COP 21: PUEBLOS INDÍGENAS ALZARON SU VOZ A
FAVOR DEL MEDIO AMBIENTE. Exigen que sus derechos sean incorporados en las
decisiones y acuerdos que se suscriban en el encuentro mundial. Vestidos con sus atuendos
tradicionales, alrededor de 100 líderes indígenas de distintas nacionalidades,
protestaron en Le Bourget, París, Francia, la sede de la Conferencia de la ONU
sobre Cambio Climático (COP21), para exigir el reconocimiento de sus derechos y
que estos sean incluidos en los acuerdos que se suscriban en esa reunión de
carácter global.
“Queremos visibilizar nuestros conocimientos ancestrales en temas de manejo
y conservación de los bosques, para que nuestros conocimientos se incorporen en
las estrategias globales de mitigación del cambio climático”, sostuvo Jaime
Carisepa, representante del pueblo harakmbut, uno de los pueblos originarios de
la Amazonía peruana.
Representantes de otras comunidades indígenas del planeta, criticaron que
la COP21 proyecte hacia la opinión pública una imagen de reconocimiento e
inclusión de los pueblos, pero hacia adentro la realidad es muy diferente. Los
voceros sostuvieron que el agua, los árboles y las montañas no podían ser
considerados como valores mercantiles y advirtieron que si el mundo sigue con
su visión de desarrollo, la humanidad entera corre hacia el precipicio.
Otras voces.
Berenice Sánchez, de la comunidad Otomí de México, puntualizó que “el único
futuro de un bosque es que siga siendo bosque. Así podremos seguir respirando:
es el bosque el que nos da oxígeno y nos da agua. Y esa agua no solo es vital
para mi pueblo, es vital para la ciudad del municipio en el que estamos
viviendo”. Ella explicó, además, que la cosmovisión de su comunidad es
colectiva. En ese sentido, abogan por los derechos de los pueblos indígenas en
general.
“Cuando era niña, en los libros de ciencias naturales se plasmaban lagos
interconectados y yo no paraba de llorar porque esos lagos se habían convertido
en charcos de agua sucia, de agua contaminada”, expresó durante un foro
realizado en paralelo a la conferencia mundial. Por su parte, el director
ejecutivo de la Indigenous Environmental Networky, Tom B.K. Goldtooth, un
navajo estadounidense, denunció que el tema del encuentro mundial es el dinero
y no la reducción de las emisiones de gases que afectan al medio ambiente.
“Aquí, las ONG europeas, los grupos verdes, incluso la coalición francesa, todos
dicen lo mismo”, agregó.
La manifestación fue convocada por el Foro Internacional de Pueblos
Indígenas sobre Cambio Climático (FIPICC), organización integrada por
representantes indígenas todo el planeta y fue autorizada por las delegaciones
de la COP21. La esperanza de los manifestantes es que algún día se puedan
discutir “soluciones reales”, que no comprendan “fijar un precio a la vida”, finalizó
Berenice Sánchez.
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PARÍS (COP 21). TRES DÍAS CRUCIALES PARA
EL CLIMA.
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Gerardo
Honty
ALAI.
Martes 8 de diciembre del 2015.
ALAI
AMLATINA, 08/12/2015.- Este viernes debe
cerrarse el acuerdo que ponga límites al cambio climático. Pero la segunda
semana de negociaciones de la cumbre de París sobre cambio climático (COP 21) comenzó
este lunes con pocos avances como era de esperar. A pesar de que el nuevo texto
borrador propuesto el fin de semana pasado presenta menos páginas, contiene más
corchetes y los temas de mayor divergencia permanecen incambiados.
Como ha sucedido en otras COPs, el presidente de la
cumbre -el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius- ha creado un grupo
especial para la negociación denominado, en este caso, “Comité de París” que
aborda los temas más complicados en cuatro subgrupos.
El
primero es sobre “Implementación” y aborda los asuntos
relacionados con el financiamiento, la transferencia de tecnología y el fomento
de capacidades. El segundo grupo trata sobre la “diferenciación” tema
central, pues de este debate depende el nivel de compromiso que podrían asumir
algunos países en desarrollo. El tercero se ocupa de la "ambición"
y verá los objetivos a largo plazo –en particular si la meta es mantener el
aumento de la temperatura por debajo de 2oC o 1,5oC- y la revisión de los
compromisos de reducción de gases de efecto invernadero. El último de los
grupos negociará las acciones que se deben tomar antes de 2020.
