“LAS CANDIDATURAS. La nominación de los
candidatos del MAS ha estado signada por una tensión entre las propuestas de
Evo Morales y las de las organizaciones sociales, conflicto que finalmente
se solucionó por una importante gestión de David Choquehuanca
que explicó y convenció a las dirigencias de todo el país sobre la composición
del binomio presidencial. Al respecto el exitoso ex ministro de Economía y
Finanzas, Luis Arce, es el candidato
presidencial y el propio Choquehuanca el candidato vicepresidencial; este
último fue, junto a Morales, fundador del MAS y ex Canciller de Bolivia que
impulsó a nivel internacional los derechos de los
pueblos indígenas, la diplomacia de los pueblos y el proyecto del Vivir Bien o
Suma Qamaña.
EVO MORALES ha sido
inscrito como candidato a senador por Cochabamba, la región donde ha recibido
el respaldo mayoritario y se encuentran los cocaleros del Chapare.
“Los otros partidos
y fuerzas políticas que, a pesar de su reunión cumbre del pasado 1 de febrero que buscaba
la unidad anti-masista, no han podido impulsar una sola candidatura y se
han presentado fraccionados: JUNTOS del Movimiento Demócrata y Social
(MDS) aliado con Unidad Nacional (UN) postula a la actual presidenta de facto Jeanine
Añez acompañada del empresario neoliberal Samuel Doria Medina. Añez,
la autoproclamada presidenta había realizado anteriormente declaraciones
racistas y manifestado que no participaría como
candidata, sin embargo, el contar con los aparatos del Estado impulsó a su
minoritario partido a postularla.
Comunidad Ciudadana (CC) impulsa la
candidatura de Carlos Mesa y Gustavo Pedraza.
Mesa fue vicepresidente del neoliberal Gonzalo Sánchez de Lozada y en las
elecciones de octubre del año pasado logró el segundo lugar con 36% de
votos, detrás del MAS que consiguió 47% de votos. Por otra parte,
los activistas cívicos más importantes en el derrocamiento de Evo Morales, Fernando
Camacho de Santa Cruz y Marco Pumari de Potosí forman el binomio de CREEMOS
que tiene los postulados conservadores más radicales en torno a la religión
y los derechos sexuales. Camacho entró el 10 de noviembre al palacio de
gobierno con una biblia y reveló que su padre, José Luis Camacho, coordinó con los mandos policiales y militares para
implementar el derrocamiento de Morales. Finalmente,
los candidatos con menores posibilidades son el médico de origen coreano Chi
Hyung Chung acompañado de Leopoldo Chui del Frente para la
Victoria (FPV); Jorge Quiroga, ex vicepresidente del dictador Hugo Banzer
Suarez y hombre de confianza de los anticomunistas de Miami, y Tomasa Yarhui
del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR); y el binomio Feliciano
Mamani y Ruth Nina de PANBOL”.
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ELECCIONES EN BOLIVIA. EL FANTASMA DEL
MAS PERSIGUE AL IMPERIO Y SUS CANDIDATOS
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Eduardo Paz Rada.
ALAI. América Latina en Movimiento.
Domingo 10 de febrero del 2020.
En
medio de la incertidumbre sobre el futuro político y económico de Bolivia por
las acciones y decisiones del gobierno de facto de Jeanine Añez, llamado de
“transición”, que busca desmontar el proceso nacional-popular y
antiimperialista desarrollado durante los pasados catorce años bajo la
presidencia de Evo Morales, el proceso electoral arranca con la inscripción de
ocho candidaturas que muestran al Movimiento Al Socialismo (MAS) con amplias
posibilidades de conseguir ganar las mismas en la primera vuelta. Los fantasmas
de Evo Morales y el MAS se han convertido en una pesadilla para el proyecto
imperialista de dominación y para las oligarquías locales y sus candidatos.
