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COMENTARIOS MUY INTERESANTES recogidos de la Comunidad. Otárola es el gobernante de Turno. La Sra. BOLUARTE hoy es una verdadera "presa
política en Palacio", las propias palabras violentas
en el Congreso en Conferencias de Prensa,
expresan clara y nítidamente quien es el “verdadero
gobernante” donde el fujimorismo es el primero
en aplaudir y festejar. Ahora los perdedores de las
elecciones del 2021, son Gobierno. Un gobierno
de espaldas a la realidad nacional, amante
de la represión contra el
pueblo y distorsionar la verdadera realidad, hasta declarando “TRAIDOR a la PATRIA” a Evo
Morales. Narcotráfico, minería ilegal, dineros que
ingresaron por el SUR para financiar el Conflicto Social, etc. Todo para encanto de los gritones
de los Medios (Gran Prensa Golpista) Tiene apoyo
para mantenerse en el cargo, con poder en esta sociedad
de inmensa, vil y salvaje Desigualdad Social. Para eso tiene la ultra derecha del Congreso, la CONFIEP y las grandes mentiras e insultos - miles de Fake-news - en Poder de los Medios
golpistas- Declararon con toda libertad,
que ellos eran los verdaderos - comunicadores -
interlocutores válidos entre el Gobierno y la Sociedad
Civil. (ante la crisis profunda y real desaparición de los partidos
políticos, envenenados por la Corrupción). Aquí el CONGRESO es el gran RESPONSABLE,
pero hoy no oyen no escuchan no ven, solo sus intereses de sus patrones que los pusieron en ese cargo. Ellos son los Verdaderos RESPONSABLES, por eso el Pueblo exige que se vayan todos y Nuevas ELECCIONES.
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BOLUARTE EN LA CUERDA FLOJA.
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Por Laura Arroyo G.
Otra Mirada Lima lunes 16 de enero del 2023.
Hace unos días en Ayacucho vimos cómo la represión se ensañó con
una región que ha sufrido tanto la violencia
institucional y racista. Puno ha
despedido a sus 18 asesinados en una procesión
que destroza el corazón de cualquiera que la ve.
Y el jueves pasado, Cusco despide a uno de sus líderes con el mismo dolor e impotencia.
Mientras estas despedidas se dan entre lágrimas
y arengas que exigen que la responsable política
de ellas renuncie de manera urgente, volvemos a oír el silencio absoluto de Boluarte. Lleva días sin pronunciar palabra. Cuatro
días de silencio que se llena con los nombres de los 48
peruanos que ya no están con nosotros. Un
silencio que además de una declaración de
cobardía y de incapacidad para continuar en el cargo,
evidencia que su gobierno, como comenté en este
espacio desde el primer minuto y fui muy criticada por
ello, siempre fue insostenible. Porque no es
insostenible hoy tras 48 muertos -esa es la
cúspide de la evidencia de la ingobernabilidad-,
siempre fue insostenible porque eligió gobernar con los perdedores
de 2021. Siempre fue insostenible
porque cedió todo a los vacadores de la ultraderecha porque
les debe la banda presidencial. Siempre fue insostenible porque aceptó el
papel que le” tocaba” para gozar del
favor de los poderes y, en suma, porque traicionó a los electores que hablaron fuerte y claro
en 2021.
Boluarte siempre fue una presidenta hipotecada y, por lo mismo, su debilidad era constitutiva. Con el pasar de los días sólo hemos ratificado esa primera intuición. Las FFAA y la PNP como su gran brazo ejecutor refrendan que este gobierno sólo puede sostenerse con las balas y eso quiere decir que no puede ser democrático, que no es legítimo y que definitivamente no se sostiene un día más.
Pero la debilidad de Boluarte se
va haciendo patente también en la suma de espacios que
por fin -tras semanas largas de deliberación absurda- empiezan uno a uno a bajarle el dedo. Desde Monseñor Barreto quien fue de los primeros en celebrar
su juramentación, hasta representantes de ese “centro” o
cierta academia hegemónica que seguían
insistiendo en que Boluarte podía girar el timón
incluso con 21 muertos en sus manos. No puede ni queriéndolo. No puede porque la única
forma de sostener la presidencia es no
haciéndolo. Solo puede seguir siendo presidenta a través de la represión como vía de seguir sosteniendo la
articulación del COGOBIERNO que ella lidera porque eso es lo que es: un cogobierno entre las FFAA, la ultraderecha en el Congreso,
el poder mediático y el poder
económico. Y, por cierto, no saquemos de la ecuación el sostén que
supone la participación de EEUU en toda esta arquitectura que busca sostener a Boluarte o, en última instancia, lo que ella ha
logrado justificar: el golpe que ganó. El golpe de las
élites.
