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El Nuevo Orden Mundial, básica y
fundamentalmente como resultado directo del “Cambio de Época, Histórica”,
producto de la gran crisis estructural que explosiona en octubre del 2008,
a nivel político mundial, entra en crisis final la Unipolaridad global –
Estados Unidos, el Estado Gendarme y corporativo – producto de los tiempos
políticos e históricos de La Caída del Muro de Berlín –noviembre de 1989 -, de
la crisis final del socialismo realmente NO existente y la propia imposición de
las políticas globales neoliberales del “Consenso de Washington” de los 90’. El “Cambio de Época Histórica” nos
presenta nuevos escenarios económicos, sociales, políticos, culturales,
ambientales e institucionales, es decir, está emergiendo un “nuevo” Multilateralismo, donde Estados
Unidos deja de ser el “gendarme y el poder unipolar mundial”. Producto de este
nuevo orden mundial, tenemos presente nuevos Estados con nuevos poderes
regionales – Rusia, China, India, Brasil, la Unión Europea, (básicamente es el poder de Alemania) y el propio Estados
Unidos (es la primera economía y el primer poder militar mundial), igualmente
el mundo emergente nos presenta un nuevo escenario global: las economías BRIChS – Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica –
Obviamente, es el nuevo multilateralismo
mundial, que comienza a consolidarse en el epicentro de una crisis
estructural sistémica, que igualmente está generando desde la propia raíz de la
crisis – la crisis del capitalismo financiero-especulativo, primera fase de la
globalización neoliberal – un “nuevo” modelo del capitalismo, de acumulación mundial –
es el capitalismo por desposesión de los recursos naturales -. Es el
capitalismo del pillaje, del saqueo, de la expropiación de las materias primas,
es el capitalismo de las nuevas formas de explotación social – que históricamente
en los tiempos de profundización de la crisis estructural – hoy poli-crisis
sistémica – forja un “nuevo consenso” el
llamado “Consenso de los Commodities”, sistematizado políticas, principalmente
garantizar y viabilizar las “políticas de Estado” de una gobernabilidad – sumisa a los intereses corporativos de las mega
corporaciones transnacionales y en el propio carácter de clase, de las políticas
neoliberales – en relación a las grandes inversiones en un contexto – aún “tercer-mundista”
de los países en desarrollo, por ejemplo
en América Latina, un continente de la más alta, extensa y profunda desigualdad
económico social – como la supervivencia de un modo de producción tradicional,
extractivista, exportador de materias primas, depredador de nuestra Naturaleza.
El Nuevo Orden Mundial. El Multilateralismo (económico, social, político, cultural, ambiental, institucional), los poderes facticos globales, el nuevo poder en el mercado único globalizado de las economías BRIChS, el verdadero poder (el Club de Bilderberg, Los Nuevos Amos del Mundo) la crisis estructural económico-financiera y la crisis civilizatoria, en un escenario complejo, múltiple, polarizado, sistémico del "Cambio de Época Histórica", los grandes actores tienden en su lucha interna unos a mantener su lugar y otros disputan nuevos contextos económico-políticos.
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Además si miramos en su profundidad y
extensión los grandes cambios estructurales que se
presentan dentro del propio capitalismo – globalización en crisis – nos encontramos
que la globalización neoliberal está consolidando la nueva era de la transnacionalización de los monopolios
imperialistas, básicamente centrado no sólo en este nuevo modelo de
acumulación mundial, sino que además existen tres ramas de la economía corporativa
– donde la crisis no está presente -, es
la economía de las industrias culturales, la revolución tecnológica y de la comunicación electrónica – la innovación,
cambios y transformaciones diarias en las redes sociales en general -; presente y activa en la economía de la
guerra, (y también está presente la guerra económica, caso concreto de Venezuela) las corporaciones
y mega-corporaciones siguen buscando nuevos mercados – dentro del mercado único
mundial del neoliberalismo – si, y sí no hay, es su responsabilidad “crearla”, “inventarla”,
“generarla”, (o estallarla), para eso
ellos (as) son dueños absolutos del “poder”
mundial; y tercero está presente
y ha logrado mundializarse, es la economía criminal – incluso con la
presencia de Estados inviables y/o “narco-estados” hoy muy visibles en un mundo
en crisis, pero reforzados por la presencia de los Paraísos Fiscales – economía del narcotráfico, del
narco-terrorismo, evasión tributaria, lavado de activos, corrupción y robos,
prostitución de menores, migración ilegal transcontinental sumados y sistematizados
en una sociedad en riesgo global, muy compleja donde el control del petróleo, el gas, y
en general los commodities se han transformado en un verdadero poder global.
