sábado, 19 de enero de 2013

CIUDADANÍA y RSE: La Responsabilidad Social Empresarial y la Cumbre CELAC - U.E. Santiago Enero del 2013.

&&&&&
El Dr. Bernardo Kliksberg, en su trabajo de investigación, publicado en la Revista TELOS, “La Agenda de Responsabilidad Social para América Latina”, “los desafíos abiertos de América Latina”, nos explica que los estudios del Banco Mundial, del BID y de la ONU indican que una traba esencial para un desarrollo sostenido e inclusivo se encuentra en las muy elevadas desigualdades de la región. América Latina tiene el peor coeficiente Gini de todas: la brecha entre el 10 por ciento más rico y el 10 por ciento más pobre es de 50 veces frente a los 10 en España o los 6 en Noruega. La cohesión social está fuertemente afectada por la pobreza y las disparidades; actualmente es la segunda área con más criminalidad del planeta, con una tasa de 30 homicidios por cada 100.000 habitantes y por año, frente a los menos de 2 en los países nórdicos. Los progresos económicos y el desarrollo de la democracia crean oportunidades enormes de avance, pero las graves dificultades sociales generan inestabilidad, falta de gobernabilidad, repelen inversiones muy necesarias y contradicen las promesas de inclusión y derechos de las democracias. Los indicadores de confianza en las instituciones son muy bajos. Viene un periodo en el que los impactos de la crisis económica internacional se harán sentir y pueden, en un continente tan desigual, afectar especialmente a los más vulnerables.

El enfrentamiento a estos graves problemas exige amplias concertaciones sociales entre las políticas públicas, que en una democracia tienen la obligación de asegurar a todos los ciudadanos los derechos básicos en materia de salud, educación, oportunidades de trabajo, desarrollo, la empresa privada como motor clave de la economía y la sociedad civil en todas sus expresiones. En la gran mayoría de los países avanzados esos pactos funcionan a diario y son la base de su progreso. En un continente con un amplio potencial económico, pero con una agenda social tan inquietante –que de no ser contestada puede poner en riesgo los logros económicos e institucionales–, la RSC con la sociedad civil puede ser un poderoso colaborador de las políticas públicas y poner en marcha todo un orden de alianzas virtuosas. Hay progresos claros en RSC en la región en los últimos años, pero se necesita mucho más para que pueda superarse la brecha existente con los adelantos en el mundo desarrollado en este campo y para corresponder a las realidades de los países.


Dr. Bernardo Kliksberg. Sus brillantes aportes en al Academia Mundial, sobre Empresas de Responsabilidad Social ERS, Ética Empresarial, Sociedad Civil, Ciudadanía, debe constituir una buena y excelente contribución en la Cumbre CELAC-UE. A realizarse en Santiago de Chile, el presente mes de enero.
***
La necesidad de un cambio de paradigma Para avanzar en RSC en América Latina, un paso fundamental es lograr superar prejuicios, resistencias y modelos no actualizados respecto al rol de la empresa en la sociedad. Muchas empresas siguen ancladas en una visión narcisista, donde la única meta es la maximización del lucro y sólo existe la responsabilidad de rendir cuentas a los propietarios. Ese enfoque ha sido superado en el mundo desarrollado a través, entre otras, de la figura del stakeholder: la empresa tiene todo el derecho a obtener beneficios, pero tiene responsabilidades más amplias y debe responder no sólo a sus accionistas sino también a los consumidores, los empleados, la opinión pública y muchos otros ‘involucrados’. Otras empresas han pasado a una etapa más avanzada y practican activamente la ‘filantropía empresarial’. Realizan donaciones a entidades culturales, educativas, artísticas, etc., y las están ampliando. La RSC significa mucho más que la filantropía. Meritoria y útil, ésta no cubre, sin embargo, las inquietudes más profundas de la sociedad. La situación en el mundo desarrollado se refleja en  una amplia consulta efectuada por Bonini, McKillop y Mendonca, del grupo Mckinsey (2008), quienes entrevistaron a 4328 ejecutivos de empresas multinacionales y a 4063 consumidores de las mismas. El 68 por ciento de los ejecutivos contestó que las grandes corporaciones hacen una ‘contribución generalmente’ o ‘en cierta medida’ positiva al bien común. En cambio, sólo un 48 por ciento de los consumidores está de acuerdo con ello. En EEUU son menos, el 40 por ciento. Cuando se preguntó en qué medida confían en que diversas instituciones actúan en el mejor interés de la sociedad, los europeos y estadounidenses colocaron a las corporaciones globales al final de la lista. Las antecedían las ONG, pequeñas empresas regionales, la ONU, los sindicatos y los medios masivos. En América Latina, al plantear una pregunta similar sobre confianza en el Latinobarómetro (2007), la empresa privada aparece sólo con un 41 por ciento de credibilidad. Lideran la tabla los bomberos, la Iglesia, los pobres y la radio. Se necesita avanzar más allá de la filantropía para responder a problemas de legitimidad de esta profundidad.
/////


