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“A nivel general, la patológica
dependencia existencial de las élites y clases medias de Guatemala es tal que
preferirían ir al infierno
que quedarse sin visa
gringa, impedidos de ingresar a los EEUU.
Esta patología crónica colectiva fue cultivada/
afianzada, en buena medida, por la teología de la
prosperidad promovida por el neo pentecostalismo
norteamericano (que fija en la subjetividad del creyente a los EEUU. como la nueva tierra prometida a la que debe
acceder el creyente para ser bendecido y
próspero según la voluntad de Dios). Recordemos
que la justificación política del genocidio contra el pueblo
Maya Ixil (década de los 80 del pasado
siglo), perpetrado por el Ejército/Estado
neo pentecostal de Efraín Ríos Montt fue: «eran idólatras que practicaban sus ritos paganos». La
firma de los Acuerdos de Paz (1996), luego de 36 años de guerra interna promovida
por los EEUU., no sólo instauró el poderío liberal (neoliberal) pro norteamericano, sobre la apabullada «conciencia nacionalista» derrotada militar y culturalmente, sino también fue la victoria de la teología de la prosperidad
y del neo pentecostalismo norteamericano sobre
las comunidades eclesiales de base y sobre las teologías
de la liberación de procedencia católicas.
“¿Por qué al verdugo
bicentenario de Guatemala le
interesa tanto la «sucesión» democrática en la
institucionalidad formal de su víctima? Guatemala, en el momento, es un laboratorio de ensayo para el progresismo norteamericano replicable para el Continente Para el gobierno norteamericano, Guatemala fue y es campo libre para sus ensayos de laboratorio clínico y político. Lo fue con el ensayo
para el tratamiento de la sífilis.
Lo fue con el genocidio
de inspiración neo
pentecostal contra el «comunismo». Hace
ocho años fue con el «cuento
gringo» de la lucha contra la corrupción.
Ahora, lo es para el «ensayo del primer gobierno
progresista norteamericano», con el caso del gobierno de Bernardo Arévalo.
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¿POR
QUÉ LOS EEUU «BATALLA» POR LA «DEMOCRACIA» EN GUATEMALA?
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Por Ollantay
Itzamná.
Fuente.
Prensa Latina. Lunes 8 de enero del 2024.
Firmas
Selectas.
Las dolorosas historias inconclusas de Guatemala
están empedradas por un sistemático y humillante
intervencionismo norteamericano que jamás le permitió a este país centroamericano ni
siquiera auto imaginarse como soberano. Ahora, a
dos siglos de la vigencia de la Doctrina Monroe, “América para
los EEUU”, el gobierno norteamericano batalla porque los resultados del fraudulento proceso electoral
2023 se respeten y el electo presidente Bernardo
Arévalo asuma el mando para reorientar el aparato estatal corroído hacia los perversos
intereses estadounidenses
y hacer de Guatemala un laboratorio político del
“progresismo norteamericano”, replicable para la
región.
Bicentenaria injerencia norteamericana en Guatemala con biblias y
bayonetas
Cuando
la administración de la Colonia
española «desaparece» en Guatemala, 1821, aparece casi en simultáneo la
injerencia norteamericana en el naciente país.
Aquí, ni Inglaterra, ni Francia,
tuvieron presencia política económica, como sí ocurrió en otros países
nacientes en el Continente. Quizás la máxima
evidencia del interés inglés, post independencia de
Guatemala, sea la separación y existencia de Belice como país de habla inglesa.
Como
en el resto de los países nacientes del Continente,
en Guatemala el poder político económico se lo
disputaron dos grupos:
los conservadores y
los liberales. Los primeros, legitimados y promovidos por la élite de católicos que se
resistía a los cambios «republicanos» porque les
suprimía algunos de sus privilegios. Los segundos,
apoyados y legitimados espiritualmente por los protestantes
«reformados» (en especial presbiterianos)
enviados desde el gobierno norteamericano para
que posibilitaran el «destino
manifiesto» de: «Guatemala para los EEUU».
Sólo
para mencionar datos. En la «guerra» contra el federalismo centroamericano, 1839, ganaron los
conservadores católicos, encabezados por Rafael Carrera (anularon la República Federal liberal), y expulsaron a los liberales
a las montañas. En la Revolución Liberal de 1871 en adelante, ganaron los liberales, bendecidos por los protestantes
provenientes de los EEUU., y emprendieron el
despojo de las tierras comunales indígenas para
entregar a los nuevos
hacendados extranjeros. Así fue cómo se inició con la entrega de casi la
totalidad de las tierras fértiles del país al dominio de la empresa bananera norteamericana.
