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La gran
transformación que produjo Internet en la circulación de la información es que
donde antes dominaban lo que llamo los “medios sol”, astros que enviaban sus rayos de sol sobre
toda la sociedad que se impregnaba de su supremacía, hoy la situación se ha
modificado. No hay emisores netos que
tengan el monopolio de la información y receptores netos que tienen que
resignarse con la función de receptores, sino que la revolución que vivimos es
que cada receptor puede ser emisor. No
como sucede en la radio desde hace tiempo que el oyente llama e interviene. No,
ahora el receptor no sólo interviene de vez en cuando si que puede él mismo
constituir un medio. Puede hacer una
página web solo o con amigos, puede hacer su blog, por facebook o twitter.
Pero además ahora los grandes medios tienen una vitrina digital en la que se puede intervenir haciendo comentarios
que se añaden y complementan los artículos, el lector puede indicar elementos
que pueden corregir el artículo inicial, además de fotos o videos. Lo que
quiero decir es que la información ya no es algo limitado y fijo. La concepción
de la información viene de la prensa, que
es el medio que ha influido en la radio y en la televisión, y su génesis es el
trabajo de la era industrial.
Lo que está
pasando en el campo de la comunicación sólo es comparable con la invención de
la imprenta por Gutemberg en 1440,
que no sólo transformó la producción de lo escrito, la difusión de libro, sino
también produjo el humanismo como escuela de pensamiento, el Renacimiento y la explosión de las universidades y del saber con
todo lo que eso significa. El latín dejó de ser la lengua común y empezó a
ser sustituida por las lenguas vernáculas que empezaron a desarrollarse. Ahora sucede algo similar. Estamos ante una
revolución que desborda el campo de la comunicación para ser una revolución
societal, como lo estamos viviendo con Internet
que ya involucra al sector financiero, al comercio, las relaciones sociales y
la difusión de la cultura. Una revolución tecnológica lo transforma todo. El periodismo
recibe de lleno esta revolución. La estructura de la industria de la
información y la manera de hacer información se ve transformada. Sobre todo hay que tener en cuenta que
estamos en los balbuceos iniciales, en el primer segundo de la historia de Internet. Algunas de las realizaciones
más espectaculares de las transformaciones tecnológicas, como las tabletas, facebook, el Iphone, no
existían hace sólo cinco años y no podemos imaginar lo que sucederá en otros
cinco.
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ENTREVISTA
A IGNACIO RAMONET: Los nuevos retos del
periodismo y la comunicación.
*****
Raúl
Zibechi.
Desinformémonos.
Rebelión. Miércoles
16 de enero del 2013.
Caminamos
las calles de Bogotá donde asistió al décimo aniversario de la edición local de
Le Monde Diplomatique, invitado por Desdeabajo, colectivo
militante editor de libros y periódicos. Tuvo tiempo, y ánimo, para deslizarse
del bullicioso centro y dedicar unas horas a recorrer el sur pobre de la
capital, Ciudad Bolívar, donde diversas camadas de campesinos erigieron una
ciudad otra, donde suceden algunas de las más notables experiencias de base. No
para de preguntar, y conoce algunos detalles de la historia y la vida de los
latinoamericanos que permiten asegurar que el colonialismo no es una barrera
infranqueable.
En
algún momento, la conversación se volvió más sistemática, un ping pong de
respuestas y preguntas que no tuvo ni principio ni fin.
- En “La explosión del periodismo” usted analiza la
crisis de la prensa y enfoca el nuevo poder que ha adquirido lo que antes era
el lector pasivo, la audiencia pasiva. Es lo que siempre habíamos soñado los
periodistas críticos, pero usted apunta que este papel activo es una de las
causas de la crisis de los medios actuales.
-
La gran transformación que produjo Internet en la circulación de la información
es que donde antes dominaban lo que llamo los “medios sol”, astros que enviaban
sus rayos de sol sobre toda la sociedad que se impregnaba de su supremacía, hoy
la situación se ha modificado. No hay emisores netos que tengan el monopolio de
la información y receptores netos que tienen que resignarse con la función de
receptores, sino que la revolución que vivimos es que cada receptor puede ser
emisor. No como sucede en la radio desde hace tiempo que el oyente llama e
interviene. No, ahora el receptor no sólo interviene de vez en cuando si que
puede él mismo constituir un medio.