A pesar de la represión,
persecución, detención y amedrentamiento a varios exministros, exautoridades y
dirigentes de los movimientos populares desde el golpe de estado del 10 de
noviembre pasado, la rearticulación de fuerzas del Pacto de Unidad
--campesinos, indígenas, colonizadores, trabajadores, vecinos urbano populares
y mujeres originarias-- y de los sindicatos de la Central Obrera Boliviana
(COB) ha conseguido formar un bloque social y político de fuerte peso para las
elecciones del próximo 3 de mayo. Evo Morales, primero asilado en México y
ahora refugiado en Argentina ha sido nombrado jefe de la campaña electoral del
MAS.
En paralelo, las fuerzas
sociales y políticas, que coordinaron con el motín policial y el
pronunciamiento militar para el derrocamiento de Morales, conformadas por
sectores medios y acomodados, principalmente, se han fragmentado en varias
candidaturas a pesar de la presión de las plataformas ciudadanas y de la estrategia
establecida por la embajada de Estados Unidos en La Paz. El sistema electoral
boliviano establece que es ganadora en primera vuelta la fórmula que consigue
40% o más de votos con una diferencia de 10% frente al segundo.
Las candidaturas
La nominación de los
candidatos del MAS ha estado signada por una tensión entre las propuestas de
Evo Morales y las de las organizaciones sociales, conflicto que finalmente se
solucionó por una importante gestión de David Choquehuanca que explicó y
convenció a las dirigencias de todo el país sobre la composición del binomio
presidencial. Al respecto el exitoso ex ministro de Economía y Finanzas, Luis
Arce, es el candidato presidencial y el propio Choquehuanca el candidato
vicepresidencial; este último fue, junto a Morales, fundador del MAS y ex
Canciller de Bolivia que impulsó a nivel internacional los derechos de los
pueblos indígenas, la diplomacia de los pueblos y el proyecto del Vivir Bien o
Suma Qamaña.
Evo Morales ha sido
inscrito como candidato a senador por Cochabamba, la región donde ha recibido
el respaldo mayoritario y se encuentran los cocaleros del Chapare.
Los otros partidos y fuerzas
políticas que, a pesar de su reunión cumbre del pasado 1 de febrero que buscaba
la unidad anti-masista, no han podido impulsar una sola candidatura y se han
presentado fraccionados: JUNTOS del Movimiento Demócrata y Social (MDS) aliado
con Unidad Nacional (UN) postula a la actual presidenta de facto Jeanine Añez
acompañada del empresario neoliberal Samuel Doria Medina. Añez, la
autoproclamada presidenta había realizado anteriormente declaraciones racistas
y manifestado que no participaría como candidata, sin embargo el contar con los
aparatos del Estado impulsó a su minoritario partido a postularla.
Comunidad Ciudadana (CC)
impulsa la candidatura de Carlos Mesa y Gustavo Pedraza. Mesa fue
vicepresidente del neoliberal Gonzalo Sánchez de Lozada y en las elecciones de
octubre del año pasado logró el segundo lugar con 36% de votos, detrás del MAS
que consiguió 47% de votos. Por otra parte, los activistas cívicos más
importantes en el derrocamiento de Evo Morales, Fernando Camacho de Santa Cruz
y Marco Pumari de Potosí forman el binomio de CREEMOS que tiene los postulados
conservadores más radicales en torno a la religión y los derechos sexuales.
Camacho entró el 10 de noviembre al palacio de gobierno con una biblia y reveló
que su padre, José Luis Camacho, coordinó con los mandos policiales y militares
para implementar el derrocamiento de Morales.
Finalmente los candidatos
con menores posibilidades son el médico de origen coreano Chi Hyung Chung
acompañado de Leopoldo Chui del Frente para la Victoria (FPV); Jorge Quiroga,
ex vicepresidente del dictador Hugo Banzer Suarez y hombre de confianza de los
anticomunistas de Miami, y Tomasa Yarhui del Movimiento Nacionalista
Revolucionario (MNR); y el binomio Feliciano Mamani y Ruth Nina de PANBOL.
Las encuestas y análisis
sobre comportamientos electorales indican que el MAS podría conseguir entre el
38 y el 40% de votos, JUNTOS entre el 18 y el 22%, CREEMOS entre 16 y 20% y CC
entre 10 y 14% de apoyo. Las otras candidaturas por debajo del 3%.
