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Pero el libro de García Linera se centra en el
desmentido de los supuestos que han orientado la campaña mediática de la
oposición, dentro y fuera de Bolivia, contra el gobierno. Entre ellos, uno que ha hecho circular la idea de que la carretera de
Tipnis –entre Cochabamba y el Beni– sería instrumento para la exportación
de productos brasileños hacia el Pacífico, valiéndose
del territorio boliviano. El libro demuestra, claramente, cómo la ruta se
inicia y llega a territorio boliviano como parte de la unificación nacional del
país –siempre fragmentado y dependiente–, en
este caso por Santa Cruz de la Sierra para la conexión entre Cochabamba y el
Beni, provincia en la que el gobierno desarrolla intensos proyectos
agrícolas que
liberarían la economía de la dependencia de la provincia cruceña. Por eso
mismo, García califica esa acusación de “farsa cantinflesca”.
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Álvaro García Linera, Vice-Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia.
El proceso boliviano
y sus conflictos.
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Por Emir Sader.
Página /12 Miércoles 3 de
octubre del 2012.
Las relaciones entre
desarrollo económico y protección ambiental cruzan, hoy, prácticamente todos
los procesos políticos latino-americanos, de un continente que necesita
absolutamente retomar altos niveles de desarrollo después de la fuerte y
prolongada recesión, para atacar su problema central, que es la desigualdad
económica.
Los gobiernos neoliberales
promovieron la desindustrialización y la apertura acelerada de los mercados
internos. Ahora que la demanda internacional cambió, la exportación de materias
primas –y entre ellas las energéticas– pasó a tener un papel central en la
pauta comercial de América latina.
Álvaro García Linera publica un libro que refuta
todas y cada una de las alegaciones de la oposición de su país y de sus
portavoces internacionales. A pesar de ser el más importante intelectual
latinoamericano contemporáneo y, al mismo tiempo, vicepresidente de la
República, se quieren censurar sus palabras, que denuncian el cerco cobarde que
se ejerce sobre el proceso boliviano. El título del libro es Geopolítica de la
Amazonia y el subtítulo: Poder hacendal patrimonial y acumulación capitalista.
Tuvo su lanzamiento en La Paz, al cual asistí, con un público básicamente joven
de alrededor de un millar de personas.
En el libro, García Linera
comienza exponiendo las transformaciones logradas por el gobierno en estos seis
años, que permiten decir que se trata de un proceso revolucionario, “una
revolución política, cultural y económica” según sus palabras. Transformaciones
en la apropiación del poder del Estado y en las propias formas de una toma de
decisiones caracterizan los profundos cambios políticos y culturales vividos
por Bolivia. Transformaciones en la propiedad de los principales medios de
producción –en el campo, en los sectores energéticos y también en sectores
industriales– marcan la revolución en el plano económico.
Pero el libro de García Linera
se centra en el desmentido de los supuestos que han orientado la campaña
mediática de la oposición, dentro y fuera de Bolivia, contra el gobierno. Entre
ellos, uno que ha hecho circular la idea de que la carretera de Tipnis –entre
Cochabamba y el Beni– sería instrumento para la exportación de productos
brasileños hacia el Pacífico, valiéndose del territorio boliviano. El libro
demuestra, claramente, cómo la ruta se inicia y llega a territorio boliviano
como parte de la unificación nacional del país –siempre fragmentado y
dependiente–, en este caso por Santa Cruz de la Sierra para la conexión entre
Cochabamba y el Beni, provincia en la que el gobierno desarrolla intensos
proyectos agrícolas que liberarían la economía de la dependencia de la
provincia cruceña. Por eso mismo, García califica esa acusación de “farsa
cantinflesca”.
Otro aspecto tiene que ver con
una supuesta imagen de Tipnis como una reserva virgen, que sería violada por la
carretera que el gobierno proyecta construir. El libro demuestra con hechos,
mapas y fotografías que esa región es intensamente explotada por grandes
empresas internacionales del sector de la madera, del ganado y la caza de yacarés,
entre otras actividades. Hay varios aeródromos clandestinos para esos fines,
así como un intenso turismo internacional. Así, la no presencia del Estado que
propugnan ONG internacionales y algunos movimientos indígenas, lo que defienden
no es la inexpugnabilidad de la reserva, sino la permanencia y extensión de
esas explotaciones, con la ausencia de control del Estado nacional boliviano.
Alvaro García Linera acusa a esas ONG y movimientos indígenas de defender de
este modo los intereses de las grandes empresas multinacionales y gobiernos
extranjeros. El poder es obstaculizado por esas empresas, por gobiernos de los
países centrales del capitalismo y por un bloque latifundista-empresarial que
explota materias primas de la región y por un conjunto de ONG que actúan en la
Amazonia boliviana.
Al final del libro, el autor
se concentra en el argumento de que en Bolivia –como también en otros países
progresistas de la región– se desarrollaría un modelo “extractivista”, que
resulta negativo para el desarrollo económico y social. Después de examinar
criterios clásicos de Marx sobre las formas de apropiación de la naturaleza por
la Humanidad, Alvaro García Linera concluye: “No existe evidencia histórica que
certifique que las sociedades industriales capitalistas sean menos nocivas
frente a la Madre Tierra que las que se dedican a la extracción de materias
primas renovables o no renovables”. Superar el extractivismo no es superar el
capitalismo. En esta fase se hace indispensable utilizar los recursos aportados
por la actividad primaria o exportadora controlada por el Estado para generar
los excedentes que permitan satisfacer las condiciones mínimas de vida de los
bolivianos y garantizar una educación intercultural y científica que genere una
masa crítica capaz de asumir y conducir los procesos emergentes de
industrialización y desarrollo económico. “Lo importante es reorientar el
sentido de la producción sin olvidar que también es preciso satisfacer las
necesidades básicas fundamentales, que fueron precisamente las que llevaron a
la población a asumir la construcción del poder del Estado. Que es justamente
lo que estamos haciendo en Bolivia”, dice García Linera.
Se trata por lo tanto de un libro esencial, sin el
cual no es posible comprender la actual fase del proceso boliviano y la raíz de
los conflictos que lo afectan.
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