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“Como
se sintetizó, la estrategia libertaria tanto para llegar al gobierno como para intentar sostenerse en él se erige sobre una sucesión de propuestas tan violentas como inverosímiles. La alianza mafioso-fascista
que describe Carbone es inédita en el país y eso
explica algunas de las situaciones extrañas que
se están viviendo. La magnitud del absurdo y lo bizarro de los personajes,
permiten pensar que estamos ante la posibilidad de un
saqueo sin precedentes con final abierto. El actual
escenario representa un desafío tan grave como la alianza que lo nutre. En él, es muy difícil determinar si la Argentina está presidida por un perverso, un
desequilibrado o simplemente un megalómano. Lo que sí es posible afirmar es que los riesgos a
los que el personaje en cuestión está sometiendo
a una nación de 47 millones de habitantes, son
superlativos. La esperanza está hoy depositada
en aquel sector de la política que supo luchar
contra la dictadura genocida hasta recuperar la Democracia. En aquellos jueces
y fiscales decentes que no se doblegan ante la corrupción
más reaccionaria de la corporación. En ese maravilloso
pueblo que en las calles y sin vacilar,
va a seguir poniendo el cuerpo
para apoyar a sus dirigentes e impedir nuevos y brutales
atropellos.
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ARGENTINA.
EL FASCISMO LIBERTARIO. MILEI.
*****
Por Carlos Alberto
Rozanski.
Fuente. Página/ 12 sábado 6
de enero del 2024.
Entender las
razones profundas que posibilitaron la irrupción de Javier Milei como opción de “salvación” de nuestra
sociedad en crisis, es una tarea compleja pero imprescindible. Igualmente, necesario es
preguntarse cómo un personaje de esas características, que anunciaba tragedias, sufrimiento, y
sobre todo, violencia,
pudo llegar a ganar
una elección presidencial. Finalmente hay que interrogarse acerca de los espacios en los que pudo insertarse el grupo de inadaptados que hoy
ocupan la casa rosada
y que abrevaron en los principios más estereotipados del racismo y la discriminación.
Se trata de
un nuevo y peligroso escenario político-social que
intentan instalar en el corazón mismo de la comunidad.
Es aquel en el cual los hoy gobernantes diferencian
dos sectores muy marcados: “la gente de bien” (los libertarios) y “el resto”.
Es bueno
recordar que el grupo
negacionista libertario comenzó su actividad
pública hace poco más de dos años con
apariciones esporádicas durante la pandemia.
Desde la apología de la dictadura genocida, la negación de la
existencia del virus covid 19 y la denostación de la vacuna hasta la quema de barbijos en alguna vereda, el grupo
inició el camino hacia el actual discurso único de los “unos” y “los
otros”. En esa primera etapa, los actos aparentaron desvinculación entre sí, asemejándose más a un
producto del azar o la casualidad que a un plan
organizado.
Bolsas mortuorias en el frente de la Casa de Gobierno con nombre de personalidades y guillotinas en la Plaza de Mayo, eran noticias en algunos medios, las que, aún dispersas, comenzaban a impregnarse en la mente de los telespectadores. Se trataba aún de una primera etapa en la cual las agresiones aparecen fragmentadas simulando agotarse en cada acto.
En esos momentos -2021-, irrumpió en esa escena el personaje de JAVIER MILEI que terminaría canalizando esos
impulsos aparentemente dispersos, hacia un verdadero movimiento
político. En ese contexto el 1 de septiembre de
2022, se produjo el intento de magnicidio a
Cristina Fernández de Kirchner. Así, las manifestaciones esporádicas y
en apariencia desconectadas pasaron a la etapa siguiente de la secuencia, lo
cual se materializó en un partido político (La Libertad Avanza) cuyo
fundador luego ganaría las elecciones presidenciales en
el Balotaje de 2023.
Se trataba de
un personaje extraño,
de cabellos revueltos
y labia agresiva
que desde su particular desaliño
personal anunciaba la superioridad “moral, productiva y estética” de su agrupación libertaria. A partir de
allí, la demonización de un sector variado y
creciente de la comunidad monopolizó la mayor
parte de su discurso político.
Una vez
instalado en las redes sociales y mediáticas, Milei comenzó de ese modo
una brutal agresión
expresiva hacia objetivos específicos. Calificó de “imbécil” y
de “representante
del maligno en la tierra” al Papa
Francisco y de “zurdos de mierda” a
los militantes y dirigentes de la izquierda política de
quienes dijo reiteradamente que había que destruir.
Sin embargo, el objetivo central y obsesivo de Javier Milei fue el movimiento nacional justicialista.
Comenzando por su figura más representativa, la primera etapa de estigmatización se centró
en Cristina Fernández de Kirchner, en ese
momento vicepresidenta de la nación y en el “Kirchnerismo”
a quienes tanto Milei
como sus socios atribuyeron la mayor parte de los males
del universo. Ese espectro demonizante se fue ampliando al resto del partido político mayoritario en nuestro país y al
mismo tiempo el que mayores conquistas sociales logró
a través de leyes que ahora el presidente se propone derogar.
Es útil recordar que el peronismo ha basado su doctrina y lucha política en el concepto de “justicia social”. La mejor síntesis de ese principio trascendente es la idea de equidad, solidaridad, bien común, igualdad de oportunidades, en suma, el respeto por la dignidad humana.
