LA ORGANIZACIÓN DE ESTADOS
AMERICANOS. OEA Y EL NUEVO SECRETARIO GENERAL.-
La política exterior que implementó durante su periodo constitucional el ex
presidente de Uruguay José “El Pepe”
Mujica, ahora su Canciller, asumirá responsabilidades en la presente
coyuntura compleja, tensa, múltiple, turbulenta, una crisis estructural, uno de
los organismos continentales más antiguos como es la Organización de Estados
Americanos, OEA – otrora el ministerio
de las Colonias de Estados Unidos – en los próximos 5 años será dirigido por el
ex canciller uruguayo Luís Almagro,
que a su vez tomará la posta del ex canciller y secretario general en ejercicio
actualmente el chileno José Miguel
Insulsa. Expresamos, una organización continental como la OEA en crisis
estructural, porque su crisis actual es multidimensional e histórica – una institución
muy enferma, que se encuentra en una sala de cuidados intensivos -. Es crisis financiera,
crisis social, crisis política, crisis de representación, crisis institucional,
producto de su larga etapa de silencio cómplice con los principales problemas
centrales en la vida política latinoamericana. Definitivamente ante su
incapacidad política frente a los principales problemas, básicamente políticos
en América latina y su clara dependencia
de la política del imperio norteamericano, en la última década ha sido
sustituida por otros organismos políticos y de Integración Continental; de
representación Sudamericana como la UNASUR
(la Unión de Naciones del Sur), así como a nivel continental, el CELAC (Comunidad de Estados de Latinoamericanos
y el Caribe).
El ex canciller
uruguayo Luis Almagro sustituirá en mayo al chileno José Miguel Insulza. Su trabajo principal será "rescatar en vida a un enfermo que se encuentra en la sala de cuidados intensivos". La OEA.
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El nuevo Secretario General,
el ex canciller uruguayo, Luís Almagro se plantea como tareas centrales de su
Administración continental, verdaderos retos políticos, con la
finalidad de “despertar” o tratar de “curar” al convaleciente, enfermo, que no tuvo el coraje y menos la capacidad
política – precisamente por su dependencia de la política norteamericana –
de asumir la defensa o por lo menos deslindar posiciones políticas con respecto
a los acontecimientos sociales,
económicos, políticos e institucionales centrales, que eran y siguen siendo
principales de su administración continental. El problema del bloqueo de Cuba – es histórico más de 50 años,
desde 1962, cuando renunció a ser parte de una institución que no tenía una
representación multilateral (acuerdos, cooperación e integración). Coyuntura latinoamericana, muy tensa,
turbulenta hasta violenta – en algunos países, en especial donde la
narco-política ha secuestrado a la democracia y convive con la propia política
gubernamental), otro escenario,(nuevo, después de 50 años de fracasos) desde
donde hace unos meses se viene tratando
este problema histórico entre ambos países -. Distensión política hoy entre
Estados Unidos y Cuba. La nueva Cumbre de las Américas a realizarse el próximo mes
en Panamá, escenario múltiple (mundo multipolar) donde estarán
presentes temas políticos muy candentes y de política intervencionista:
Venezuela y las políticas de seria amenaza de intervención del imperio. El mismo problema político de Cuba y su
presencia por primera vez en esta Cumbre.
La tensión política en su
conjunto es muy fuerte en América Latina, sobre todo por el intenso asecho
político de la derecha neoliberal contra los
gobiernos progresistas, nacionalistas y de izquierda democrática. La corrupción sigue “asesinando” las débiles
democracias y la narco-política secuestra el Estado. Visión política de
conjunto que conduce obligadamente a abordar el problema de los Derechos Humanos en el Continente, así
como el propio problema institucional – claras y tensas divergencias con
gobiernos como Ecuador y Venezuela –
como es la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, la CIDH, divergencias políticas que deben ser superadas
con la finalidad de que los Gobiernos – sea cual sea su origen y naturaleza
política – deben respetar la vigencia de los Derechos Humanos. Se pronunciarán – habrá la suficiente
capacidad política-institucional – sobre
la corrupción institucionalizada como práctica permanente de las políticas neoliberales,
así como la violación constante de la Libertad de Expresión en el continente, sobre la “dictadura política” que en
tiempos de democracia – ejercen los medios de comunicación, concentrados en
verdaderos poderes facticos y “partidos
políticos” muy activos y violentos en América latina. Esperemos si es que
logran recuperar al enfermo que hoy se encuentra en sala de cuidados
intensivos, víctima
de sus propios errores políticos, crisis estructural que se ha profundizado en
las últimas décadas.
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ALMAGRO ESTARÁ AL FRENTE DE LA OEA.
El Ex Canciller Uruguayo Luis Almagro, recibió
el apoyo unánime del continente americano.
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“No vengo a administrar
ninguna crisis, sino a facilitar y continuar una renovación”, dijo el dirigente
uruguayo tras ser electo secretario general del organismo. Impulsará una agenda
de diálogo con Cuba para lograr su regreso al bloque.
Página /12 jueves 19 de
marzo del 2015.