Las primeras décadas del siglo XX, todos los mandatos de civiles y de
militares estuvieron bajo el control silente del gobierno norteamericano. Mientras, las empresas norteamericanas se apropiaban de las tierras fértiles. La dictadura de Jorge Ubico cae
porque el gobierno de los EEUU. le quitó el soporte/legitimación
política que le proveía… Y, entonces, vino la Revolución
Nacional, 1944 (segunda
revolución liberal)
La Revolución Nacional,
en sus inicios, ocurrió con el visto bueno del gobierno
norteamericano, mientras no afectase los intereses económicos gringos en Guatemala.
Pero, el presidente Jacobo Árbenz, confiando en
la honestidad del relato de la ética protestante gringa, decidió regularizar y
recuperar tierras no
declaradas que estaban bajo el dominio de la bananera United Fruit
Company (1953) para entregárselas a las familias campesinas despojadas por la Revolución Liberal (1871)…, fue cuando el gobierno norteamericano dio el Golpe de
Estado (1954) a la «primavera guatemalteca» que
prometía desarrollo y democracia.
Con
el Golpe de Estado de 1954, de manera descarada
los intereses norteamericanos ocuparon Guatemala.
No sólo se reapropiaron de las tierras en mayor proporción que a las
nacionalizadas por la Reforma Agraria de 1953,
sino mediante la lucha contra el comunismo y contra las
guerrillas, lograron instalarse en el imaginario
colectivo de la guatemalticidad como la
única cultura válida y deseable. Desde entonces, todo lo que haga el gobierno norteamericano
en Guatemala (por más humillante que sea para el
país) es y será recibido por las élites y por la opinión
pública con agradecimiento. Así se explica el por qué, incluso a pesar
de la triste y humillante historia de la inoculación de sífilis a más de mil guatemaltecos
presos sin su consentimiento, o del genocidio contra
mayas perpetrado por la estrategia militar norteamericana, las élites y la guatemalticidad continúan recibiendo con aplausos y agradecimientos la injerencia descarada gringa, como la que
ocurre en la coyuntura política actual.
A nivel general, la patológica dependencia existencial de las élites y clases medias de Guatemala es tal que preferirían ir al infierno que quedarse sin visa gringa, impedidos de ingresar a los EEUU. Esta patología crónica colectiva fue cultivada/ afianzada, en buena medida, por la teología de la prosperidad promovida por el neo pentecostalismo norteamericano (que fija en la subjetividad del creyente a los EEUU. como la nueva tierra prometida a la que debe acceder el creyente para ser bendecido y próspero según la voluntad de Dios). Recordemos que la justificación política del genocidio contra el pueblo Maya Ixil (década de los 80 del pasado siglo), perpetrado por el Ejército/Estado neo pentecostal de Efraín Ríos Montt fue: «eran idólatras que practicaban sus ritos paganos».
La
firma de los Acuerdos de Paz (1996), luego de 36 años de guerra interna promovida
por los EEUU., no sólo instauró el poderío liberal (neoliberal) pro norteamericano, sobre la apabullada «conciencia nacionalista» derrotada militar y culturalmente, sino también fue la victoria de la teología de la prosperidad
y del neo pentecostalismo norteamericano sobre
las comunidades eclesiales de base y sobre las teologías
de la liberación de procedencia católicas.
¿Por qué al verdugo bicentenario de Guatemala le interesa tanto la
«sucesión» democrática en la institucionalidad formal de su víctima?
Guatemala,
en el momento, es un laboratorio de ensayo para
el progresismo
norteamericano replicable para el Continente
Para el gobierno norteamericano, Guatemala fue y es campo libre para sus ensayos de laboratorio clínico y político. Lo fue con el ensayo para el tratamiento de la sífilis. Lo fue con el genocidio de inspiración neo pentecostal contra el «comunismo». Hace ocho años fue con el «cuento gringo» de la lucha contra la corrupción. Ahora, lo es para el «ensayo del primer gobierno progresista norteamericano», con el caso del gobierno de Bernardo Arévalo.
Arévalo,
y el círculo de ejecutivos/técnicos de las ONG (producto de los Acuerdos de Paz) que lo rodea,
subjetivamente están configurados en la creencia y en el deseo inexorable de: EEUU. es el Mesías salvador de Guatemala. En su génesis político y
en los hechos, Arévalo y los otros actores
nucleares de Semilla, política e ideológicamente provienen
de la voluntad norteamericana.
