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PAIS EN LLAMAS. El gobierno se
aferra a la mano dura y desoye las protestas, algunas de las cuales volvieron a
ser desaforadas y violentas. Se
garantiza así la profundización de la crisis. Nada ha cambiado. La presidenta
interina Dina Boluarte insiste en mantener el mismo discurso agresivo que ha
sumido al país en llamas. En medio de las violentas protestas que sacuden Lima
y diversas regiones, Boluarte ofreció un mensaje
a la nación el jueves último.
PARO EN EL SUR:
CONFIRMAN PRIMER FALLECIDO EN AREQUIPA EN MEDIO DE PROTESTAS DEL PARO NACIONAL Este 19 de
enero en las regiones del sur también se acata el paro nacional. En Puno y
Juliaca la paralización es contundente. MTC
anunció la suspensión de operaciones en el aeropuerto de Arequipa.
DINA BOLUARTE NO LAMENTÓ NI SE
REFIRIÓ A LAS ÚLTIMAS MUERTES EN PROTESTAS ANTIGUBERNAMENTALES En
las últimas 48 horas, 3 ciudadanos fallecieron producto de impacto de bala.
Gobierno de Dina Boluarte acumula más de 50 muerte en poco más de un mes. La presidenta Dina Boluarte brindó un
mensaje este jueves, en medio de la protesta antigubernamental “La toma de Lima”.
Al igual que el primer ministro Alberto Otárola,
la jefa de Estado no se refirió a las muertes de Sonia Aguilar Quispe (35), Jhancarlo
Condori Arcana (30) y Salomón Valenzuela Chua (30), decesos producto del
enfrentamiento entre fuerzas del orden y manifestantes en Puno y Arequipa.
A
modo de provocación, la jefa de Estado inició su intervención “agradeciendo todo el
desplazamiento inmaculado de la Policía Nacional en la ciudad capital y en algunos
lugares focalizados, donde las protestas violentas han ocurrido el día de ayer
y hoy”. Extendió su agradecimiento hacia la Fiscalía,
Defensoría del Pueblo y medios de comunicación.
La mandataria destacó a estos últimos, ya que “de manera permanente han
informado y visualizado a través de sus cámaras todo el movimiento de estas
marchas de protesta cargadas, en algunos puntos, de violencia”.
“Los actos de
violencia generados a lo largo de estos días y ahora en enero no
quedarán impunes. El Gobierno actuará dentro del marco
de la Constitución y las leyes que ampara de manera estricta y
firme. Nuestra DINI está actuando con la
firmeza que corresponde y prontamente, junto con la Fiscalía,
verificando y abriendo las carpetas fiscales de aquellas personas que estén
generando actos de violencia y destrozos de la propiedad privada y del Estado”,
advirtió. Y siguió. En los cerca de siete minutos de
intervención, la jefa de Estado no hizo mención alguna a los
fallecimientos de Sonia
Aguilar Quispe, ciudadana puneña que falleció por impacto de
bala en la cabeza; Jhancarlo Condori Arcana, ciudadano arequipeño que pereció por una
herida de bala en el abdomen; y Salomón Valenzuela Chua, muerto en UCI por impacto de bala.
La práctica
del ‘terruqueo’ no solo es absolutamente difamatoria, sino que es una las
conductas más perniciosas y contrarias a la democracia. Que sirva esta
sentencia para dejar sentado un claro precedente”, aseveró
Arbizú en un tuit.
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LA
"TOMA DE LIMA" TERMINÓ CON REPRESIÓN. Miles de manifestantes llegados de todo Perú se movilizaron en la
capital
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Con
carteles que dicen “Dina Boluarte asesina, renuncia”,
“Elecciones este año” y “Cierre del Congreso
corrupto”, una movilización popular repudia los 50 muertos por la
represión. Hubo enfrentamientos y un gran incendio.
Por Carlos Noriega.
Página /12 en Perú.
Lima viernes 20 de enero del 2022.
Desde Lima
“Dina
asesina, el pueblo te repudia”, coreaba una bulliciosa multitud que este jueves se
manifestó por las calles de Lima: la consigna se escuchó en distintas ciudades
del país. Con banderas peruanas --varias con el color negro reemplazando las franjas rojas en señal de duelo por las víctimas de la
represión-- miles de personas tomaron
las calles del centro de la capital. La
jornada de protesta comenzó alrededor del mediodía y se prolongó hasta la noche.
La policía que había tomado el centro
de la ciudad reprimió la protesta.
Hubo enfrentamientos entre policías y manifestantes, que
continuaban al cierre de esta nota.
