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La
lucha incansable para derrocar al gobierno del ‘ajuste’ feroz y de la entrega,
y reemplazarlo por un gobierno de trabajadores, es obviamente la prioridad de los revolucionarios
griegos. Grecia está siendo sometida a
la mayor ‘reingeniería social’ capitalista de su historia, y sin precedentes en
la de Europa. El objetivo es transformarla en una ‘zona franca’ del capital
internacional, sin impuestos al capital y sin protección laboral. A diferencia de Irlanda, que ha servido al
capital norteamericano para desarrollar una ‘competencia desleal’ al
capital europeo, Grecia debería convertirse
en una plataforma del capital europeo para disputar al capital
norteamericano el Medio Oriente y parte de Asia -neutralizando las veleidades
que alberga Turquía en esa dirección. Cuando
la obra se encuentre completada, Grecia sería retirada de la zona ! euro
(pero no de la Unión Europea), para que pueda financiar las exportaciones europeas con una
moneda devaluada.
La
lucha para aplastar al fascismo es, sin embargo, inseparable del objetivo
estratégico, porque de paso
quebraría a los aparatos de represión que se apoyan en los fascistas. Las
fuerzas armadas de Grecia son las tutoras reales de las fuerzas policiales, con
la bendición (activa) de la Iglesia ortodoxa. Esas fuerzas armadas son una
sucursal de la Otan. El aplastamiento
del fascismo plantea una lucha consecuente de las masas contra el gobierno,
o sea la huelga indefinida y la
formación de comités de huelga y de fábrica, por un lado, y una acción
armada definitiva contra las bandas fascistas, por el otro, apoyada en esas
masas en lucha. O
sea, un frente único de los partidos de izquierda y de los sindicatos, para
organizar batallones y milicias obreras.
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GRECIA un frente de Izquierda y
los Sindicatos unidos contra el fascismo.
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Lunes 29 de octubre del 2012.
Jorge Altamira (especial
para ARGENPRESS.info)
El diario Financial Times no se incomoda al
advertir “sobre un alarmante ascenso de la violencia de ultraderecha” en
Grecia, ni en citar la admisión del ministro de Orden Público y Protección
Civil, de “que algunos oficiales podrían tener simpatías hacia el neo-fascista
Amanecer Dorado”, que obtuvo el 7% de los votos en junio pasado y continúa
ascendiendo en los sondeos de opinión. En realidad, el propio ministro es un
encubridor del fascismo y un promotor de la colaboración de la policía con los
fascistas.
Así lo testimonia él mismo cuando dice que “si la
policía fuera efectiva, Amanecer Dorado no tendría razón de existir” (Financial
Times, 19/10). O la policía ejecuta en forma cabal los objetivos del fascismo o
éste encuentra justificación para llevar hasta sus últimas consecuencias los
propósitos represivos de la policía. Los nazis griegos se han ido entrenando en
la golpiza y el asesinato de inmigrantes y homosexuales, para impulsar el
camino hacia la etapa superior de la guerra civil contra la clase obrera. Toda
esta circunstancia delata la ficción democrática que representa el gobierno de
la ‘doble Troika’ en Grecia: ‘doble’ porque de un lado tiene a la coalición de
la derecha con el partido socialista y la Izquierda Democrática (esta última,
una escisión de Syriza), y del otro al verdadero gobierno de Grecia, que forman
el FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo.
La lucha incansable para derrocar al gobierno del ‘ajuste’ feroz y de la entrega, y reemplazarlo por un gobierno de trabajadores, es obviamente la prioridad de los revolucionarios griegos. Grecia está siendo sometida a la mayor ‘reingeniería social’ capitalista de su historia, y sin precedentes en la de Europa. El objetivo es transformarla en una ‘zona franca’ del capital internacional, sin impuestos al capital y sin protección laboral. A diferencia de Irlanda, que ha servido al capital norteamericano para desarrollar una ‘competencia desleal’ al capital europeo, Grecia debería convertirse en una plataforma del capital europeo para disputar al capital norteamericano el Medio Oriente y parte de Asia -neutralizando las veleidades que alberga Turquía en esa dirección. Cuando la obra se encuentre completada, Grecia sería retirada de la zona ! euro (pero no de la Unión Europea), para que pueda financiar las exportaciones europeas con una moneda devaluada.
La lucha para aplastar al fascismo es, sin embargo, inseparable del objetivo estratégico, porque de paso quebraría a los aparatos de represión que se apoyan en los fascistas. Las fuerzas armadas de Grecia son las tutoras reales de las fuerzas policiales, con la bendición (activa) de la Iglesia ortodoxa. Esas fuerzas armadas son una sucursal de la Otan. El aplastamiento del fascismo plantea una lucha consecuente de las masas contra el gobierno, o sea la huelga indefinida y la formación de comités de huelga y de fábrica, por un lado, y una acción armada definitiva contra las bandas fascistas, por el otro, apoyada en esas masas en lucha. O sea, un frente único de los partidos de izquierda y de los sindicatos, para organizar batallones y milicias obreras.