Responsabilidad Social Empresarial. RSE. En la economía sustentable, respeto al medio ambiente, buenas relaciones sociales con la organización sindical, prohibición absoluta del trabajo de niños,  trabajo informal e ilegal; servicio a la comunidad - parte de la implementación del Tercer Sector de la Sociedad Civil - pago de impuestos, tributos, Canon y otros considerados en la Licencia Social.
***
CIUDADANÍA y RSE: La Responsabilidad Social Empresarial y la Cumbre CELAC - U.E.
Santiago. Enero 26-27 del 2013.
*****

Juan López Baldomá.

Diario_Responsable. Martes 15 de enero del 2013.

La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea celebrarán en Santiago el 26 y 27 de enero la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno; como preparativos a este evento se han realizado múltiples encuentros y elaborado documentos que servirán de insumos a sus resoluciones.
Se puede mencionar que en Puerto Varas a finales de noviembre del año recién pasado concluyó la  reunión ministerial de CELAC-UE sobre Promoción de inversiones, emprendimiento e innovación para el desarrollo sustentable donde,  entre otros temas se vieron  el de la “Economía sustentable: la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), pilar de las inversiones de calidad social y ambiental.” Y el Rol del sector público para apoyar la RSE: Buenas prácticas y nuevas tendencias.
En este mismo sentido la CEPAL, preparo como aporte el documento “Inversiones para el crecimiento económico, la inclusión social y la sostenibilidad ambiental” este es concluyente al respecto  “Estas inversiones serían el cimiento de las transformaciones económicas  y sociales que ayudarían a profundizar el cambio estructural con incorporación de nuevas tecnologías intensivas en conocimiento, proteger el medio ambiente, reducir la pobreza y disminuir las desigualdades sociales” señala en este informe Alicia Bárcena , Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
En este marco se puede observar que ya se ven lejanos los días en que hablar de RSE era un tema de elites o  de ciertos “iluminados” que usaban este término para referirse a una cultura de mecenazgo o en el mejor de los casos ciertas prácticas de gestión más avanzadas que incluían diversos aspectos de cuidados de las empresas con sus públicos internos y externos.
Existen diferentes eventos que nos permiten tener una retrospectiva de como a  ido avanzado este tema en la conciencia de las personas, empresas, estados y organismos multilaterales.
 Haciendo una síntesis de lo que podríamos llamar los comienzos teóricos del tema, nos recuerda Felipe Agüero, en su informe sobre RSE en A. Latina que   “El primer concepto de auditoría social surgió en 1940 en el contexto de las consecuencias de la Depresión de los años 30, durante la cual las empresas fueron llamadas a informar, en circunstancias de mayores responsabilidades sociales. En los años 60, George Goyder, en el Reino Unido, argumentaba a favor de la “responsabilidad empresarial” como una alternativa a la nacionalización, así como una herramienta útil para la administración y una base para que los interlocutores pudieran desafiar las prácticas corporativas”.
Sin embargo, no es hasta la realización de  la “Primera Cumbre de Medio Ambiente” del Planeta, en junio del año 1972 que viene a constituirse  el primer gran llamado mundial de alerta, cuando el ex Primer Ministro Sueco, Olof Palme (asesinado luego el año 1985) llamaba la atención al mundo sobre “o habrá desarrollo con cuidado del medio ambiente o no tendremos desarrollo para nadie” era un primer llamado de alerta que luego 20 años más tarde se multiplicaría en Rio de Janeiro en la Cumbre de la Tierra en junio de 1992.
Los diferentes programas e iniciativas fueron prosperando y así como por ejemplo, en Brasil, el sociólogo Herbert de Souza, Betinho, lidera un proyecto llamado “Hambre Cero”, el año 1993 y es el inspirador del Instituto Ethos, fundado el año 1998, que define a las empresas socialmente responsable cuando estas “van más allá de la obligación de respetar las leyes, pagar los impuestos y observar las condiciones adecuadas de seguridad y salud para los trabajadores”
