lunes, 8 de octubre de 2012

VENEZUELA: Ganó Chávez y le dedicó el triunfo a Cristina. Por qué ganó Chávez?.

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Los venezolanos lo votaron por primera vez cuando el país venía de un estallido social, el Caracazo, que provocó la implosión de su sistema político. Chávez, un militar con pasado golpista, ganó las elecciones de 1998 y asumió la presidencia, rompiendo con el bipartidismo y los famosos “acuerdos de caballeros” entre la AD y el Copei, que excluían a millones de venezolanos. Eso fue en 1999. Después ganó dos referéndum para imponer una reforma constitucional. Dos años más tarde fue reelecto bajo la nueva Constitución por un término de seis años. Durante esos seis primeros años Chávez enfrentó los embates de una oposición que por entonces no apostaba a los mecanismos democráticos. Golpe de Estado fallido, huelga petrolera y boicot a las elecciones legislativas fueron sus maniobras más llamativas. La prolongada huelga petrolera (diciembre de 2002-febrero de 2003) se convirtió en una pulseada por el poder real dentro de la empresa estatal, cuya burocracia había sido colonizada por las multinacionales de la industria. Las reformas y los quince mil despidos que siguieron a la huelga permitieron que Chávez redireccionara parte de los vastos recursos petroleros venezolanos para ayudar a vecinos pobres y así impulsar un proyecto de integración regional. Como un boomerang, las maniobras antidemocráticas terminaron golpeando a la oposición y fortaleciendo al presidente venezolano, que por entonces empezaba a mostrar los primeros resultados de sus programas de inclusión social. Las llamadas “misiones” de salud, educación y vivienda empezaban a sentirse en sectores marginales y largamente olvidados.
La oposición recién pudo reagruparse después de perder por veinte puntos un referéndum revocatorio en el 2004, y no presentarse a las elecciones legislativas del 2005, con la esperanza de deslegitimar la representación chavista. En su versión democrática y moderada se presentó a las elecciones del 2006 con el candidato Manuel Rosales, hoy asilado en Perú, acusado de enriquecimiento ilícito, y perdió por veinte puntos. Pero un año más tarde esa misma oposición derrotó a Chávez en un referéndum para cambiar la Constitución y permitirle la reelección indefinida al líder bolivariano. Chávez asimiló la derrota y volvió a la carga por la reelección indefinida en el 2009, pero a diferencia del 2007, se encargó de incluir en el proyecto la reelección indefinida de gobernadores y alcaldes. Así consiguió el apoyo que le había faltado en el 2007 y ganó el derecho a volver a presentarse como lo hizo ayer y cómo piensa seguir haciéndolo hasta el 2030.
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VENEZUELA: Ganó Chávez y le dedicó el triunfo a Cristina.
Con más de 10 puntos de ventaja, el Presidente venezolano ganó su cuarto mandato y llamó a la Unidad Nacional.
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Chávez consiguió un cuarto mandato con el 54,4 por ciento de los votos, frente al 44,9 por ciento que obtuvo Capriles.
Mercedes López San Miguel
Desde Caracas. Página /12 Lunes 8 de octubre del 2012.
“¡Le dedicamos este triunfo a Cristina –gritó un Chávez eufórico al anunciar su victoria en el balcón del Palacio Miraflores–, esta victoria es también la victoria del pueblo argentino, de la patria del Che, de Perón y de Néstor Kirchner.” El mandatario era aclamado por una multitud durante su discurso triunfal, donde anunció que había sacado más de diez puntos de diferencia a su competidor del centroderecha y que había ganado en 20 de los 24 estados.
El candidato Hugo Chávez Frías consiguió un cuarto mandato con el 54,4 por ciento de los votos frente al 44,9 por ciento que obtuvo el candidato Henrique Capriles de la Mesa de la Unidad Democrática. El anuncio fue realizado por la presidenta del Consejo Nacional electoral (CNE), Tibisay Lucena, pasadas las diez de la noche, y desató la euforia en la noche de Caracas.
