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IGNACIO RAMONET. DIRECTOR DE
“LE MONDE DIPLOMATIQUE”.- TELEVISIONES PÚBLICAS. RETOS PARA AMERICA LATINA.- “La televisión pública en cualquier país,
tiene vocación, al igual que la educación pública, de contribuir a la formación
de los ciudadanos, y a la transmisión de los valores humanistas emancipadores,
que son valores de paz, de ciudadanía, de democracia, de respeto, de justicia,
de cohesión social y solidaridad; pero está tarea de la televisión pública que
es tarea de la educación pública, resulta hoy cada vez más difícil, reflexionó
Ramonet. Que interesante sería que sólo se cumpliera un 10% no pedimos más, en
las condiciones de segundo nivel que cumplen o desempeña la televisión pública
– primero estatal – en muchos países arrinconada, sin presupuesto o simplemente
transformada en vocero del oficialismo de turno, realidad que definitivamente
hace perder calidad, interés y sobre todo CONFIANZA de la
Ciudadanía. Ahora si es Televisión pública privada, la situación en
definitivo va por otro camino, absolutamente diferente al que plantea en
conocido Maestro Universitario y
Director de Le Monde Diplomatique, con sede en París Francia. Ramonet es un
reconocido Científico Social, Comunicador, su opinión – no será compartida por
los neoliberales dueños del poder de los mass media, pero si es respetada. Los
medios de comunicación públicos privados hoy en los países de América latina en
general ejercen un verdadero poder político, sentado y fundado en la existencia
de una democracia mediática – dictadura de los medios, ante la ausencia o
crisis de los partidos políticos, incluso es tal la debilidad del gobernante de
turno, que logran con todo su poder, imponer su propia Agenda de gobierno.
Con una Maestría en
Ciencias de la Comunicación y también como Sociólogo, puedo modestamente
dar una Opinión sobre las Televisoras públicas, sobre su programación basura
(Alto contenido). Las corporaciones de la comunicación, no comparten
responsabilidad en la Educación Pública, menos asumen la forja del Sistema de
Valores, la construcción social de Ciudadanía. Los valores universales están
muy lejos de sus intereses. Sobre los derechos Cívicos, Ciudadanos y
Republicanos, están absolutamente en contradicción polarizada.
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La TV. pública en América Latina, sería algo definitivamente
distinto, superior, que solamente asumiera una entre las
muchas responsabilidades que nos señala el Dr.
Ramonet, solamente ayudara, contribuyera, apoyara el proceso educativo –
sacando de su programación la llamada televisión basura – pero como hemos
afirmado al inicio, el neoliberalismo como “doctrina”, como ideología y
política de la globalización, jamás estará dentro de sus planes y
responsabilidades contribuir en el proceso educativo de un país, respeto,
responsabilidad, forjar ciudadanía,
construir valores – en realidad son principios absolutamente incompatibles con
los intereses que persigue la televisión pública. Si su programación tiene un
fuerte contenido de “programación
basura” y de eso “vive” de eso gana inmensas cantidades de dinero”, en la
coyuntura mundial del capitalismo de
casino, capitalismo del desastre, (pero también es necesario enjuiciar con una
opinión definida a los auspiciadores, corporaciones y empresas, presas como
todos los propietarios de la comunicación de la ganancia fácil, rápida(la
codicia es su norte) está de por medio “La
Moda”, hoy transformada en “El Opio de los Pueblos”, en tiempos de la
globalización neoliberal, tiempos histórico y políticos del nuevo proceso del
capitalismo de la desposesión de los recursos naturales – Consenso de los Commodities” -. Pero si es importante señalar en
base a estudios sociológicos, politológicos, que los medios de comunicación, en
sociedades en crisis, en crisis de riesgo global – la anomia social es su
paradero final -, donde por ejemplo han entrado en crisis estructural profunda,
definitiva las formas actuales de “representación
política” de “organización política” – es decir los partidos políticos en
el modelo de representación y organización de la post-Segunda Guerra Mundial –
partidos políticos de las antiguas tendencias políticas de la Bipolaridad
Mundial – Socialismo-,capitalismo de la Guerra Fría, estas formas y modelos de
organización y representación entraron en crisis final.
