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“Tensiones internas, un cierto agotamiento
de los movimientos sociales y la pandemia de COVID-19 lo
malhirieron, lo cual explica que su último encuentro presencial con cierta
relevancia y capacidad de convocatoria haya sido el de mayo
de 2018, en la ciudad brasilera de Salvador de
Bahía. Desde entonces, ediciones totalmente digitales o híbridas- como la de 2023, en México- no
pudieron repetir la amplia participación histórica que se dio hasta 2018. En estos últimos cinco años, se profundizó la crisis del FSM. Sin embargo, el FSM no acepta su propia desaparición
y vuelve a autoconvocarse
en Katmandú, Nepal, del 15
al 19 de febrero. Allí se podrá evaluar, nuevamente, su verdadero estado de salud.
No menos significativas fueron las protestas contra
Davos en Suiza mismo desde los 90 en adelante. Grupos
antiglobalización, sindicatos, movimientos asociativos y ONGs de desarrollo, ambientales y religiosas promovieron
durante años la movilización
crítica contra el Foro
Económico Mundial. También aquí, cierto desgaste participativo de estos actores alter mundialistas, así
como la constante y
creciente represión contra el movimiento
anti-Davos, fueron debilitando la protesta.
Sin embargo, tampoco estas voces
críticas aceptan desaparecer. La Huelga contra
Davos convocó el 13 y el 14 de enero a varios centenares de
personas que participaron de una caminata
invernal alpina de dos días y varios kilómetros a
temperaturas glaciares hasta el lugar donde se
reúne el Foro Económico. Como los gobiernos municipales de la región y las fuerzas policiales no le permitieron utilizar la
principal carretera
cantonal de acceso, esta marcha, que se autodefine “no violenta,
pacífica y civil, por el clima y la justicia social”, decidió
movilizarse por caminos pedestres de montaña.
Los participantes hicieron oír, simbólicamente,
sus voces de protesta, aunque su número no pueda compararse con los miles de
manifestantes que solían desplazarse hacia Davos en
las movilizaciones de hace dos décadas.
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UN FORO ECONÓMICO DE ESCASO BRILLO: DAVOS DEVALUADO.
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Berna, Suiza (Prensa Latina) El Foro Económico Mundial de Davos no logrará ser lo
que fue en el pasado. Tampoco son las mismas de antes las tibias protestas del movimiento antiglobalización contra este think
tank del pensamiento hegemónico.
Sergio
Ferrari*, colaborador de Prensa Latina.
Fuente
prensa Latina lunes 15 de enero del 2024
Convocado
para el 15 de enero, ni
la prensa helvética ni la internacional
le prestaron particular atención hasta una semana antes, lo cual es por demás
sugestivo si se piensa que desde 1971 el Foro Económico
Mundial ha sido un evento magno entre los principales empresarios y gerentes de la economía global. Más de un millar de participantes ha abonado miles de dólares de
inscripción para la 54 edición de este encuentro
en la ciudad de Davos, a unos 270 kilómetros de Berna,
la capital suiza.
Asimismo,
representantes gubernamentales de una centena de países confirmaron su asistencia. Según los
organizadores, aproximadamente dos mil 500 participantes, incluyendo periodistas, funcionarios de
organismos internacionales y representantes de otras organizaciones, se darán
cita durante cuatro días en Davos, en el cantón
alpino de Grisón. Un tercio de los asistentes, fundamentalmente banqueros, gerentes de multinacionales y
representantes gubernamentales,
llegarán y se irán en vuelos privados.
Entre
los jefes de gobierno, los organizadores confirmaron la presencia del presidente
de Ucrania, Volodymyr Zelensky. Como lo había
anticipado en diciembre durante su viaje a Argentina y
Uruguay, Zelensky viene a Davos y trae su
“fórmula de paz”
(cuya versión original es de fines de 2022) para debatirla con los consejeros de seguridad
de unos 80 países que se trasladaron a la ciudad suiza con ese propósito.
El tema Ucrania significaría un “salvavidas mediático” para el encuentro de Davos, que desde hace varias ediciones ha ido perdiendo relevancia política y repercusión internacional debido a su falta de respuesta ante las últimas grandes crisis económicas y políticas.
El miércoles 10, el cotidiano suizo gratuito 20 Minuten (20
Minutos) le ofreció su tapa a “Motosierra Milei” (título
textual) y confirmó su viaje a Davos. Según la
información oficial del Foro, de América Latina,
a nivel presidencial, sólo habrían confirmado su presencia el presidente
argentino y su par colombiano Gustavo Petro.
