viernes, 7 de marzo de 2014

CRISIS INTERNACIONAL Y LA GLOBALIZACIÓN COMO UN SISTEMA FALLIDO.

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El Nuevo Orden Mundial, básica y fundamentalmente como resultado directo del “Cambio de Época, Histórica”, producto de la gran crisis estructural que explosiona en octubre del 2008, a nivel político mundial, entra en crisis final la Unipolaridad global – Estados Unidos, el Estado Gendarme y corporativo – producto de los tiempos políticos e históricos de La Caída del Muro de Berlín –noviembre de 1989 -, de la crisis final del socialismo realmente NO existente y la propia imposición de las políticas globales neoliberales del “Consenso de Washington” de los 90’. El “Cambio de Época Histórica” nos presenta nuevos escenarios económicos, sociales, políticos, culturales, ambientales e institucionales, es decir, está emergiendo un “nuevo” Multilateralismo, donde Estados Unidos deja de ser el “gendarme y el poder unipolar mundial”. Producto de este nuevo orden mundial, tenemos presente nuevos Estados con nuevos poderes regionales – Rusia, China, India, Brasil, la Unión Europea, (básicamente  es el poder de Alemania) y el propio Estados Unidos (es la primera economía y el primer poder militar mundial), igualmente el mundo emergente nos presenta un nuevo escenario global: las economías BRIChS – Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica – Obviamente, es el nuevo multilateralismo mundial, que comienza a consolidarse en el epicentro de una crisis estructural sistémica, que igualmente está generando desde la propia raíz de la crisis – la crisis del capitalismo financiero-especulativo, primera fase de la globalización neoliberal – un “nuevo” modelo del capitalismo, de acumulación mundial – es el capitalismo por desposesión de los recursos naturales -. Es el capitalismo del pillaje, del saqueo, de la expropiación de las materias primas, es el capitalismo de las nuevas formas de explotación social – que históricamente en los tiempos de profundización de la crisis estructural – hoy poli-crisis sistémica – forja un “nuevo consenso” el llamado “Consenso de los Commodities”, sistematizado políticas, principalmente garantizar y viabilizar las “políticas de Estado” de una gobernabilidad – sumisa a los intereses corporativos de las mega corporaciones transnacionales y en el propio  carácter de clase, de las políticas neoliberales – en relación a las grandes inversiones en un contexto – aún “tercer-mundista” de los países en desarrollo, por ejemplo en América Latina, un continente de la más alta, extensa y profunda desigualdad económico social – como la supervivencia de un modo de producción tradicional, extractivista,  exportador de materias primas,  depredador de nuestra Naturaleza.


El Nuevo Orden Mundial. El Multilateralismo (económico, social, político, cultural, ambiental, institucional), los poderes facticos globales, el nuevo poder en el mercado único globalizado de las economías BRIChS, el verdadero poder  (el Club de Bilderberg, Los Nuevos Amos del Mundo) la crisis estructural económico-financiera y la crisis civilizatoria, en un escenario complejo, múltiple, polarizado, sistémico del "Cambio de Época Histórica", los grandes actores tienden en su lucha interna unos a mantener su lugar y otros disputan nuevos contextos económico-políticos.
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Además si miramos en su profundidad y extensión los grandes cambios estructurales que se presentan dentro del propio capitalismo – globalización en crisis – nos encontramos que la globalización neoliberal está consolidando la nueva era de la transnacionalización de los monopolios imperialistas, básicamente centrado no sólo en este nuevo modelo de acumulación mundial, sino que además existen tres ramas de la economía corporativa – donde la crisis no está presente -, es la economía de las industrias culturales, la revolución tecnológica y de la comunicación electrónica – la innovación, cambios y transformaciones diarias en las redes sociales en general -; presente y activa en la economía de la guerra, (y también está presente la guerra económica, caso concreto de Venezuela) las corporaciones y mega-corporaciones siguen buscando nuevos mercados – dentro del mercado único mundial del neoliberalismo – si, y sí no hay, es su responsabilidad “crearla”, “inventarla”, “generarla”, (o estallarla),  para eso ellos (as) son dueños absolutos del “poder” mundial; y tercero está presente y ha logrado mundializarse, es la economía criminal – incluso con la presencia de Estados inviables y/o “narco-estados” hoy muy visibles en un mundo en crisis, pero reforzados por la presencia de los Paraísos Fiscales – economía del narcotráfico, del narco-terrorismo, evasión tributaria, lavado de activos, corrupción y robos, prostitución de menores, migración ilegal transcontinental sumados y sistematizados en una sociedad en riesgo global, muy compleja donde el control del petróleo, el gas, y en general los commodities se han transformado en un verdadero poder global.