Paralelamente se mantienen facilitadores de
Consultas Informales, en otros temas que tampoco son fáciles como Bosques,
Adaptación y Mercado de Carbono, entre otros.
Al inaugurar esta segunda
semana de negociaciones el presidente de la COP 21 Laurient Fabius
recordó a los delegados reunidos: “Hace una semana los dirigentes de 150 países
se comprometieron a hacerlo todo para llegar a un acuerdo mundial sólido,
necesario para superar el desafío”. Y agregó: “Esta semana tendréis la
oportunidad de contribuir a eliminar la pobreza, a desarrollar las energías
limpias, y a crear empleo, abrir perspectivas y hacer renacer la esperanza para
el mañana”.
Las
palabras de Fabius suenan alentadoras. Pero el dilema al que se
enfrentan los negociadores es cómo eliminar la pobreza y crear empleo a la vez
que reducen las emisiones que provienen del crecimiento económico y el aumento
de la producción y el consumo que ello conlleva. Las contribuciones nacionales
presentadas a la COP (INDC por sus siglas en inglés) muestran lo que los países
están dispuestos a reducir en un escenario posible dentro de sus planes de
desarrollo y crecimiento. Pero este escenario nos lleva a un aumento de la
temperatura por encima de los 3oC por lo que parece difícil conciliar las
expresiones del presidente.
Temas difíciles.
Los temas principales de la negociación se mantienen
en la misma incertidumbre que al inicio. A saber:
-El carácter
vinculante o no del acuerdo. Es decir, si los
compromisos asumidos alcanzarán un estatus de tratado internacional con
obligaciones de cumplimiento para todos los países, si será vinculante solo en
algunos aspectos o si no representará ninguna obligación en absoluto.
-El
objetivo de temperatura. La meta de Copenhague
(2009) de limitar la temperatura a 2oC es insuficiente y desde entonces se
mantiene la necesidad de su reducción a 1,5oC. Este cambio en el objetivo
implicaría duplicar los esfuerzos actuales presentados en las INDCs y parece
difícil su modificación.
-Las metas intermedias para alcanzar el objetivo de cero emisiones entre 2060 y 2080 propuesto en el borrador y el año de base que debe considerarse para comparar la reducción de emisiones. Estos datos son claves para diseñar la trayectoria de la reducción, el momento de alcanzar el “pico” de las emisiones y sobre todo los costos que demanda la transformación.
-El concepto de “diferenciación”, el cual sobrevuela a lo largo del texto y que podría implicar compromisos de reducción de emisiones y de aportes financieros para algunos países en desarrollo.
-Las metas intermedias para alcanzar el objetivo de cero emisiones entre 2060 y 2080 propuesto en el borrador y el año de base que debe considerarse para comparar la reducción de emisiones. Estos datos son claves para diseñar la trayectoria de la reducción, el momento de alcanzar el “pico” de las emisiones y sobre todo los costos que demanda la transformación.
-El concepto de “diferenciación”, el cual sobrevuela a lo largo del texto y que podría implicar compromisos de reducción de emisiones y de aportes financieros para algunos países en desarrollo.
Como puede apreciarse todos los temas están
relacionados entre sí y aunque el presidente Fabius haga los mayores esfuerzos
en establecer grupos de trabajo y discusión en paralelo, finalmente todo deberá
converger en una negociación única. Esto ha pasado en todas la COPs y como
suele afirmarse “nada está acordado hasta que todo esté acordado”. Es decir, no
podrán evaluarse los avances de la COP hasta que aparezca el último proyecto de
decisión sin corchetes sobre la mesa.
Por lo tanto lo único que puede afirmarse a esta
altura de la marcha COP es que todo ocurre dentro de la normal y esperable
ineficiencia aparente con la que suelen ocurrir estas negociaciones. Solo al
final podremos discernir si las apariencias nos han engañado y existía un
entramado de fondo más o menos oculto para la mayoría de nosotros –y que avanza
más rápido que lo que se ve en la superficie- o si lo que se ve es todo lo que
verdaderamente hay.
En este caso y como era previsible el acuerdo será bastante inútil. Aunque mantendrá la promesa de ser revisado dentro de cinco años con la esperanza de, esa vez sí, ser todo lo ambicioso que viene prometiendo desde hace 20 años.
En este caso y como era previsible el acuerdo será bastante inútil. Aunque mantendrá la promesa de ser revisado dentro de cinco años con la esperanza de, esa vez sí, ser todo lo ambicioso que viene prometiendo desde hace 20 años.
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- Gerardo
Honty es analista de CLAES (Centro Latino Americano de Ecología Social).
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