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“Para la doctora Sirika
Kulkarni, fundadora y fideicomisaria de la Fundación Raah con sede en Bombay,
India, “el
alza de precio de los alimentos está causando desnutrición, hambre y muchos
otros desafíos relacionados con la salud para las comunidades más pobres”.Por su parte, representantes del gigante internacional de
alimentos, Kraft Heinz, advirtieron que “la gente tendrá que acostumbrarse a
precios más altos de los alimentos como resultado de la inflación generada
después de la pandemia”. Claro, una respuesta sencilla
para quienes especulan con el hambre de miles de millones de personas.
Es cierto que existen muchos
desafíos como las consecuencias del cambio climático, la deficiente
disponibilidad de agua, deterioro de los suelos y en los últimos dos años, los efectos negativos económico sociales
provocados por la pandemia. Pero como se conoce, antes de la aparición de la pandemia de coronavirus,
el planeta ya se
enfrentaba a una desigualdad extrema donde dos centenares de personas
controlaban la misma cantidad
de riqueza que los 3 500 millones más pobres del planeta. Definitivamente hay
que dar un vuelco a los sistemas políticos imperantes en este mundo pues lo
que hace falta es una globalización solidaria que ayude a los millones de necesitados
del orbe.
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LOS
ALIMENTOS Y LA GLOBALIZACION DE LA POBREZA.
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Por
Hedelberto López Blanch. | 20/11/2021 | Economía.
Fuente
Rebelión sábado 29 de noviembre del 2921.
Podríamos preguntarnos, ¿qué
futuro les depara a los millones de personas pobres en este mundo desigual con
la constante subida en los precios mundiales de los alimentos?
¿Podrán resolverse los graves problemas
alimentarios que padecen millones de personas mientras se mantenga una
globalización deshumanizada?
La
realidad es que si muchos gobiernos, con apoyo de organizaciones internacionales, no toman una posición política para
poder llevar a cabo programas
económicos-sociales en apoyo a las grandes mayorías necesitadas, la
situación continuará agravándose.
A finales de 2020 entre 720 y 811
millones de personas se levantaban sin saber si iban a comer ese día, asegura
un informe títulado El estado de la Inseguridad alimentaria en el mundo 2021, realizado
en conjunto por la Organización de
Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola
(FIDA), el Programa Mundial de
Alimentos (PMA), el Fondo de
Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La UNICEF va más allá al explicar que a
finales del pasado año, el hambre se disparó en términos absolutos y
relativos al superar el crecimiento de la población, lo que significa que el 10 % de los habitantes del planeta
sufrieron inseguridad alimentaria,
frente al 8,4% en 2019.
Las
zonas más afectadas por este flagelo fueron Asia con 418 millones; África,
282 millones y América Latina y el
Caribe con 60 millones.
Para esclarecer la profundidad de este desastre humano, la UNICEF explica que la cifra es mayor cuando, además de los que no tuvieron una alimentación suficiente, se incluyen a los que no lograron una nutrición adecuada, por lo cual el número de afectados se eleva a 2 300 millones de personas, un 30 % de la población mundial.
Máximo Torero Cullen, jefe economista de
la FAO asegura que
“este es el pico más alto de
hambre y desnutrición crónica que hemos encontrado por lo que se ha perdido
todo lo recuperado hasta 2015”.
La pandemia de Covid 19 ha jugado un rol
catastrófico en este retroceso pues se perdieron millones de puestos de trabajo; al
incrementarse la crisis económica
los gobiernos redujeron los programas
sociales; aumentaron los desahucios
y miles de personas perdieron sus casas;
se redujeron la producción industrial y
la agrícola con la consecuente elevación
de todas las mercancías, entre otros problemas.
Ahora los 2 300 millones de personas
subalimentadas del orbe, (con perspectivas de sumárseles otra
gran cantidad) deberán enfrentar una grave situación: el aumento indiscriminado en los precios de los alimentos.
La FAO señaló que por tercer mes
consecutivo en octubre los precios mundiales de los alimentos subieron y alcanzaron su máximo nivel desde julio de 2011.
Añadió la organización que en el décimo
mes del año el índice de los precios internacionales de
una canasta
de productos alimenticios, registró un
promedio de 133,2 puntos, un 3,9 % más que en septiembre.
Con
respecto al mismo mes de 2020 el
incremento fue de 31,3 %. Este índice escaló a su nivel más alto desde
julio de 2011 ante un alza de la
cotización en los mercados de los cereales y los aceites vegetales.
Por
un problema o por otro, todos los
cereales promediaron un 3,2 % más que en septiembre y un 22,4 % por encima
del nivel de hace un año. El trigo
lo hizo en 5 % debido a la reducción
de las cosechas en los principales países exportadores: Canadá, Estados Unidos y Rusia.
Los
aceites vegetales, explica la FAO,
tuvieron en octubre un alza en sus precios del 9,6 %, el nivel más alto de todos los tiempos, motivado por el
fortalecimiento de las cotizaciones de los de palma, soja, girasol y colza.
Los lácteos se
elevaron 2,2 %, sobre todo la mantequilla, la leche desnatada en polvo y
la leche entera en polvo, mientras que las carnes descendieron un 0,7 % en octubre,
aunque se sitúa un 22,1 % por encima del
valor en el mismo mes de 2020.
Para la doctora Sirika Kulkarni,
fundadora y fideicomisaria de la Fundación Raah con sede en Bombay, India,
“el alza de precio de los
alimentos está causando desnutrición, hambre y muchos otros desafíos
relacionados con la salud para las comunidades más pobres”.
Por su parte, representantes del gigante
internacional de alimentos, Kraft Heinz, advirtieron que
“la gente tendrá que
acostumbrarse a precios más altos de los alimentos como resultado de la
inflación generada después de la pandemia”. Claro, una respuesta
sencilla para quienes especulan con el hambre de miles de millones de personas.
Es cierto que existen muchos desafíos
como las consecuencias del cambio climático, la
deficiente disponibilidad de agua, deterioro de los suelos y en los últimos dos
años, los efectos negativos económico
sociales provocados por la pandemia.
Pero
como se conoce, antes de la aparición de
la pandemia de coronavirus, el planeta ya se enfrentaba a una desigualdad
extrema donde dos centenares de personas controlaban la misma cantidad de riqueza que los 3 500 millones más pobres del
planeta.
Definitivamente hay que dar un vuelco a
los sistemas políticos imperantes en este mundo pues lo
que hace falta es una globalización solidaria que ayude a los millones de necesitados
del orbe.
Hedelberto
López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano.
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