En medio de esos choques, en la noche se
desató un gran incendio en un viejo
inmueble del centro histórico, cerca de la Plaza San
Martín, centro de la movilización. Las llamas se alzaban varios metros, el humó comenzaba a cubrir la zona. El inmueble estaba vacío,
pero los vecinos de lugares cercanos tuvieron
que evacuar con lo que se podían llevar rápidamente ante la posibilidad que
el fuego se extienda. Había desesperación. Al cierre de esta
nota no se había informado la causa del
incendio.
Muchos manifestantes aimaras llegados desde la altiplánica región de Puno agitaban la bandera wipala de los pueblos originarios. También se levantaban carteles y se coreaban consignas exigiendo la renuncia a la presidencia de Dina Boluarte, además de elecciones para este año, repudio al Congreso que controla la derecha, pedidos de una Asamblea Constituyente y sanción a los culpables por los muertos de la represión. Otros manifestantes exigían también la libertad de Castillo.
Una lenta masacre popular
En medio de las
multitudinarias protestas antigubernamentales
en la mayor parte del país, dos (tres) muertes
más se sumaron a la negra lista de
la represión. En la provincia de Macusani, en la región de Puno,
la campesina Sonia Aguilar murió el miércoles
de un balazo en la cabeza, disparado por la policía. Hubo varios heridos, uno ellos, Salomón Valenzuela,
que recibió un impacto de bala en el
tórax y murió este jueves. El Intento de Toma del Aeropuerto en la
Ciudad de Arequipa – la segunda ciudad del Perú – Jhancarlo
Condori Arcana (30) falleció producto de una bala en el abdomen,
según informó el jefe de la Micro Red de Salud de Zamacola.
Ya suman más de
medio centenar los fallecidos por la represión, de los cuales 44 han muerto por disparos de las fuerzas de
seguridad. El gobierno y la
derecha parlamentaria y mediática respaldan a las fuerzas de seguridad denunciadas por disparar
contra manifestantes y criminalizan a quienes se movilizan exigiendo
la renuncia de Boluarte, acusándolos de “violentistas” y “terroristas”.
En la noche del
jueves, mientras los enfrentamientos entre policías y manifestantes en el
centro de Lima continuaban, y ya se conocía de
un muerto en Arequipa, la presidenta Boluarte dio un mensaje en el que calificó el comportamiento de la policía como “inmaculado”. Habló
de “protestas
violentas” y acusó a los manifestantes de querer “generar caos y desorden para tomar el poder” y de buscar “quebrar el
estado de derecho”. En referencia a las acciones de protesta contra su gobierno,
señaló, en tono amenazante, que “los
actos de violencia generados en diciembre y enero no quedarán impunes”.
Pero no dijo una palabra sobre los
muertos por disparos de las fuerzas de seguridad, a las que volvió a respaldar, y las demandas para que no queden impunes.
Sobre esa letal violencia oficial que ha
causado las muertes que han indignado a la población que protesta no habló de
sanción. Una confirmación que el
gobierno apuesta a la impunidad de las fuerzas
de seguridad que han disparado
contra manifestantes.
Las movilizaciones de este jueves en la capital, las principales ciudades del país y provincias, se realizaron durante una jornada de paro nacional convocado por la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP) --la principal central sindical del país-- y organizaciones sociales. Y continúan los bloqueos de rutas.
La "toma de Lima"
La jornada tuvo como
eje una gran marcha en Lima, que está bajo estado de emergencia y amaneció el
jueves con las principales plazas y calles del centro de la ciudad
cercadas por contingentes policiales. El Palacio de Gobierno y el Congreso fueron rodeados por policías
y tanquetas. Según información oficial, el gobierno movilizó 11.000 policías en la ciudad para seguir la marcha de
protesta, quienes lanzaron
bombas lacrimógenas contra grupos de manifestantes. Los choques entre policías y manifestantes se repitieron
durante toda la jornada y se intensificaron
en la noche. La policía lanzaba
bombas lacrimógenas, grupos de manifestantes
respondían arrojando piedras, botellas
y adoquines que desprendieron de las veredas.
A la capital
llegaron miles de pobladores desde
distintas regiones –en especial andinas-- para
concentrarse en una masiva movilización
en el centro político y económico del país con una marcha llamada “la toma de Lima”. Se movilizaron
durante días en caravanas de camiones y buses con multitudinarias despedidas en su lugar de origen. En los pueblos por
los que iban pasando eran recibidos con
aplausos, gritos de aliento y donaciones de agua, frutas y alimentos.
Los manifestantes que llegaron a la capital desde el interior del país salieron a las calles desde el mediodía de este jueves. Se alojaron en dos universidades, locales de organizaciones sociales y casas de familiares y se dirigieron caminando hacia el centro de la ciudad, juntándose en el camino. Después se sumaron pobladores de Lima. No hubo una dirección unificada y distintos grupos se movilizaron cada uno por su lado, dispersando la multitud por diferentes calles del centro de Lima.
"Dina Boluarte asesina"
En una banderola se
leía “Dina Boluarte asesina renuncia. Elecciones este año”.
En otra, “Cierre del Congreso corrupto”. Una mujer llevaba un
cartelón con la foto de la presidenta con la inscripción “DiNazi”. En otro se había escrito “Dina Balearte”. Mientras caminaban por el centro de la ciudad, bajo la amenazante mirada de un gran número de policías, la multitud coreaba “Perú, te quiero, por eso
te defiendo”.
“No
habrá democracia, no habrá paz, si la señora Boluarte no escucha al pueblo que
exige su renuncia”, declaró a Página/12 el secretario general de la CGTP, Gerónimo López.
Todos los manifestantes consultados coincidieron
en que además de Boluarte, tiene que renunciar
el titular del Congreso, a quien en caso de que dimita la presidenta,
le tocaría reemplazarla: es el ultraderechista general en retiro José Williams, acusado de violaciones a los
derechos humanos contra campesinos en los años 80, una figura
inaceptable para las multitudes que se movilizan en el país.
“La
lucha seguirá si renuncia Boluarte y Williams se quiere quedar. Él también
tiene que irse”, dicen en coro los manifestantes.
Un dialogo a los tiros
Boluarte ha
propuesto un diálogo con quienes llegaron a Lima para exigir su
renuncia, pero al mismo tiempo dijo que sus demandas son “inviables” y los ha
acusado de “querer
quebrantar la institucionalidad del país”.
Leonela Labra, estudiante de historia y presidenta de la
Federación de Estudiantes del Cusco, le responde: “Desde el primer día de su gobierno nos ha
criminalizado, ha asesinado a nuestros compañeros
que han salido en su justo derecho a manifestarse en contra de
este gobierno. Cómo la señora Boluarte
dice querer dialogar, cuando están apuntándole con un arma a nuestros
compañeros, cómo se puede llamar a un diálogo cuando
ponen un arma sobre nuestras cabezas. En esas condiciones no se puede dialogar
con este gobierno”.
El llamado a una
Asamblea Constituyente es otra exigencia que se escucha con fuerza en las calles.
“Tiene que haber referéndum para que el pueblo decida si quiere o no una Asamblea Constituyente. Porque los congresistas se oponen a esa salida democrática”, señala Leonela. Una reciente encuesta indica que 69% respalda una Asamblea Constituyente.
De Cusco a Lima
La abogada Florencia
Fernández también llegó desde el Cusco para protestar en Lima.
“Venimos de una ciudad histórica como
el Cusco donde consideramos que el grito libertario de Túpac Amaru no ha concluido. A la
presidenta le dicen ‘Balearte’ porque usa las
balas antes que la palabra. Ella dice que es la primera mujer presidenta del Perú, nosotras le decimos que ella no es un orgullo
para las mujeres porque ha matado a nuestros hijos”. Hace una pausa y agrega:
“Que sepa la prensa internacional que mi patria está al borde de una guerra civil por esta clase política que lo único que ha hecho es
destrozar la democracia”.
Eugenio
Allcca es un agricultor de Apurímac, la tierra de Dina Boluarte.
“Ella es
una asesina, tiene las manos manchadas con la sangre de más de cincuenta
peruanos, no nos representa, es una vergüenza para los de Apurímac”, dice con una indignación
que se hace más notoria cuando responde sobre las acusaciones de terroristas del gobierno contra los manifestantes. “Nos tildan de terroristas, narcotraficantes, nos dicen campesinos
ignorantes, somos el pueblo que está luchando para reclamar sus
derechos. Aquí no hay terroristas, el verdadero
terrorismo está en el Estado. Hay que seguir
esta lucha con fuerza, no hay que tener miedo”.
En opinión de Svetia Fernández, de la Asamblea Regional de los
Pueblos de Tacna, región fronteriza con Chile,
lo que se está viviendo en el Perú
“es un
momento histórico, un hito para la lucha popular de nuestro país, donde las
clases más oprimidas, que han sido relegadas durante muchos años, se
manifiestan después de todos los atropellos que se han cometido a lo largo de
la historia”
La profesora Olga Mamani,
venida desde la sureña región de Moquegua, dice que
“la muerte de nuestros compatriotas nos ha causado un
dolor intenso que ha hecho que nos movilicemos. Queremos paz con justicia. Este es un momento histórico que
tiene que ser de triunfo”.
Estas son
las voces que protestan, las voces que los grandes medios peruanos, donde
desfilan políticos, analistas y exmilitares que criminalizan la protesta y
piden más represión, ocultan. Un manifestante grita: “El
´terruqueo´(acusaciones falsas de terrorismo) no nos va a detener”. Otro lo sigue: “El pueblo somos la mayoría y la mayoría va a
ganar”.
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