Perú. Elecciones
Nacionales 2016.- El "infierno electoral"- El escenario político
nacional electoral, es para el Ciudadano
(a) peruano estar ante la toma de una gran decisión política e histórica. Un escenario contaminado por la
corrupción, por la fuerte presencia de la manipulación, la mentira, la farsa
como “columnas” vertebrales de un discurso político, una realidad marcada profundamente
por la ausencia de la Confianza –
personal, social e institucional – en los candidatos, en sus organizaciones “políticas”
y en el propio proceso electoral, una destrucción diaria y permanente de la legitimidad institucional: es decir, un
panorama local-regional-nacional muy peligroso por la fuerte presencia de las “políticas”
que vienen desde los ámbitos invisibles de la “economía criminal”:
narcotráfico, minería ilegal, criminal, lavado de activos, trata ilegal de
personas: hacia la prostitución o el trabajo ilegal y esclavizan te, evasión de
impuestos, y lo más terrible, que no hay fortalezas de oposición y combate contra
esta lacra envenenada, sino todo lo contrario, que la propia realidad institucional,
capturada por la corrupción y la imposición de “políticas” neoliberales,
permite mantener “puertas y ventanas” totalmente abiertas para el ingreso “legal e ilegal” de las más
variadas y destructivas formas de descomposición del sistema político democrático.
Incluso, lo que es más indignante, el escenario turbulento, contradictorio,
complejo y múltiple actual, tiende con las prácticas “políticas actuales” y en
lo central con la captura que ha hecho de la política, de las organizaciones y
de la propia “clase política” el poder de los
medios de comunicación y en los
resultados la “encuestología”, entonces, como es lógico, la situación
actual del proceso político es sumamente preocupante, además por la “existencia”
de la violencia desde los medios, los políticos, sus concentraciones (Mitin),
pero al final, la situación es alarmante: No hay Programas de Gobierno, mirando al Bicentenario de la
Patria y que Perú queremos tener el 2021.
El futuro del país está en
manos o de una élite de “políticos” absolutamente cuestionados por la
Ciudadanía, Líderes NO, o caudillos, caciques locales,
propietarios y comerciantes de la política. Frente a este desastre nacional
atrapado por la corrupción con formas visibles e invisibles de dominio
absoluto, estamos o no en condiciones – tener responsabilidad social, compromiso con el futuro del país, pensar en nuestro
pueblo, que fue el gran protagonista de la recuperación de la Democracia en año
2,000, cuando se encontraba secuestrada y destruida por la dictadura más corrupta
de la historia del Perú contemporáneo – esta gran responsabilidad NO significa – tener o asumir conciencia política de clase –(el
neoliberalismo y la propia crisis estructural de la política no aportó nada en
estos tiempos)- en razón de que no hemos
podido en estos 15 años de vigencia de la democracia electoral de forjar y construir
Ciudadanía Política. Pero si estamos
en condiciones, como Ciudadanía "reaccionar, protestar", y
movilizarnos por defender el futuro de
la democracia, con todas sus limitaciones y problemas muy complejos
internamente, porque el infierno neoliberal, que estamos por ingresar – como
ciudadanos, somos parte – de este proceso indirectamente, o con nuestra indiferencia,
o con nuestra pasividad, participamos en
su construcción, que “al final” del proceso electoral, nada, absolutamente nada va a cambiar, muy por el contrario van a encontrar espacios y contextos sociales donde
“afincarse” la narco-política, la
democracia fallida, camino hacia un estado inviable. Obviamente como cierre
del “telón de
fondo” del proceso electoral,
defendamos lo que hemos alcanzado hasta el presente y forjemos al UNIDAD política de
todas las fuerzas sociales que “dicen y expresan” ser parte constitutiva del Pueblo Peruano y como Ciudadanos,
forjemos nuevos espacios “libres de la corrupción” y empoderar
participativamente el Movimiento Ciudadano, que
“derrotó” coyunturalmente las políticas neoliberales o de la “gran repartija política”, o en contra
de la Ley Pulpín o en los actuales
tiempos, la derrota de los “personajes” – un verdadero “ramillete” de rectores –
opuestos a la Ley Universitaria. Ese
camino, el de la movilización, en esa larga avenida política en democracia,
propia y forjada en calles y plazas
públicas por la Ciudadanía – en especial la juventud – en pleno siglo XXI, es obligación nuestra,
consolidarla socialmente, como proceso de nuevas “formas de hacer política” en
tiempos plenos de Democracia.
