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¿El
marxismo puede ser considerado como un fenómeno post-ideológico? Eric Hobsbawm.: Yo no he usado exactamente la
expresión “fenómeno post-ideológico” para
el marxismo, aunque es verdad que, actualmente, el marxismo dejó de ser el
principal sistema de ideas asociado a los grandes movimientos políticos de
masas en toda Europa. A pesar de
eso, pienso que sobreviven algunos pequeños movimientos marxistas. En este
sentido, hubo un gran cambio en el papel político que el marxismo desempeña en
la política de Europa. Hay otras partes
del mundo, por ejemplo América Latina, en que las cosas no pasaron del mismo
modo. A consecuencia de aquel cambio, en mi opinión, es que ahora todos
podemos concentrarnos más y mejor en los cambios permanentes que el marxismo
provocó, en las conquistas permanentes del marxismo.
Esas conquistas permanentes, en mi
opinión, son las siguientes.
Primero, Marx introdujo algo que fue
considerado una novedad y que todavía no se realizó completamente, a saber, la
creencia de que el sistema económico que conocemos no es permanente ni destinado
a durar eternamente; que es apenas una fase, una etapa en el desenvolvimiento
histórico que ocurre de un determinado modo y dejará de existir y convertirse
en otra cosa a lo largo del tiempo.
Segundo,
pienso que Marx se concentró en el análisis del específico modus operando, de
la forma como el sistema funcionó y desarrolló. En particular, se concentró en el
curioso y discontinuo modo a través del cual el sistema creció y desarrolló
contradicciones, que a su vez producirían grandes crisis. La principal ventaja del análisis que el marxismo permite hacer es que
considera al capitalismo como un sistema que origina periódicamente
contradicciones internas que generan crisis de diferentes tipos que, a su vez,
tienen que ser superadas mediante una transformación básica o alguna
modificación menor del sistema. Se trata de esta discontinuidad, de este asumir
que el capitalismo funciona no como sistema que tiende a auto estabilizarse,
sino que es siempre inestable y eventualmente, por lo tanto, requiere grandes cambios. Ese es el principal elemento
que todavía sobrevive del marxismo.
Tercero,
y considero que ahí está la preciosidad de lo que se podría llamar de fenómeno
ideológico, el marxismo está basado, para muchos marxistas, en un sentido
profundo de la injusticia social, de indignación contra la desigualdad social
entre los pobres y los ricos y poderosos.
Cuarto
y último, pienso que tal vez se debe considerar un elemento, que Marx tal vez no reconociese pero que estuvo
siempre presente en el marxismo: un elemento de utopía. La idea de que, de un
modo o de otro, la sociedad llegará a una sociedad mejor, más humana, de lo que es la sociedad en
la cual todos vivimos actualmente.
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Eric Hobsbawm, Historiador Marxista, Maestro de varias generaciones en todo el mundo. Ha muerto a los 95. Nuestro respeto y Admiración eterna.
***
HA MUERTO UN MARXISTA: El historiador
Eric Hobsbawm muere a los 95 años.
Nuestro Profundo respeto y admiración a
un Gran Maestro.
*****
Esther Addley.
The Guardián. Jueves 4 de octubre del 2012.
Muere tras
una larga enfermedad este marxista de toda la vida, cuya obra influenció a
generaciones de historiadores y políticos. Traducido para Tlaxcala por Manuel
Talens.
|
Eric
Hobsbawm, uno de los historiadores más importantes del siglo XX, ha muerto.
Hobsbawm, un
marxista de toda la vida cuya obra ha influenciado a generaciones de
historiadores y políticos, murió tras una larga enfermedad a primera hora de la
mañana del lunes en el Hospital Royal Free de Londres, ha declarado su hija
Julia. Tenía 95 años.
Los cuatro
volúmenes de Hobsbawm sobre la historia de los siglos XIX y XX, que abarca la
historia de Europa desde la Revolución Francesa hasta la caída de la URSS,
están considerados como una de las obras definitorias de este período.
Su colega
Niall Ferguson, asimismo historiador, ha definido este cuarteto, desde La
era de la revolución hasta La era de los extremos (publicado en
1994), como “el mejor punto de partida que conozco para cualquiera que desee
empezar a estudiar la historia moderna”.
Hobsbawm
recibió el sobrenombre de “gurú Neil Kinnock” en la década de 1990, tras haber
criticado al Partido Laborista por no seguir el ritmo de los cambios sociales,
e inspiró el nacimiento del Nuevo Laborismo, aunque más tarde se declaró
decepcionado con el gobierno de Tony Blair.