Puede
hacer una página web solo o con amigos, puede hacer su blog, por facebook o
twitter. Pero además ahora los grandes medios tienen una vitrina digital en la
que se puede intervenir haciendo comentarios que se añaden y complementan los
artículos, el lector puede indicar elementos que pueden corregir el artículo
inicial, además de fotos o videos. Lo que quiero decir es que la información ya
no es algo limitado y fijo. La concepción de la información viene de la prensa,
que es el medio que ha influido en la radio y en la televisión, y su génesis es
el trabajo de la era industrial.
- El fordismo, donde había una clara división del
trabajo.
-
Exacto. En el fordismo hay un proyecto, unos planos, y en base a eso se realiza
un producto terminado, intocable. Eso ya no funciona así ni siquiera en la
industria donde luego de la revolución Toyota de los 80 se fabrica el coche que
quiere el cliente, sale un coche a la medida de cada cliente y eso indica que
la decisión ya no viene de la empresa sino de abajo. Ahora sucede lo mismo. Se
le pide al periodista un artículo con ciertas características pero luego los
lectores lo van a ir completando, reformando, transformando, y por consiguiente
es una obra en proceso. Esto es una revolución muy importante.
- Como consecuencia de los cambios técnicos y culturales
ahora el lector, la audiencia, tienen un poder como nunca habían tenido. Si a
esto le sumamos la crisis económica estamos ante una crisis de los viejos
monopolios de la información. Newsweek deja su edición en papel, The Guardian
debate la posibilidad de dar ese paso, El País despide un tercio de su
personal. ¿Estamos ante una crisis coyuntural o ante un viraje de larga
duración?
-
Lo que está pasando en el campo de la comunicación sólo es comparable con la
invención de la imprenta por Gutemberg en 1440, que no sólo transformó la
producción de lo escrito, la difusión de libro, sino también produjo el
humanismo como escuela de pensamiento, el Renacimiento y la explosión de las
universidades y del saber con todo lo que eso significa. El latín dejó de ser
la lengua común y empezó a ser sustituida por las lenguas vernáculas que
empezaron a desarrollarse. Ahora sucede algo similar. Estamos ante una
revolución que desborda el campo de la comunicación para ser una revolución
societal, como lo estamos viviendo con Internet que ya involucra al sector
financiero, al comercio, las relaciones sociales y la difusión de la cultura.
Una revolución tecnológica lo transforma todo.
El
periodismo recibe de lleno esta revolución. La estructura de la industria de la
información y la manera de hacer información se ve transformada. Sobre todo hay
que tener en cuenta que estamos en los balbuceos iniciales, en el primer
segundo de la historia de Internet. Algunas de las realizaciones más
espectaculares de las transformaciones tecnológicas, como las tabletas,
facebook, el Iphone, no existían hace sólo cinco años y no podemos imaginar lo
que sucederá en otros cinco.
- ¿Los monopolios?
-
Los monopolios van a sufrir. Fueron la respuesta de la industria empresarial de
la información a los avances tecnológicos de los años 60 y 70. Las tecnologías
anteriores eran específicas para lo sonoro, lo escrito o lo icónico, pero en
esos años se convirtieron en una misma tecnología que es la tecnología digital.
A partir de ese momento no hay diferencia en cómo se construye un texto, un
sonido o una imagen y se construyen de la misma manera con las mismas máquinas,
los ordenadores. Internet es la traducción de una forma nueva de expresarse.
Los seres humanos desde el comienzo de la humanidad han usado tres sistemas de
signos para comunicarse: la palabra, el dibujo y la escritura que es el más
reciente. Con Internet aparece un cuarto que es la mezcla de los tres más una
dimensión suplementaria que es la velocidad y la extensibilidad, lo que permite
abarcar el planeta en un segundo. Todo esto no puede dejar el paisaje de la
comunicación como estaba hasta ahora.
