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Adiós a la complacencia. Hace tan solo unos días,
la creencia popular era que Europa finalmente tenía la situación bajo control.
El Banco Central Europeo (BCE), al comprometerse a comprar los bonos de los
Gobiernos con problemas en caso necesario, había calmado los mercados. Todo lo
que los países deudores tenían que hacer, se decía, era aceptar una austeridad
mayor y más intensa —la condición para los préstamos de los bancos centrales— y
todo iría bien. Pero los abastecedores de creencias populares
olvidaron que había personas afectadas. De repente, España y Grecia se ven
sacudidas por huelgas y enormes manifestaciones. Los ciudadanos de estos países
están diciendo, en realidad, que han llegado a su límite: cuando el paro es
similar al de la Gran Depresión y los otrora trabajadores de clase media se ven
obligados a rebuscar en la basura para encontrar comida, la austeridad ya ha
ido demasiado lejos. Y esto significa que puede no haber acuerdo después de
todo.
Austeridad que ahora también se prolonga destructivamente hacia el sector privado. Iberia la línea aérea española entra en crisis - pero que fácil, es escribir o pronunciar la palabra crisis - pero que hay en el epicentro, sencillamente despidos, sí miles y millones de despedidos. Honestos y sacrificados trabajadores y ciudadanos que ahora pierden su trabajo, caen inexorablemente en la profundidad del desempleo y con ello sus familias también son sacrificadas por una política absolutamente equivocada y errada, que solamente favorece a un puñado, a una élite - creadora de la crisis - y que hoy se beneficia con todas las políticas del ajuste, reajuste, salvataje, austeridad, todas ellas conjuntamente "engordan" su ya llenos bolsillos, cuando los ciudadanos pagan con el nombre del Estado, con su dinero, toda la deuda pública y privada, que al final favorece íntegramente a los bancos.
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ESPAÑA: Seis mil
despidos en Iberia.
La línea aérea
española perdió 263 mil millones de euros en seis meses.
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Fuentes sindicales del sector de la aeronavegación de España precisaron
que la aerolínea presentará un recurso legal en noviembre para avanzar con su
idea de achicar personal en esa empresa. El plan de achicamiento incluye
despidos masivos.
Página
/12 martes 9 de octubre del 2012.
El sector de los
aeronavegantes suma despidos a la estadística de una desocupación cada vez más
preocupante en España. Para hacer frente a pérdidas operativas por 263 mil
millones de euros en el primer semestre del año, la compañía española de
aerotransporte Iberia está cerrando un plan de reestructuración de su plantilla
de empleados que contempla el despido de al menos seis mil empleados. Así lo
adelantaron fuentes sindicales del sector de la aeronavegación de España, que
precisaron que la aerolínea presentará un recurso legal en noviembre para
avanzar con su idea de achicar personal en esa empresa. El denominado
Expediente de Regulación de Empleo (ERE), procedimiento contemplado en la
legislación española mediante el cual una empresa en crisis busca obtener
autorización del Estado para suspender o despedir trabajadores, surge a partir
de la caída de la competitividad de Iberia.
Los sindicatos, encabezados
por la Unión General de Trabajadores (UGT), Comisiones Obreras (CC.OO.) y los
empleados del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla), trajinan
por estos días para construir un frente común que les permita afrontar el
posible despido masivo de trabajadores. Se espera además que el plan de
reestructuración también fije reducciones salariales en torno del 5 por ciento,
congele la antigüedad de los trabajadores durante los dos próximos años y
permita la supresión de la paga extra de abril en función de los resultados del
grupo. Asimismo podría afectar a las líneas de negocio de la compañía, que se
verían forzadas a vender las áreas de Mantenimiento e Ingeniería y permitir el
abandono de la división de asistencia en tierra a los aviones, con la sola
excepción del aeropuerto madrileño de Barajas. Esos servicios pasarían a ser
brindados por compañías extranjeras.
Según el diario ABC de España,
Iberia afronta el que será un mes determinante para la configuración de la
compañía. Arrinconada en el mercado español ante la competencia de las
aerolíneas low cost, que le suponen una sangría de 1,5 millón de euros de
pérdidas operativas al día (unos 263 millones de euros en el primer semestre),
la antigua aerolínea de bandera española tiene listo un plan de
reestructuración que presenta como único garante de su supervivencia. El medio
español afirmó ayer en su edición online que el propio consejero delegado de
Iberia, Rafael Sánchez–Lozano, envió una carta, a comienzos de agosto, a todos
los empleados en la que les anunciaba que la batería de medidas para sanear las
cuentas de la empresa afectaría “al tamaño de la compañía, a las condiciones
laborales de todos ellos y al volumen de empleo”. Las palabras del funcionario
fueron contundentes: la situación resulta de “verdadera emergencia” y exige
“importantes sacrificios”.
Desde entonces, miembros de la
comisión directiva se reunieron en dos ocasiones con los representantes de los
trabajadores. Lo hicieron el 20 de septiembre, con la celebración del Comité
Económico y Social de Iberia, y cinco días más tarde en un encuentro entre el
director de Recursos Humanos, José Luis Romero, y los representantes de
tripulación de cabina (TCP). En ambos casos, el mensaje mantuvo el tono de la
nota enviada por Sánchez-Lozano: la
compañía está estudiando sus opciones, sin precisar cuáles.
Apenas trascendieron datos
concretos, más allá del compromiso de Sánchez–Lozano de no plantear la
regulación en los términos de la nueva reforma laboral, según fuentes
sindicales. Esta normativa permite a la empresa indemnizar con 20 días por año
trabajado. Los trabajadores temen que el ERE venga acompañado de un riguroso
plan de ajuste. En concreto, los representantes de los empleados cifran los
excedentes de personal, si se aplican las medidas anteriores, en 350 pilotos,
850 TCP y 5200 empleados.
ABC señala que después de casi
medio año de tregua impuesta por parte del gobierno, los planes de
reestructuración amenazan con encender la mecha de las protestas. En este
sentido, los sindicatos advirtieron que esas medidas –nunca admitidas ni desmentidas
hasta el momento– pueden “constituir un escenario de extrema violencia”, un
caldo de cultivo propicio para nuevas movilizaciones. Por su parte, Sepla,
CC.OO. y UGT aseguraron que, durante la reunión con el propio Sánchez-Lozano,
transmitieron su apoyo a los planes de la empresa, siempre que permitan el
crecimiento de la compañía y se negocie con los empleados.
Impusieron además algunas
líneas: las posibles salidas de los trabajadores deben efectuarse mediante un
ERE voluntario y ceñirse a los acuerdos de mantenimiento de empleo que firmaron
los sindicatos de tierra y TCP durante la oleada de huelgas de comienzos de
año. Estos pactos establecían una prórroga de la garantía de trabajo hasta
2014, ampliable hasta 2015.
Además, las organizaciones
sindicales exigen recuperar las rutas cedidas a Iberia Express (la sociedad de
bajo costo propiedad ciento por ciento de Iberia), Vueling (en la que es
accionista mayoritaria) y Air Nostrum (que opera como franquicia en los vuelos
de corta distancia).
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