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Esta categoría es algo que
tiene más que ver con la “estabilidad económica futura” que
con un dato objetivo del nivel real de la población en el presente. Nos dicen
que por encima de determinado ingreso
usted deja de ser pobre y pasa a una categoría intermedia aún amenazada por las
oscilaciones económicas - los vulnerables- una condición que es preámbulo
de su ingreso a la clase media. En
el nivel “vulnerables” lo principal es que habría dejado de ser pobre. Y que en
perspectiva está su posibilidad de ingresar a la “nueva clase media”. Porque “la clase media en América Latina
creció y lo hizo de manera notable: de 100 millones de personas en 2000 a unos
150 millones hacia el final de la última década.” Una afirmación que se basa en algo que todavía no han demostrado: la
existencia de esa supuesta “nueva clase media”. Aquí lo importante es
determinar entre que niveles de ingreso definen a esos tres sectores que
abarcan al 98% de la población continental. Y no si esa situación será estable o no en un futuro indeterminado. Algo que los economistas del Banco Mundial no
se han caracterizado por prever. Para aquellos que buscan y no encuentran en su
país esa nueva “clase media emergente” nos alertan que: “Desde luego, la clase media emergente varía de un país a otro,
aunque hay un cierto número de elementos en común. Así pues, las personas que pasan a formar parte de la clase media
tienen un nivel educativo superior al de los que han dejado atrás. También es más probable que vivan en zonas
urbanas y tengan un empleo en el sector formal. En el caso de las mujeres
de clase media, es probable que tengan menos hijos y que estén más integradas
en la fuerza laboral que las mujeres
de los grupos pobres o vulnerables.” En
esta afirmación los términos claves son “más probable” y “probable” porque
no afirman nada de manera taxativa. En la primera frase se subordina el “empleo en el sector formal” a vivir en
“zonas urbanas”. En la segunda se somete la pertenencia a la supuesta “clase media” a que
las mujeres “tengan menos hijos” y “estén más integradas en la fuerza laboral”.
/////
Los
tramposos delirios de los tecnócratas del Banco Mundial.
¿“América
Latina: Brasil y la Nueva Clase Media”?.
*****
Miércoles
10 de abril del 2013.
Juan Luis
Berterretche (especial para ARGENPRESS.info)
En
el Prólogo del nuevo documento del Banco Mundial para América Latina, se nos
anuncia que han dejado de utilizar las categorías “demodé” sobre la pobreza.
Los percentiles del nivel de ingreso, o la obtención de una vivienda adecuada
con la posibilidad de acceder a servicios esenciales sirven como referencia,
pero lo principal es clasificar a la población en función de un nuevo y ambiguo
concepto: la seguridad económica: “entendida como una baja probabilidad de
volver a caer en la pobreza”.
Se nos adelanta que el documento en sus páginas “se propone una nueva definición de la clase media basada en la seguridad económica, que se aplica a la mayoría de países de la región.”.(1).
Se nos adelanta que el documento en sus páginas “se propone una nueva definición de la clase media basada en la seguridad económica, que se aplica a la mayoría de países de la región.”.(1).
Esta
categoría es algo que tiene más que ver con la “estabilidad económica futura”
que con un dato objetivo del nivel real de la población en el presente. Nos
dicen que por encima de determinado ingreso usted deja de ser pobre y pasa a
una categoría intermedia aún amenazada por las oscilaciones económicas - los
vulnerables- una condición que es preámbulo de su ingreso a la clase media. En
el nivel “vulnerables” lo principal es que habría dejado de ser pobre.
Y
que en perspectiva está su posibilidad de ingresar a la “nueva clase media”.
Porque “la clase media en América Latina creció y lo hizo de manera notable: de
100 millones de personas en 2000 a unos 150 millones hacia el final de la
última década.” Una afirmación que se basa en algo que todavía no han
demostrado: la existencia de esa supuesta “nueva clase media”. Aquí lo
importante es determinar entre que niveles de ingreso definen a esos tres
sectores que abarcan al 98% de la población continental. Y no si esa situación
será estable o no en un futuro indeterminado. Algo que los economistas del
Banco Mundial no se han caracterizado por prever.
Para
aquellos que buscan y no encuentran en su país esa nueva “clase media
emergente” nos alertan que: “Desde luego, la clase media emergente varía de un
país a otro, aunque hay un cierto número de elementos en común. Así pues, las
personas que pasan a formar parte de la clase media tienen un nivel educativo
superior al de los que han dejado atrás. También es más probable que vivan en
zonas urbanas y tengan un empleo en el sector formal. En el caso de las mujeres
de clase media, es probable que tengan menos hijos y que estén más integradas
en la fuerza laboral que las mujeres de los grupos pobres o vulnerables.” En
esta afirmación los términos claves son “más probable” y “probable” porque no
afirman nada de manera taxativa. En la primera frase se subordina el “empleo en
el sector formal” a vivir en “zonas urbanas”. En la segunda se somete la
pertenencia a la supuesta “clase media” a que las mujeres “tengan menos hijos”
y “estén más integradas en la fuerza laboral”.
