El conflicto mapuche
tiene su origen en los reclamos de algunas comunidades de tierras que consideran ancestrales,
pero que están en manos de empresas agrícolas o forestales, y que derivó en
hechos de violencia que en los últimos años causaron la muerte de varios
comuneros, agricultores y policías. Además,
varias decenas de mapuches fueron procesados y condenados por ataques
incendiarios a propiedades agrícolas, maquinarias, camiones y bosques, además
de robos, asaltos y otros delitos. Los empresarios de la zona exigen al
gobierno “mano dura” para combatir lo que consideran acciones terroristas,
mientras grupos mapuches más radicales ampliaron su consigna básica a una recuperación
del territorio que hasta avanzado el siglo XIX cobijaba a la “nación mapuche”.
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“El
Estado chileno tiene una deuda histórica. Por lo tanto, es nuestra responsabilidad como
Estado que podamos enfrentar con medidas de corto, mediano y largo plazo el
desarrollo integral de esta región, que es la región más pobre de Chile, que
tiene un conjunto de desigualdades muy
grandes y donde las víctimas de la violencia rural son personas, muchas de
ellas de la propia etnia mapuche” dijo Bachelet.
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CHILE:
BACHELET ENCARA EL CONFLICTO MAPUCHE.
La Presidenta viajó
a la Araucanía y armó una Mesa de Desarrollo.
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El
conflicto tiene su origen en los reclamos de tierras de algunas comunidades,
que las consideran ancestrales pero que están en manos de empresas, y que
derivó en hechos de violencia.
Página /12 miércoles 30 de diciembre del
2015.
La
presidenta de Chile, Michelle Bachelet, viajó a la sureña región de La
Araucanía, donde se reunirá con víctimas de la violencia que se enmarcan en el
llamado conflicto mapuche. La mandataria anunció además la creación de una mesa
de trabajo para abordar la situación en la zona, una de las más pobres del
país, donde indígenas reivindican tierras ancestrales.
El
viaje responde a una extendida petición de agrupaciones de víctimas de más de
un centenar de ataques incendiarios registrados en esta región (600 kilómetros
al sur de Santiago), donde se asientan comunidades mapuches, la mayor etnia
indígena chilena. En su primera parada, Bachelet se reunió en la intendencia de
Temuco con víctimas de violencia en la zona para recoger sus vivencias y
discutir el modo de operar que tendrá el Ejecutivo. “La situación que se vive
acá no partió ayer, partió hace tiempo, pero los gobiernos y el Estado de Chile
han tenido una deuda histórica”, dijo. “Por lo tanto, es nuestra
responsabilidad como Estado que podamos enfrentar con medidas de corto, mediano
y largo plazo el desarrollo integral de esta región, que es la región más pobre
de Chile, que tiene un conjunto de desigualdades
muy grandes y donde las víctimas de la violencia rural son personas, muchas de
ellas de la propia etnia mapuche”, sostuvo.
Entre
los invitados se encontraban Harald y Edwald Luchsinger, hijos de la pareja
quemados vivos dentro de su casa y, además, víctimas de varias amenazas a los
integrantes de su familia. También asistió el presidente de la asociación de
víctimas de violencia rural, Alejo Apraiz, además de dirigentes de sectores
rurales y productores de la región.
La
presidenta chilena planteó además su compromiso de establecer una mesa de
trabajo de la región, basada en una amplia participación, donde los integrantes
puedan desarrollar propuestas específicas más allá de las que el gobierno tenga
en agenda. “Las víctimas necesitan apoyo y en eso vamos a seguir trabajando, y
hacerlo de manera concreta”, afirmó Bachelet después de reunirse con afectados
por los ataques incendiarios a viviendas, camiones y maquinaria agrícola. “Uno
conoce las situaciones, las puede ver en los diarios, pero es muy distinto
estar con las víctimas directamente”, afirmó Bachelet, que no viajaba a la zona
desde que asumió en marzo de 2014.
Mientras
se realizaba la reunión, se acercó la machi (curandera mapuche) Francisca
Linconao Huircapan, quien fue detenida por los carabineros en el marco de los
procedimientos derivados del ataque que le costó la vida al matrimonio
Luchsinger en enero de 2013 y luego dejada en libertad. La mujer afirmó estar
molesta por la sorpresiva visita de la mandataria. “Así como noso- tros la
apoyamos en su mandato, esperamos que ella cumpla sus promesas”, opinó. “Nos
molesta que haya venido sin avisar y darnos espacio para una audiencia”, afirmó
la machi, quien encabeza la demanda de la comunidad para que les sean devueltas
sus tierras.
La
jefa de Estado respondió a sus críticas al afirmar que el hermetismo de su
viaje se debió a que fue decidido durante la noche del viernes. “Nunca estuvo
pensada una reunión con todas las víctimas, es imposible, tendría que estar
muchos días escuchando sus testimonios”, dijo al respecto.
Finalizado
el encuentro, la mandataria se dirigió hacia la comuna de Lautaro, donde
participó en la inauguración de un hospital.
La
mandataria cerró su jornada en la localidad de Chol Chol, donde visitó a
productores agrícolas de una comunidad mapuche. Del encuentro participó también
el ministro de Agricultura, Carlos Furche Guajardo.
El
conflicto mapuche tiene su origen en los reclamos de algunas comunidades de
tierras que consideran ancestrales, pero que están en manos de empresas
agrícolas o forestales, y que derivó en hechos de violencia que en los últimos
años causaron la muerte de varios comuneros, agricultores y policías. Además,
varias decenas de mapuches fueron procesados y condenados por ataques
incendiarios a propiedades agrícolas, maquinarias, camiones y bosques, además
de robos, asaltos y otros delitos.
Los
empresarios de la zona exigen al gobierno “mano dura” para combatir lo que
consideran acciones terroristas, mientras grupos mapuches más radicales
ampliaron su consigna básica a una recuperación del territorio que hasta
avanzado el siglo XIX cobijaba a la “nación mapuche”.
En
este marco, se detectaron bandas de delincuentes comunes que utilizan la
situación para robar madera, ganado y otros bienes.
Primeros
habitantes de las regiones que forman hoy Chile y de parte de Argentina, los
mapuche –o “gente de la tierra”, en su lengua nativa– intentan recuperar los
territorios que les fueron arrebatados por el Estado chileno en la llamada
“pacificación de La Araucanía”, en 1883.
Reducidos
a unos 700.000 miembros, sobre los 17 millones de habitantes de Chile, la
mayoría habita en pequeñas comunidades en La Araucanía, con un escaso
desarrollo y niveles de pobreza mayores a las del resto de la población.
En el contexto de sus reivindicaciones, una cincuentena de mapuches
fueron procesados bajo una severa ley antiterrorista que data de la dictadura
de Augusto Pinochet (1973-1990) y que triplica las penas vigentes para los
mismos delitos, en caso de ser hallados culpables, y por cuya aplicación contra indígenas el
Estado chileno ha sido condenado por la ONU.
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