Los sucesos en curso en Venezuela constituyen la respuesta de la oposición a las drásticas medidas tomadas por el gobierno de Maduro para combatir el acaparamiento criminal de artículos de primera necesidad, el desabastecimiento intencionado, la especulación ilegal con las divisas y un sin número de prácticas de la guerra económica que los empresarios nacionales y extranjeros adelantan contra este gobierno.
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En este escenario están presentes las guerras - unas internas, otras generadas por las propias corporaciones y otras aún enclavadas en la “vieja” geopolítica del dominio y control geográfico-territorial (unos que asumen su defensa frente al “poder” de las corporaciones presentes en la OTAN y otros asumiendo su defensa en un escenario mundial de “poder militar” entre las viejas potencias imperiales y las nuevas potencias de oligarquías financieras y “zares” imperiales -. Las “nuevas” potencias económico-político-militares, presentes en el Nuevo Orden Mundial descentralizado – Rusia, China, Europa, Estados Unidos –no solamente unos tratan de conservar su poder, (Unión Europea, Estados Unidos) otros buscan encontrar un escenario que responda a sus “nuevos” objetivos económico – comerciales – (China) y político militares (Rusia). Escenario mundial complejo, turbulento, polarizado, en el centro guerras como Siria, Afganistán, ahora Ucrania – Crimea – Venezuela – y cuántas más serán “oficialmente” prendidas – arde la globalización – hechos y acontecimientos que los crean y generan los “personajes claves” de las corporaciones de la poderosa  economía de la guerra, buscando un reacomodo económico-político-militar de un mundo que se le va de las manos, ante el surgimiento de nuevos poderes facticos – nuevas oligarquías financieras, nuevos grupos oligárquicos comercial exportadores de la Nueva Burguesía Transnacional NBTn – el poder factico global – el poder del Club de Bilderberg es decir, los Nuevos Amos del Mundo.


América Latina el desempleo afecta a 7.8 millones de jóvenes, en la actualidad, en un continente en crecimiento macro-económico, con edades entre los 15 y 24 años, asegura la Organización Internacional del Trabajo OIT. El Informe “Trabajo decente y juventud en América Latina: Políticas para la acción”.
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Analizar e interpretar en su conjunto el escenario mundial de las clases y la lucha de clases –producto del Cambio de Época Histórica -, es muncho más amplio, complejo y profundo en su verdadero contenido estructural multidimensional y el “verdadero juego” estratégico de la nueva geopolítica mundial y el papel principal de los actores centrales; corporaciones y mega-corporaciones, organismos supranacionales, (FMI; BM; OMC;) instituciones mundiales,(ONU) organizaciones de países como: la OCDE – las supuestas 30 economías más desarrolladas); los NO alineados:  el G-77 – y su más de 130 países (El Tercer Mundo) el G-8 – el poder político militar y el “viejo poder” económico-financiero (países globalizadores) y el G-20 ( las 20 economías más desarrolladas del mundo ( pero unos en crisis estructural y recesión)(Eurozona), otros de poderosas economías emergentes (los BRIChS) y “los otros”, en crecimiento macroeconómico como Argentina, México, Perú, etc. El Nuevo Orden Mundial, el nuevo Multilateralismo – multidimensional – escenario de escenarios producto del Cambio de Época Histórica, conjunto sistematizado de contextos múltiples, donde las guerras – sea cuál sea su origen – de los poderes facticos mundiales se juegan sus tiempos suplementarios del control y dominio del mundo, un mundo globalizado en crisis violenta, cruel y salvaje, una sociedad donde la desigualdad económico social se ha mundializado, donde el desempleo se globalizó, un mundo donde la indiferencia se ha globalizado, una sociedad en crisis civilizatoria y un mundo emergente mayoritario que busca una “buena ubicación” en el escenario del Nuevo Orden Mundial del Multilateralismo Global.
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Crisis internacional y la globalización como sistema fallido. Las interrogantes de siempre. ¿Hasta cuándo y cuanto hay que continuar pagando por el pasado?. ¿Quién coloca los términos éticos en política?.
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CRISIS INTERNACIONAL Y LA GLOBALIZACIÓN COMO UN SISTEMA FALLIDO.
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Juan Francisco Coloane (especial para ARGENPRESS.info).