De
inmediato el entusiasmo sobre la situación continental se desborda y contradice
todos los estudios económicos serios que analizan nuestra realidad: “...
América Latina y el Caribe han emprendido el camino para convertirse en una
región de clase media...” para luego hacer depender este promisorio futuro de
la voluntad de los dirigentes políticos latino americanos: “...aún queda mucho
por hacer. Los líderes regionales tendrán que seguir dedicando una atención
especial en materia de políticas a esa tercera parte de latinoamericanos que
siguen siendo pobres y, a la vez, trabajar en aras de la seguridad y la
prosperidad de los vulnerables.” (negritas nuestras)
Para
los “pobres” el Banco Mundial ya ha expresado sus recomendaciones: una política
asistencial que, como ya se pudo evidenciar, retorna en beneficios electorales
para los “progresistas” que la aplican, como “fome cero” o “bolsa familia” /2
en Brasil o el MIDES en Uruguay o los CCT (conditional cash transfers -
transferencias condicionales de dinero) /3 en México, Jamaica, Honduras,
Nicaragua, etc. Y sobre todo que descomprimen algo las tensiones sociales y
disciplinan a los excluidos o empobrecidos y los hace más dependientes de la
institucionalidad
“Nueva clase media es una necedad sociológica”.
El
forjador de la fórmula propagandista del surgimiento de una supuesta “nueva
clase media” fue el ex-presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Para la
filósofa Marilena Chauí /4 “la supuesta creación de una nueva clase media es
una necedad sociológica ya que lo que hubo fue una ampliación de la clase
trabajadora”. Y agrega: “En el capitalismo existen dos clases: burguesía y
proletariado/clase trabajadora.” Para ella la clase media no cumple una función
económica especial en el capitalismo, sino un rol ideológico “como correa de
transmisión de las ideologías de las clases dominantes”. Y afirma: “hasta los
intelectuales pertenecen hoy a la clase trabajadora”...”técnica y ciencia no
son hoy más que fuerzas productivas”. Esta posición con matices es mayoritaria
entre varios cuadros intelectuales disidentes del PT e incluso en sus filas. Y
es contradictoria con la posición oficial del gobierno.
El
gobierno de Lula da Silva y sus políticas asistenciales de lucha contra la
pobreza y la miseria, aumento relativo del salario mínimo, alguna protección
social y créditos para los sectores de menores ingresos, generaron un gran
dinamismo económico y una ampliación del mercado interno. Dinamismo muy oportuno
en medio de la gran crisis económica global del imperialismo. Todo ello se dio
sin la ruptura de la institucionalidad burguesa, como ya lo anunciara la Carta
a los Brasileños, firmada por Lula durante la campaña electoral de 2002. Estas
políticas que incluyeron la universalización de la electricidad, el acceso a la
universidad a través de cupos sociales y raciales y una fuerte creación de
empleo provocaron un relativo ascenso social de las capas más pobres y
excluidas históricamente de la sociedad.
Y
aquí es importante remarcar que esta orientación se hizo posible y se apoya en
algunos de los principales cambios económicos impulsados durante los dos
ejercicios de corte neoliberal de Fernando Henrique Cardoso. En efecto, las
privatizaciones de los servicios del Estado (transporte, salud, educación,
seguridad, limpieza, mantenimiento, obras públicas, telecomunicaciones,
energía, etc.) tanto crearon una nueva burguesía de servicios hija de las
privatizaciones -y sus coimas correspondientes a la clase política-, como un
nuevo proletariado mayoritariamente de servicios, con puestos de trabajo de
menores salarios y menos garantías y derechos que los del anterior proletariado
industrial. Este proceso de privatización ni se frenó ni revirtió, continuó
ampliándose durante las presidencias de Lula y la actual de Dilma Rousseff.