De inmediato, comenzaron a escucharse fuegos artificiales y los simpatizantes del gobierno, vestidos con sus clásicas remeras rojas, salieron a las calles a celebrar a viva voz con el cantito “Uh, ah, Chávez no se va”. Minutos después las cámaras enfocaban el comando de Capriles, quien reconoció el resultado que le fue adverso. “Quiero agradecerles a los más de seis millones de venezolanos que hoy me dieron su confianza.” Cuando a eso de las once y media se asomó Chávez al balcón del Palacio Miraflores, la multitud gritó y aplaudió por más de siete millones de voces. El presidente levantó los brazos, envió besos a sus seguidores y empezó a cantar el himno junto a ellos. “¡Viva Venezuela, viva la revolución bolivariana, viva el 7 de octubre!”, dijo con rostro exultante. “Desde aquí le hago un reconocimiento a los casi 30 millones de venezolanos y venezolanas que habitamos la patria de Simón Bolívar. Un reconocimiento a los que no votaron por nosotros, por su talante democrático. Estoy seguro de que cada día estarán más de acuerdo con la constitución bolivariana.”
Chávez no dio abasto con las felicitaciones. “Felicito a la dirigencia opositora por reconocer la victoria del pueblo ( silbidos). Es importante para la paz de Venezuela, porque somos hermanos en la patria de Bolívar.” El líder bolivariano, entre sonidos de cornetas y aplausos, llamó al diálogo
“A los que andan promoviendo el odio, a los que han negado las cosas buenas de Venezuela, los invito al diálogo y el trabajo conjunto.”
¡Chávez, querido, el pueblo está contigo!
El mandatario celebró que ganaran en 20 de los 24 estados y advirtió que podrían ser 22 los estados en los que se impuso el Partido Socialista Unido de Venezuela, entre ellos Zulia, Trujillo, Carababo. “Estamos peleando cerradito en Miranda”, dijo, el estado que gobierna Capriles.
Uh, ah, Chávez no se va
“Hace rato conversé con la presidenta argentina, que muy emocionada le envió un saludo al pueblo venezolano. Ay la juventud argentina, la patria de Perón, de Néstor Kirchner. Le dije que esta victoria es también para la patria argentina y para América latina.”
Cerró su discurso pidiendo a Dios a que le dé vida y salud, siendo que tuvo que tratarse de un cáncer hasta mediados de año. Y se comprometió a ser cada vez un mejor presidente por los próximos seis años.
La participación masiva, que superó todo pronóstico y fue poco más del 80 por ciento, se había podido percibir en la recorrida por los centros de votación, que abrieron a las seis de la mañana y terminaron cerrando tarde en la noche. La fila de votantes en la entrada de un colegio en la barriada Catia daba vuelta la calle cuando aún no bajaba el sol. En esta zona popular de Caracas, que fuera epicentro de la resistencia al golpe de abril de 2002, se reproducía la fila zigzagueante en varios lugares de votación. A la salida de uno de ellos, una chica regordeta de nombre Marianellys Castillo contó que su opción fue por Chávez porque pensó en el futuro. “Apoyo a este gobierno porque me dio posibilidades de estudiar. Estoy estudiando Administración en la Misión Sucre” dijo la joven Marianellys. Junto a ella un muchacho de 35 años dijo que él también votó por la continuidad del gobierno bolivariano. “Capriles es el pasado. Cuando ellos gobernaban se llegó a comer comida de perros, en cambio ahora hay una red de alimentación y distribución de alimentos”, dijo Ramón Linares, analista en sistemas.
Mientras Chávez prometió profundizar el modelo de Socialismo de siglo XXI, su rival intentó llevar al extremo el roce personal con la gente para ganarse la confianza del electorado. En Catia, bastión chavista, el mensaje de Capriles logró algún adepto. “Voto por Capriles porque promete seguridad”, dijo Milena Acosta con su beba en brazos. La chica, de 24 años y madre de dos hijas, estaba estudiando enfermería. Insistió con el tema. “La delincuencia está fatal”, y reconoció haber votado por Chávez antes, en el referéndum revocatorio.
Una señora bajita recién salida de votar dijo que votó por el candidato de la Mesa de la Unidad “Quiero un cambio, aquí esto es un comunismo”, dijo María Márquez Viáfara, viuda, de 77 años. “Este país está pa’ bajo agregó Capriles es un muchacho joven y estudiado, tiene experiencia en política.” La señora se refería a que el candidato de oposición, de 40 años, es gobernador del estado de Miranda y anteriormente fue alcalde de Baruta y diputado de la Asamblea Nacional.