Los antecedentes
El panorama político
boliviano ha estado precedido de movilizaciones masivas de sectores medios y
acomodados contra el presunto fraude electoral en octubre, del golpe de estado
y las masacres de 25 personas en Senkata (El Alto) y Sacaba (Cochabamba) en
noviembre y del proceso de pacificación con mediación de la Iglesia Católica y
la Unión Europea. La nominación de Añez como presidenta fue pactada en una
reunión en la Universidad Católica entre Carlos Mesa, Jorge Quiroga, Fernando
Camacho, Waldo Albarracin, el embajador de Brasil en Bolivia, Octavio Henrique
Dias Garcia y la aceptación del gobierno de Trump, según denunció María Galindo
de Radio Deseo, sin que los indicados hayan desmentido la versión.
En el terreno internacional,
el gobierno de “transición” ha desarrollado la tarea de desmontaje y
debilitamiento de los proyectos de soberana integración latinoamericana y
caribeña: Ingresó al Grupo de Lima digitado por Estados Unidos, reconoció a
Juan Guaidó como presidente de Venezuela, rompió relaciones con Cuba y expulsó
a los médicos cubanos, salió de UNASUR y el ALBA. Asimismo, tuvo
conflictos diplomáticos con México al no respetar el derecho de asilo e incluso
expulsó a la embajadora del gobierno de Andrés López Obrador, con Argentina por
aceptar el gobierno de Alberto Fernández como refugiado político a Evo Morales
y con España por la visita de su representante a la residencia diplomática de
México, donde se encuentran asiladas varias autoridades del anterior gobierno.
La improvisación en la
política exterior ha llegado al extremo de haber instruido el retiro de todo el
personal diplomático en el exterior, incluido el embajador en la Corte
Internacional de Justicia (CIJ) de la Haya, Eduardo Rodríguez, dejando a la
deriva la estrategia boliviana frente a demandas existentes en ese alto
tribunal.
Los primeros países
en reconocer al gobierno de Añez fueron Estados Unidos de Donald Trump y Brasil
de Jair Bolsonaro. El gobierno de Morales había expulsado al
embajador de Estados Unidos, Philip Golberg, en 2008 por colaborar a los
sectores federalistas y separatistas de la región oriental de Bolivia que
conspiraban contra su gobierno.
Los desafíos
En un país atrasado como
Bolivia con fuertes resabios de colonialismo interno y manifestaciones de
racismo y discriminación, que fueron parcialmente superados en el proceso de
quince años de la Revolución Democrática y Cultural con fuertes principios
nacionalistas, antiimperialistas y de unidad e integración bolivariana, la
ruptura de la democracia y la toma del poder por las clases y grupos
oligárquico aliados al imperialismo plantea una situación de incertidumbre en
torno a la realización de las elecciones que pondrían en riesgo su poder y su
estrategia de dominación.
De ahí que los medios de
comunicación nacionales e internacionales manejados por esos intereses, las
acciones judiciales, policiales y de fiscales de carácter represivo, así como
las redes sociales de internet impulsan, mediante la persecución judicial y las
medias verdades y mentiras mediáticas, un proyecto que pretende excluir,
perseguir y amedrentar las manifestaciones populares y nacionales que han
conseguido un elevado protagonismo en Bolivia en los años que transcurren del
siglo XXI. La lucha de clases y la lucha de liberación nacional están presentes
y los próximos meses serán muy importantes para definiciones importantes.
Solamente la vigilancia del
pueblo boliviano, de las organizaciones sociales populares y regionales y la
atención de la comunidad internacional van a evitar un nuevo proyecto de
prórroga indefinida del gobierno de facto ante su crisis, que sería un segundo golpe de Estado antes de las elecciones
ante un probable triunfo del MAS.
EDUARDO PAZ RADA. Sociólogo boliviano y docente de la UMSA. Escribe
en publicaciones de Bolivia y América Latina.
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