El
15 de agosto de 2012 -por ejemplo- la presidenta Dilma lanzó el Plan Nacional
de Logística (PNL) para la construcción de autopistas y ferrovías por la forma
de otorgar “concesiones” a empresarios y corporaciones. El PNL tiene los mismo
objetivos y procedimientos que los Programas de Aceleración del Crecimiento
(PAC I y II). Son planes privatizadores que favorecen en primer lugar a las
grandes constructoras globalizadas del país. Todas las obras públicas han sido
privatizadas y en especial la infraestructura de los Juegos Panamericanos de
julio 2007 en Rio de Janeiro -con las sobre-facturaciones correspondientes- y
las del Mundial de Futbol de 2014 en Brasil (en ejecución) y los futuros Juegos
Olímpicos del 2016 en Rio de Janeiro. En las obras de los estadios a usar en el
2014, participan también los capitales delictivos. La constructora Delta que
obtuvo la participación en la construcción de varios estadios tiene como socio
oculto al “bicheiro” (5) Carlinhos Cachoeira relacionado amistosamente a todo
el espectro partidario del Congreso brasileño y a varios gobernadores estatales.
Todo
el sistema de transporte público en los municipios, estados y la Unión está
estructurado en base a empresas concesionarias o permisionarias, así como los
contratos del Estado con las empresas de energía eléctrica, de telefonía y
telecomunicaciones. De igual forma se privatizaron (y extranjerizaron) la
explotación del subsuelo por las mineras, la explotación petrolera con las
aparcerías público-privadas o el sistema privado de radio y TV.
Es
este nuevo subproletariado que asciende socialmente y se integra al
proletariado el que ha dado los triunfos electorales al PT. Se trata de los
brasileños más pobres -en general excluidos del mercado capitalista-, que
tenían una relación distante con Lula (e incluso temían sus políticas por las
campañas de los grandes medios contra el líder sindical) y no apoyaban al PT,
cuya base se concentraba en los trabajadores organizados de grandes ciudades
como San Pablo y entre los sectores medios progresistas.
Para
el politólogo y ex-vocero de la Presidencia de la República André Singer, esta
transformación en la sociología electoral del PT se relaciona con un cambio
fundamental en el electorado y abre un ciclo político amplio. Singer hace un
paralelismo de lo ocurrido en Estados Unidos en el gobierno de Franklin Delano
Roosevelt en 1932, con Brasil en 2002, una típica elección de alternancia
devino en una nueva mayoría. En el contexto de un nuevo ciclo marcado por una
agenda asistencialista de “lucha contra la pobreza”, el lulismo sería el
encuentro de Lula, en tanto líder, con una fracción de clase, el
subproletariado. Mediante el empleo formal, el sub-proletariado alcanza la
condición proletaria y así el lulismo constituye la ruptura real de la
articulación anterior, al separar al subproletariado de la burguesía, y abre
posibilidades inéditas a partir de esta novedad histórica, con lo que crea un
“nuevo bloque de poder”. De acuerdo con Singer, ese subproletariado como
fracción de clase, a pesar de ser mayoritario, enfrenta dificultades para crear
sus propias organizaciones. Sin embargo, emerge con fuerza en la política con
el gobierno de Lula y, por su tamaño, se torna decisivo en las elecciones,
sobre todo en el Nordeste.
A diferencia de varios intelectuales del PT, la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la República (SAE/PR) define como “clase media” a quienes alcanzan un ingreso per cápita mensual de entre 291 y 1.019 reales (entre 141 y 500 dólares o entre 5 y 17 dólares diarios). De esta forma, 54% de la población brasileña pertenecería a esta supuesta “clase media”, y 30 millones (15% de la población) pasaron en la última década a un ingreso mensual per cápita superior a 250 reales (125 dólares o 4 dólares diarios). Esto se reitera en un estudio de la SAE, Vozes da classe média, realizado en colaboración con la Caixa Econômica Federal y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y con el apoyo de la Confederación Nacional de las Industrias (CNI) . Sobre la base de estos números la presidenta Rousseff se refiere de manera constante al objetivo de transformar Brasil en un país con una población de clase media.
A diferencia de varios intelectuales del PT, la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la República (SAE/PR) define como “clase media” a quienes alcanzan un ingreso per cápita mensual de entre 291 y 1.019 reales (entre 141 y 500 dólares o entre 5 y 17 dólares diarios). De esta forma, 54% de la población brasileña pertenecería a esta supuesta “clase media”, y 30 millones (15% de la población) pasaron en la última década a un ingreso mensual per cápita superior a 250 reales (125 dólares o 4 dólares diarios). Esto se reitera en un estudio de la SAE, Vozes da classe média, realizado en colaboración con la Caixa Econômica Federal y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y con el apoyo de la Confederación Nacional de las Industrias (CNI) . Sobre la base de estos números la presidenta Rousseff se refiere de manera constante al objetivo de transformar Brasil en un país con una población de clase media.
El énfasis en la
expresión «nueva clase media» y en su supuesto peso en la población -hoy
estaría integrada por más de la mitad de los habitantes de Brasil- oculta que
se trata de una supuesta “clase media” que tiene como ingresos entre menos de
la mitad (36%) de un salario mínimo y uno y 1/2 salario mínimo que, para 2013,
es de 678 R$ (unos 340 dólares), un valor incapaz de cubrir las mínimas
necesidades de una familia tipo.