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La participación ciudadana, la forja del Diálogo democrático, para construir políticas de consenso local-nacional, impulsando los Movimientos Ciudadanos como: la lucha en las calles y plazas contra la "gran repartija", contra la Ley Pulpin o contra las autoridades opuestas a la Ley Universitaria. Ese escenario libre y limpio de corrupción es propio de una Ciudadanía Política, es nuestra gran responsabilidad social y compromiso político con el futuro del país, consolidar el proceso desde la calle y la, plaza pública, y sin lugar a dudas, estaremos bien protegidos para poder ingresar al "infierno neoliberal" electoral del próximo año: 2016. "Que dios nos encuentre confesados, frente a semejante proceso de envenenamiento de la Política.
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PERÚ: PARTIDOS DESCOMPUESTOS Y CANDIDATOS
CUESTIONADOS.
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Otra Mirada
miércoles 2 de diciembre del 2015.
La última encuesta de GFK
muestra que los partidos políticos que han gobernado el país, como Acción
Popular (sin candidato no aparece en los muestreos), el Partido Aprista (6%),
Perú Posible (3%) y el Partido Nacionalista (su candidato aparece en el rubro otros),
empiezan a desmoronarse lentamente. En este grupo debe incluirse también al
Partido Popular Cristiano (PPC), que sin candidato tampoco aparece en los
sondeos.
Sin respaldo electoral, sin
nuevos cuadros y con sus líderes cuestionados, el panorama se presenta oscuro
para estas agrupaciones. En opinión del analista y parlamentario andino Alberto
Adrianzén, estamos en el tramo final de la crisis de los partidos que
gobernaron el país desde inicios de los 80.
Los partidos que han
administrado el país, en la práctica no han podido derrotar políticamente al
fujimorismo, pese a que el líder de esa agrupación (Alberto Fujimori) se
encuentra preso por corrupción y violación de los derechos humanos.
Ni los partidos de los 80, ni
los post fujimoristas (como Perú Posible y el Nacionalismo) han podido vencer
políticamente al grupo que ahora lidera Keiko y eso ha permitido que avance, y
en la etapa previa a las elecciones del 2016 se posicione en el primer lugar.
Ante este panorama surgen
partidos como Alianza Para el Progreso (APP), sin ideología, sin programa, sin
doctrina. Lo mismo que el partido de PPK, en el que todo gira en torno a una
persona (Kuczynski).
El fracaso de los políticos
tradicionales ha permitido la aparición de los partidos clientelares como APP
de César Acuña, que a decir de Adrianzén “no tiene militantes, sino empleados”.
Esta debacle de los partidos
que nos han gobernado (coincidentemente todos aplicando la política neoliberal)
se suma a los cuestionamientos y desprestigio de los candidatos que van
primeros en las encuestas.
CUESTIONADOS
Keiko Fujimori, arrastra acusaciones de
corrupción del régimen de su padre, la condición de prófugos de sus familiares
directos y el desconocido origen de los recursos de su campaña.
Pedro Pablo Kuczynski, claro representante del
modelo neoliberal, quiere matizar sus propuestas con algunas iniciativas
sociales en busca de votos, pero lo que ha logrado es perder el respaldo de los
votantes de derecha, y tiene que hacer frente a los cuestionamientos por su
edad, su pasaporte norteamericano, y los negocios que tiene en el extranjero.
César Acuña tiene acusaciones de
violencia familiar por parte de su ex esposa y cuestionamientos por la
procreación de un hijo con una menor de 16 años, además tiene investigaciones
pendientes por lavado de activos.
Alan García tiene como una carga pesada
el caso de los narcoindultos y los vínculos de la familia Oropeza con el
Partido Aprista, además del plagio de su plan de gobierno. Mientras que Alejandro Toledo tiene pendiente la
acusación por el caso Ecoteva que se encuentra en investigación judicial.
Producto de esos
cuestionamientos solo el 19% cree que Keiko Fujimori no robará si llega al
poder y un 10% cree lo mismo de César Acuña. Solo el 9% de consultados indica
que Alejandro Toledo le da confianza, mientras que Alan García apenas tiene la
confianza de un 14% de la población.
Mención aparte merece el PPC que ha sido prácticamente
destrozado por sus mismos dirigentes, en una guerra fratricida en medio del
escándalo, con insultos, acusaciones de irregularidades y malos manejos, que ha
puesto sobre el tapete lo más bajo y vil del partido fundado por Luis Bedoya
Reyes.
Con partidos políticos en
descomposición y candidatos cuestionados, la población prácticamente es
empujada a votar por el menos malo, en medio de una campaña en el que las
principales informaciones tienen que ver con ataques personales y agravios, en lugar de
propuestas y planes de gobierno.
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