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OTRO MUNDO SI ES POSIBLE. TRES
artículos muy importantes sobre las Elecciones nacionales presidenciales en
HONDURAS. El Triunfo de la
primera MUJER que será presidenta.
XIOMARIA CASTRO, esposa del ex presidente JOSE MANUEL ZELAYA, víctima del "primer golpe blanco"
apoyado por Estados
Unidos en junio del 2009. Una MUJER que ha
formado durante 12 años que la Verdadera DEMOCRACIA, la democracia Popular, Directa. La DEMOCRACIA
DEL PUEBLO Nació en la Calle y Plaza Pública y en las grandes movilizaciones de millones de
Ciudadanos y Ciudadanas. Esta práctica desarrollada
en los 12 años por XIOMARA, recuperó la CONFIANZA
de su Pueblo - a pesar de las farsas,
apagones en las ánforas o gobiernos relacionados con el narcotráfico - hoy
nos regala al finalizar el mes de
noviembre una inmensa alegría a toda Nuestra América, la PATRIA GRANDE, Que si es
posible un Gobierno de Izquierda Democrática, Progresista, que recupere en primer lugar la CONFIANZA de
su PUEBLO y ahora a trabajar
y luchar por desarrollar su Plan de
Gobierno, que su pueblo lo necesita en estos tiempos de inmensa POBREZA, así como la
salvaje e inhumana DESIGUALDAD SOCIAL. La esperanza
de su Pueblo, XIOMARA está en sus manos y en su Partido Político LIBRE.
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XIOMARA
CASTRO: DE LAS MARCHAS ANTIGOLPISTAS AL PODER.
Perfil de la primera presidenta electa de
Honduras
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Por Dominique Galeano.
Página/12 martes 30 de noviembre del 2021.
En julio de 2009, Xiomara Castro,
entonces primera dama de Honduras, se dirigía junto a cientos de hondureños
hacia la frontera con Nicaragua. En el país vecino estaba su marido, el depuesto presidente José Manuel “Mel” Zelaya, quien intentaba
ingresar al país por segunda vez luego de haber sufrido un golpe de Estado cívico-militar que terminó con el gobierno del
poder ciudadano. Zelaya había sido
traicionado por el partido Liberal, una de las formaciones tradicionales que en
los últimos años quedó relegada como fuerza política. Mientras que junto a Castro, los
hondureños y hondureñas comenzaron a movilizarse en el gran Frente de Resistencia Nacional Contra
el Golpe de Estado, que unos años después formó su brazo partidario:
el partido Libertad y Refundación que este domingo logró el triunfo de una mujer
para la primera magistratura del país centroamericano.
Xiomara y las marchas contra el golpe
Con cada marcha antigolpista que pasaba era claro que Xiomara se
convertía en un cuadro político capaz de convocar a miles de personas que desde el primer momento comprendieron la
gravedad del golpe a Zelaya. En este
sentido, el exministro de Gobernación de Mel,
Víctor Meza, resume el origen
político de la presidenta electa.
"Es una candidata que nació en la calle, en la
protesta pública y en las marchas que duraron más de un año. Eso, sin ninguna
duda, le gana una simpatía merecida y el respaldo de todos los sectores
políticos y sociales que se opusieron al golpe de estado”, explica Meza a la Agencia Regional de Noticias.
Primeras elecciones de Libre
En 2013, Xiomara Castro encabezó la fórmula
presidencial de un joven partido Libre que buscaba disputarle el
poder a los dos partidos tradicionales
que por más de 100 años y entre golpes
militares se fueron intercalando en el gobierno. Desde esa primera
contienda electoral, Libre obtuvo un segundo lugar con el 28%
de los votos. Las acusaciones de fraude
y los “apagones” del sistema electoral dejaron muchas dudas sobre el
triunfo del candidato del partido Nacional, Juan Orlando Hernández.
Segundo intento
En 2017, Hernández se presentaba para una reelección con el partido Nacional. La constitución hondureña no permite que quien ocupe la presidencia se presente por un segundo periodo consecutivo. Pero en 2017 la reelección había sido habilitada por la Corte Suprema de Justicia en favor de Hernández. En esos comicios Xiomara Castro se sumó como candidata a vicepresidenta en la Alianza de Oposición contra la Dictadura del partido Nacional. La coalición lideraba todos los sondeos y asomaba una salida a un modelo instalado en 2009. Las primeras tendencias de voto eran encabezadas por la oposición, sin embargo, el sistema electoral sufrió un oportuno apagón de 36 horas. Al reiniciarse, el centro de cómputo ubicaba a Hernández como ganador.