El
líder laborista Ed Miliband consideraba a Hobsbawm “un historiador
extraordinario, un hombre apasionado por sus ideas políticas y un gran amigo de
mi familia”. Tras su muerte ha declarado lo siguiente:
“Sus obras históricas aportaron cientos de años de
historia británica a las vidas de cientos de miles de personas, ya que sacó a
la historia de la torre de marfil en que se encontraba. ”Pero no sólo era un académico, también se
preocupaba profundamente por el rumbo político del país.
”De hecho,
fue uno de los primeros en destacar los retos que la cambiante naturaleza de
nuestra sociedad impusieron a los laboristas a finales de los años setenta y
ochenta. ”Fue también un hombre encantador, con quien tuve algunas de las
conversaciones más estimulantes y desafiantes sobre la política y el mundo.
Vaya desde aquí mi más sentido pésame a su esposa Marlene, a sus hijos y a toda
su familia.”
Sin embargo,
el compromiso que Hobsbawm observó durante toda su vida con los principios
marxistas lo convirtió en una figura controvertida, en particular a causa de su
pertenencia al Partido Comunista británico, que continuó incluso después de la
invasión soviética de Hungría en 1956. Muchos años después declaró que que
“nunca había tratado de dulcificar las cosas terribles que sucedieron en
Rusia”, pero que en los primeros tiempos del proyecto comunista había creído
que “un mundo nuevo estaba naciendo en medio de lágrimas, sangre y horror: la
revolución, la guerra civil, el hambre. Gracias a la ruptura de Occidente,
teníamos la ilusión de que incluso aquel sistema brutal y experimental iba a
funcionar mejor. Era aquello o nada.”
Hobsbawm
nació en 1917 en una familia judía en Alejandría (Egipto) y creció en Viena y
Berlín hasta 1933, cuando su familia se trasladó a Londres tras la subida de
Hitler al poder en Alemania. Estudió en la Marylebone Grammar School y en el
King’s College (Cambridge) y se convirtió en profesor en la Universidad de
Birkbeck en 1947, año que fue el inicio de una asociación de por vida que
culminó con su nombramiento como Presidente de la institución académica. En
1978 se convirtió en miembro de la Academia Británica y fue galardonado con el Companion
of Honour en 1998.
Lo
sobreviven su esposa Marlene, su hija Julia, y sus hijos Andy y Joss, además de
siete nietos y un bisnieto.
Eric Hobsbawm. Hay
un indudable renacimiento del interés público en Marx en el mundo
capitalista, sin embargo, probablemente no todavía en los nuevos miembros de la
Unión Europea de Europa del Este. Este renacimiento, fue probablemente
acelerado por el hecho de que el 150 aniversario de la publicación del
Manifiesto del Partido Comunista coincidió con una crisis económica
internacional particularmente dramática en medio de un período de
ultra-rápida globalización del libre mercado.
***
ERIC HOBSBAWM: Sobre el
Marxismo Hoy.
Nuestro
Homenaje al Insigne Maestro Historiador
Marxista.
*****
El blog de Beppe Grillo entrevistó
telefónicamente a Eric Hobsbawm el día en que el historiador cumplía 94 años.
Hobsbawm estuvo en Roma para la presentación de la traducción al italiano de su
último libro How to Change the Word – Why rediscover the inheritance of
marxismo [1].
Sobre
el marxismo hoy
Eric
Hobsbawm: Soy Eric Hobsbawm, un
historiador muy viejo. Por casualidad os he llamado en el mismo día en que
celebro mi cumpleaños 94. Durante toda mi vida escribí principalmente sobre la
historia de los movimientos sociales, la historia general de Europa y del mundo
en los Siglos XIX y XX. Pienso que todos mis libros están traducidos al
italiano y algunos fueron hasta bastante bien recibidos.
Blog:
¿El marxismo puede ser considerado como un fenómeno post-ideológico? E.H.: Yo no he usado exactamente la
expresión “fenómeno post-ideológico” para el marxismo, aunque es verdad que,
actualmente, el marxismo dejó de ser el principal sistema de ideas asociado a
los grandes movimientos políticos de masas en toda Europa. A pesar de eso,
pienso que sobreviven algunos pequeños movimientos marxistas. En este sentido,
hubo un gran cambio en el papel político que el marxismo desempeña en la
política de Europa. Hay otras partes del mundo, por ejemplo América Latina, en
que las cosas no pasaron del mismo modo. A consecuencia de aquel cambio, en mi
opinión, es que ahora todos podemos concentrarnos más y mejor en los cambios
permanentes que el marxismo provocó, en las conquistas permanentes del marxismo.