La "mítica" clase media para el Banco Mundial. ¿existe? . Sí, pero la pobreza, el hambre, la miseria y la práctica permanente de la cultura de la basura. ¿Interesa o no al B.M?.
*****
¿Por qué esa insistencia en la “nueva clase media”?
Por
un lado los cuadros petistas y sus “intelectuales” anti-marxistas -o renegados
del marxismo- pretenden borrar toda política de clase en los gobiernos del PT.
Dándole el título de “clase media” a ese sector sumergido del subproletariado,
ansioso por acceder a necesidades mínimas, fue fácil impulsarlos a un
consumismo aturdido. Por otra parte la institucionalidad absorbió la mayoría de
la militancia petista que hacía trabajo de esclarecimiento entre los
trabajadores y el ascenso de ese subproletariado quedó huérfano de pensamiento
y análisis político y no fue más allá de un “lulismo” primitivo, que le rinde
electoralmente al PT. La fragmentación e institucionalización de las centrales
sindicales acompañó el proceso de despolitización como clase.
Por
otro lado con esa mistificación de “nueva clase media” no sólo se la desliga
del proletariado también se pretende ocultar la desigualdad como un rasgo
estructural del capitalismo brasileño, que continúa siendo muy acentuado. A
pesar de los elogios de las “instituciones internacionales” a los gobiernos del
PT por las mejoras a sectores populares, la más clara lectura de la situación
social de Brasil se puede sintetizar en pocas cifras: mientras que por su PIB
el país alcanzó el 6º lugar en la economía mundial, ocupa la 84º posición entre
189 países en el Índice de Desarrollo Humano mundial. El IDH, con limitaciones,
mide relativamente el grado de desigualdad del país. En la atención de salud
ocupa el lugar 72º y en atendimiento médico infantil ocupa el 35º lugar entre
161 países. El desempeño brasileño en salud es 40% más bajo que la media
internacional. Así que ese sexto lugar en la economía mundial no se refleja
directamente sobre el bienestar de la población.
Las
“políticas compensatorias” de la pobreza no consiguieron evitar que la
desigualdad se propague entre las futuras generaciones. Según la ONU, el 58% de
la población brasileña mantiene el mismo perfil social de pobreza entre dos
generaciones.”...” El 20% más rico de la población se queda con casi 60% de los
ingresos, y el ingreso promedio del 10% más rico es 40 veces superior al del
10% más pobre, sin olvidarnos de la profunda desigualdad en la estructura
agraria, en la cual 40.000 propietarios concentran 50% de las áreas cultivables.
Su estructura agrícola es la misma desde que el Brasil era imperio. ”Brasil es,
además, un país donde 30% de las viviendas no poseen ‘condiciones mínimas’:
agua tratada, saneamiento por red o fosa séptica, recolección de residuos y
electricidad”. Y donde se observa la continuidad de un arraigado racismo
institucional: a pesar de la considerable mejoría en el ingreso de la población
negra, en los últimos diez años la tasa de homicidios dentro de este grupo
aumentó, mientras que entre la población blanca disminuyó/13. Y esa situación
se agrava en las grandes ciudades con la deplorable “guerra contra las drogas”.
Además, nueve de cada diez puestos de trabajo creados en el sector formal
cuentan con una remuneración inferior a tres salarios mínimos. El rendimiento
promedio real trimestral de los asalariados, volvió a crecer luego del
desastroso resultado de la década de 1990, pero no acompaña la velocidad de las
ganancias patronales en productividad.
Lo
que permitiría cierta reducción a largo plazo de la desigualdad es
especialmente el acceso a la educación de calidad. En Brasil, por cada 100
habitantes sólo 9 poseen un diploma universitario. En el otro extremo de la
educación, está la baja escolaridad de la población relativamente pobre en el
medio rural, donde el 35,7% de la población adulta que vive en el campo tiene
menos de un año de estudio y 69,4% no completaron la antigua primaria (4to. año
escolar). Pero no sólo en el campo se encuentran las deficiencias educativas: a
fines de julio de 2012, IBGE divulgó un dato alarmante sobre la inclusión de
niños y jóvenes en la educación: 3% del total de niños y niñas brasileñas de 6
a 14 años se encuentran fuera de la escuela lo cual representa casi 1 millón de
excluidos de los bancos escolares. Si incluimos el contingente de 4 a 5 años y
de 15 a 17, el porcentaje aumenta para 8% o sea 3,8 millones de niños y
adolescentes. Ningún Estado del país consiguió hasta hoy incluir todos los niños
de 6 a 14 en la escuela.