Apoyado en una pared con un gratti que decía “¡uh, 2012, ah!”, a metros de uno de los centros electorales de Catia, un joven de aspecto refinado leía el diario El Nacional, uno de los periódicos más importantes de Venezuela y de tradición opositora. “ Voté por Chávez. ¿Por qué leo El Nacional?, porque soy historiador de los medios”, dijo Eduard Avila, de 28 años. “Hay más oportunidades y prefiero la continuidad. Capriles sería una ruptura trascendental respecto de este gobierno. Tenemos 37 constituciones del país, por eso pienso que quien empieza un proceso lo tiene que terminar.”
Por la avenida Sucre se veían comercios cerrados por ser domingo y algunas casas de fachadas descoloridas se mezclaban con casas con pintura nueva, todas con rejas en sus puertas y ventanas. Parada en la puerta de una de ellas, una mujer de mediana edad mostró su dedo manchado en tinta y orgullosa dijo que votó por el candidato presidente. “Soy del voto duro de Chávez, desde 1998. Quiero que siga el proyecto de inclusión social, un proyecto para favorecer a las masas más necesitadas”, dijo Alba Alvarado, abogada y militar de 50 años de edad.
En otra barriada izquierdista de la capital, 23 de Enero, votó pasado el mediodía el presidente Hugo Chávez, quien llegó al colegio electoral junto a sus hijas y dos de sus nietos. Vestido con chaqueta azul oscuro saludó a una hinchada de seguidores que rodeaba su mesa de votación. Estaban allí presentes como observadores extranjeros invitados por el gobierno la senadora y primera dama de Uruguay, Lucía Topolansky, la Nobel de la Paz de Guatemala Rigoberta Menchú y la ex senadora colombiana Piedad Córdoba.
Luego, al responder a los periodistas, el presidente venezolano afirmó que su proyecto político, que se inició con su victoria en 1998, no depende de una sola persona. “No depende ya de Chávez, es un colectivo.... Por allá está Nicolás Maduro, está Elias Jaua”, dijo al referirse al canciller y el vicepresidente que lo acompañaban en el recinto.
Un ex asesor suyo, Juan Carlos Monedero, lo describió ante este diario como “una persona muy comprometida con su pueblo, un pueblo que no tuvo cien años de soledad, tuvo quinientos”. Chávez llegó a la presidencia con el mayoritario voto de los pobres, las clases medias y los excluidos, promoviéndose como el líder que cambiaría el clásico sistema bipartidista Acción Democrática y Copei que se alternó el poder en Venezuela desde 1958.
De admirable facilidad de palabras, su figura es seguida por simpatizantes dentro y fuera de su país. Dicen que ese don de la palabra puede tener que ver con su crianza en el pueblo de Sabaneta en Barinas, su estado natal: sus padres eran maestros y de ellos aprendió a enseñar. “Chávez hubiera sido un comunicador de primer orden. Aquí, en el mundo de la televisión, del cine, no hay un tipo como él”, dijo su ex jefe de campaña Alberto Muller Rojas en la biografía Hugo Chávez sin uniforme. En su discurso siempre abundaron las citas de Simón Bolívar y otros próceres de la independencia, siempre subrayó la necesidad de la integración latinoamericana y siempre se opuso al neoliberalismo en todas sus formas.
El proceso de cambio que encarnó Chávez desde hace catorce años apunta a redistribuir la renta petrolera. “Por allá, en los años ’60, comenzaron a repartir tierras y títulos. No llegó a los campesinos el beneficio del petróleo. No puede ocurrir más: ese es uno de los principios de la Constitución Bolivariana y Revolucionaria”, dijo el líder bolivariano en un discurso sosteniendo una carta magna tamaño miniatura. En un referéndum, la mayoría de venezolanos aprobó la nueva constitución en 1999. Era la primero de una serie de consultas populares que el gobierno de Chávez ganaría en estos años. Ayer, frente al balcón del pueblo, sus seguidores iban a celebrar hasta el alba la nueva victoria.





VENEZUELA: Presidente Chávez por qué ganó?.
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Santiago O’Donnell

Votaron los venezolanos y ganó Chávez. Y ahí se terminan las encuestas y los pronósticos y los relatos. Más allá del margen de diez puntos, si es mucho o poco, ganar ganó. Y si ganó por algo será. Lo conocen de sobra. Lleva trece años al frente de Venezuela y dice que quiere llegar a treinta. Tiene un programa, Socialismo Siglo XXI, que es una interpretación que el propio Chávez hace uniendo las enseñanzas de Marx con las de Jesús.
