La coyuntura
latinoamericana es tiempo de crisis – económica, social, política,
institucional – complejo y múltiple proceso que hoy está presente
entre la crisis “terminal”, “final” del progresismo democrático latinoamericano
y el avance “incontenible” del neoliberalismo o por la vía electoral (Argentina
y Venezuela) o por la vía del “golpismo político” – Brasil - . Es cierto las
afirmaciones de los “ideólogos”, opinologos y defensores a “sueldo” de los
viejos y tradicionales poderes conservadores, que el progresismo de izquierda
está terminando, básicamente por tres argumentos que hoy están presentes al
interior de las clases y lucha de clases en América latina:
La Corrupción ha logrado
penetrar en todas las instancias de la sociedad actual. No sólo está presente
con sus diversas formas y estilos visibles e invisibles en la Política, los
partidos políticos, la “clase” política, la representación, sino que ha logrado
capturar las instituciones de mayor importancia de la vida nacional. Ejecutivo,
Legislativo, Poder Judicial, Consejo de Magistratura, Universidades, Policía,
Medios de Comunicación, Gobiernos Regionales, Locales, empresarios, etc. El
virus envenenado de la corrupción está destruyendo el país en su conjunto,
realidad que ha penetrado en la estructura de los propios movimientos políticos
progresistas. Las denuncias y el apresamiento de principales personajes de la “vida
política” hoy están presos, privados de
su libertad. Realidad que está destruyendo los movimientos políticos de la
izquierda democrática.
La crisis económico-financiera en forma progresiva está hoy presente en América latina. Los 10 años de crecimiento macro-económico una vez más han sido desperdiciados, porque no ha servido para impulsar el desarrollo económico-social-sustentable. El viejo modelo extractivista exportador de materias primas no ha sido superado y hoy se hunde aún más cuando se presenta la crisis global de los precios de los Commodities en el mercado mundial. Las economías BRICS – China India y Brasil están internamente en procesos de ajuste estructural y otros han reducido drásticamente la compra de los commodities, generando verdadero caos interno en varios países. La crisis económico-financiera que avanza en silencio – justificada por algunos gobiernos –está comenzando a pedir factura a los gobiernos de la izquierda progresista. Cuidado ya en Brasil, Chile y Ecuador, comienza a juntarse – lo que por mucho tiempo estuvo separado, incluso hasta opuesto – lo social, económico y político. Los precios de los artículos de primera necesidad en los mercados de economías neoliberales, están comenzando a “dispararse” situación que origina la “explosión social” de trabajadores, empleados, juventud, profesionales y en general de los pueblos que sufre la arremetida de la economía neoliberal.
Los Liderazgos Sociales y Políticos que en otros
tiempos asumieron personalidades nuevas en la Política como Lula en Brasil, Kirchner
en Argentina, Chávez en Venezuela, ha significado un profundo vacío político de poder sustituir,
por la obra y representación política que realizaron en abrir nuevos espacios y
ámbitos políticos en un escenario continental, plagado de políticas neoliberales,
como fue la derrota del ALCA – el serio intento del Presidente Clinton, para
imponer una nueva forma de dominación;
realidad que permitió abrir nuevos caminos políticos hacia la Unión Europea,
China, India y otros países. La herencia política hacia la continuidad del proceso
político en verdad que ha sido muy difícil por la polarización político-social – la derecha
ganó las calles y las plazas públicas -, más la violenta campaña de demolición
política desarrollada por los medios de comunicación – el poder factico
mediático –de la SIP y su papel de “entrar de lleno en la política” con la
imposición de sus Agendas Políticas que o convivieron con la Plataforma de Gobierno vigente, o lograron
ante la crisis de los gobiernos, imponer su propia agenda social que defendía
el poder de las corporaciones transnacionales.
Finalmente,
hay mucho más para comentar sobre los avances de la derecha “política” o
electoral o golpista en Nuestra América, pero también como es lógico, la
Izquierda progresista hoy el escenario
de las clases y la lucha de clases, en su extrema polarización, aprendió a cómo
defenderse en lo fundamental para proteger los grandes avances sociales en
beneficio de la Ciudadanía, en un escenario múltiple, turbulento, como es la
existencia de “dos” sociedades civiles, con distintos y antagónicos objetivos
políticos hoy frente a la crisis sistémica y como trabajamos en un mundo como es el “Cambio de Época,
Histórica” en un mundo multipolar.
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AMÉRICA
LATINA:
AVANCE
POSNEOLIBERAL VERSUS RESTAURACIÓN CONSERVADORA.
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Manuel Bertoldi.
ALAI. América Latina en Movimiento.
Martes 1 de diciembre del 2015.