El ex
canciller uruguayo Luis Almagro recibió ayer el apoyo casi unánime del
continente americano para convertirse en el nuevo secretario general de la
Organización de los Estados Americanos (OEA), una organización necesitada de
cambios a la que prometió dotar de más realismo. Almagro, de 51 años,
sustituirá el próximo 26 de mayo al chileno José Miguel Insulza al frente de la
OEA, único organismo regional que reúne a todos los países del continente, a
excepción de Cuba. Precisamente, el dirigente uruguayo aseguró que cuando asuma
su cargo se esforzará por impulsar una nueva agenda de diálogo del organismo
con la isla para lograr su regreso a la institución, y otra con Venezuela para,
según señaló, curar algunas heridas. El ex canciller charrúa apostó además por
abrir una agenda de trabajo más profunda con Estados Unidos, de forma similar
al plan de cooperación abierto este año entre China y la Comunidad de Estados
de América Latina y el Caribe (CELAC).
Almagro se presentaba
como único candidato a las elecciones, celebradas mediante votación secreta en
una Asamblea General extraordinaria de la OEA, y recibió los apoyos de 33 de
los 34 Estados miembros de la organización, además de una abstención. “No vengo
a administrar ninguna crisis, sino a facilitar y continuar una renovación”,
dijo el electo secretario, que se comprometió a impulsar un diálogo político
con resultados tangibles durante su tiempo al frente de la OEA mandato que se
extenderá hasta mayo de 2020. Almagro renunció a buscar la reelección para un
segundo mandato en la OEA porque considera saludable que el organismo se
renueve cada cinco años. También reconoció que la OEA que heredará de Insulza
–quien lleva casi diez años al frente del organismo– dejó de ser un espacio
único de diálogo entre los países del continente, dado el creciente
protagonismo de foros como la CELAC
o la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
No obstante, se comprometió a mantener una coordinación cercana con esos otros organismos
regionales, en ocasiones más rápidos a la hora de reaccionar ante crisis
puntuales, y enfocar el maltrecho presupuesto de la OEA en las áreas que
considera prioritarias: la democracia, los derechos humanos, el desarrollo y la
seguridad.
Aun así, Almagro quiere
que la OEA sea la referencia política inmediata en el continente, para resolver
problemas y no para radicalizar conflictos, según dijo en una conferencia de
prensa. Además, confirmó su intención de lograr que Cuba, suspendida de la
organización continental en 1962 y que hasta ahora se ha negado a reintegrarse
en ella, cambie de opinión y se sume a la institución. “Creo que la OEA tiene
la obligación de seguir lo que ha sido el acercamiento entre Estados Unidos y
Cuba, tiene la obligación de generar una agenda positiva y de diálogo con Cuba,
con negociaciones que vayan acercando a las partes y que vayan resolviendo los
principales problemas pendientes que puedan haber entre Cuba y la OEA”, indicó.
A su vez, aseguró que
ese diálogo tendrá un punto de partida importante en la próxima Cumbre de las
Américas, que se celebrará en abril en Panamá y que contará con la presencia de
Cuba. Insulza expresó ayer su respaldo a ese objetivo, al confiar en que en los
próximos años se pueda restablecer la unidad completa del sistema
interamericano, con el regreso de La Habana a la OEA. Según el dirigente
chileno, la tarea que Almagro tiene por delante como próximo secretario general
de la OEA no es fácil, porque es de todos los países y debe conjugar distintas visiones
al tiempo que mantiene el respeto a los principios de la democracia. No
obstante, el actual titular de la OEA consideró que Almagro es probablemente la
mejor persona que podía haber sido elegida para poner en práctica esos
principios.
En la sesión donde
Almagro fue ungido resultó también electo como nuevo secretario general adjunto
de la OEA el actual embajador de Belice ante la organización, Néstor Méndez,
que recibió 24 votos frente a los 10 apoyos que obtuvo su rival, Bayney Karran,
de Guyana. En opinión de la directora de la organización civil Fundación para
el Debido Proceso (DPLF, por su sigla en inglés), la peruana Katya Salazar, el
hecho de que Almagro fuera el único candidato para secretario general
claramente muestra la debilidad de la OEA hoy en día. “Sin embargo, es
interesante que la nacionalidad de ese único candidato sea la uruguaya, porque
Uruguay, en los últimos años, de tanta confrontación ideológica, ha sido el
país prudente, tolerante, que trató de mantener las aguas calmadas”, señaló
Salazar.
Según la funcionaria
peruana, las organizaciones defensoras de derechos humanos en el continente
estarán atentas a la acción de Almagro, que “no ha sido muy vocal, muy
expresivo” sobre el rol que debe tener la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH). Al respecto, Almagro dijo ayer que la comisión debe tener una
cultura de diálogo con todos los países, incluidos aquellos más críticos con su
gestión, como Ecuador o Venezuela.
A la
sesión de ayer en la OEA asistieron 19 cancilleres del continente, entre ellos
los de México, Brasil, Colombia, Uruguay, Perú, Ecuador, Paraguay, Argentina,
Guatemala, Honduras, Panamá, Venezuela, Costa Rica y República Dominicana; además del
subsecretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken.
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