El año 2004 la Organización Internacional para la Estandarización (ISO)  conforma los llamados Comités Espejos a nivel nacional, donde participan más de 90  países y casi 50 organizaciones internacionales en un largo pero productivo debate  que legitima y da como resultado la Norma ISO 26.000 de RSE aprobada en noviembre del año 2010.
 Si bien es cierto, esta norma es una guía de acción y no tiene  obligatoriedad a fin de respetar la legislación y cultura de cada país, tampoco  fue  elaborada pensando en que se le apliquen auditorías  de terceras partes o certificaciones. Pese a esto es indudable que los llamados balances de sustentabilidad o informes de RSE, son referentes y cartas de navegación sobre estas actividades de de RSE en las empresas.
Es importante destacar Iniciativas como la tomada por la Bolsa de Sao Paulo que exige, a partir del año 2012 la publicación de reportes de RSE para las empresas que cotizan en ella.  La Bolsa de Johannesburgo en Sudáfrica aplica este criterio desde el 2010 y también es obligatorio en las empresas cotizadas en Francia, Dinamarca y para las compañías estatales en Suecia.
En nuestro continente ya son innumerables los estudios, iniciativas y que se vienen generando y múltiples consorcios  actúan desde fines de los noventa con el tema de RSE; por cierto hay mucho que mejorar, ya que no son pocas las críticas que surgen cuando se conoce que empresas que han hecho gala de ser líderes y pioneras en RSE después se muestran como grandes defraudadoras del sistema.
En Europa se lanza el libro Verde el año 2.000 y tras la aprobación de la estrategia Europa 2020 que promueve un crecimiento sostenible, inclusivo e integrador de esa región, la Comisión Europea lanzó en octubre de 2011 la “Estrategia renovada de la UE para 2011- 2014 sobre la responsabilidad social de las empresas”.
Su trabajo de esta orientado a fomentar  la RSE a través de sus políticas exteriores. Mediante una  combinación de promoción a escala mundial y legislación complementaria, impulsando una mayor difusión de los principios y directrices sobre RSE internacionalmente reconocidos y un impacto positivo de las empresas de la UE en las economías y las sociedades extranjeras.
La Comisión genera también propuestas pertinentes en el ámbito del comercio y el desarrollo. Asimismo, cuando proceda, propone que se aborde la RSE a entablar diálogos con regiones y países socios. La Comisión ha invitado a todas las grandes empresas europeas a comprometerse desde el año 2011 al 2014 a tomar en consideración al menos uno de los siguientes conjuntos de principios y directrices al elaborar su planteamiento sobre la RSE: el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, las Líneas Directrices de la OCDE para las empresas multinacionales o la norma guía ISO 26000 sobre responsabilidad social”.
Este gran encuentro de Jefes de Estado CELAC: UE,  es una excelente oportunidad para avanzar significativamente en torno a este tema y el de las inversiones el emprendimiento e innovación para el desarrollo sustentable. Para los países de América Latina  y el Caribe es el momento de elaborar o perfeccionar políticas públicas, instrumentos de fomento y apoyo a iniciativas de RSE y pasar de una posición pasiva de los gobiernos a elaborar una Agenda de RSE, que involucre a todos los sectores de la economía, desde las PYMES a  Multinacionales, posibilitando una sinergia entre todos los actores de este nuevo proceso. María Cristina Silva Parejas, Presidenta de la Asociación Chilena de Estudios Europeos y Regionales, ECSA. Chile, señala “ambas regiones son complementarias, pues la UE es líder en protección del medioambiente, cambio climático y Responsabilidad Social Empresarial, mientras que ALC tiene un gran potencial en energías renovables, es altamente vulnerable a los del cambio climático y enfrenta grandes desafíos de capacitación y protección laboral, entre otros temas en los que la UE puede constituirse en un apoyo fundamental. Las derivadas del tema pueden ser múltiples, y dependerán de los énfasis que los países quieran priorizar”. ***