Escenario múltiple, complejo, turbulento – Mundo Multipolar - que es
absolutamente “bien utilizado” “en forma ilegal”, por
los Medios de Comunicación- Los
políticos en crisis y descomposición moral final, son reemplazados por los “llamados líderes de opinión pública”,
por los “tecnócratas neoliberales, criollos, de la república empresarial” – en
nuestro país, miren un solo ejemplo el Ministerio de Economía y Finanzas – como
han logrado en base a su trabajo de la anti-política – convertir, transformar
la política en una “novela negra” llena de corrupción, contextos sociales
diversificados donde han logrado imponer no sólo una “verdadera” “dictadura mediática” sobre la base de la llamada
“democracia mediática, novelada”, democracia de papel, delegativa,
procedimental. Incluso en muchos países han caminado políticamente más allá,
logrando “dos éxitos políticos más”: han impuesto su propia Agenda de Gobierno – sentada en la
opinión del conjunto de opinologos (servidores y mercaderes puntuales de las
políticas neoliberales) y el despliegue
“fabuloso” con todo su poder, de los medios de comunicación: Televisión, radio,
diarios, revistas, etc. En otros países donde la política está absolutamente
corrupta y capturada por los poderes facticos de la economía criminal, se
encuentran en proceso de imponer una
“Política Única” y un Partido Único” – Miren que pasa en México, en
Colombia, en Brasil, en nuestro país, como logran imponer hoy su Partido
Político de los Medios Concentrados” un Monopolio mediático y un holding
productivo nacional y ramificado hacia América latina. Maestro Ramonet, sin duda alguna, en algún momento de nuestra
Historia – la historia que la volvemos a escribir los pueblos de Nuestra
América, el poder popular – la Nueva
Sociedad Civil, emergente – la Nueva Ciudadanía y sus nuevos Liderazgos
Comunitarios y para ellos sentaremos en la mesa del diálogo nacional – la
cultura del diálogo – para todos trabajar en una sola responsabilidad social y
política. De lo contrario, sentaremos en otra mesa de la justicia ciudadana y
participativa, pediremos y exigiremos explicaciones a los responsables y mandamases de turno por su
veneno mediático y su traición a los intereses de la Patria.
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“La televisión pública en cualquier país, tiene vocación, al igual que
la educación pública, de contribuir a la formación de los ciudadanos, y a la
transmisión de los valores humanistas emancipadores, que son valores de paz, de
ciudadanía, de democracia, de respeto, de justicia, de cohesión social y
solidaridad; pero está tarea de la televisión pública que es tarea de la
educación pública, resulta hoy cada vez más difícil, reflexionó Ramonet”.
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IGNACIO
RAMONET. TELEVISIONES PÚBLICAS: RETOS PARA AMÉRICA LATINA.
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ALAI.- América latina en Movimiento.
Viernes 20 de marzo del 2015.
Ignacio
Ramonet, doctor
en semiología, especialista en geopolítica, director del periódico Le Monde
Diplomatique en español, entre otras responsabilidades y méritos, realizó este
jueves 19 de marzo, en la sede de Ciespal en Quito, una conferencia
titulada Democracia y Medios de Comunicación.
Con
una amplia trayectoria y producción científica en este ámbito, el destacado
investigador reflexionó sobre el rol de las televisiones públicas, en
particular en los países progresistas de América Latina, frente al desafío del
ocaso de la televisión de masas.
La
televisión pública en cualquier país, tiene vocación, al igual que la educación
pública, de contribuir a la formación de los ciudadanos, y a la transmisión de
los valores humanistas emancipadores, que son valores de paz, de ciudadanía, de
democracia, de respeto, de justicia, de cohesión social y solidaridad; pero
está tarea de la televisión pública que es tarea de la educación pública,
resulta hoy cada vez más difícil, reflexionó Ramonet.
En
primer lugar por
las nuevas prácticas de acceso a los contenidos audiovisuales, sobre todos
entre las jóvenes generaciones. En segundo lugar por la creciente desconfianza
hacia los discursos políticos y las instituciones que los transmiten, en
particular en Europa en este momento.