En sentido
opuesto y como parte de su estrategia
destructiva, Milei
ha definido reiteradamente la justicia social como una “aberración”. Con ese sustantivo, el
presidente intenta demoler aquello que durante muchas décadas ha encabezado las
luchas no sólo del peronismo,
sino de toda la clase política progresista argentina. De hecho, que la extensa lista de víctimas
del genocidio de la última
dictadura se ha nutrido de un colectivo políticamente heterogéneo en un abanico que va desde el radicalismo
hasta la izquierda trotskista pasando, por
supuesto, por el peronismo.
Actualmente,
a escasas semanas de haber asumido el nuevo presidente, estamos entrando en una tercera etapa de avance
de la extrema derecha
que excede la actividad específica partidaria. Milei está tratando de instalar los conceptos centrales de su
discurso reaccionario y
violento, en el corazón mismo de gestión comunitaria que es el propio Estado. Ese Estado que cínicamente demonizó en cada discurso, anunciando su desaparición al igual que
la de la mayoría de las dependencias ministeriales desde
las que en los gobiernos anteriores -exceptuando el de Macri-, se impulsaban las políticas de
contención y ayuda social. Su real intención al
respecto nunca fue la de extinción del Estado. El objetivo real de Javier Milei y de quienes están detrás, es
el reemplazo de un Estado
presente y solidario por uno prebendario y orientado a una entrega de recursos humanos y naturales como nunca se vio en la historia de nuestro país.
Esta tercera etapa en marcha prevé un estado organizado en base a la exclusión absoluta del sector social que los libertarios consideren
que no son “argentinos de
bien”.
Al respecto, con la claridad que lo caracteriza Rocco Carbone señaló que “…cuando se nos dice que
se gobernará para “los
argentinos de bien” se está trazando un límite que va a separar a millones de seres del reconocimiento de su condición humana. En ese gesto segregatorio yace un núcleo del pensamiento
fascista”. Agrega sobre el poder que ganó las elecciones que “…
Está animado por lógicas mafiosas
y por un catalizador
fascista”.
(1)
Esa
vinculación estrecha que Carbone plantea entre
la mafia
-representada por Mauricio
Macri- y el fascismo
en la lógica de los discursos y actos de Javier Milei, resulta esencial para comprender el
momento actual.
Es bueno
recordar también que Milei
afirmó públicamente por televisión:
“Entre el Estado y la Mafia me quedo con la Mafia. Porque la mafia tiene
códigos, la mafia cumple” (SIC). (2)
Y en esa
disyuntiva planteada, Milei optó por la construcción de un Estado mafioso. Se
convirtió así en el primer
presidente electo
en un país luego de afirmar su devoción por una organización criminal como es la mafia.
Macri, a su vez, fue denunciado por citas textuales de “mi Lucha” de Adolfo Hitler.
El ex presidente definió públicamente a los alemanes como “raza
superior” (SIC). Como señala un reconocido autor, Mauricio Macri es el
primer político en el mundo fuertemente sospechado de pertenecer de manera
orgánica a una organización
mafiosa (la ‘Ndrangheta
calabresa) que llega a la presidencia de un país. (3)
En el actual escenario, hay cuestiones que por su aparente extravagancia deben llamar nuestra atención y sobre todo la de nuestros dirigentes responsables de dar respuesta. Así, en el
programa de la televisión chilena antes citado, Milei propuso privatizar las calles de nuestras ciudades para
que quienes viven en cada cuadra puedan tener ingresos
cobrando peaje. Igualmente, sus pintorescos
diputados se han manifestado públicamente impulsando por ejemplo alambrar y privatizar
los océanos o
asegurando que los hombres que tuvieron relaciones sexuales con una mujer,
deberían tener 15 días de tiempo después de
notificados del embarazo de sus parejas, para
decidir si se harán cargo o no de las obligaciones parentales respecto del futuro hijo recién concebido. Por su parte, la actual canciller propuso la
creación de un “mercado de
órganos” (sic).
Baste para
completar la idea recordar que el presidente eligió como
Procurador del Tesoro
(abogado del país) a un ex
Nazi que participó del ataque a una sinagoga.
Como se
sintetizó, la estrategia
libertaria tanto para llegar al gobierno
como para intentar sostenerse en él se erige sobre
una sucesión de propuestas tan violentas como
inverosímiles. La alianza
mafioso-fascista que describe Carbone es
inédita en el país y eso explica algunas de las situaciones
extrañas que se están viviendo. La magnitud
del absurdo y lo bizarro de los personajes, permiten pensar que estamos ante la
posibilidad de un saqueo sin precedentes con
final abierto.
El actual escenario representa un desafío tan grave como
la alianza que lo nutre. En él, es muy difícil
determinar si la Argentina está presidida por un
perverso, un
desequilibrado o simplemente un megalómano. Lo que sí es posible afirmar es que los riesgos a
los que el personaje en cuestión está sometiendo
a una nación de 47 millones de habitantes, son
superlativos.
La
esperanza está hoy depositada en aquel sector de la política que supo luchar contra la dictadura genocida hasta recuperar la Democracia. En aquellos jueces
y fiscales decentes que no se doblegan ante la corrupción
más reaccionaria de la corporación. En ese maravilloso
pueblo que en las calles y sin vacilar,
va a seguir poniendo el cuerpo
para apoyar a sus dirigentes e impedir nuevos y brutales
atropellos.
*****
(1) La Tecl@
Eñe, 30/11/2023
(2) Programa
Vía Pública Santiago de Chile 18/12/2019.
(3) “El
lado oculto de la Famiglia Macri”. Edit. Ciccus. Jorge Beinstein,
Daniel Cieza, 2019
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