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“En los últimos días, sentado en la mesa de Mirtha Legrand, Milei manifestó con
alegría que tanto Musk
como el gobierno de Estados
Unidos “estaban muy interesados” en el litio argentino. Así lo explica Bruno Fornillo, investigador
del Conicet y experto en estudios sociológicos de litio: “Lo de Musk es una vía de entrada directa. Forma parte
de la presión general que hace Estados Unidos en materia económica,
militar y política en América Latina,
básicamente, en contra de China”. Y continúa: “Lo cierto es
que, en el presente, el gigante asiático es quien domina el campo de la electromovilidad y el nuevo paradigma
energético, con unos diez años de adelanto con
respecto a sus competidores. Ello provoca que, por primera vez, el capitalismo atlántico sea
decadente. En
este escenario, aprovechando sus buenos vínculos con Milei, Musk quiere ver si puede hacerse de
alguna tenencia. Será difícil, en principio, porque los recursos mineros son de las provincias”.
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ARGENTINA SE PREPARA PARA EL SAQUEO MÁS FEROZ DEL SIGLO XXI.
La geopolítica y las presiones corporativas en
la ruta extractiva del Litio.
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El guiño de Javier
Milei a Elon Musk y al gobierno estadounidense
reactivó las alarmas. Aunque el mineral es propiedad de las provincias, desde
el gobierno nacional prometen allanar el camino. Empresas
chinas, australianas y coreanas hacen lo propio desde hace años y nadie
controla. Los ejemplos de Chile y Bolivia,
vecinos que también tienen el recurso.
Por Pablo Esteban.
Fuente. Página /12 lunes 1 de enero del
2024.
En los próximos años, Argentina tendrá que acostumbrarse a pronunciar el
nombre de Elon Musk. El
magnate, que desde hace años domina la escena pública a partir de
excentricidades y su billetera
inagotable, mantiene cautivado
al actual gobierno. Tanto Javier
Milei como su canciller, Diana Mondino, han dado muestras en medios y en redes sociales
de las ansias que tienen de que el dueño de Tesla y
la red social X desembarque con toda su potencia
en Argentina. Para eso, no solo le abrieron las
puertas de los cielos, al desregular –a través del mega cuestionado DNU– los servicios de internet satelital para habilitar la competencia de empresas extranjeras y el guiño a Starlink; sino que
también le preparan la alfombra roja para que
pueda desfilar por el norte argentino y comenzar
a competir por uno de los recursos más importantes de esta época: el litio.
De hecho, el vínculo le interesa
especialmente al multimillonario porque un mundo que se prepara para la transición energética requiere, sobre todo, de tecnologías de almacenamiento de energías sustentables. Y el mineral que abunda en tierras
jujeñas (y en otras provincias) es especialmente atractivo.
Sencillamente, los autos eléctricos que fabrica Musk en Tesla necesitan
atesorar energía limpia para funcionar, y el presidente
argentino quiere darle el gusto, pero no lo tendrá tan fácil. Desde 1994,
los recursos mineros corresponden a las provincias,
que son quienes deciden cómo explotar sus activos.
En el último informe de 2022, Argentina produjo 33 mil
toneladas de litio (representa el 5% de
la producción mundial) y los principales destinos fueron China (41%), Japón (30%),
Corea del Sur (12%) y Estados
Unidos (9%). Si bien hay
pocos proyectos internacionales que se encuentran en producción (4), a la fecha, se relevan alrededor de 50 iniciativas que se hallan en fase de exploración y,
a partir de la construcción de las instalaciones necesarias, podrían comenzar a
operar en el corto y mediano plazo.