Suficiente verificar en la información pública de la USAID y de la Embajada gringa la cantidad
de proyectos ejecutados por dichas ONG, o los selfies
difundidos por Arévalo y los diputados del partido Semilla con
funcionarios norteamericanos en Washington como
si se tratara de visitas al Papa en el Vaticano.
Si
el progresismo norteamericano asume el mando presidencial el 14 de enero en Guatemala, y se mantiene en el poder (más allá de sus logros posibles o no),
fortaleciendo a los sujetos colectivos sociales y
políticos potables (indígenas o no) creados para dicho fin, el laboratorio político habrá alcanzado su meta inicial.
En consecuencia, las fuerzas políticas y los gobiernos
«progresistas» del Continente ya no serán
enfrentadas únicamente por las derechas tradicionales (corruptas, en algunos casos desobedientes a Washington) sino por progresismos
norteamericanos o socialdemocracias
neoliberales/norteamericanos. Ocurrió con el «cuento gringo» de la lucha
«contra la corrupción» en Guatemala, luego esta consigna se utilizó para atacar judicial/políticamente
a los gobiernos progresistas en Ecuador, Brasil, Argentina, incluso en el Golpe de
Estado del Perú contra Castillo.
EEUU necesita implantar y controlar un «corredor soberano» en Guatemala para su mercancía y para contener a los BRICS
El cambio climático y la autonomía
de las oligarquías
de Panamá hacen que la preponderancia
norteamericana en el Canal de Panamá siga
decreciendo. Nicaragua ya firmó con China para construir/controlar el canal que unirá y permitirá el flujo de carga entre el
Atlántico y el Pacífico. Andrés Manuel López Obrador, presidente de México,
ya inauguró el ferrocarril que une ambos mares, y es una empresa
pública. EEUU está cada vez más limitado para mover su cargamento de costa a
costa.
El
único territorio, geopolíticamente con
posibilidades fácticas para que EEUU. construya
un corredor entre el Atlántico y el Pacífico, es Guatemala.
Es el único que tiene un puerto importante en el
Atlántico (Puerto Barrios) y otro en el Pacífico (Puerto San José). Geográficamente, EEUU. se siente acorralado/
limitado para mover por mar su cargamento hacia el Pacífico.
En
el siglo pasado, EEUU. tenía control total del ferrocarril en Guatemala que
unía el Atlántico con el Pacífico, construido
por United Fruit Company. Pero, como castigo a Guatemala por la nacionalización
de las tierras acaparadas por la empresa bananera, hasta los rieles se lo llevaron los gringos.
Además,
políticamente el único resquicio de posibilidad
que tienen los gringos para seguir con sus ensayos políticos para
sus fines geopolíticos, y contener el avance de
la articulación comercial de Brasil, Rusia, India,
China, Sudáfrica (BRICS) es Guatemala. Honduras y El Salvador,
andan más con China que con Taiwán/ EEUU. Nicaragua y México, ni hablar. Belice (que rompió relaciones diplomáticas con Israel por el genocidio
que comente en Palestina) geopolíticamente no es
estratégico.
Por donde se mire, la ardua tarea desplegada por el gobierno norteamericano y de sus apéndices como la Organización
de Estados Americanos
(OEA)…, por defender y hacer que ocurra la transferencia de mando presidencial el próximo 14
de enero, en un proceso electoral 2023 que
EEUU. manipuló impidiendo la participación
electoral de fuerzas políticas anti imperialistas,
tiene un objetivo, y no necesariamente es la «democracia
para Guatemala», sino es garantizarse de las condiciones políticas
necesarias para materializar un «corredor soberano» del Atlántico hacia el Pacífico (y viceversa) para mover el cargamento
norteamericano, y al mismo tiempo que funcione como un muro
de contención geopolítico contra el avance
geográfico comercial de los BRICS.
Para
este objetivo construyeron un actor político propio como
es el caso del partido
Semilla y el presidente Arévalo. Para
ello instalaron en el imaginario colectivo de Guatemala
a un potable actor social colectivo de raíces indígenas (financiados por la USAID), mediante la «resistencia de los pueblos»
(en defensa de la democracia patronal y del progresismo norteamericano), que realiza un festivo y
mediático acto de protesta ya por más de tres meses consecutivos. La germinación
de estos dos actores (social y político) tiene también la
finalidad colateral de impedir la consolidación de sujetos
sociopolíticos plurinacionales anti imperialistas, fuera del control norteamericano.
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