Pero
quizá el principal freno a la superación de la desigualdad en Brasil ha sido el
abandono por el PT de su consigna de Reforma Agraria, para favorecer los
mono-cultivos de commodities para exportación. La reforma agraria es
imprescindible para la transformación de la propiedad de la tierra, que
garantice la soberanía alimentaria y la salud popular, evitando el éxodo rural
y la favelización en los grandes centros urbanos.
En
contrapartida de estos guarismos de desigualdad social hay sectores que
progresaron. El número de millonarios alcanzó en Brasil/2011 los 165 mil, 10
mil más que en 2010, un crecimiento de 6,2 por ciento, el mayor en términos
porcentuales registrado en esta materia en las principales economías del
planeta. Brasil está a la altura de Italia en la cantidad de millonarios.
En
Brasil la libre movilidad de capitales, los planes de crecimiento económico y
desarrollo infraestructural con inversión estatal privatizada y el impulso
mundializante a las empresas y bancos, es un excelente ambiente de
desenvolvimiento del capital imperialista. Entre el año 2003 de inicio del
gobierno del PT y 2011, se concretaron 4724 fusiones y adquisiciones de
empresas en el país. Con una tendencia permanente a aumentar estas
transacciones año a año y con una aceleración que se hace evidente al comparar
el primer trimestre de los dos últimos años. Casi el 50% de estas operaciones
implicaron capitales extranjeros (la mayoría de USA, Francia, Inglaterra y
Alemania) comprando empresas brasileñas. Mientras, las transnacionales
estadounidenses y europeas continúan el saqueo por medio de remesas de lucro y
dividendos a sus matrices, del pillaje cambiario, la expoliación de la deuda
pública y las diferencias de tasas de interés que aprovechan los capitales
especuladores.
Estas
impactantes realidades de la verdadera situación económica-social del país es
lo que intenta encubrir esa algarabía oficial alrededor de una supuesta “nueva
clase media” en Brasil. Y los tecnócratas del Banco Mundial comprendiendo la
“pillería” del PT adoptaron la idea y la generalizaron para todo el continente.
En la última década varios gobiernos están impulsando una fuerte inversión en Educación, pero recordemos que nuestro problema es muy complejo por su carácter estructural.
*****
El Banco Mundial: y la mítica “nueva clase media” continental.
En
un evento denominado “Café com Conjuntura” realizado en el Departamento
Intersindical de Estatística e Estudos Socioeconômicos – DIEESE - filial Santa
Catarina, en el mes de marzo de este año, con la concurrencia de varias decenas
de dirigentes de las centrales sindicales y de las federaciones y
confederaciones de trabajadores, intervine sobre la “nueva clase media” de
Latino América y el Caribe, según el Banco Mundial. Cuando suministré las
cifras que encuadrarían esa “nueva clase media” entre: 10 y 50 dólares diarios
de ingreso o entre 600 -menos de un salario mínimo actual en Brasil- y 3000
reales mensuales, hubo sólo sonrisas. Es que en realidad son caracterizaciones
y cifras que no se pueden tomar en serio. Una engañifa para que los pobres se
conformen con su miseria, otorgándoles un falso estatus que les daría cierto
prestigio de ubicación social. Algún sindicalista me señaló que recién por
encima de los 3000 R$ mensuales de ingreso podría hablarse de “clase media”,
pero ninguno de ellos “recordó” que la franja donde ubica la supuesta “nueva
clase media” el gobierno del PT, es más desvergonzada que las caracterizaciones
del Banco Mundial.
Para
los tecnócratas del Banco Mundial: “Tras décadas de estancamiento, la población
de clase media en América Latina y el Caribe ha aumentado en un 50% —de 103
millones de personas en 2003 a 152 millones (o un 30% de la población del
continente) en 2009. Durante este periodo, a medida que los ingresos de los
hogares crecían y la desigualdad tendía a disminuir en la mayoría de los
países, el porcentaje de la población pobre disminuyó notablemente, del 44% al
30%. En consecuencia, actualmente los porcentajes de la población de clase
media y de pobres en América Latina están igualados. Esta situación contrasta
con la que prevaleció (durante un largo periodo) hasta hace casi 10 años,
cuando el porcentaje de pobres equivalía aproximadamente a 2,5 veces el de la
clase media.”