De
la Unión Europea: el jefe de Gobierno español, Pedro Sánchez; el presidente francés Emmanuel Macron y Ursula von
der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
La
delegación china de alto nivel la encabezará el primer ministro Li Chian. A pesar de eventuales
sorpresas de última hora, más que por los presentes, la 54 edición se evaluará por los grandes ausentes, es decir las principales
personalidades políticas
mundiales que este año descartaron de sus agendas el viaje a Davos.
Si
bien su propio diagnóstico de la compleja realidad
internacional pareciera coincidir con una visión bastante aceptada a
nivel mundial, de todos modos, su lenguaje etéreo con
respecto a los grandes desafíos actuales y las preguntas de futuro reiteran la
esencia de un cónclave sin alternativas y diagramado, fundamentalmente, para ratificar el modelo hegemónico actual.
Slogan al viento
“Reconstruir la confianza” es el tema central del Foro
Económico Mundial que, tal como indican sus promotores, busca brindar un espacio
crucial para reforzar los principios fundamentales de transparencia, coherencia y rendición de cuentas.
Y que, en consecuencia, intenta encarnar un espíritu de «vuelta a lo básico», de diálogo abierto y constructivo
entre los líderes gubernamentales, empresariales y de la sociedad
civil.
Con
el objetivo específico de
“ayudar a atar cabos en un entorno cada vez más
complejo y ofrecer una visión de futuro presentando los últimos avances
de la ciencia, la industria y la sociedad”, el
Foro de 2024 propone cuatro áreas de debate y
reflexión a través de centenares de conferencias
y debates: “Seguridad y
cooperación en un mundo
fracturado”, “Crecimiento
y empleo para una nueva era”, “La inteligencia
artificial como motor de la economía y la
sociedad” y “Una estrategia a largo plazo para el
clima, la naturaleza y la energía.
El tema de la crisis sigue preocupando a los organizadores del Foro Económico. Recuerdan que el año pasado en Davos “la palabra policrisis estuvo en boca
de todos”, tantas eran las crisis como en cascada y profundamente interconectadas
en ese momento. Según ellos, aun cuando están surgiendo nuevas crisis, de todos modos, las antiguas persisten. Como lo reconocen en su invitación este evento,
“las fracturas geopolíticas, una crisis generalizada del costo de vida, la frágil seguridad energética y alimentaria y, por supuesto, la intensificación de la emergencia climática, siguen siendo un foco de atención”. Y agregan: “Los conflictos devastadores, aunque han permanecido relativamente aislados, continúan haciendo estragos y las turbulencias financieras siguen siendo una preocupación a pesar de que la economía global está evitando una recesión”. Todo ello los lleva a la pregunta esencial con la cual el nuevo Foro Económico deberá lidiar en pocos días: ¿Será el próximo año un período de permacrisis (un largo periodo de inestabilidad e inseguridad debido a eventos catastróficos)? ¿O será 2024 un momento de resolución y recuperación?
Militarización davosiana.
A
partir del 9 de enero, más de cinco mil efectivos militares
se desplegaron en la región
de Grisón. Según fuentes oficiales, los mismos estarán movilizados hasta
el 25 de enero. El
segundo lunes de este mes, el Departamento Federal de Defensa informó que una parte de estas
fuerzas se asignará directamente al valle del Río
Landwasser, donde se encuentra Davos.
Otra parte de ese contingente protegerá
“importantes infraestructuras y prestará servicios en particular para
mantener la soberanía aérea, garantizar la
logística o contribuir a la realización de operaciones”.
En resumidas cuentas, más de dos semanas durante las cuales una importante porción del territorio helvético estará extremadamente militarizada para asegurar la realización del Foro. Para el contribuyente suizo, esto representa una factura no menor de nueve millones de francos (casi 11 millones de dólares).
Anti-Davos
Si
el Foro Económico parece haber perdido trascendencia,
también en los últimos años los que se le oponen han disminuido
su potencialidad crítica.
La
última semana de enero de 2001, en momentos en
que se reunía en Davos el Foro empresarial en Suiza,
nació en Porto Alegre, Brasil, el Foro Social Mundial
(FSM). Debido a esta simultaneidad, que no tuvo nada de casual, no
sorprendió a nadie que el Foro Social se
autodefiniera como el “Anti-Davos
del Sur”.