El
investigador señaló que todos los estudios realizados en Estados Unidos o en
Europa indican que se está produciendo un cambio rápido, sobre todo entre los
jóvenes, que pasan de un consumo lineal de la televisión a un consumo diferido,
a un consumo a la carta, en una segunda pantalla, no en la pantalla de la
televisión, que puede ser la computadora, la tableta, o el teléfono celular
inteligente. O sea, que de receptores pasivos, los ciudadanos televidentes
están pasando a ser, mediante el uso masivo de las redes sociales,
productores-difusores o productores-consumidores, y ya no tienen una simple
función pasiva.
Con
respecto a los medios públicos, la
idea es crearlos y desarrollarlos. En el contexto latinoamericano, en algunos
países hubo que crearlos, y en otros se trata de que los gobiernos destinen
recursos para reforzar estas vías de comunicación. En muchos países, el monopolio de los medios de
comunicación no les daba la opción de elegir a los ciudadanos, dependían de la
televisión privada. Los gobernantes
que han propuesto que haya medios públicos, esencialmente han buscado proponer
otra opción, ofrecer una mirada diferente.
De
acuerdo con los resultados de investigación de la mexicana Ana Cristina Covarrubias, la red y el ciberespacio están cambiando
los modelos de uso de los medios de comunicación, y en particular de la
televisión.
La
tendencia de consagrar cada vez menos tiempo a la televisión es algo muy claro.
La era digital y la sociedad conectada son realidades probablemente de todas
las capitales del continente, por lo que estas nuevas formas de consumo no
deben ser ignoradas a la hora de establecer estrategias.
Una
de sus principales consecuencias es el declive del uso de la televisión, y el
aumento de otras formas de consumo. El gran monopolio que era la televisión
abierta está dejando espacio para otros medios en internet.
Los
estudios indican que seguirá habiendo momentos de audiencia masiva para ver la
televisión, pero en circunstancias muy particulares, y habrá una gran
sincronización social entre el momento en que está ocurriendo y el momento en
que la gente lo ve. Habrá millones de telespectadores que estarán frente a la
pantalla, pero en momentos de actualidad, de gran trascendencia, como pueden
ser los resultados de elecciones nacionales, catástrofes, atentados, eventos deportivos
de relevancia nacional o internacional. Precisa Ramonet, sin embargo, que hay que tener en cuenta que no se trata
solo de un cambio tecnológico y que lo que está ocurriendo con los medios de
comunicación tiene implicaciones diversas.
Algunas
son positivas, por ejemplo, las redes sociales favorecen el intercambio rápido
de información, ayudan a la organización de los movimientos sociales, permiten
la verificación de información, han dado paso a este fenómeno tan importante
como es wikileaks, ha permitido que
tengamos información que estaba oculta, entre otros.
Pero
también hay que considerar el hecho de que internet se está transformando y
está tomando el poder en las comunicaciones de masas las grandes empresas de la
galaxia internet, todas ellas estadounidenses que están dominando la
información planetaria.
Hoy
día, con la crisis de los medios tradicionales, los grandes grupos mediáticos
entran en crisis y se están desmoronando, pero en realidad el control de las
masas pasa ahora a estas grandes empresas que dominan las masas, el problema no
ha desaparecido, sino que se ha desplazado
Como
lo afirman Edward Snowden y
Julián Assange, todas estas
mega empresas acumulan información sobre nosotros, cada vez que usamos las
redes sociales. Una información que, o bien la comercializan a otras empresas
para analizar prácticas de consumo, o sencillamente las ceden a agencias de
inteligencia de EEUU, en particular
a la NSA, como lo demostró Snowden.
Vivimos
en una sociedad conectada, y estamos contentos de haber avanzado a una nueva
tecnología; pero no debemos olvidar que una sociedad conectada es una sociedad
espiada, y una sociedad espiada, es una sociedad controlada.
Evidentemente
nos damos cuenta que nos hemos lanzado a usar las redes sociales como una
solución fácil y agradable de una nueva sociabilidad, como un nuevo terreno
ganado de nuestra libertad; y que cada vez que usamos estas redes estamos dando
a instituciones lejanas las cadenas para que nos mantengan encadenados y
depender de ellos.