Lo
importante es, en primer lugar, cómo el Banco Mundial clasifica de acuerdo a
sus ingresos a los distintos sectores de la población continental: Si situamos
el umbral de pobreza moderada para la región en US$4 al día, como suele hacerlo
el Banco Mundial...”el 68% de la población continental se ubica por debajo de
un ingreso de 10 dólares diarios y esos más de dos tercios de latinoamericanos
se dividirían en un “30,5% de la población que vive en la pobreza (entre 0 US$
y 4 US$ al día) y un 37,5% que vive entre la pobreza y la clase media (entre 4
US$ y 10 US$). Este segundo grupo es un segmento de la población que corre el
riesgo de volver a caer en la pobreza, con una probabilidad estimada superior
al 10%.” Por eso el BM los nombra como “vulnerables”. Resumiendo: entre 0 y 4
dólares de ingreso diario son denominados pobres (30,5%), entre 4 y 10 dólares
de ingreso diario serían vulnerables (37,5%) y por encima de los 10 hasta los
50 dólares de ingreso diario estaría la “clase media” que abarcaría un 30% de
la población continental. Hasta ahí tenemos 98% del total. El 2% restante
pertenece “a la clase de ingresos superiores (que vive con más de US$50 al
día), y a ellos nos referiremos indistintamente como los ricos o la élite.”
Esta
clasificación es un mamarracho sociológico, que sólo sirve para enchufarnos la
mentira de una “nueva clase media” continental. Por debajo de 10 dólares
diarios (o 600 R$ mensuales en Brasil, menos de un salario mínimo) debería
considerarse directamente sobrevivencia en la miseria del sub-proletariado.
Reconociendo que con 4 dólares diarios o menos se está en la categoría de la
inanición Y por encima del salario mínimo se trata de un extenso proletariado
que incluso puede tener ingresos superiores a los 50 dólares diarios en sus
capas privilegiadas de tecnócratas, burócratas o intelectuales (como afirma
Chauí). De modo que más del 30% de la población o es indigente o excluida de
cualquier acceso a las necesidades mínimas, otro 38% son trabajadores pobres
que ganan menos de un salario mínimo. Y ahí ya alcanzamos más de los dos
tercios de la población continental.
El término de “vulnerables” para los que tienen entre 4 y 10 dólares diarios de ingreso, los coloca en un nivel donde el peligro son los posibles futuros cambios económicos y no su actual situación miserable. Les aconsejaría a esos tecnócratas del BM que sobrevivieran por un año con el ingreso de los “vulnerables”, recomendándoles para su día a día que sólo se preocuparan de posibles oscilaciones económicas futuras que pudieran afectarlos. Con seguridad todos ellos reciben bastante más de 50 dólares diarios de ingreso, lo que permite y estimula hacer esas divagaciones despiadadas al servicio del Capital.
El término de “vulnerables” para los que tienen entre 4 y 10 dólares diarios de ingreso, los coloca en un nivel donde el peligro son los posibles futuros cambios económicos y no su actual situación miserable. Les aconsejaría a esos tecnócratas del BM que sobrevivieran por un año con el ingreso de los “vulnerables”, recomendándoles para su día a día que sólo se preocuparan de posibles oscilaciones económicas futuras que pudieran afectarlos. Con seguridad todos ellos reciben bastante más de 50 dólares diarios de ingreso, lo que permite y estimula hacer esas divagaciones despiadadas al servicio del Capital.
Para
una definición actual de clase trabajadora en América Latina y el Caribe
recomiendo la posición de Ricardo Antunes, en su “ensayo sobre la afirmación y
la negación del trabajo” donde definió con amplitud a la clase trabajadora
actual como la-clase-que-vive-del-trabajo. En primer término, esta definición
remarca el carácter de clase, es decir la define por el lugar que ocupa en la
producción y no por atributos propios separados de su ubicación subordinada en
la relación de producción capitalista. Esta definición de clase trabajadora
“incluye la totalidad de aquellos que venden su fuerza de trabajo teniendo como
núcleo central a los trabajadores productivos” pero incluyendo también a los
que el marxismo definía como “improductivos” por no crear plusvalía. En esta
noción ampliada de clase trabajadora, debemos incluir al conjunto de hombres,
mujeres y niñas/os que venden su fuerza de trabajo en cambio de un salario, sin
diferenciar si se trata de trabajo material o “inmaterial” o intangible. Se
trata entonces de una clase más heterogénea más complejizada y más fragmentada.
Lo que implica divisiones y contradicciones objetivas existentes que se
expresan en conflictos de intereses, determinados por la división social del
trabajo y por las tasas diferenciales de explotación. Esto dificulta la
formulación de consignas que unifiquen la acción de los diversos sectores. Es
esa heterogeneidad de la actual clase trabajadora que intentan atizar documentos
como el del Banco Mundial.
Lo
que ellos denominan clase media no es más que la capa superior de la clase
trabajadora con diferencias importantes entre los que ganan algo menos de un
salario mínimo en Brasil (10 dólares diarios) y los que reciben 3, 4 o más
salarios mínimos.