Bajo
la bandera de presupuestos participativos y como
canalizador de protestas crecientes en distintos
lugares del mundo contra la globalización
neoliberal, el FSM se expandió en menos
de dos décadas a través de una quincena de foros mundiales y de numerosos eventos regionales, temáticos y por continentes.
Tensiones internas, un cierto agotamiento
de los movimientos sociales y la pandemia de COVID-19 lo
malhirieron, lo cual explica que su último encuentro presencial con cierta
relevancia y capacidad de convocatoria haya sido el de mayo
de 2018, en la ciudad brasilera de Salvador de
Bahía. Desde entonces, ediciones totalmente digitales o híbridas- como la de 2023, en México- no
pudieron repetir la amplia participación histórica que se dio hasta 2018. En estos últimos cinco años, se profundizó la crisis del FSM. Sin embargo, el FSM no acepta su propia desaparición
y vuelve a autoconvocarse
en Katmandú, Nepal, del 15
al 19 de febrero. Allí se podrá evaluar, nuevamente, su verdadero estado de salud.
No
menos significativas fueron las protestas contra Davos en
Suiza mismo desde los 90
en adelante. Grupos antiglobalización, sindicatos,
movimientos asociativos y ONGs de desarrollo,
ambientales y religiosas promovieron durante años la movilización crítica
contra el Foro Económico
Mundial. También aquí, cierto desgaste participativo de estos actores alter mundialistas, así como la constante y creciente represión
contra el movimiento anti-Davos, fueron
debilitando la protesta.
Sin
embargo, tampoco estas voces críticas aceptan
desaparecer. La Huelga contra Davos convocó el 13 y el 14 de enero a
varios centenares de personas que participaron
de una caminata invernal alpina de dos días y varios kilómetros a temperaturas glaciares hasta el lugar donde se reúne el Foro Económico. Como los gobiernos
municipales de la región y las fuerzas
policiales no le permitieron utilizar la principal carretera cantonal de
acceso, esta marcha, que se autodefine
“no violenta, pacífica y civil, por el clima y la
justicia social”, decidió movilizarse por caminos
pedestres de montaña. Los participantes
hicieron oír, simbólicamente, sus voces de protesta, aunque su número no pueda
compararse con los miles de manifestantes que solían desplazarse hacia Davos en las movilizaciones de hace dos décadas.
Según
el sitio Web de la Huelga contra Davos, el Foro Económico constituye una
“élite que toma decisiones que afectan nuestras vidas. Aunque afirman tener visión de futuro, ser sostenibles y sociales, todas sus decisiones anteponen una cosa: sus propios intereses”. Y puntualiza que los intereses de unos pocos superricos y de los representantes políticos elegidos por el Foro Mundial no son los intereses de la mayoría. ¿Qué es el Foro Económico Mundial?, se pregunta este movimiento. Su respuesta: “Es un círculo que opera lejos de las necesidades de la gente”.
El Tour de la Lorraine (Caminata por el barrio popular de la Lorraine,
en Berna) también nació hace varios años como
una expresión de movimientos y organizaciones
alternativas anti-Davos en la capital suiza. A partir del 15 de enero y hasta el 28,
y bajo el slogan “¡Ciudad Solidaria, todos somos
Berna!”, promoverá un extenso programa político-
cultural, aunque menos centrado en el debate alter mundialista de
antaño. Los organizadores, sin embargo, quieren
generar espacios de reflexión en los cuales la solidaridad
con movimientos y pueblos en lucha no quede excluida.
Por otra parte, el 19 y el 20 de enero se
realizará en Zúrich El Otro Davos, un espacio de
reflexión sobre el tema “La crisis del capitalismo y
nuestras respuestas”. Los organizadores ponen el acento en la resistencia anticolonial,
feminista, ecológica y abolicionista para ofrecer una alternativa
solidaria al sistema. El primer El Otro Davos se
realizó en 1999, como evento opuesto al Foro Económico Mundial, y desde entonces perdura como
un espacio de reflexión alternativa ligado a
fuerzas políticas de la izquierda extraparlamentaria helvética.
Davos con sus adeptos, defensores y opositores. Una dinámica que
tiene larga historia y que este año se repite
con actores menos pujantes a uno y otro lado de
las orillas ideológicas. Sin embargo, siguen
marcando un espacio-espejo
donde el Foro Económico de Davos y los eventos anti-Davos- es decir, el poder y el contrapoder- siguen mirándose mutuamente,
desconfiados y de reojo.
Rmh
*Periodista argentino residente en Suiza.
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