- Al parecer a quien más afecta es a la prensa, que se
está extinguiendo según usted como los dinosaurios.
-
Porque la prensa sigue siendo pesada. Además de ser el medio más antiguo es el
más marcado por la era industrial, con obreros y maquinarias y toda la lógica
de la producción industrial. Por eso los cambios le están pegando tan fuerte.
- Estamos asistiendo a una ofensiva represiva que busca
controlar Internet y que se manifiesta entre otras en el cierre de Megaupload.
¿Esta ofensiva por controlar puede triunfar o está destinada al
fracaso?¿Intentar el control puede volverse en contra de quienes lo hagan?
-El
problema es que esta transformación radical no tiene sistema económico. El
sistema anterior que hoy es arcaico, es un sistema con muchos defectos pero es
muy rentable. Todos los periodistas del mundo que siguen con empleo pueden
vivir porque trabajan en medios tradicionales, pero los medios surgidos en la
era Internet tienen enormes problemas para sobrevivir si no están adosados a un
medio tradicional o a un multimedia importante. Como la cultura dominante en Internet
es la gratuidad, el problema es de qué van a vivir los creadores y los
periodistas. ¿Vamos a vivir un derrumbe de la creatividad? Esto es un problema
real. Con el control y el cierre de medios se busca frenar la piratería. Por un
lado hay un movimiento de la sociedad cuyo objetivo es que Internet siga siendo
gratuito. El otro tema surge con Wikileaks; es la misma problemática pero en
otro terreno que es impensable fuera de Internet. Estamos ante una situación
similar a Watergate o los cuadernos del Pentágono, situaciones en las que un
informante pasa datos reservados a los medios, Washington Post y The New Cork
Times respectivamente. En ese sentido no ha cambiado nada. Pero lo que sí
cambia, es la cantidad de información que se puede difundir ahora y la
masividad de la misma.
Toda
la sociedad se está digitalizando y todos los archivos, desde la salud hasta
los de las fuerzas armadas, están digitalizados. Y mientras usted hace años
tenía que cargar camiones con toda esa información, hoy en día haciendo un
click en un ordenador se marcharon miles y miles de documentos
desmaterializados que se pueden difundir en todo el planeta. Wikileaks lo que
ha hecho es difundir datos que perjudican a gentes con poder y eso es lo que ha
creado esta situación que ha convertido a Julián Assange en el enemigo público
numero uno de Estados Unidos.
- En América Latina tenemos un fuerte debate sobre lo
común, en el que se afirma que los bienes comunes no deben pertenecer a ningún
propietario privado. ¿Usted cree que Internet debe ser considerado un bien
común de la humanidad?
-
Es un debate que afecta a la cultura, y lo que decimos es que la cultura debe
circular sin trabas porque consideramos que esto beneficia al ser humano. En la
medida en que Internet es hoy el mayor difusor de la cultura creo que debe
circular gratuitamente como un bien común. Ahora aparece otro problema, y es
qué hacer con los derechos de los creadores. Hollywood piensa que es más
difícil la producción creativa porque la piratería le quita del 15 al 20 por ciento
de sus ganancias. Los principales productores musicales en el mundo han
desaparecido, el disco casi no se vende y el CD quedó desfasado en apenas 15
años, como sucede con todo lo material. Es evidente que la música puede
circular como un fluido y eso sucede también con todas las demás producciones.
Entonces hay un dilema. O bien el Estado asume este tema de la misma forma que
asume la producción y circulación de la electricidad, o el agua que es tratada
y transportada por el Estado, o bien habrá que encontrar una fórmula mixta para
que el precio sea asequible a los usuarios y a su vez se garantice una
remuneración al creador. El problema es que mezclar al Estado con la cultura es
algo muy delicado. Porque puede tener la tentación de favorecer a unos y
perjudicar a otros.
- Pero el debate existe y está muy presente como sucede
con la ley de medios en Argentina. ¿Cree que en América Latina estamos en
proceso de resolver este debate?