Miércoles 5 de marzo del 2014.

La tensión internacional surgida de los conflictos en Ucrania, Crimea y que también suceden en Siria, Medio Oriente, Corea del Norte, Irán y Venezuela, responde a pactos, acuerdos y procesos no resueltos de la Segunda Guerra Mundial. Al centro subyace el problema de la política de expansión y supremacía que prevalece en la Alianza Trasatlántica liderada por Estados Unidos y que ha derivado en un sistema fallido en la gobernabilidad de la globalización.

La ausencia de un nuevo orden mundial post guerra fría es el germen del estado de beligerancia que prevalece. La implantación de una globalización sin pactos políticos y sociales ha sometido a la mayor parte de la población del planeta a un atolladero político, económico y social y la estabilidad internacional se ve cada vez menos asegurada. Al observar la actual crisis en torno a Ucrania y Crimea la contracción analítica del debate sesgado es evidente. Se confunde la opción con el diagnóstico y es así como la cooperación internacional para salir de ese atolladero se divisa como una quimera. El período de la coexistencia pacífica de la década de 1960, con el telón de fondo dramático de Vietnam era quimera o pura teoría, como en la actualidad en que la globalización levanta su careta.

Estos focos de tensión forman parte de enclaves estratégicos donde Estados Unidos y la Alianza Trasatlántica han perdido influencia. Ni China ni Rusia están en condiciones, ni han demostrado interés explícito en disputar ese tipo de supremacía expansiva en lo territorial y avasallante en lo cultural. La Carta de Naciones Unidas es inequívoca en este respecto. Las ambiciones hegemónicas en el plano que sea, son contrarias a ese objetivo y que hoy día se palpa en los conflictos señalados.

Los antecedentes demuestran que Estados Unidos desde el fin de la segunda guerra ha manejado sus asuntos internacionales bajo supuestos más ligados a la necesidad de dominar que a la obligación de contribuir a un orden mundial equilibrado y más igualitario. Poca duda cabe que la desprogramación del mundo bipolar post guerra fría no ha sido asimilada por Estados Unidos sus aliados. Más bien se niegan a implementarla porque se puede operar más protegido con unipolaridad y unilateralismo.

La tensión entre Estados Unidos y Rusia en torno a Ucrania y Crimea que acapara la atención mundial, es el resplandor de esos nudos no resueltos, siendo el más paradigmático el que afecta al mundo Árabe. Es bueno colocarlo como ejemplo porque desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, ha pasado más de medio siglo y esa parte del mundo que se extiende desde el norte de África, pasando por el Oriente Medio hasta los países del Asia Central, ha estado expuesto a ser el gran botín en la geopolítica y ha vivido bajo una guerra permanente.