Los sucesos en curso en Venezuela constituyen
la respuesta de la oposición a las drásticas medidas tomadas por el gobierno de
Maduro para combatir el acaparamiento criminal de artículos de primera
necesidad, el desabastecimiento intencionado, la especulación ilegal con las
divisas y un sin número de prácticas de la guerra económica que los empresarios
nacionales y extranjeros adelantan contra este gobierno.
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En este escenario están presentes las
guerras - unas internas, otras generadas por las propias corporaciones
y otras aún enclavadas en la “vieja” geopolítica del dominio y control
geográfico-territorial (unos que asumen su defensa frente al “poder” de las corporaciones presentes en
la OTAN y otros asumiendo su defensa en un escenario mundial de “poder
militar” entre las viejas potencias
imperiales y las nuevas potencias de oligarquías financieras y “zares”
imperiales -. Las “nuevas” potencias económico-político-militares,
presentes en el Nuevo
Orden Mundial descentralizado – Rusia, China, Europa, Estados Unidos
–no solamente unos tratan de conservar su poder, (Unión Europea, Estados
Unidos) otros buscan encontrar un escenario que responda a sus “nuevos” objetivos
económico – comerciales – (China) y político militares (Rusia). Escenario mundial complejo, turbulento,
polarizado, en el centro guerras como Siria, Afganistán, ahora Ucrania –
Crimea – Venezuela – y cuántas más serán “oficialmente” prendidas – arde la
globalización – hechos y acontecimientos que los crean y generan los “personajes
claves” de las corporaciones de la poderosa
economía de la guerra, buscando un reacomodo económico-político-militar
de un mundo que se le va de las manos, ante
el surgimiento de nuevos poderes facticos – nuevas oligarquías financieras,
nuevos grupos oligárquicos comercial exportadores de la Nueva Burguesía
Transnacional NBTn – el poder factico global – el poder del Club de Bilderberg
es decir, los Nuevos Amos del Mundo.
América Latina el desempleo afecta a 7.8 millones de
jóvenes, en la actualidad, en un continente en crecimiento macro-económico, con
edades entre los 15 y 24 años, asegura la Organización Internacional del
Trabajo OIT. El Informe “Trabajo decente y juventud en América Latina:
Políticas para la acción”.
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Analizar e interpretar en su conjunto el
escenario mundial de las clases y la lucha de clases –producto del Cambio de
Época Histórica -, es muncho más amplio, complejo y profundo en su
verdadero contenido estructural multidimensional y el “verdadero juego” estratégico de la nueva geopolítica
mundial y el papel principal de los actores centrales; corporaciones y
mega-corporaciones, organismos supranacionales, (FMI; BM; OMC;) instituciones mundiales,(ONU) organizaciones de países como: la OCDE – las supuestas 30 economías más desarrolladas); los NO alineados: el G-77
– y su más de 130 países (El Tercer Mundo) el G-8 – el poder político militar y el “viejo poder”
económico-financiero (países globalizadores) y el G-20 ( las 20 economías más desarrolladas del mundo ( pero unos en
crisis estructural y recesión)(Eurozona), otros de poderosas economías
emergentes (los BRIChS) y “los otros”, en crecimiento
macroeconómico como Argentina, México, Perú, etc. El Nuevo Orden Mundial, el nuevo
Multilateralismo – multidimensional – escenario de escenarios producto
del Cambio de Época Histórica,
conjunto sistematizado de contextos múltiples, donde las guerras – sea cuál sea
su origen – de los poderes facticos
mundiales se juegan sus tiempos suplementarios del control y dominio del
mundo, un mundo globalizado en crisis violenta, cruel y salvaje, una sociedad donde la desigualdad económico
social se ha mundializado, donde el desempleo se globalizó, un mundo donde la
indiferencia se ha globalizado, una sociedad en crisis civilizatoria y un mundo emergente
mayoritario que busca una “buena ubicación” en el escenario del Nuevo Orden
Mundial del Multilateralismo Global.