El continente nuestroamericano está atravesando un
nuevo ciclo de la lucha de clases determinado por lo que implicó la derrota del
ALCA hace 10 años. Vivimos un momento histórico importante y complejo,
determinado por una nueva correlación de fuerzas que se construyó entre el
capital, los gobiernos y las fuerzas populares luego del proceso de movilización
y cambio de época que significó la derrota del plan de Estados Unidos para el
continente. Decimos que se trata de un momento complejo porque se presenta
enmarcado en una crisis múltiple del sistema hegemónico.
Crisis multidimensional
La emergencia de la crisis capitalista a nivel
mundial en 2008, si bien no tuvo repercusiones inmediatas en nuestro
continente, comenzó a afectar las tasas de crecimiento de las principales
economías, favoreciendo la inversión extranjera de las potencias que recurren a
nuevos territorios y explotación de bienes naturales para paliar sus crisis
internas (EEUU, UE, China). Hay que aclarar que la crisis capitalista no generó
el agotamiento del patrón de acumulación basado en la privatización y
explotación de bienes comunes, sino que en todo caso lo aceleró de la mano de
una mayor concentración de las riquezas.
Mientras tanto, se intensifican los conflictos
bélicos regionales, para aumentar los gastos de la industria militar
estadounidense y europea: la paz está en crisis. En América Latina, se
consolida una ofensiva imperialista en múltiples niveles, que se evidencia de
forma clara a partir de 2009, con el golpe de Estado en Honduras.
Desde el punto de vista económico, los tratados de
libre comercio se consolidan no sólo a partir de acuerdos bilaterales, sino que
por primera vez después del intento del ALCA, Estados Unidos promueve el armado
de la Alianza del Pacifico, aceptado y promovido por Chile, Perú, Colombia y
México, que se plantea la incorporación de varios países más. La Alianza del
Pacífico tiene, además, el objetivo político de frenar los procesos de
integración impulsados por la Revolución Bolivariana, como han sido el ALBA, la
UNASUR y la CELAC, que en un hecho histórico incorpora a Cuba a un mecanismo de
integración regional, dejando de lado a Estados Unidos y Canadá.
Podemos decir entonces que la “contraofensiva
imperialista”, está operando articuladamente desde el punto de vista político,
militar, económico y también desde el punto de vista ideológico, a través de
los medios de comunicación hegemónicos, las Organizaciones No Gubernamentales,
y el reforzamiento de un fuerte aparato cultural que se reproduce a escala
masiva marcando y orientando las pautas de consumo y la construcción de valores
en el pueblo, ajenos a sus intereses.
Nueva etapa
El nuevo mapa político, surgido de los procesos de
resistencia al neoliberalismo, fue atravesado por las mediaciones que cada
pueblo tuvo la capacidad de construir en la arena pública. De tal manera, la
región vivió una serie de procesos que, con sus similitudes y sus
particularidades locales, dejan para el pueblo una serie de interrogantes,
aprendizajes y desafíos donde la contraofensiva conservadora inclusive avanza
llegando al gobierno con una coalición de derecha por la vía democrática en un
país como la Argentina y condiciona seriamente al gobierno del PT en Brasil
haciéndolo asumir una agenda de ajuste neoliberal. A pesar de este nuevo
escenario que se viene configurando, los pisos de acumulación tanto en términos
sociales y políticos, no son los mismos que teníamos hace 20 años atrás.
Vivenciamos un momento de reagrupamiento dinámico
del campo popular, con dispersiones y confluencias en desarrollo, donde el
debate de la unidad todavía marca la etapa actual como lo hizo también durante
el ascenso de movilización popular que puso en crisis la hegemonía neoliberal.
El desafío, en este sentido, pasa por la construcción, en términos
estratégicos, de un proyecto de integración popular, que unifique diferentes
expresiones, sin renunciar a la diversidad propia de una sociedad fragmentada
socialmente, pero con la pretensión de articular un proyecto de la clase
trabajadora del campo y la ciudad en su conjunto, que permita desarrollar y
disputar hegemonía.
Esta necesidad, a su vez, se encuentra entrelazada
con una batalla ideológica que se remonta a los procesos de independencias
parciales en América Latina y el Caribe. Durante casi dos siglos, las
oligarquías locales y luego, las burguesías emergentes en cada uno de nuestros
países, han tenido éxito en situar las coordenadas del debate político en los
marcos de cada país, como si la realidad política, económica y social estuviera
determinada casi exclusivamente por lo que sucede al interior de las fronteras de
cada Estado. El propio relato histórico describe los procesos de independencia
de los nuevos Estados desligándolos de un proceso general como el que realmente
ocurrió hace doscientos años y como también ocurre ahora.