La Sociedad Civil en América latina, representará un papel central en la orientación y características centrales de las Políticas Públicas en torno al Desarrollo  Sustentable, la Responsabilidad Social Empresarial. RSE, la Inclusión Social, la Ética Empresarial, la función de la Ciudadanía y las Instituciones. La confianza, credibilidad y legitimación como elementos centrales de las Políticas Estatales, llevará un sello muy fuerte desde la Opinión Pública.
***

A su vez Bernardo Kliksberg, economista  argentino y quien es considerado un pionero de la ética para el desarrollo, el capital social y la responsabilidad social menciona  en un artículo reciente sobre la necesidad de una Agenda de Responsabilidad Social para América Latina , “los desafíos abiertos de América Latina” donde menciona diversos aspectos que deben considerarse; desde empleos dignos, hasta los compromisos humanos y sociales que pueden aportar las empresas; sin embargo nada de esto tiene sostenibilidad sin la necesidad de educar en responsabilidad social  por lo cual indica:
“En América Latina hay importantes avances en RSE, y esfuerzos de gran merito, pero uno de los principales frentes a fortalecer para pasar del "narcisismo" y la sola filantropía, a una RSE comprometida y "por convicción" está en el desarrollo de la preparación ética de las nuevas generaciones de líderes gerenciales a través de metodologías de aprendizaje activas. Ello requerirá por lo pronto la integración de la enseñanza sistemática de la RSE en los currículos de las Universidades de la región”.
Sin duda, el desafío está planteado  la importancia y la urgencia se unen en este tema que requiere la suma de todas las instituciones, y acciones coordinadas para actuar,  Kliskberg,  concluye  “La RSE es un juego de "ganar-ganar". Según lo demuestran múltiples investigaciones ganan con ellas las empresas en posicionamiento  en los mercados, competitividad,  productividad, capacidad de reclutar y retener los mejores talentos, sostenibilidad, valor de sus acciones. También gana la sociedad y la economía. En el caso de América Latina, un continente con oportunidades muy relevantes, pero con riesgos considerables, es además  una necesidad histórica apremiante” 
Ya lo señalaba el Canciller Moreno en el Seminario  CEPAL y el Servicio Europeo de Acción Exterior, el 4 de octubre del 2012.
“En nuestra experiencia nacional, y en especial como país exportador, hemos visto ya desde hace tiempo que los consumidores, particularmente del mundo desarrollado, no sólo se preocupan de la calidad de los productos y servicios, sino de cómo éstos se han producido o generado” y concluía “ Por estas razones, las empresas del Siglo XXI deben ser empresas sostenibles en el largo plazo, es decir, que se hacen cargo del entorno social, económico, político y ambiental en que desarrollan sus actividades. De no ser así, se corre el riesgo que ellas sufran el impacto de una ciudadanía cada vez más consciente de sus derechos”
Es el momento de actuar colaborativamente en RSE y asociar los programas  de las empresas, de acuerdo a sus públicos interesados y los principales impactos provocados en sus procesos; junto a otras empresas posibilitando alianzas estratégicas con los Municipios y que a través de  los Planes de Desarrollo Local ,  se ejecuten proyectos de mediano y largo plazo que unifique visiones de la sociedad civil, sector público y privado en torno a resultados y objetivos deseados en sus territorios y que tengan un real impacto en la calidad de vida de los mismos.
*Juan López Baldomá,  es  Periodista de la  U.F.R.J. - Brasil,  Curso  ILPES en Desarrollo Local y Regional. Posgrado en Políticas Sociales para Municipios, IBAM.  Director Ejecutivo de PYRESO AG. (Pymes y Responsabilidad Social) Director de ONG Desarrollo Solidario Internacional y de la Fundación Talento e Innovación para el Desarrollo.
Bibliografía
EL NUEVO DIÁLOGO CELAC-UE EN LA CUMBRE DE SANTIAGO 2013
Por María Cristina Silva Parejas
Santiago de Chile, Junio 2012.
Artículo preparado para la Revista del Colegio de México.
 La Responsabilidad Social Empresarial en América Latina: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, Felipe Agüero. Escuela de Estudios Internacionales Universidad de Miami. Mayo 2002.
*****

No hay comentarios: