Para dicha sede, EE.UU. adicionalmente viene
exigiendo se le otorguen “amplias facultades” en
territorio cubano, que como ya es de suponer, las emplearía en subvertir a Cuba para “cambiar su régimen político”
desde el interior –como lo hizo en otros países-. A estas acciones del gobierno
de Barack Obama se suma la guerra política que viene aplicando contra Argentina
y Brasil, a fin de desestabilizar políticamente a ambos países y derrocar a sus
presidentas Cristina Fernández y Dilma
Rousseaff –respectivamente-. A estos actos inamistosos se adiciona el
incremento de sus bases militares en el Perú con la pérfida ayuda del
presidente Humala, desde las que pretendería agredir a otros gobiernos
“hostiles” a los intereses estadounidenses –Bolivia y Ecuador-. También son
reprobables los desfachatados y céleres esfuerzos que realiza en Centroamérica
el vicepresidente de EE.UU. Joe Biden,
para intentar desmembrar y desarticular a la “CELAC” antes de la fecha inicio de la Cumbre de las Américas. Para
ese fin Obama se propone adquirir por 5 mil millones de dólares los territorios
de Guatemala, Honduras y El Salvador, y convertir a esos países en un área neoliberal bajo
dominio estadounidense, a la que anuncia denominaría “La Alianza Para la
Prosperidad”.
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¿CUMBRE DE LAS
AMÉRICAS? ¿PARA QUÉ?.
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José Suárez Danós.
Rebelión martes 24 de marzo del 2015.
Cuando aún faltan tres
semanas para que se inicie la VII Cumbre de las Américas que EE.UU. auspicia en
Panamá, las inamistosas y beligerantes acciones emprendidas por Washington
contra Latinoamérica conducirían a que la cita termine siendo un notorio
fracaso político y profundice todavía más el aislamiento de EE.UU. en el
continente.
Peor aún, cuando existe la
sospecha que las insensateces apuradas por Washington contra países de
Latinoamérica, tendrían como propósito crear “las condiciones favorables” para
que Barack Obama proponga una agenda oculta establecida para esa cita.
Ella pretendería imponer al
continente un nuevo y avasallante “Consenso de Washington versión 2.0”, que
EE.UU. considera condición “sine qua non” para poder hegemonizar al resto del
mundo (dominar primero los países ubicados al sur de sus fronteras).
De allí que el 10 de abril
–inicio de la Cumbre- sea la fecha tope que Obama se habría trazado para
anunciar que finalmente ha terminado de “torcer los brazos” a gobiernos
latinoamericanos “rebeldes”, a la vez que continuaría amenazando a otros
gobiernos con emplear su “poder duro” desestabilizador, caso no sujetarse a sus
intereses.
Lo que en conclusión
pretendería el gobierno estadounidense es que los presidentes de la “Comunidad
de Estados de Latino América y el Caribe” (CELAC) lleguen a esa Cumbre
“rendidos” ante “su indispensabilidad”, para permitir con ello que su agenda
oculta sea aprobada “por consenso” en dicha reunión.
Es por esa razón que el
Premio Nobel de la Paz –Barack Obama- no ha dudado un momento en decretar
contra Venezuela una declaratoria de guerra plagada de pretextos baladíes,
propia del “proceso de ensoñación imperial” que viene afectando a la política
exterior de EE.UU.
La finalidad de la insólita
declaratoria de guerra es la misma que EE.UU se planteó antes de agredir
militarmente a otros países del mundo.
Y el objetivo propuesto es
derrocar mediante acciones compulsivas al gobierno democrático constitucional
de Venezuela –de Nicolás Maduro-, para apoderarse de los anhelados recursos
energéticos de ese país –emulando a los antiguos corsarios-.
Es así que las primeras
acciones de la agresión estadounidense se vienen dando ya a través del
Departamento de Estado, el cual viene intentando bloquear internacionalmente a
la empresa petrolera estatal “PDVSA”, para así poder suprimir recursos
económicos a la población de Venezuela y facilitar de este modo la intervención
militar del país.
Por otro lado se anuncia
que en Puerto Rico, EE.UU. ya apresta tropas de República Dominicana y Honduras
para realizar el “trabajo sucio” de la agresión, deduciéndose de ello que
serían latinoamericanos los que se inmolarían en aras del imperio de EE.UU.
Entonces, nos preguntamos
inicialmente, ¿es propio que Latinoamérica asista a una Cumbre propiciada por
el gobierno del país que va a ser su inminente agresor?
Para la misma Cumbre de las
Américas el gobierno de Obama aún se niega a satisfacer los petitorios
soberanos de Cuba para un real restablecimiento de relaciones diplomáticas.
Sin embargo, voceros
estadounidenses ya anuncian propagandísticamente -cual ficticio logro-, que
“antes del 15 de abril” estaría funcionando la nueva embajada de EE.UU. en Cuba
–su ansiado objetivo en estas tratativas-.
Para dicha sede, EE.UU.
adicionalmente viene exigiendo se le otorguen “amplias facultades” en
territorio cubano, que como ya es de suponer, las emplearía en subvertir a Cuba
para “cambiar su régimen político” desde el interior –como lo hizo en otros
países-.
A estas acciones del
gobierno de Barack Obama se suma la guerra política que viene aplicando contra
Argentina y Brasil, a fin de desestabilizar políticamente a ambos países y
derrocar a sus presidentas Cristina Fernández y Dilma Rousseaff
–respectivamente-.
A estos actos inamistosos
se adiciona el incremento de sus bases militares en el Perú con la pérfida
ayuda del presidente Humala, desde las que pretendería agredir a otros
gobiernos “hostiles” a los intereses estadounidenses –Bolivia y Ecuador-.
También son reprobables los
desfachatados y céleres esfuerzos que realiza en Centroamérica el
vicepresidente de EE.UU. Joe Biden, para intentar desmembrar y desarticular a
la “CELAC” antes de la fecha inicio de la Cumbre de las Américas.
Para ese fin Obama se
propone adquirir por 5 mil millones de dólares los territorios de Guatemala,
Honduras y El Salvador, y convertir a esos países en un área neoliberal bajo
dominio estadounidense, a la que anuncia denominaría “La Alianza Para la
Prosperidad”.
Pero Latinoamérica ya
conoció del doblez y la demagogia de Obama desde la Cumbre de las Américas del
2009, en la cual manifestó: “durante mi gobierno EE.UU. se relacionará con
América Latina a través de la cooperación y el respeto, pero para ello, es
necesario pasar las páginas de la historia a fin de poder avanzar hacia un
futuro de prosperidad”.
Audazmente, con ese
eufemismo proponía en aquél año a los presidentes de la región, “olvidar el
historial de décadas de agresiones de EE.UU. contra países del continente”.
Y en esa fecha los
presidentes latinoamericanos decidieron ser anuentes con la petición del
flamante presidente Barack Obama, en el criterio que su diferente etnia –negra-
introduciría “cambios” importantes en la política exterior de los EE.UU. hacia
Latinoamérica.
Pero la efímera esperanza
tuvo que ser enterrada prontamente, cuando el Nobel Obama comenzó a superar en
genocidios a su antecesor presidencial –George Bush-.
Hechos posteriores
demostrarían que el presidente de EE.UU. sólo se burló de los mandatarios de
Latinoamérica, al evidenciarse que sus propósitos eran tan iguales a los de
presidentes blancos del imperio norteamericano que aplicaron “la política del
garrote”.
En ese orden de cosas, entonces
surgen las interrogantes siguientes:
¿Qué lazos debe estrechar
Latinoamérica en la Cumbre de las Américas con EE.UU., el “Estado canalla” que
se burla del derecho internacional y ha decretado que agredirá militarmente a
Venezuela con el único fin de apropiarse de sus recursos naturales?
¿Deben asistir los
presidentes de Latinoamérica a una Cumbre en la que nuevamente serían
utilizados como “platea” para oír más engaños e imposiciones de parte del
presidente de EE.UU. que se presume “nuevo e indispensable emperador de América
Latina”?
Los niveles de agresión
impulsados por Barack Obama contra Latinoamérica dificultan ahora, incluso para
la diplomacia continental, retrotraer las cosas a su normalidad.
Medidas que ayudarían a
Barack Obama a encontrar la sindéresis, serían que Latinoamérica suspenda por
48 horas sus relaciones diplomáticas con EE.UU. a fin que ese gobierno
reflexione, y que la VII Cumbre de las Américas de Panamá, sea postergada hasta que se
confirme que los actos beligerantes de la potencia hayan cesado totalmente en
el continente.
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1 comentario:
La Segunda Marcha Oscar – Mandela en Nueva York 2015
Tendremos nuestra 2da Marcha Oscar – Mandela en Nueva York el lunes, 22 de junio de 2015. Empezaremos a marchar pacíficamente a las 9 AM desde Hunter College, en la calle 68 y Avenida Lexington, hasta la Calle 43. Haremos una izquierda para continuar marchando en dirección Este para llegar al parque Ralph Bunche (al otro lado de la Organización de Naciones Unidas).
Allí, repartiremos hojas sueltas para orientar al público sobre nuestro prisionero político Oscar Lopez Rivera y la relación colonial ente el gobierno de Estados Unidos y Puerto Rico. Estaremos en el parque hasta las 5 PM.
La mayoría de la gente no sabe que, todos los años, usualmente el lunes después del Día de los Padres, la Organización de Naciones Unidas (ONU) celebra una vista para discutir la descolonización de Puerto Rico. Los peticionarios usualmente se unen a nuestra protesta después que terminan sus ponencias.
La ONU determinó en el 1960, que el colonialismo es un crimen en contra de la humanidad. Desde entonces, la ONU ha emitido 33 resoluciones pidiéndole al gobierno de Estados Unidos (EEUU) que descolonice inmediatamente a Puerto Rico. EEUU ha ignorado esta voluntad de la comunidad internacional. ¿Qué tipo de democracia es eso?
El gobierno de Estados Unidos trata de mantener nuestra relación colonial la más secreta posible. Lo que nosotros estamos tratando de hacer es sacarla del closet. La ONU está en su tercera década tratando de erradicar el colonialismo del mundo. ¡Por favor, ayudemos!
La mayoría de gente tampoco no sabe que el Gobierno de Estados Unidos le saca 14 veces más dinero de lo que invierte en Puerto Rico. ¡Pero, para eso son las colonias!
Esta explotación salvaje le impide a Puerto Rico ofrecerle oportunidades a los puertorriqueños en Puerto Rico. Por eso es que tenemos más puertorriqueños afuera de su isla que adentro.
Oscar López Rivera ha estado encarcelado por 34 años por su lucha para descolonizar a su país. Por ser un crimen (el colonialismo), la ley internacional le da a Oscar el derecho de usar todo los medios necesarios para descolonizar a su nación. Nelson Mandela estuvo 27 años encarcelado por hacer exactamente lo mismo que Oscar. Por eso decimos, ¡Oscar López Rivera es nuestro Nelson Mandela!
Compañeros Unidos para la Descolonización de Puerto Rico invita al público a ser parte del tsunami de gente que será necesario para obligar al gobierno de Estados Unidos a excarcelar a Oscar y a descolonizar a Puerto Rico. ¡Nuestras protestas anuales son absolutamente necesarias porque, los que mantienen colonias no creen en la justicia para todos!
José M López Sierra
www.TodosUnidosDescolonizarPR.blogspot.com
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