El núcleo del problema consiste en el reconocimiento del estado de Israel en 1948 por Naciones Unidas y la expulsión de más de la mitad de la población, una mayoría de árabes, que ocupaban las cuatro quintas partes del territorio. El hecho produce un contrasentido histórico único convertido en una permanente agresión a la racionalidad política. La comunidad internacional que contribuía a fundar un nuevo estado no cumplía con la misión de formar el estado Palestino.

Cuando se tomó la decisión no se anticipó la profunda herida que se estacionaba en el mundo Árabe y en aquellas naciones sometidas al colonialismo. Tampoco vislumbraron que el despojo territorial construía también una tensión internacional permanente. La poderosa impronta militar del estado de Israel en cierta medida ha garantizado para esa Alianza una forma de falso equilibrio en la región y no se conoce otra. La URSS aceptó estos términos, principalmente por la población judía que vivía en sus repúblicas, alentando también la suspicacia en muchos gobernantes Árabes respecto al grado de compromiso del bloque soviético con la causa del estado Palestino. Fenómenos como las guerras en Afganistán, Irak y el Líbano, la actual intervención Siria, el rechazo aliancista al desarrollo nuclear en Irán, se deben analizar en la perspectiva histórica del histórico despojo territorial al pueblo Palestino.

La tensión internacional actual entorno a Ucrania y Crimea responde a esa misma lógica de búsqueda de expansión de la Alianza Transatlántica a la que han estado expuestas las naciones Árabes. Esta vez en Ucrania y Crimea, como está sucediendo en Siria, Rusia le ha salido al paso a la dominación transatlántica y se hace indispensable visualizar la amenaza de desestabilización por la que atraviesa Venezuela en la dimensión de esa dominación. Hay una sincronía en la direccionalidad con que la Alianza Transatlántica agudiza los conflictos y las tensiones en Ucrania, Siria, Corea del Norte, Irán y Venezuela. Todas las acciones responden al plan de desestabilización de estados antagónicos a esa Alianza.

Los sucesos en torno a Ucrania y Crimea son indicadores inequívocos de un estado de situación de dividendos no resueltos desde la segunda guerra mundial y que revelan una vez más la distancia entre los principios de la Carta de Naciones Unidas y las políticas expansivas de la Alianza Transatlántica. Han transcurrido más de dos décadas desde el fin de la guerra fría y aun dista de ser clara la configuración de la nueva era. La fisonomía de ese nuevo orden mundial no se vislumbra y lo que predomina más bien es una marcada incertidumbre que se ve reflejada por la inacción o la precipitación por resolver complejas exigencias.

Frente a una Rusia debilitada, con una China que históricamente no ha sido expansiva, la Alianza Occidental vencedora de la guerra fría no ha sabido qué hacer con todo el espacio poder a su disposición. Los resultados son paupérrimos. No es claro si es un problema de fondo ideológico en la reconstrucción del sistema capitalista, o es un tema del uso inadecuado de la instrumentación técnica. Pueden ser ambos factores y queda la sensación de una decadencia profunda en el liderazgo y también, como que la experiencia acumulada no fuera el sustrato de las políticas de estado en los países acostumbrados al dominio.

Las interrogantes de siempre. ¿Hasta cuándo, y cuanto, hay que continuar pagando por el pasado? ¿Quién coloca los términos éticos en política?.
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1 comentario:

Unknown dijo...

maestro soy de mexico, un estudiante de el ultimo semestre de preparatoria, me gusta mucho su forma de escribir y pues resulta que el próximo sabado tengo un debate en el cual la premisa es: ¨Las protestas ciudadanas en las calles son un recurso adecuado para influir en las decisiones gubernamentales¨ y pues me gustaría mucho tener su opinión sobre este tema, mi correo es mayster1981@hotmail.com si usted tuviera la manera de comunicarse conmigo etaria muy agradecido, espero no molestarlo y de antemano muchas gracias