Esas conquistas permanentes, en mi
opinión, son las siguientes. Primero,
Marx introdujo algo que fue considerado una novedad y que todavía no se
realizó completamente, a saber, la creencia de que el sistema económico que
conocemos no es permanente ni destinado a durar eternamente; que es apenas una
fase, una etapa en el desenvolvimiento histórico que ocurre de un determinado
modo y dejará de existir y convertirse en otra cosa a lo largo del tiempo.
Segundo,
pienso que Marx
se concentró en el análisis del específico modus operando, de la forma como el
sistema funcionó y desarrolló. En particular, se concentró en el curioso y
discontinuo modo a través del cual el sistema creció y desarrolló
contradicciones, que a su vez producirían grandes crisis.
La principal ventaja del análisis que
el marxismo permite hacer es que considera al capitalismo como un sistema que
origina periódicamente contradicciones internas que generan crisis de
diferentes tipos que, a su vez, tienen que ser superadas mediante una transformación
básica o alguna modificación menor del sistema. Se trata de esta
discontinuidad, de este asumir que el capitalismo funciona no como sistema que
tiende a auto estabilizarse, sino que es siempre inestable y eventualmente, por
lo tanto, requiere grandes cambios. Ese es el principal elemento que todavía
sobrevive del marxismo.
Tercero, y considero que ahí está la
preciosidad de lo que se podría llamar de fenómeno ideológico, el marxismo está
basado, para muchos marxistas, en un sentido profundo de la injusticia social,
de indignación contra la desigualdad social entre los pobres y los ricos y
poderosos.
Cuarto
y último, pienso que tal vez
se debe considerar un elemento, que Marx tal vez no reconociese pero que estuvo
siempre presente en el marxismo: un elemento de utopía. La idea de que, de un
modo o de otro, la sociedad llegará a una sociedad mejor, más humana, de lo que
es la sociedad en la cual todos vivimos actualmente.
¿Una
deriva a la derecha en Europa?
Blog: En el norte de África y en algunos
países europeos –España, Grecia e Irlanda– algunos movimientos de jóvenes que
nacieron en la Internet y usan redes, por ejemplo twitter y facebook, están
aproximándose a la política. Son movimientos que exigen más compromisos y
cambios radicales en las opciones de las sociedades. Pero al mismo tiempo,
España, Hungría y Finlandia giran a la derecha, Dinamarca cierra sus fronteras
desconociendo el Acuerdo de Schengen, y en Francia el partido ultranacionalista
podría ganar las elecciones presidenciales. ¿No es una contradicción?
E.H.: No. No lo creo. Pienso que son
fenómenos diferentes. Pienso que, en la mayoría de los países occidentales,
hoy, los jóvenes son una minoría políticamente activa, sobre todo por la forma
en que está estructurado el sistema educativo actual. Por ejemplo, los
estudiantes siempre fueron, a lo largo de dos siglos, elementos activistas. Al
mismo tiempo, la juventud educada actualmente está mucho más familiarizada con
las modernas tecnologías de información, que transformaron la agitación
política transnacional y la movilización política transnacional.
Pero hay una diferencia entre a)esos
movimientos de jóvenes educados en los países de occidente, donde, en general,
toda la juventud es fenómeno de minoría, y b) movimientos similares de jóvenes
en países islámicos y en otros lugares, en los que la mayoría de la población
tiene entre 25 y 30 años. En esos países, por lo tanto, mucho más que en
Europa, los movimientos de jóvenes son políticamente mucho más masivos y pueden
tener un mayor impacto político. El impacto adicional en la radicalización de
los movimientos de la juventud ocurre porque los jóvenes hoy, en períodos de
crisis económica, son desproporcionadamente afectados por el desempleo, y por
consiguiente, están desproporcionadamente insatisfechos. Sin embargo, no se
puede adivinar el rumbo que tomarán esos movimientos, Pese a todo, los
movimientos de esa juventud educada no son, políticamente hablando, movimientos
de la derecha. Pero ellos solos, por sus propios medios, no son capaces de
definir el formato de la política nacional y todo el futuro. Creo que, en los
próximos dos meses, asistiremos a los desdoblamientos de ese proceso.
Los jóvenes iniciarán grandes
revoluciones, pero no serán ellos los que necesariamente decidirán la dirección
general por la que andarán esas revoluciones. Cada dirección, claro, depende
del país y de la región. Obviamente, las revoluciones serán muy diferentes en
los países islámicos, de lo que son en Europa, o por cierto, en Estados Unidos.
Y es verdad que en Europa y
probablemente en Estados Unidos puede haber una deriva a la derecha en la
política. Pero eso, me parece, será un asunto de la tercera pregunta.