Plan de gobierno 2022-2026
Entre los fraudes y maniobras del gobierno nacionalista, los últimos 12
años fueron
percibidos como una dictadura por la mayor parte del electorado. En este sentido, el programa de gobierno de
la presidenta electa busca la reconciliación de la sociedad hondureña en un nuevo pacto social
“que refleje una voluntad concertada dentro de la
correlación de fuerzas políticas, sociales y económicas, capaz de superar la
crisis y transformar al país”. "La patria no está en venta y solo
debe fomentar el privilegio para los niños, ancianos y sectores vulnerables,
nunca para quienes se apropian de la riqueza nacional, imponiendo el modelo
económico neoliberal”, precisa en el plan de gobierno.
Migración, género y medioambiente
Con la salida de miles de hondureños en caravanas migrantes hacia
Estados Unidos desde fines de 2018, la migración es una
de las preocupaciones de la presidenta electa.
El gobierno de Castro buscará “contrarrestar
las migraciones forzadas, garantizando el derecho de las personas de vivir y/o
retornar a un país y un lugar seguro, en condiciones de dignidad y libertad”.
A su vez, prevé trabajar
con el gobierno de Joe Biden y Kamala
Harris para la implementación de medidas específicas destinadas a proteger a los migrantes hondureños.
Como primera mujer presidenta, Xiomara
Castro también asumirá el Ejecutivo
con propuestas para ampliar los derechos
de las mujeres y de la comunidad LGBTIQ+ : participación paritaria en los procesos políticos, facilitar la distribución, venta y uso
de las Pastillas Anticonceptivas de
Emergencia (que fueron prohibidas tras el golpe de Estado), despenalización del aborto por tres
causales (en caso de violación, riesgo de vida de la madre y
malformación del feto), así como
aprobar e implementar la Educación Sexual Integral.
En cuanto a la protección del medio
ambiente, la gestión de Castro apuntará a la restauración de los bosques y la reducción de un 40% del consumo de
leña para 2030. En este sentido buscará establecer un programa de adaptación y mitigación del cambio
climático alineado a los convenios regionales. Además, tiene previsto el reconocimiento de la propiedad y
posesión de los territorios de los pueblos indígenas y
afrodescendientes a través de la titulación de sus territorios.
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HONDURAS.
XIOMARA CASTRO INAUGURA UNA NUEVA ERA.
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Atilio A Boron.
Página/12 lunes 29
de noviembre del 2021.
La aplastante
victoria de Xiomara Castro en las elecciones
presidenciales de Honduras pone un broche de oro a un mes políticamente
excepcional de Nuestra América. Queda aún pendiente el balotaje chileno,
pero el triunfo de la candidata de LIBRE tiene un relieve y una trascendencia que excede con creces el ámbito centroamericano
y se proyecta a escala continental. Su
hazaña fue el premio a doce duros años de militancia en los cuales ella y su marido, el derrocado ex presidente Manuel “Mel” Zelaya, militaron incansablemente para construir una
alternativa a las marionetas que
Washington se las ingenió para imponer en Honduras luego de la destitución de Zelaya, el 28 de Junio de 2009.
Este fue el primer “golpe
blando o institucional” que el gobierno de Estados Unidos puso en práctica en la región y, tal vez, la partida de nacimiento del Lawfare como práctica destituyente y de persecución
política. Desde entonces se utiliza para proscribir -o por lo menos
obstaculizar- la presencia de líderes
populares en Latinoamérica. En 2012
la víctima fue Fernando Lugo en Paraguay y en
2016 Dilma Rousseff. Muchos otros y otras
son víctimas de esa nefasta invención norteamericana: Lula, Evo, Correa, Cristina, Glas, Rivadeneira, Patiño, etc, y la
lista no es exhaustiva. No fue casual que en ambos países –Paraguay y Brasil- y en esos precisos momentos la embajadora de Estados Unidos fuese la
misma: Liliana Ayalde.