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Crisis internacional y la
globalización como sistema fallido. Las interrogantes de siempre. ¿Hasta cuándo
y cuanto hay que continuar pagando por el pasado?. ¿Quién coloca los términos éticos
en política?.
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CRISIS
INTERNACIONAL Y LA GLOBALIZACIÓN COMO UN SISTEMA FALLIDO.
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Juan Francisco Coloane (especial para
ARGENPRESS.info).
Miércoles 5 de marzo del 2014.
La
tensión internacional surgida de los conflictos en Ucrania, Crimea y que
también suceden en Siria, Medio Oriente, Corea del Norte, Irán y Venezuela,
responde a pactos, acuerdos y procesos no resueltos de la Segunda Guerra
Mundial. Al centro subyace el problema de la política de expansión y supremacía
que prevalece en la Alianza Trasatlántica liderada por Estados Unidos y que ha
derivado en un sistema fallido en la gobernabilidad de la globalización.
La ausencia de un nuevo orden mundial post guerra fría es el germen del estado de beligerancia que prevalece. La implantación de una globalización sin pactos políticos y sociales ha sometido a la mayor parte de la población del planeta a un atolladero político, económico y social y la estabilidad internacional se ve cada vez menos asegurada. Al observar la actual crisis en torno a Ucrania y Crimea la contracción analítica del debate sesgado es evidente. Se confunde la opción con el diagnóstico y es así como la cooperación internacional para salir de ese atolladero se divisa como una quimera. El período de la coexistencia pacífica de la década de 1960, con el telón de fondo dramático de Vietnam era quimera o pura teoría, como en la actualidad en que la globalización levanta su careta.
La ausencia de un nuevo orden mundial post guerra fría es el germen del estado de beligerancia que prevalece. La implantación de una globalización sin pactos políticos y sociales ha sometido a la mayor parte de la población del planeta a un atolladero político, económico y social y la estabilidad internacional se ve cada vez menos asegurada. Al observar la actual crisis en torno a Ucrania y Crimea la contracción analítica del debate sesgado es evidente. Se confunde la opción con el diagnóstico y es así como la cooperación internacional para salir de ese atolladero se divisa como una quimera. El período de la coexistencia pacífica de la década de 1960, con el telón de fondo dramático de Vietnam era quimera o pura teoría, como en la actualidad en que la globalización levanta su careta.
Estos
focos de tensión forman parte de enclaves estratégicos donde Estados Unidos y
la Alianza Trasatlántica han perdido influencia. Ni China ni Rusia están en
condiciones, ni han demostrado interés explícito en disputar ese tipo de
supremacía expansiva en lo territorial y avasallante en lo cultural. La Carta
de Naciones Unidas es inequívoca en este respecto. Las ambiciones hegemónicas
en el plano que sea, son contrarias a ese objetivo y que hoy día se palpa en
los conflictos señalados.
Los
antecedentes demuestran que Estados Unidos desde el fin de la segunda guerra ha
manejado sus asuntos internacionales bajo supuestos más ligados a la necesidad
de dominar que a la obligación de contribuir a un orden mundial equilibrado y
más igualitario. Poca duda cabe que la desprogramación del mundo bipolar post
guerra fría no ha sido asimilada por Estados Unidos sus aliados. Más bien se
niegan a implementarla porque se puede operar más protegido con unipolaridad y
unilateralismo.
La
tensión entre Estados Unidos y Rusia en torno a Ucrania y Crimea que acapara la
atención mundial, es el resplandor de esos nudos no resueltos, siendo el más
paradigmático el que afecta al mundo Árabe. Es bueno colocarlo como ejemplo
porque desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, ha pasado más de medio siglo
y esa parte del mundo que se extiende desde el norte de África, pasando por el
Oriente Medio hasta los países del Asia Central, ha estado expuesto a ser el
gran botín en la geopolítica y ha vivido bajo una guerra permanente.