-
En ningún otro lugar del mundo se está debatiendo este tema como en América
Latina, donde además se está haciendo con mucha pasión. La información era un
monopolio del sector privado que hacía lo que quería y además como en el caso
de la televisión abusando de un derecho que no es del sector privado, porque el
espectro radioeléctrico es propiedad del Estado que lo subasta y puede exigirle
al empresario que se comprometa a una serie de objetivos, como los culturales,
y cuando el operador no los respeta se le puede retirar la licencia. Lo que
sucedió en América Latina es que se manejó durante mucho tiempo la información
como un monopolio más del sector privado. Por so hablamos de “latifundios
mediáticos”. La cuestión es cómo reducir esa dominación salvaguardando la
pluralidad, porque la sociedad se enriquece cuando existen varios puntos de
vista.
Lo
que está sucediendo es que en varios países se ha creado un servicio público de
la información como existe en todos los países europeos y el mejor ejemplo es
la BBC inglesa que tiene una estructura de control separada del Estado como si
fuera el poder judicial. Que el cuarto poder se organice como un poder separado
del gobierno, con sus propias estructuras de control para que esté al servicio
del público y no de un gobierno o del sector privado. Creo que en América
Latina el debate es tan duro porque estamos en los primeros pasos, saliendo de
casi un siglo de inmovilidad y cuando algo empieza a moverse los afectados se
colocan en una situación beligerante, sobre todo porque también están siendo
afectados por los cambios tecnológicos y la revolución de Internet. Esa
confluencia ha llevado a los dueños de medios a una reacción muy intransigente.
- ¿Qué tipo de periodistas deberían surgir en esta nueva
realidad? ¿Cuál es ahora la función del periodista? Los periodistas ya no somos
los que iluminamos al lector o a una audiencia pasiva y además están surgiendo
una multiplicidad de medios independientes creados y dirigidos por periodistas
que en muchos países juegan un papel muy importante.
-
Es el momento de repensarnos. Hacer buen periodismo siempre fue difícil y hoy
lo sigue siendo. Tener acceso a tecnologías que permiten hacer cosas
impensables años atrás, el hecho de que desde mi casa pueda hacer una
televisión global, es muy importante. Pero esta revolución de las tuberías no
soluciona la cuestión del contenido. El problema por lo tanto es el mismo de
siempre. El principal cambio es esa interactividad de la que hemos hablado. Se
puede hacer un nuevo periodismo del tipo Wikileaks, colocar en la web los
informes y que la gente lo interprete o haga lo que quiera con esa información.
Se puede hacer periodismo cívico como el que hacen algunas asociaciones en
Estados Unidos, lo que se llama el periodismo sin ánimo de lucro. Como la
mayoría de las grandes empresas están en crisis ya no tienen recursos para
financiar investigaciones serias, por tanto el periodismo a escala mundial está
perdiendo calidad y cualquier ciudadano sabe que un periodismo de calidad es
indispensable para tener una democracia de calidad.
- Aquello de que un jefe de sección separaba a dos o tres
periodistas del trabajo cotidiano durante varias semanas para que investiguen,
ya no sucede.
-
No hay recursos para hacerlo, menos aún para enviar un equipo a otra parte del
mundo a elaborar informes. Por eso el periodismo de investigación está
desapareciendo, que es en realidad el género noble. Eso está vinculado al
deterioro de la democracia actual. Porque la democracia sólo puede funcionar si
surgen las críticas y exigencias de la sociedad que siempre han sido
trasmitidas y reflejadas por el cuarto poder. Cuando éste no cumple su función,
la cosa pública empieza a decaer.
Por
eso algunas fundaciones han creado el periodismo sin fines de lucro. Una
fundación de Estados Unidos se ha planteado funcionar como un comité de
redacción y le pide a los periodistas que le propongan temas de investigación
que en sus periódicos no pueden proponer porque no se los van a admitir. Cuando
llegan las propuestas la fundación selecciona y financia las investigaciones
que considera más adecuadas y luego las difunde a través de los medios. Llevan
sólo cuatro años y ya ganaron dos premios Pulitzer. Quiero decir que la
sociedad empieza a producir los elementos que compensan las carencias del
periodismo de mercado. Pero las leyes del viejo periodismo, el contrastar la
información, la rigurosidad, siguen siendo válidas.
