domingo, 15 de marzo de 2015

MARINA DEFENDIÓ A DILMA DEL EMBATE DESTITUYENTE.

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Si la izquierda política en los diferentes gobiernos latinoamericanos, no rompe en forma definitiva con la corrupción, el pueblo – sería en buena hora el pueblo organizado – pero por lo general es utilizado por diferentes caudillos, oportunistas de la derecha, que encendiendo un acontecimiento y convertirlo en todo un incendio político-social para tener la justificación de traerse abajo al gobierno elegido en procesos democráticos autónomos, transparentes. No se debe gobernar un solo día más si no se rompe radical y frontalmente con las prácticas cancerosas de la derecha y el propio neoliberalismo. Todos conocemos que el neoliberalismo lleva en sus entrañas la corrupción en sus diferentes prácticas o modalidades, igualmente todos conocemos que el dinero envilecido de los poderosos, de las corporaciones, de los poderes facticos, puede comprar, vender, hipotecar a políticos, funcionarios, dirigentes si es que no se tiene conciencia de responsabilidad política, es decir, de que estamos asumiendo el gobierno en condiciones absolutamente diferentes, totalmente distintas a las formas de gobernar que tiene la derecha neoliberal, de que para ellos es muy fácil envilecer, ensuciar, destruir un proceso político, una elección, un cargo representativo, (Diputados, Senadores, Presidente (incluye vice-presidentes, en Perú en los últimos años tenemos los ejemplos de actos de corrupción metidos “hasta el cuello” significó su renuncia inmediata y destitución). En Brasil tiene y debe de haber una limpieza política general de los políticos que estén comprometidos o sean parte del proceso de corrupción en sus diferentes modelos. Hay que acabar con el cáncer de la muerte en la política, o esa enfermedad acaba con todos nosotros. La cárcel, Presidenta Dilma es donde deben ir a parar una vez juzgados todos los corruptos. No hay término medio y menos consideración con los corruptos, hoy un mal social subterráneo por lo general en la política a nivel mundial. El neoliberalismo, señores logró coronar otra hazaña política: La mundialización de la corrupción en sus más distintas – hasta invisibles – formas, prácticas y estilos de actos, militancia hasta compromisos con la corrupción.

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MARINA DEFENDIÓ A DILMA DEL EMBATE DESTITUYENTE.
Apoyo de las dos veces rival de la actual Mandataria por la Presidencia de Brasil.
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También apoyaron a la presidenta el ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, y el presidente del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), Rui Falcao, horas antes de una marcha convocada para hoy por la oposición.

Página /12 domingo 15 de marzo del 2015.

La ex candidata a la presidencia de Brasil, Marina Silva, apoyó ayer a la presidenta Dilma Rousseff al criticar a los movimientos que piden la destitución de la presidenta alegando que con ese proceso no lograrán resultados positivos. También apoyaron a la mandataria el ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, y el presidente del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), Rui Falcao. Estas declaraciones fueron realizadas en el marco de las manifestaciones organizadas por la oposición previstas para hoy, en las que se protestará por las dificultades de la economía y el caso de desvío de fondos multimillonarios de la empresa estatal Petrobras.
Silva, que quedó tercera en la disputa electoral en 2014, defendió que se le otorgue al gobierno un plazo inicial para que Dilma demuestre por qué fue elegida. “Mucha gente saldrá a las calles para protestar. Hay una campaña pidiendo el impeachment de la presidenta que fue electa hace pocos meses. Comprendo la indignación y la revuelta, pero no me parece que ésa sea la solución. Tal vez el resultado no sea el pretendido retorno al orden, sino una profundización del caos”, escribió la ex senadora en su página web, reconociendo que la insatisfacción de la población pasa de la desesperanza a la desesperación.
La líder ecologista reconoció, no obstante, que el pedido de juicio político contra la mandataria sería, de hecho, una sanción al gobernante Partido de los Trabajadores (PT), fuerza política que integró durante muchos años y que abandonó cuando dejó el Ministerio de Medio Ambiente durante el gobierno del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. “El impeachment sería un castigo al PT, sin duda. Sería una respuesta en el mismo modelo creado por el partido cuando estaba en la oposición: gritarle fuera a cualquier gobierno, con o sin pruebas de corrupción, por el criterio ideológico de que eran gobiernos antipopulares o contrarios a los intereses de los trabajadores”, añadió.
Silva celebró que la oposición actúe con cautela respecto de los pedidos de salida de Rousseff, ya que la mayoría de los partidos de la oposición tomaron distancias con respecto a estas iniciativas. “El gobierno no es malo, pero tenemos la responsabilidad de mantenerlo, no e él, sino a la democracia”, dijo Silva.
Por su parte, el ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, afirmó que sería una equivocación profunda pedir la destitución de Rousseff sin ninguna base jurídica e inmediatamente después de celebrar elecciones. “Pedir la destitución huele a golpe y a una revancha de los partidos de la oposición por no haber asimilado la derrota en las elecciones del año pasado”, dijo. Según el ministro, la legislación brasileña establece un “hecho jurídico imputable” al presidente para iniciar un proceso de destitución, y recalcó que no hay nada que pueda ser imputado a Dilma.
En este sentido, el pasado jueves el partido opositor Solidaridad, creado en 2013, anunció que a partir del domingo promoverá una recolección de firmas para solicitar el proceso de destitución, y el viernes el diputado derechista Jair Bolsonaro presentó un pedido formal ante la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. Un pedido de esa naturaleza puede ser presentado por cualquier ciudadano brasileño, aunque debe ser admitido a trámite por la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, cuyo presidente, Eduardo Cunha, ya afirmó que se archivará de inmediato cualquier iniciativa de ese tipo.
El presidente del PT, Rui Falcao, rechazó ayer cualquier intento de destituir a Dilma. “Creemos que no podemos permitir que haya violencia ni un estímulo al ‘rompe-todo’ y ruptura de la legalidad. Tuvimos una elección. Quien quiera cambiar al presidente deberá esperar a (las elecciones de) 2018”, dijo el dirigente de izquierda, al comentar las protestas contrarias que encabezarán hoy distintos grupos opositores. “Las instituciones en Brasil están funcionando a pleno y sancionando a corruptos y corruptores”, expresó. Además, el presidente del PT anunció que la fuerza política se reunirá a fin de mes para analizar las protestas de mañana.
En las manifestaciones previstas para hoy, que se realizan en el marco de los festejos por los 30 años de la restitución democrática en el país, varios sectores pretenden demandar la destitución de la presidenta, aunque otros grupos tan sólo anunciaron su intención de protestar contra la corrupción o contra las medidas de recorte anunciadas por el gobierno. El presidente del Partido Social Democracia Brasileña (PSDB), Aécio Neves, convocó a los ciudadanos a salir a las calles para defender la democracia. “La calle es del pueblo, como el cielo es de los aviones. Por lo tanto, salga a la calle para defender la democracia”, dijo Neves en un video.

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