¿El pecado de
Zelaya? Haber incorporado su país al ALBA,
fortalecido los vínculos con la Venezuela
bolivariana y pretender consultar a la ciudadanía
si quería o no que se convocara a una asamblea
constitucional. Lo que siguió fue una tenaz resistencia de Zelaya y Xiomara,
luego el exilio y después una implacable persecución, mientras el
país se convertía en un páramo sumido en la pobreza y la violencia. Washington
impuso, mediante elecciones
fraudulentas a dos peones: Porfirio
Lobo Sosa y Juan Orlando Hernández,
el hipercorrupto -según la Justicia
de Estados Unidos y la opinión de las segundas líneas del Departamento de
Estado- pese a lo cual Barack Obama,
Donald Trump y Joe Biden siguieron admitiéndolo como uno de los líderes democráticos de la región. Más
de una treintena de muertos en protestas
populares jalonaron la re-elección de Hernández a la presidencia en 2017. Parece que Almagro no se enteró; tampoco lo hicieron sus amos en Washington. Pero Xiomara
no aflojó en su lucha.
Así las cosas, hoy adquiere el mérito histórico de haber barrido con un aluvión de votos a la mafia política enquistada en Honduras con la bendición de la Casa Blanca. Y lo hizo en las elecciones con la mayor tasa de
participación de la historia hondureña
(unos tres millones y medio de votantes) que la convirtieron en la presidenta más votada de su país y,
además, en la que atrajo a las urnas al
desencantado voto juvenil, unos dos millones en total. Su arrollador avance liquidó también,
ojalá que, para siempre, el arcaico
bipartidismo liberal-conservador que todavía agobia a Colombia, y puso fin a uno de los narcogobiernos más descarados de Latinoamérica y el Caribe, sostenido contra viento y marea por
sucesivos presidentes norteamericanos.
Amanece en Honduras,
lo cual no es poca cosa. Mel ha sido reivindicado por su compañera
de toda la vida; y ella, Xiomara, demostró poseer un talento y unas agallas –sí,
“agallas”, porque sin ellas no se
puede hacer política-
que la convierten en una referencia insoslayable en los nuevos vientos que
están barriendo la región. Como latinoamericano
sólo puedo hacerle llegar mi más emocionado agradecimiento por su épica
batalla.
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LA IZQUIERDA REGRESA AL PODER
EN HONDURAS PARA REDIMIR LAS HERIDAS DEL GOLPE DE ESTADO DE 2009.
Xiomara Castro obtuvo una contundente victoria en
las elecciones
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Con más del 50 por
ciento de los votos escrutados, la candidata por el partido Libertad y
Refundación (Libre) le sacaba veinte puntos al oficialista Nasry Asfura, actual
alcalde de Tegucigalpa que buscaba la presidencia por el Partido Nacional.
Por Ezequiel Sánchez.
Desde Tegucigalpa.
Página/12 lunes 29
de noviembre del 2021
Honduras tendrá por primera vez en su historia una
presidenta mujer. Xiomara Castro obtuvo una contundente victoria en las
elecciones -ganó
en diecisiete de dieciocho departamentos- y comienza a repararse la trágica herida abierta el 28 de junio de
2009, cuando militares entraban
a su casa para exiliar en Costa Rica a
su esposo, el entonces presidente José Manuel Zelaya Rosales, inaugurando la serie de golpes de Estado blandos que azotaría a
Latinoamérica en este siglo XXI.
Con una participación
histórica del 68% del padrón electoral,
las y los hondureños se volcaron de
forma masiva y desde muy temprano a los centros
de votación, lo que terminó dándole
la victoria a Xiomara por un 53,6% el 33,8 obtenido por Nasry
Asfura, candidato del Partido Nacional. Tercero quedó con 9% Yani
Rosenthal -detenido hasta hace pocos meses en Estados Unidos por lavado de
activos- del tradicional Partido Liberal.
Los nacionalistas
que se instalaron en el gobierno posterior al Golpe y que se sostuvieron en el poder con elecciones poco transparentes terminaron convirtiendo a Honduras en un narco Estado. Tony Hernández, hermano
del actual presidente Juan Orlando
Hernández, condenado a cadena
perpetua en Estados Unidos por narcotráfico a gran escala. Tan intocable se
creía, que hasta le imprimía sus siglas
TH a los paquetes de cocaína que producía. También está tras las rejas norteamericanas el hijo del ex
presidente Porfirio Lobo Sosa, quien gobernó entre el 2009 y 2013.
Precisamente después del Golpe de Estado es cuando la figura de Xiomara, a pesar de su labor social como primera dama, comenzó a ganar protagonismo en las inmensas movilizaciones que se dieron por meses, donde todos los sectores -campesinos, estudiantes, feministas, profesores- se aglutinaron en el Frente Nacional de Resistencia Popular, germen del partido político Libre que Mel Zelaya fundaría al volver al país.