- La proliferación de medios de base, de medios
comunitarios, como sucede en Argentina, ¿qué pueden aportar?
-
He estado en encuentros de radios comunitarias, de blogueros, de
contrainformación, que tienen la gran riqueza de que vienen del terreno, donde
palpita la vida cotidiana. Son mucho más interesantes cuando reflejan la vida
que no ven otros, que cuando editorializan. Esa riqueza extraordinaria puede
pasar de lo local a una escala más amplia, porque hay experiencias que aún
siendo locales tienen interés para todos en todas partes.
- ¿El buen periodista no editorializa o lo hace a través
de la voz de los otros?
-
Creo que sólo debe editorializarse a partir de hechos concretos, esa es la
cualidad de un buen editorialista, el establecer relaciones entre hechos que en
principio no están relacionados. La primera función del periodista es dar
información. A partir de allí hay que construir ciudadanía, difundir materiales
que van a permitir a los ciudadanos como sujetos ser más dignos.
- Pese a un cierto tono pesimista, en algunos de sus
últimos trabajos usted señala
que el periodismo del futuro es aquel que ayude a
la gente a comprender lo que sucede. La mente piensa con ideas, no con
información….
-
Hay varios estilos periodísticos. Creo que el reportaje es insustituible y hay
excelentes reporteros con la calidad de escritura que ese estilo requiere,
además está la investigación, el análisis económico y geopolítico, pero en el
fondo se trata de ayudar a entender una realidad cambiante. Tejido y texto
tienen la misma raíz epistemológica, un texto es un tejido. Los periodistas
tienen que tejer textos para proponer una visión que permita a cada ciudadano
situarse dentro de un contexto y saber cuál es su función en el relato
colectivo.
- Usted asegura que ese tipo de medios están siendo
exitosos.
-
Es el caso del periódico alemán Die Zeit, muy denso, con mucha letra,
con textos difíciles, y sin embargo es el gran éxito de la prensa europea de
los últimos años. Ha seguido un poco el camino de Le Monde Diplomatique,
porque es necesario recordar que vivimos en las sociedades más educadas de la
historia, nunca hubo tantos estudiantes, tantos universitarios, y sin embargo
la información se ha degradado y envilecido, con una enorme confusión entre
información y distracción. Eso no puede satisfacer a gentes inquietas que se
han educado y tienen una exigencia hacia ellas mismas que las lleva a buscar
información de calidad.
- El diario mexicano La Jornada también ha crecido por
esos mismos motivos. La comprensión del caos actual motiva y potencia a mucha
gente.
-
El hilo de Ariadna para salir del caos actual lo vamos a encontrar entre todos
y en ese camino el periodismo como el que mencionamos va a jugar un papel relevante.
- Y es un contramodelo frente a aquellos medios que
colocan la información en los espacios libres que deja la publicidad.
-
Es muy triste comprobar que muchos medios dependen de la publicidad, lo que
falsea la información que se brinda. Un periodismo de calidad debe contemplar
la autonomía financiera y para eso hay que asociar a los lectores al medio.
- Estamos ante un desafío generacional muy fuerte. En el
mundo de Internet aparecen creadores de 12 y 13 años que son capaces de hacer
programas innovadores. ¿Qué le sugiere la irrupción de estas nuevas
generaciones?
-
Es una lección de humildad para los viejos periodistas, esas generaciones son
las que están transformando las tecnologías y nos colocan ante el desafío de
escribir pensando en una generación que no conoció ciertas cosas por lo que
debemos escribir pensando en ellos, aportando referencias que los involucren.
No podemos hacer un periodismo para entendidos porque ahora todos pueden ser
periodistas y eso nos coloca en un lugar nuevo. Antes las observaciones sólo venían de arriba y
ahora cualquier lector interviene y te cuestiona.
*****
Publicado originalmente
en el periódico argentino MU, de la cooperativa de comunicación La Vaca
Publicado en
Desinformémonos con autorización del autor y de La Vaca, el 14 de enero de 2013
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