en transacciones financieras con
utilidades récord pero sin reinversiones productivas.
Los
números.
De acuerdo al Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (INEGI), si bien la economía en 2017 ha tenido un mejor
desempeño de lo esperado, se experimenta una ligera desaceleración en el
crecimiento. En el período abril-junio, el PIB se expandió 0,6% una décima
menos que el 0,7% registrado en el primer trimestre del año. Por su parte,
según cifras preliminares, para el tercer trimestre se espera un retroceso de
0,2 por ciento motivado principalmente por las afectaciones de los sismos y
huracanes que golpearon al país entre julio y septiembre.
La inflación sigue siendo un dolor
de cabeza para México. Durante catorce meses consecutivos, la tendencia alcista
alcanzó su pico más alto en agosto con una tasa de 6,7% para luego tener un
punto de inflexión en septiembre (6,35%) y un ligero repunte en octubre
(6,37%). Algunos economistas auguran una moderación hasta un gradual
desvanecimiento de las alzas en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), que
no sube los ánimos, teniendo en cuenta que:
– La cifra se mantiene alejada de la
meta oficial del 3% fijada por el Banco Central de México (BANXICO).
– El aumento de la inflación se da
un contexto de baja salarial. Según los resultados de la Encuesta de
Compensación 2017, al cierre de este año el sueldo mínimo de trabajadores fue
de 4,8% y se espera que el 2017 cierre con una merma de poder adquisitivo de
6,3%.
Más allá
del TLCAN.
Con toda la atención centrada en la
renegociación del TLCAN, pareciera que el único reto de la economía mexicana
por estos días es salir airosa en el tratado frente a EE.UU. y Canadá. Sin
embargo, hay asuntos en materia de finanzas públicas que el país
latinoamericano tiene pendiente atender -y resolver- en el mediano plazo, más
allá del desenlace -positivo o negativo- del TLCAN. Revisamos dos:
El costo
financiero de la deuda pública.
Según detallan cifras de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), durante el período enero-junio
2017, el incremento de los pagos de intereses fue de 11,5% respecto al mismo
período de 2016.
Menos
inversión pública en infraestructura
– En el primer semestre 2017, la
inversión para el desarrollo de obras públicas (ejm. escuelas, carreteras,
puentes, gasoductos, hospitales, etc,.) tuvo una contracción de 22,5% la caída
semestral más severa de la actual administración federal.
– En 2016, la inversión física
representó el 12,6%del presupuesto, su menor nivel desde 2002.
A la par hay otro asunto pendiente
que empieza a acumularse. El domingo 19 de noviembre, cuando se cumplieron dos
meses exactos del último terremoto, los damnificados se manifestaron en una
marcha hacia el Zócalo capitalino para exigir soluciones al gobierno. Mientras
esto sucede, pese a la austeridad presupuestaria y la necesidad de recursos
para la reconstrucción de los espacios afectados por los sismos, el sueldo del
presidente, del futuro presidente y del senado subirán en 2018, de acuerdo al
Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) aprobado por la Cámara de
Diputados.
En un panorama actual, tan frágil
como injusto, no es menor recordar que México elige presidente o presidenta,
senadores (128) y diputados (500) el próximo 1 de julio. El componente
electoral siempre agita, especialmente en un país que se juega su futuro
político y económico en medio una coyuntura que crece como el fervor popular
por la articulación de acciones concretas para romper con el ciclo de austeridad social y finalmente
poner en primera línea a las mayorías tradicionalmente desplazadas.
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