Todo
esto, como decía al principio, aumenta la desconfianza de los individuos hacia
el discurso de las instituciones, ya sean económicas, políticas, sociales,
aunque estas instituciones sean democráticas, como está sucediendo en España, y antes sucedió en Grecia.
En
algunos países, los fenómenos de corrupción, están nutriendo la abstención a la
hora de votar, o bien el voto va a los partidos extremistas de derecha.
Sectores enteros de la población, y entre ellos la mayoría de los jóvenes, no
se sienten representados y ya no creen en la palabra de muchos de sus
dirigentes. Estos dirigentes aún son legales, porque han sido elegidos
democráticamente, pero para muchos ciudadanos son cada vez menos legítimos,
aquellos que practican unas políticas antipopulares, que practican una
austeridad con sadismo económico y con gran desastre y sufrimiento social.
En
ese contexto tan rápidamente cambiante, y cada vez más apremiante, tanto desde
el punto de vista tecnológico como sociológico,
es que deben pensarse las políticas de la televisión pública, dirigidas en
particular a la juventud. En una perspectiva emancipadora, la televisión
pública tiene que encontrar un equilibrio entre sus 4 grandes misiones. Primero: la transmisión de
conocimiento. Segundo: la educación
a los valores cívicos. Tercero: la
iniciación al arte y a la cultura; y
cuarto: la formación a un pensamiento crítico.
El
sistema mediático privado, masivamente controlado por las grandes corporaciones
aún hoy día, no se propone ninguna de estas cuatro misiones. Incluso, podemos
afirmar que promueve, implícita o explícitamente, valores que están en
contradicción completa con las antes citadas; son los antivalores del
neoliberalismo: el individualismo, la admiración de la fuerza, el elogio de la
violencia y el culto del dinero.
En
lo que, debido a la evolución de las prácticas culturales, se ha convertido en
un mercado sin fronteras del consumo audiovisual, las televisiones públicas
deben competir en todas las plataformas con los medios privados mucho más
poderosos, e incluso deben enfrentarse a una situación de competencia desigual,
dada la proporción de recursos financieros entre los dos sistemas.
¿Cómo
ganar esta batalla? ¿Cómo pueden las televisiones públicas ganar esta batalla
en este contexto tecnológico, político, sociológico?
No
existen fórmulas únicas, a partir de un diagnóstico adecuado, se deben usar
todos los recursos de las nuevas tecnologías digitales, formatos, géneros,
juegos, cine de animación e incluso las series. Las televisiones públicas deben
privilegiar un tema al que los jóvenes son muy sensibles: el del imperativo ambiental
ante los peligros del cambio climático que amenaza el futuro del planeta.
Para
las televisiones públicas, enfrentadas a una competencia feroz, que es a menudo
de excelente calidad, el reto es colosal. Para vencerlo se requieren recursos
financieros, que el Estado debe esforzarse por procurar, pero quizá no sea este
el principal problema. Lo que importa, ante todo para el éxito de una TV
pública, es la capacidad de movilizar equipos de creadores, que den rienda
suelta a su capacidad e inteligencia creativa.
Los
imperios han comprendido desde siempre que la conservación de su hegemonía se
hace a través de la conquista de las mentes. De la misma manera que los pueblos
colonizados utilizaron los instrumentos políticos del colonizador para
combatirlo mejor y derrotarlo, las televisiones públicas no deben dudar en
tomar algunas herramientas de la industria del entretenimiento dominante para
promover sus valores emancipadores.
Esta
lucha es nacional e internacional. Por eso, desde CIESPAL, hacemos un llamado para
que se constituya en América Latina algo que no existe: una alianza de las
televisiones públicas. ATEPUNA se
llamaría: alianza de las televisiones
públicas de nuestra América. Esta alianza debe lanzar la contraofensiva
cultural que se impone. Esa contraofensiva deberá así mismo movilizar a los
creadores de todos los países de la región. Huelga decir que canales como TELESUR, Canal 22, Canal Encuentro, de
la televisión pública argentina, Bolivia TV, Ecuador TV, entre todos, son y
serán cada vez más vectores privilegiados de esta naciente y necesaria emancipación de las mentales,
tanto en Ecuador como en toda América Latina.
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