En el discurso donde
se proclamó presidenta, Xiomara hizo hincapié en la necesidad de acabar con el narcotráfico, la corrupción, la miseria y
el odio en Honduras, respondiendo a la campaña que en los días previos a las elecciones la buscó desprestigiar
por supuesta comunista y por mujer. Además, prometió el uso de consultas populares para gobernar y
revertir la prohibición a la pastilla
anticonceptiva de emergencia, establecida después del golpe.
Por el lado del
Partido Nacional, el único que habló fue David
Chávez, actual diputado y candidato a la alcaldía de Tegucigalpa, quien -a pesar del resultado adelantado
por el Consejo Nacional Electoral (CNE)-
sostuvo que él ya era el ganador y
que su compañero de partido Nasry Asfura
-conocido como “Papi a la orden” (sic)-
se estaría
“convirtiendo en el presidente de todos los hondureños”.
Una de las mayores
sorpresas de la jornada ha sido la probable victoria de Jorge Aldana, candidato a alcalde de Libre en la capital, un
distrito donde los nacionalistas
gobernaban desde hace treinta años. A
pesar de que las encuestas previas
marcaban como ganadora a Xiomara, se daba por sentado que Chávez retendría Tegucigalpa, pero él solito se tiró tierra encima cuando en el
cierre de campaña subió al escenario en un estado
de embriaguez -como mínimo- que se convirtió
en meme, sobre todo después de justificarse diciendo que lo habían boicoteado poniéndole a su micrófono un delay como efecto de sonido.
En San
Pedro Sula, la otra gran ciudad
y polo económico de Honduras, Libre triplicó
los votos del Partido Nacional, lo que le garantiza la alcaldía al hermano de un empresario dueño de una cadena de comidas que
sobresalió por su rol social en
medio de los huracanes que azotaron
a la región a fines del año pasado.
Además, es muy probable que Libre, en alianza con los diputados del partido Salvador de Honduras, obtenga mayoría un Congreso Nacional que renovaba
el total de sus bancas.
Los desafíos: pobreza y crisis
El trabajo por delante que tendrá que afrontar Xiomara y su gabinete
-asumen sus cargos a finales de enero- es enorme. Honduras es el segundo país
más pobre del continente, con un 74% de pobreza. La crisis provocada por la pandemia de la Covid-19 y la nula reacción pública, sumado a los ciclones, significó el tiro de gracia para una población que desde
2018 huye en caravanas migrantes para buscar trabajo, seguridad y condiciones de vida más dignas.
Honduras ya no es el
país bananero de antaño, hoy
exporta mano de obra precarizada. Las remesas
que envían quienes viven en el exterior superan en valor al 20% del
Producto Bruto Interno, convirtiéndose en el mayor ingreso económico que tiene el Estado y en el único ingreso que tienen muchas familias.
Honduras es también
el segundo país con mayor tasa de embarazos adolescentes y donde solo se resuelven el 5% de las denuncias que
llegan al Ministerio Público, cifra
que se achica aún más -aunque suene imposible- cuando son casos de femicidios o asesinatos a miembres de la
comunidad lgtbiq, periodistas, abogados o defensores de derechos humanos. Vale recordar que fue acá
donde asesinaron
en 2016 a Berta Cáceres, defensora de los recursos naturales. Sus
hijas aún buscan justicia y que los autores intelectuales reciban su castigo.
Quienes también reclaman el esclarecimiento de las muertes, son los familiares de los más de veinte asesinados en las
protestas posteriores a las elecciones
de 2017 por fuerzas del Estado, según declaró en su momento la Alta Comisionada por los Derechos Humanos
de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet.
Las tragedias por
reparar son infinitas, pero, aunque todavía no
haya finalizado el escrutinio definitivo,
lo que sí ya cambió es el humor de la población hondureña, que después de
tantas noticias negativas, se volcó a votar
primero, a auditar el recuento y a celebrar después por todos los barrios y
poblados del país, hasta altas horas de la madrugada. “Voto masivo mata fraude” fue el slogan utilizado para incentivar a la
gente a que emitiera su sufragio, más allá de los reparos que existían con un sistema electoral donde, por ejemplo, no
hay segunda vuelta.
Por ley, el CNE
tiene hasta un mes para dar un ganador
definitivo, considerando las impugnaciones
que se puedan interponer. Desde el lunes
a las siete de la mañana que no se actualiza el conteo y, considerando la
historia reciente, la gente comienza a impacientarse. Pero esta vez la victoria de
Xiomara Castro y del partido Libre fue tan
abrumadora, que
no hay fraude posible que impida que una mujer de izquierda vaya a tomar las
riendas del golpeado país centroamericano.
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