Los venezolanos lo votaron por primera vez cuando el país venía de un estallido social, el Caracazo, que provocó la implosión de su sistema político. Chávez, un militar con pasado golpista, ganó las elecciones de 1998 y asumió la presidencia, rompiendo con el bipartidismo y los famosos “acuerdos de caballeros” entre la AD y el Copei, que excluían a millones de venezolanos. Eso fue en 1999. Después ganó dos referéndum para imponer una reforma constitucional. Dos años más tarde fue reelecto bajo la nueva Constitución por un término de seis años. Durante esos seis primeros años Chávez enfrentó los embates de una oposición que por entonces no apostaba a los mecanismos democráticos. Golpe de Estado fallido, huelga petrolera y boicot a las elecciones legislativas fueron sus maniobras más llamativas. La prolongada huelga petrolera (diciembre de 2002-febrero de 2003) se convirtió en una pulseada por el poder real dentro de la empresa estatal, cuya burocracia había sido colonizada por las multinacionales de la industria. Las reformas y los quince mil despidos que siguieron a la huelga permitieron que Chávez redireccionara parte de los vastos recursos petroleros venezolanos para ayudar a vecinos pobres y así impulsar un proyecto de integración regional. Como un boomerang, las maniobras antidemocráticas terminaron golpeando a la oposición y fortaleciendo al presidente venezolano, que por entonces empezaba a mostrar los primeros resultados de sus programas de inclusión social. Las llamadas “misiones” de salud, educación y vivienda empezaban a sentirse en sectores marginales y largamente olvidados.
La oposición recién pudo reagruparse después de perder por veinte puntos un referéndum revocatorio en el 2004, y no presentarse a las elecciones legislativas del 2005, con la esperanza de deslegitimar la representación chavista. En su versión democrática y moderada se presentó a las elecciones del 2006 con el candidato Manuel Rosales, hoy asilado en Perú, acusado de enriquecimiento ilícito, y perdió por veinte puntos. Pero un año más tarde esa misma oposición derrotó a Chávez en un referéndum para cambiar la Constitución y permitirle la reelección indefinida al líder bolivariano. Chávez asimiló la derrota y volvió a la carga por la reelección indefinida en el 2009, pero a diferencia del 2007, se encargó de incluir en el proyecto la reelección indefinida de gobernadores y alcaldes. Así consiguió el apoyo que le había faltado en el 2007 y ganó el derecho a volver a presentarse como lo hizo ayer y cómo piensa seguir haciéndolo hasta el 2030.
Claro que los venezolanos saben que es probable que Chávez no llegue al 2030. Saben que ha sido operado en La Habana tres veces en los últimos dos años por un cáncer maligno. Rogándole a Dios por más vida, rodeado por su familia, lo han visto luchar contra el cáncer con valentía y emoción mientras enfrentaba una campaña electoral agotadora y al mismo tiempo gobernaba el país. Aunque el candidato opositor se vio más activo y dinámico durante la campaña, el sacrificio de Chávez seguramente jugó en favor de un voto emotivo que sumó para la victoria.
Pero también, y sobre todo, hay argumentos racionales para explicar el resultado. Es cierto, como dice la oposición, que hay fallas de gestión, que hay bolsones de corrupción, que hay falta de inversión, que hay inflación alta, que hay mucha inseguridad. El liderazgo hiperpersonalista de Chávez podrá oscilar entre el populismo y el autoritarismo.
Pero en la campaña Chávez pudo decir sin faltar a la verdad que durante su gobierno la pobreza se redujo a la mitad, la pobreza extrema se redujo a la mitad, se acabó el analfabetismo en Venezuela y se extendieron servicios y derechos políticos por primera vez a amplios sectores de la población.
La oposición presentó sus argumentos. Pudo hacerlo con libertad. Pudo ocupar espacios en medios masivos y convocar manifestaciones multitudinarias. Su candidato Henrique Capriles se definió como de centroizquierda y dijo que no iba a tocar las misiones de Chávez sino más bien convertirlas en ley. Dijo que no hace falta regalarles el petróleo a otros países cuando lo necesitan los venezolanos. Dijo que no hay que pelearse tanto con Estados Unidos.
Chávez contestó que Capriles es un corderito disfrazado que quiere hacer un tremendo ajuste y volver a entregarles el país a las multinacionales, aplicando recetas fracasadas de un neoliberalismo pasado de época.
Fueron unas elecciones limpias, pacíficas y multitudinarias. Venezuela, una vez más, eligió a Chávez.
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