En el último tiempo, Argentina ha avanzado en la producción de litio con el objetivo de siempre: agregar valor agregado con el propósito de que las potencias extranjeras no se lleven la materia prima. Bajo esta premisa, en octubre se inauguró UniLib, la primera planta de fabricación de baterías de litio de Latinoamérica. Del proyecto, participan instituciones como el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (ahora degradado a Secretaría), el Conicet, la Universidad Nacional de La Plata, Y-TEC e YPF Litio. El objetivo, según se anunció en su inauguración, es producir 2500 baterías al año para almacenar energías renovables. Además de intentar comercializar productos y no insumos sin procesamiento, los objetivos subyacentes se vinculan con generar puestos de trabajo calificado y alimentar el fuego de la soberanía energética a través de la promoción del conocimiento autóctono.
Con el cambio de gobierno, uno de los
principales obstáculos es que Y-TEC no tiene ni
su nuevo directorio ni su gerente general designado por parte de las nuevas
autoridades de YPF. Por lo tanto, no se sabe
demasiado sobre cuál será el futuro de la compañía. De hecho, hay una incógnita mucho más
compleja: la gestión actual manifestó la
intención de privatizar YPF. Así lo
refiere a Página/12 Roberto
Salvarezza, expresidente del directorio de Y-TEC
y de YPF Litio:
“El proyecto de que una empresa con mayoría estatal pueda participar en la industria del litio está en peligro si se privatiza YPF. En sus inicios, implicó el comienzo de la
exploración y la búsqueda de litio por parte de YPF en un extremo de la cadena
y la puesta en marcha de la planta de celdas de baterías
de ion litio en el otro. Una propuesta integral
que apuntaba a la soberanía tecnológica y energética”.
Musk
hasta en la sopa.
El lector podría imaginar a Musk en una de sus lujosas oficinas, rodeado de asesores a los que no escucha,
con la mirada puesta en un mapa prolijamente
desplegado. Allí, una de las banderitas doradas
está colocada en territorio argentino. Claro que está interesado en el negocio
de las telecomunicaciones y los satélites, pero sus anhelos van más allá de Starlink, pues, el premio mayor es el litio que necesita
para Tesla, su
compañía de autos
eléctricos. Según se calcula, en 2023
fabricó nada menos que 1.8 millones de
unidades.
Aunque el litio
fue descubierto hace dos
siglos, su interés comercial se potenció
con el imperativo de la transición energética. El
cambio climático de esta época vuelve urgente la puesta en marcha de
acciones para combatirlo, y hoy el mercado verde es observado con buenos ojos por los multimillonarios
de todas las latitudes. Se trata de
un mineral ligero, un elemento fundamental para
estructurar los nuevos sistemas de almacenamiento de energía
que ya no requieren de la quema
de combustibles fósiles.
Cuando Milei fue electo presidente tras imponerse en el balotaje, Musk le envió un mensaje en X: “La prosperidad está por llegar a la Argentina”. Como respuesta, en ocasión de la cadena en que el libertario explicó los alcances del último DNU, le devolvió gentilezas y nombró específicamente a “Starlink”, la compañía del multimillonario que se encarga de prestar servicios de internet a partir de satélites de órbita baja. A partir de un esquema que “mina los cielos” (ya colocó unos 4 mil a 550 kilómetros de la tierra), en el corto plazo podría desplazar a la nacional Arsat que, de hecho, podría ser privatizada y absorbida por el propio Musk. Un negocio redondo.
En los últimos días, sentado en la mesa de Mirtha Legrand, Milei
manifestó con alegría que tanto Musk como el gobierno de Estados Unidos “estaban
muy interesados” en el litio argentino. Así
lo explica Bruno
Fornillo, investigador del Conicet y
experto en estudios sociológicos de litio:
“Lo de Musk es
una vía de entrada directa. Forma parte de la presión general que hace Estados Unidos en materia
económica, militar y política en América Latina, básicamente, en contra de China”. Y
continúa: “Lo cierto es que, en el
presente, el gigante asiático es quien domina el campo de la electromovilidad y el nuevo paradigma
energético, con unos diez años de adelanto con
respecto a sus competidores. Ello provoca que, por primera vez, el capitalismo atlántico sea
decadente. En
este escenario, aprovechando sus buenos vínculos con Milei, Musk quiere ver si puede hacerse de
alguna tenencia. Será difícil, en principio, porque los recursos mineros son de las provincias”.