Decíamos anteriormente que estamos adentrándonos en
una nueva etapa en América Latina donde se pondrán en juego las correlaciones
de fuerzas cristalizadas en la derrota del ALCA hace diez años atrás. Es
fundamental que nuestros movimientos y articulaciones a nivel continental
podamos acordar tareas comunes que deben ser asumidas por el conjunto del
movimiento social y popular como ampliar estos debates, fortalecer el trabajo
de base y la concientización de nuestros pueblos sobre las actuaciones del
imperialismo y el capital en materia, por ejemplo, de los nuevos tratados de
libre comercio y la transnacionales. Las tareas deben estar enmarcadas en la
necesidad táctica y estratégica de aumentar el nivel de movilización de masas
en nuestros países. A diez años de la derrota del ALCA, la lucha contra el
imperialismo y el avance conservador en el continente debe ser un aglutinador
común para todas las organizaciones populares de Nuestramérica, partiendo de
las enseñanzas y aprendizajes que nos han dejado las luchas y resistencias a la
hegemonía neoliberal de décadas pasadas.
Conscientes de que aún falta mucho por crecer en
todos los aspectos, aspiramos a recorrer un camino de aprendizaje desde la
práctica militante concreta junto a la diversidad de expresiones de los pueblos
de Nuestra América, en un momento político marcado por la agresividad del
saqueo imperialista ante la emergencia de un mundo multipolar en donde también
tenemos que hacer esfuerzos para vincularnos con movimientos sociales y fuerzas
populares que están resistiendo en otros continentes.
Debemos asumir la
necesidad de fortalecer en nuestros pueblos la solidaridad internacionalista
ante la contraofensiva de EEUU en la región. Tanto Venezuela como Ecuador y
Bolivia son procesos de fundamental importancia para los pueblos de Nuestramérica
ya que funcionan como horizontes hacia donde caminar para todos nuestros
pueblos sabiendo, como decía Mariátegui, sin hacer calco ni copia. La defensa
irrestricta frente al imperialismo de los procesos de cambio debe ser asumida
por el conjunto del movimiento popular abonando y colaborando para que los
países consoliden su camino disruptivo con el orden hegemónico. A su vez es de
fundamental importancia rodear de nuestra más contundente solidaridad a nuestra
Cuba socialista que durante todos estos años ha servido de faro esperanzador
para pueblos que sufrimos dictaduras militares, oleadas neoliberales y
arremetidas de la derecha como actualmente estamos viviendo.
También debemos asumir desde nuestro trabajo
solidario que el proceso de paz con justicia social en Colombia es necesario
que avance porque la paz en Colombia es la paz en nuestro continente. Tenemos
que blindar a América Latina como zona de Paz.
A su vez debemos acompañar con nuestra solidaridad
el camino histórico de liberación del pueblo Haitiano y su lucha por el retiro
de la Minustah.
Un horizonte de soberanía popular, de independencia
económica y de justicia social es deseable y posible en la medida en que avance
la unidad dentro de cada país y entre los diferentes países. Nos alientan las
luchas de quienes nos precedieron y la consciencia de estar viviendo un cambio
de época en el que hay avances y retrocesos, pero nada queda sin moverse. Los
tiempos recientes demuestran que aún en los momentos que se anuncian más
oscuros, surge de una larga historia de resistencia y construcción de alternativas.
Creemos que en esta encrucijada, cada paso que podamos dar, de conjunto, ofrece
mayores posibilidades para avanzar en un proyecto emancipatorio cada vez más
necesario. Como en cada momento de nuestra historia, lo determinante será la
potencia -la legitimidad, la fuerza material- de la lucha popular.
La construcción y el fortalecimiento de un proyecto
de unidad de los movimientos sociales y populares del continente, la lucha
contra el imperialismo y la defensa irrestricta a los procesos de cambio en
curso, conforman entonces las tareas que consideramos, debemos asumir como
prioritarias.
El encuentro hemisférico a 10 años de la derrota
del ALCA convocado por Cuba y sus organizaciones, expresiones de su pueblo
organizado ya es un paso más de acumulación de nuestro proceso. Cuba ha sido
quien ha mantenido en alto la bandera de lucha contra el neoliberalismo décadas
atrás y quien ha puesto en marcha el motor de resistencia de nuestros pueblos.
Hoy desde su ejemplo y coherencia revolucionaria nos ha vuelto a convocar para
fortalecer nuestros vínculos, pensar de conjunto y ponernos frente al desafío
de avanzar en un frente común de acción y movilización siendo conscientes que
debemos avanzar en un mismo camino desde nuestra diversidad. Los tiempos que
vienen nos pondrán nuevamente a prueba para no retroceder en lo que hemos avanzado como
pueblos en estos últimos años.
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Ponencia
presentada en el encuentro Hemisférico a 10 años de la derrota del ALCA
realizado en la Habana en el mes de noviembre. La misma forma parte de los
debates y reflexiones que venimos transitando desde la Articulación Continental
de Movimientos Sociales hacia el ALBA. Se construyó en base al artículo,
Nuestramérica en la encrucijada, Vicente, F; Bertoldi M. publicado en Cuadernos
de CAMBIO N°2.
Manuel Bertoldi
Integrante de la Secretaria Operativa de la
Articulación Continental de Movimientos Sociales hacia el ALBA.
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