El núcleo
del problema consiste en el reconocimiento del estado de Israel en 1948 por
Naciones Unidas y la expulsión de más de la mitad de la población, una mayoría
de árabes, que ocupaban las cuatro quintas partes del territorio. El hecho
produce un contrasentido histórico único convertido en una permanente agresión
a la racionalidad política. La comunidad internacional que contribuía a fundar
un nuevo estado no cumplía con la misión de formar el estado Palestino.
Cuando se
tomó la decisión no se anticipó la profunda herida que se estacionaba en el
mundo Árabe y en aquellas naciones sometidas al colonialismo. Tampoco
vislumbraron que el despojo territorial construía también una tensión
internacional permanente. La poderosa impronta militar del estado de Israel en
cierta medida ha garantizado para esa Alianza una forma de falso equilibrio en
la región y no se conoce otra. La URSS aceptó estos términos, principalmente
por la población judía que vivía en sus repúblicas, alentando también la
suspicacia en muchos gobernantes Árabes respecto al grado de compromiso del
bloque soviético con la causa del estado Palestino. Fenómenos como las guerras
en Afganistán, Irak y el Líbano, la actual intervención Siria, el rechazo
aliancista al desarrollo nuclear en Irán, se deben analizar en la perspectiva
histórica del histórico despojo territorial al pueblo Palestino.
La
tensión internacional actual entorno a Ucrania y Crimea responde a esa misma
lógica de búsqueda de expansión de la Alianza Transatlántica a la que han
estado expuestas las naciones Árabes. Esta vez en Ucrania y Crimea, como está
sucediendo en Siria, Rusia le ha salido al paso a la dominación transatlántica
y se hace indispensable visualizar la amenaza de desestabilización por la que
atraviesa Venezuela en la dimensión de esa dominación. Hay una sincronía en la
direccionalidad con que la Alianza Transatlántica agudiza los conflictos y las
tensiones en Ucrania, Siria, Corea del Norte, Irán y Venezuela. Todas las
acciones responden al plan de desestabilización de estados antagónicos a esa
Alianza.
Los
sucesos en torno a Ucrania y Crimea son indicadores inequívocos de un estado de
situación de dividendos no resueltos desde la segunda guerra mundial y que
revelan una vez más la distancia entre los principios de la Carta de Naciones
Unidas y las políticas expansivas de la Alianza Transatlántica. Han
transcurrido más de dos décadas desde el fin de la guerra fría y aun dista de
ser clara la configuración de la nueva era. La fisonomía de ese nuevo orden
mundial no se vislumbra y lo que predomina más bien es una marcada
incertidumbre que se ve reflejada por la inacción o la precipitación por
resolver complejas exigencias.
Frente a
una Rusia debilitada, con una China que históricamente no ha sido expansiva, la
Alianza Occidental vencedora de la guerra fría no ha sabido qué hacer con todo
el espacio poder a su disposición. Los resultados son paupérrimos. No es claro
si es un problema de fondo ideológico en la reconstrucción del sistema
capitalista, o es un tema del uso inadecuado de la instrumentación técnica.
Pueden ser ambos factores y queda la sensación de una decadencia profunda en el
liderazgo y también, como que la experiencia acumulada no fuera el sustrato de
las políticas de estado en los países acostumbrados al dominio.
Las interrogantes de siempre. ¿Hasta cuándo,
y cuanto, hay que continuar pagando por el pasado? ¿Quién coloca los términos
éticos en política?.
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1 comentario:
maestro soy de mexico, un estudiante de el ultimo semestre de preparatoria, me gusta mucho su forma de escribir y pues resulta que el próximo sabado tengo un debate en el cual la premisa es: ¨Las protestas ciudadanas en las calles son un recurso adecuado para influir en las decisiones gubernamentales¨ y pues me gustaría mucho tener su opinión sobre este tema, mi correo es mayster1981@hotmail.com si usted tuviera la manera de comunicarse conmigo etaria muy agradecido, espero no molestarlo y de antemano muchas gracias
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