China,
EEUU y su guerra por otros medios.
Ante la amenaza de que el gobierno actual pudiera subastar el norte argentino al mejor postor, surgieron algunas
propuestas orientadas a evitarlo. La
principal iniciativa se vincula con la creación
de la Empresa Federal de Litio, un intento de
las provincias que tienen el recurso de poder
decidir sobre el futuro de este activo. Se
trata de una alternativa posible, ya que, con la
reforma constitucional de 1994, el entonces presidente Carlos
Menem entregó a las jurisdicciones
los recursos mineros. Esta decisión, si bien fue
positiva para las provincias, en la práctica
trajo más problemas que soluciones: en la actualidad, el
escenario está caracterizado por un mosaico
de heterogeneidades, acuerdos
variopintos entre los diferentes gobiernos y las empresas internacionales. Si bien la nación
podría haber actuado para proteger los recursos
y ordenar el espectro de opciones, nada de eso ocurrió.
Más
allá de que el actual presidente esté interesado
en realizar esfuerzos para que Musk y el gobierno de Estados Unidos puedan
aprovechar el litio local, en paralelo, China ya está haciendo lo propio. Lo que aún significa
más: actualmente los salares están abarrotados
de firmas extranjeras.
“Hay salares que están en manos de empresas chinas, pero también coreanas,
alemanas, francesas, canadienses y australianas.
YPF posee tenencias muy menores y, con suerte, podría comenzar a
explotar litio en cinco años más o menos”,
detalla Fornillo.
El
nuevo gobierno,
sin embargo, ha pateado el
tablero en favor de Estados Unidos. Una
buena noticia para Washington que tiene los ojos
puestos en la región. A principios de 2023, la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, advirtió que una de sus
principales preocupaciones en relación a China es
la disputa por el litio. Alberto Fernández, por
su parte, se reunió con Xi Jinping a mediados de
octubre y mantuvo un encuentro con directivos de Gotion,
empresa china que fabrica baterías de litio y ya tiene inversiones en el país. Los fuegos cruzados
recién comienzan.
Chile y
Bolivia: los otros vértices del triángulo.
El litio es un recurso estratégico,
clave para las décadas que siguen, gracias a su
capacidad de almacenar energía limpia y
reemplazar a los combustibles
fósiles. Hoy el mundo encuentra su principal uso en baterías para celulares y automóviles
eléctricos. Argentina, Chile y
Bolivia conforman el
triángulo del litio y en total se estima que
concentran el 60% de las reservas.
De manera reciente, Chile presentó su Estrategia Nacional del Litio, basada en la articulación
público-privada. La empresa estatal Codelco
–la principal productora de cobre del planeta–
se asoció con la minera SQM, que detenta
experiencia en la explotación de litio, y
trabajarán juntas desde 2025 a 2060. Para
el presidente Gabriel Boric se trató de “un hito sin precedentes”, en la medida en que prevén
incrementar la producción del recurso de 168 mil toneladas en 2022 a 300 mil toneladas
anuales.
Bolivia, por su parte, inauguró su primera planta industrial de carbonato de litio y anunció que producirá 15
mil toneladas anuales; aunque el objetivo, hacia 2026, es llegar a las 100 mil toneladas. El mandatario Luis Arce calificó este acontecimiento como “histórico”, ya que contribuirá a acelerar la industrialización del mineral. En esta
línea, el gobierno firmó acuerdos para avanzar en la aplicación de tecnología de extracción
directa con compañías de China y Rusia.
De acuerdo a un estudio realizado por el propio Estado
boliviano, se afirma que dispone de 23 millones de
toneladas de litio
y, como resultado, se ubica como la primera
reserva mundial del recurso.
De las tres
puntas que conforman el triángulo, la
única que no hace nada es la argentina. El norte está en venta y ni siquiera un murmullo corta el
viento.
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