En
el 2% restante están los capitalistas (que quizá no lleguen al 0,1%): dueños de
fábricas y grandes empresas o corporaciones, banqueros y especuladores
financieros, terratenientes usurpadores de grandes territorios, empresarios de
la agro-industria o las mineras; y su gente de confianza: directores de
empresa, altos funcionarios de las corporaciones, administradores de los
bancos, burócratas gubernamentales, políticos profesionales, etc.
Banco Mundial: sus tecnócratas y burócratas reconocerán que América latina como continente es el de mayor desigualdad económico-social. ( pobreza, miseria, hambre, falta de servicios públicos (agua, luz, desagüe) pésima educación y servicios de salud, desempleo, sub-empleo, informalidad, inseguridad ciudadana, economía criminal, etc).
***
Queriendo borrar la memoria.
Cuando
hablan de las décadas de estancamiento en América Latina y el Caribe y los
altos porcentajes de pobreza que arrasaban los países hasta hace 10 años lo
mencionan como si se tratara de hechos ajenos a la actuación del Banco Mundial
y sus compinches imperialistas. “Olvidan” el incremento de las deudas públicas
de los países en la década del 70 que ellos promovieron aprovechando la
corrupción de las dictaduras militares que ellos mismos instalaron junto con el
FMI, el BID y el gobierno de EEUU. Se consideran no comprometidos con el saqueo
de las tasas de interés de la Deuda Pública en la década de los 80 con la que
fundieron varios países.
Relacionan
la mejora en la desigualdad social del continente con el crecimiento en el PIB
de varios países, sin asumir que la política del Banco Mundial respondía al
Consenso de Washington que aconsejaba los programas de ajuste estructural
(PAEs) que destruyeron varias economías latinoamericanas y con el que la troika
de Europa y el FMI están destruyendo las economías europeas.
Y
casualmente olvidan, también, que para que hubiera esos cambios continentales
limitados, pero favorables en LA, la población debió derrocar con
movilizaciones multitudinarias 11 presidentes que respondían a la orientación económica
del Banco Mundial y sus cómplices financieros internacionales y rechazar el
nefasto plan de saqueo, ALCA, promocionado por ellos.
Obviando
toda esa trayectoria funesta del banco, terminan el documento aconsejando un
cambio en el “contrato social continental” cuyo defecto principal sería una
seguridad social limitada para los sectores de menor ingreso y dispendiosa para
una élite de mayores recursos, a la vez que proveen malos servicios públicos de
salud y educación para el 70% de la población. Lo que, para ellos, conduce a la
clase media hacia servicios privados y profundiza la desigualdad. Con absoluta
hipocresía desconocen su responsabilidad tanto respecto al vaciamiento de los
recursos de la seguridad social, como en relación a las privatizaciones de los
servicios públicos que dejaron desatendidos a los más pobres.
Este documento del Banco Mundial debe leerse en conjunto con el documento de Naciones Unidas sobre la “urbanización de Latino América y el Caribe, “ONU Habitat”, de 2011, ya que son complementarios. El documento de los tecnócratas de Naciones Unidas tiene el objetivo de convencernos que en las ciudades latinoamericanas están las mejores oportunidades en trabajo, salud y educación para los “favorecidos” emigrantes de las zonas rurales del continente. El documento del Banco Mundial lo reafirma: la atractiva “nueva clase media” es principalmente urbana.
Este documento del Banco Mundial debe leerse en conjunto con el documento de Naciones Unidas sobre la “urbanización de Latino América y el Caribe, “ONU Habitat”, de 2011, ya que son complementarios. El documento de los tecnócratas de Naciones Unidas tiene el objetivo de convencernos que en las ciudades latinoamericanas están las mejores oportunidades en trabajo, salud y educación para los “favorecidos” emigrantes de las zonas rurales del continente. El documento del Banco Mundial lo reafirma: la atractiva “nueva clase media” es principalmente urbana.
Sería
ingenuo no relacionar toda esta cháchara de los tecnócratas internacionales con
la actual ofensiva imperialista territorial sobre el continente. Las
agro-industrias y sus corporaciones complementarias de herbicidas,
fertilizantes, semillas transgénicas y maquinaria agrícola y las mineras a
cielo abierto, propiedad en su mayoría de transnacionales, están contaminando y
destruyendo la biodiversidad del continente. Pretenden continuar en conflicto
con las comunidades indígenas y los campesinos sudamericanos y del Caribe y
seguir provocando el desplazamiento forzoso de la población rural continental.
Esta agresión imperial quiere ser disimulada tras la cortina de humo de los
"promisorios cambios sociales" continentales.