Pero tras su debilidad hay
oportunidades. El Perú movilizado no piensa retroceder y aunque da
miedo solo pensarlo, también da orgullo saberse
de un país donde el protagonismo real es ese: el de un
pueblo que no va a rendirse al exigir democracia. Boluarte ha
perdido también a doce decanos del colegio de abogados, a tres gobiernos
regionales como mínimo, al colegio de profesores
y a ciertos periodistas que hasta antes
de ayer hacían malabares discursivos para
justificar su represión haciendo de la equidistancia una norma perversa. Pero saben que mañana
eso puede costar muy caro, que deben seguir trabajando
y que a lo mejor exigir su renuncia es menos costoso
que justificar medio centenar de muertos. No les
interesan las vidas -lo hemos comprobado durante
semanas-, pero sí sus reputaciones.
Esta situación precaria explica que Otárola haya salido con vocación incendiaria nuevamente en su última rueda de prensa. No solo no reconoce nada -para variar- sino que ratifica que Dina Boluarte no va a renunciar. Quienes nos dedicamos a la comunicación política sabemos qué significa esto y cómo lo calificaría Lakoff en el libro “No pienses en un elefante”. Si te esfuerzas por negar algo es porque en el fondo no lo estás negando tanto. Entras en el marco de la discusión por voluntad propia y revelas que en realidad el tema sí está sobre la mesa. Es como si caminando por la calle se te cruza alguien y te dice “no soy drogadicto”. Probablemente, lo primero que pienses es que tal vez sí lo es. Así juega la negación y más aún cuando es tan agresiva como Otárola la ha per formado hoy.
La cuenta atrás está ahí. Se siente.
La debilidad está cercando a la dictadura. El
cerco mediático también se está rompiendo. Y el eje de discusión se está desplazando hacia las únicas
vías para iniciar un diálogo. Vías que, por
cierto, dijeron desde el minuto UNO diversos y
diversas dirigentes de las movilizaciones en sus inicios. Pero ningún medio de la
gran prensa se dignó a oírlos siquiera. Ningún referente del análisis y la opinología
les dio peso. Estaban más ocupados hablando de
cómo Castillo era culpable de todo y de cómo
tocaba apoyar a Boluarte pese a que su primer mensaje no daba ningún lugar a dudas. Su renuncia fue pedida desde el inicio, el cambio de
la mesa directiva del Congreso para que no sea Williams quien lidere la transición, también. El adelanto electoral YA, lo mismo pese a que fue y sigue
siendo una propuesta ridiculizada por los
procedimentalistas que nos quieren hacer creer que
las normas son naturales y preexistentes a la
realidad, algo que es falso. Pueden cambiarse. DEBEN
cambiarse en momentos críticos y excepcionales.
Hoy, 48 muertos después,
esas vías antes planteadas por fin están en el eje de
la discusión. Pudimos llegar antes, pero eso suponía oír como iguales a quienes rechazaban a esta nueva presidenta. Eso suponía también haber entendido
lo que significó realmente Pedro Castillo como presidente y no como “gestor” porque
la presidencia es tanto un espacio de poder como un espacio
simbólico representativo. Pero hoy, hemos llegado a ello. Bueno pues, que las lecciones
sean aprendidas. Empecemos por exigir que se oiga
a quienes se manifiestan y, por tanto, que Boluarte
se vaya de una vez con todo ese gabinete de
cómplices ensangrentados.
Dice Otárola que “lamenta” las muertes para luego seguir
justificándolas. Hoy, LAMENTAR ES SINÓNIMO DE
RENUNCIAR. Boluarte está ya en la cuerda floja. Y
la renuncia es lo que nos toca exigir. Es el primer paso para empezar a andar.
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