La lucha incansable para derrocar al gobierno del ‘ajuste’ feroz y de la entrega, y reemplazarlo por un gobierno de trabajadores, es obviamente la prioridad de los revolucionarios griegos. Grecia está siendo sometida a la mayor ‘reingeniería social’ capitalista de su historia, y sin precedentes en la de Europa. El objetivo es transformarla en una ‘zona franca’ del capital internacional, sin impuestos al capital y sin protección laboral. A diferencia de Irlanda, que ha servido al capital norteamericano para desarrollar una ‘competencia desleal’ al capital europeo, Grecia debería convertirse en una plataforma del capital europeo para disputar al capital norteamericano el Medio Oriente y parte de Asia -neutralizando las veleidades que alberga Turquía en esa dirección. Cuando la obra se encuentre completada, Grecia sería retirada de la zona ! euro (pero no de la Unión Europea), para que pueda financiar las exportaciones europeas con una moneda devaluada.
La lucha para aplastar al fascismo es, sin embargo, inseparable del objetivo estratégico, porque de paso quebraría a los aparatos de represión que se apoyan en los fascistas. Las fuerzas armadas de Grecia son las tutoras reales de las fuerzas policiales, con la bendición (activa) de la Iglesia ortodoxa. Esas fuerzas armadas son una sucursal de la Otan. El aplastamiento del fascismo plantea una lucha consecuente de las masas contra el gobierno, o sea la huelga indefinida y la formación de comités de huelga y de fábrica, por un lado, y una acción armada definitiva contra las bandas fascistas, por el otro, apoyada en esas masas en lucha. O sea, un frente único de los partidos de izquierda y de los sindicatos, para organizar batallones y milicias obreras.
El desarrollo concreto de este planteo ofrece la
posibilidad de atraer hacia la izquierda revolucionaria a los miembros m! ás
enérgicos y combativos de la izquierda democratizante y del aparato sindical.
La debilidad histórica del Estado en Grecia y los golpes mortales que le asesta
la bancarrota capitalista, la privan del ‘lujo’ de una fuerza de represión
socialmente satisfecha. De acuerdo con el mismo Financial Times: “como ocurre
con el resto del sector público griego, los efectivos de la policía están
siendo disminuidos en número. Menos de la mitad de los 52 mil oficiales del
país ganan más de mil euros por mes y están enfrentando cortes salariales en
aumento”.
Cinco meses después de las elecciones, las
encuestas ponen en la cabeza de la opinión pública a Syriza -el partido de la
izquierda ex estalinista, que plantea la formación de un “Gobierno de
Izquierda”, con un programa de anulación del programa de ‘ajuste’, por un lado,
incluido el rechazo a las privatizaciones, y, del otro, contradictoriamente,
una firme defensa de la participación de Grecia en la Unión Europea. Esos
mismos sondeos sellan el derrumbe colosal del Pasok, que se alternó en el
gobierno de Grecia durante los últimos cuarenta años y puso a su servicio a la
burocracia sindical y a la intelectualidad democratizante (una secta, El
Militante, que reivindica para sí el ‘verdadero marxismo’, se ha visto obligada
a transferir su ‘entrismo’ en Pasok a Syriza, evidenciando que es una marioneta
de cola de la historia).
Los observadores políticos coinciden en
caracterizar que la dirección de Syriza busca adaptarse o acomodarse a las
presiones del imperialismo -se cita como ejemplo de ello la reunión que mantuvo
su líder, Alexei Tsipras, con el presidente sionista, Shimon Peres, en medio de
la continua ocupación de territorios palestinos y el bloqueo a los barcos
humanitarios a Gaza por parte de la armada sionista; así como sus repetidos viajes
a Bruselas y París, para obtener de los adversarios del ajuste que insiste en
imponer Angela Merkel, como serían el francés Hollande y el italiano Monti, un
frente común por el ‘crecimiento’. No puede producir una sombra de sorpresa que
Syriza se afane por ser aceptada por el capital mundial como “partido de
gobierno”, porque ése ha sido su objetivo fundacional desde que inició el
tránsito del estalinismo al eurocomunismo -en l! os ’70. La defensa del bloque
imperialista que constituye la UE, forma parte de los genes del eurocomunismo.
Esto no modifica un ápice, sin embargo, la
importancia de un llamado a Syriza y a los sindicatos para organizar milicias
para acabar con los fascistas, porque es precisamente una consigna de
autodefensa, que permite, de paso, desnudar todas las contradicciones de la
política democratizante y apaciguadora de aquéllos, y a los revolucionarios ir
por la vía “del armamento del proletariado”. Syriza desearía poder realizar en
Grecia un gobierno políticamente ‘viable’, como el de Lula o Chávez, y así lo
dice en forma continua, pero es claro que se trata de ‘un sueño mediterráneo’.
Lo único ‘viable’ en Grecia es un gobierno de trabajadores -se trata de
desarrollar las condiciones políticas de esa viabilidad.
Es claro, para el lector de Prensa Obrera, que
nuestro seguimiento apasionado de la lucha de los explotados de Grecia y de los
duros desafíos que tiene la suerte de enfrentar la izquierda revolucionaria de
Grecia (EEK), obedece a la enorme necesidad de aprender de su experiencia, para
desarrollar mejor el partido revolucionario en las condiciones de Argentina, y
las posibilidades que debería seguir ofreciendo el Frente de Izquierda.
Como internacionalistas, estudiamos todas las huellas que deja el
proletariado en su lucha por la revolución socialista mundial.
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