La
población en barrios marginales en Latinoamérica y el Caribe significaba el
30,8% como porcentaje de la población regional total en 2007. Es decir poco
menos de un tercio de la población urbana en la región, ya vivía entonces en
barrios marginales (favelas, villas miseria, poblaciones jóvenes, cantegriles,
etc. como se los llama en distintos países) que han seguido creciendo sin
descanso. Una urbanización que en realidad es la expansión de tugurios en los
márgenes de las ciudades.
Que
un tercio de la población urbana de Latinoamérica viva en barriadas miserables,
sin servicios públicos, en viviendas precarias, y con la inseguridad de estar
en la línea de fuego cruzado de “la guerra contra las drogas” es un detalle
menor. El BM ahora completa las fantasías. Hay una prestigiosa “nueva clase
media” latinoamericana que en su mayoría es urbana y posee todos los atributos
de tranquilidad frente a los vaivenes y barquinazos de las economías
nacionales. Y con una estupenda denominación que le aporta un halo de
superioridad sobre los “vulgares trabajadores”. Si además Ud. logró comprar a
crédito una TV de más de 40 pulgadas ya se puede sentir con propiedad como
integrante de la supuesta “nueva clase” pergeñada por los sabidillos
tecnócratas del Banco Mundial. Mientras tanto, América Latina y el Caribe sigue
siendo el continente más desigual del planeta, según Naciones Unidas.
Y,
con la colaboración de la mayoría de las élites latinoamericanas, a través de
la violencia, el fraude, la opresión y el saqueo que se despliegan abiertamente
sin ningún intento de ocultarlo, las prácticas depredadoras del imperialismo
continúan.
Como
contrapartida la población latinoamericana y del Caribe ha acumulado una gran
experiencia en cómo defenderse de la piratería de sus élites aliadas al
imperialismo y resiste decidida y consciente que la última palabra la tienen
los innumerables
movimientos que están batallando hoy en nuestra América por mejorar el presente
y defender el futuro de nuestras sociedades.
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Notas:
1) Ferreira, Francisco H.
G., Julian Messina, Jamele Rigolini, Luis-Felipe López-Calva, Maria Ana Lugo, y
Renos Vakis. 2013. Panorámica General: La movilidad económica y el crecimiento
de la clase media en América Latina. Washington, DC: Banco Mundial.
2) Casi la mitad del
Presupuesto Federal de Brasil programado para el año 2013 -exactos 42%- está
destinado al pago de la deuda pública brasileña. De los 2,4 billones (millones
de millones en español o trillones en inglés y portugués) de reales, 900
billones (unos 450 mil millones de U$S) se gastarán en el pago de intereses y
amortizaciones de la deuda, en cuanto están previstos por ejemplo, 71,7 miles
de millones para Educación o y 87,7 para la Salud o sea una doceava parte y un
décimo respectivamente del monto reservado para el pago de la deuda pública.
Para la reforma agraria se dispondría de 5 mil millones, es decir 180 veces
menos. En nueve días de pago de la deuda pública se supera el monto previsto
para un año entero del programa “Bolsa Familia” que atiende cerca de 13,5
millones de familias. Y que se calcula que aportó unos 30 millones de votos al
PT. Los datos presupuestarios/2013 fueron obtenidos en la nota de Maria Lucia
Fattorelli, coordinadora de la Auditoria Ciudadana, para Brasil de Fato, 17 09
2012.
3) El Banco Mundial
publicó, en agosto de 2003, su primer exhaustivo análisis del impacto de los
programas de CCT en México, Brasil, Honduras, Jamaica y Nicaragua, concluyendo
que ellos son “un medio efectivo para promover la acumulación de capital humano
en los hogares pobres”, y que muestran “clara evidencia de éxito en cuanto a
aumentar la tasa de inscripción escolar, mejorar la atención de salud
preventiva y elevar el consumo en el hogar”.
4) Marilena Chauí es
Profesora titular del Departamento de Filosofía de la Universidad de São Paulo
(USP) y ex-secretaria de Cultura de la Prefectura Municipal de São Paulo
(1989-1992), bajo la gestión de Luiza Erundina. Es una intelectual destacada
por su militancia petista -fue fundadora del PT- en la lucha anti-dictatorial.
Sus declaraciones fueron en el Fórum Café con Ideas en el Centro Cultural Oscar
Niemeyer, del Gobierno de Goiás, el 13 de marzo 2013.
5) “Bicheiro” es el
sobrenombre con que se conoce a los empresarios del juego clandestino. En la
actualidad son los banqueros de las máquinas caza-níqueles ilícitas
distribuidas en las favelas de Brasil. El nombre proviene del “jogo do bicho”
una quiniela y lotería clandestina muy popular que identificaba los números con
imágenes de diferentes animales.
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