La
crisis económica
Blog: Sí, la pregunta es sobre la crisis
económica en que vivimos desde 2008. Las crisis de 1929-1933 llevaron al
fascismo al poder. ¿Prevé algún riesgo de que la crisis actual tenga los
efectos que tuvieron las crisis de 1928, 1929,1933?
E.H.: Bien, no hay dudas de que la crisis,
la crisis económica que se arrastra desde 2008 tiene mucho que ver con la
deriva a la derecha en Europa. Pienso que hoy son cuatro las economías en
Europa, en la Unión Europea, que están bajo gobiernos de centro o de izquierda.
Algunas de ellas van a perder. España probablemente también se moverá en
dirección a la derecha. No pienso que exista ahí algún riesgo de ascenso del
fascismo, como en los años 30. El peligro de los años 30 fue causado
principalmente por el cambio hacia el fascismo en un país políticamente
decisivo, es decir, la Alemania de Hitler.
No hay señal de que algo de eso esté
por ocurrir ahora. Ninguno de los países importantes, según me parece, da
alguna señal en esa dirección. Ni en los Estados Unidos, donde hay un fuerte
movimiento de derecha, se puede concluir que ese movimiento gane poder en las
urnas. Ni tampoco en el caso de los movimientos de extrema derecha en los
países europeos. A pesar de que son de gran alcance, hasta ahora siempre han
sido una minoría poderosa, sin posibilidad de convertirse en mayoría. Aunque sí
creo que, en un futuro próximo, prácticamente todos o casi todos los países
europeos serán gobernados por gobiernos de derecha, de un tipo o de otro.
También debemos tener en cuenta que el efecto a largo plazo de la crisis de los
años 30 fue que casi toda Europa se movió hacia los demócratas de la izquierda,
lo que nunca antes había sucedido. Pero eso llevó algún tiempo. Por
consiguiente, seguramente que hay un riesgo, pero no creo que este riesgo sea
tan grave como en los años 30. El mayor riesgo es no ser capaz de hacer lo
suficiente para lidiar con los problemas básicos que el capitalismo ha causado
en los últimos cuarenta años y que han sido destacados por el despertar del
interés por el marxismo.
Blog:
¿Cómo evalúa la Unión Europea y los
resultados logrados hasta ahora? ¿Cree usted que la UE se consolidará o volverá
a ser una simple agrupación de Estados?
E.H.: Yo creo que la esperanza de convertir
la UE en algo más que una mera alianza de estados y una zona de libre comercio
quedará en el olvido. Pienso que lo que ya se ha logrado, por ejemplo, un
cierto grado de libre comercio, y lo más importante, un cierto nivel de derecho
consuetudinario se mantendrá. En mi opinión la mayor debilidad de la UE, y la
razón de su fracaso, es el conflicto entre la economía y la base social de la
UE. Es decir, un conflicto que resultó de la idea de prevenir una guerra entre
Francia y Alemania, unificando las partes más ricas y desarrolladas de Europa.
Ese objetivo fue alcanzado. Pero luego se mezcla con un objetivo político
asociado a la Guerra Fría y el desarrollo después del final de la Guerra Fría,
que fue el propósito de ampliar las fronteras de Europa para incluir a todo el
continente y más allá. De este modo, se dividió Europa en varias secciones que
se han vuelto casi imposibles de coordinar.
En términos económicos, hay un mayor
riesgo de grandes crisis en los países miembros de la UE desde los años 70, por
ejemplo, Grecia, Portugal e Irlanda. Políticamente hablando, las diferencias
entre los antiguos países comunistas europeos y no-comunistas debilitaron la
capacidad de desarrollo adicional de la propia Europa.
No sé si Europa seguirá siendo como lo
es actualmente. Pero no creo que la Unión Europea deje de existir, pienso que
continuaremos viviendo en una Europa más coordinada que, digamos, después de la
Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, si me lo permite, yo
entiendo que usted está haciendo preguntas sobre el futuro a un historiador.
Desgraciadamente los historiadores no son mejores que cualquier otra persona
para predecir el futuro y por lo tanto mis previsiones
no son el resultado de mi calificación especial para predecir el futuro.
*****
Nota: [1] Come cambiare il mondo, en la
edición italiana.
Eric Hobsbawm es el decano de la
historiografía marxista británica. Acaba de cumplir 94 años. Uno de sus últimos
libros es un volumen de memorias autobiográficas: Años interesantes, Barcelona,
Critica, 2003. Ha muerto a los 95 años. Nuestro eterno homenaje al Maestro.
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